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¿Cuántas veces habéis tenido la experiencia de oler algo y sentir que os recuerda a algo, quizás a la infancia, quizás a algo de la abuela?

Existen en el mundo de los perfumes algunos acordes realmente populares, porque han creado un tipo de olor mítico que ha llegado a dominar una época y extenderse. Chanel Nº5 es un ejemplo prototípico de como un perfume famoso crea un perfil tan admirado y deseado que comienza a reproducirse, ya sea creando fragancias derivadas, ya sea tratando de imitarlo en otro tipo de productos como cremas y lociones. El que un perfume sea recreado en distintos niveles hace que ese tipo de olor perdure en la memoria colectiva de una cultura, de manera que puede, décadas después, rescatarse la idea y enganchar de nuevo a la gente. Otro ejemplo claro lo tenemos en cremas populares como Nivea y Bella Aurora, con un característico olor a magnolia, forman parte de esa memoria cultural de la que hablo, el gel de ducha Dove recoge y moderniza este acorde cremoso-rosado-lechoso.

Así que podemos decir que un olor mítico es algo que forma parte de la memoria olfativa de una cultura o sociedad, en perfumería hablamos de acordes míticos: la mezcla de un número limitado de ingredientes que crea un algo característico y singular que transciende y perdura.

Y uno de estos acordes míticos es el que reproduce texturas empolvadas y las tonalidades pastel del olor a talco, a polvos de iris, a polvos de arroz, coloretes, barras de labios y todo tipo de productos cosméticos de olor limpio y ligeramente floral. El inicio de esta idea se pierde un poco en la historia de los productos cosméticos… Por ejemplo el polvo de iris, siempre un producto con precios privativos, tuvo usos cosméticos desde tiempos antiguos por sus propiedades astringentes y exfoliantes, en el Lejano Oriente las damas lo usaban para cuidar su piel. Pero también tenemos las antiguas recetas farmaceúticas como cremas de rosas, jabones de característicos bouquets, aguas de tocador y demás productos al uso.

Tanto los polvos de iris, como de arroz o el talco se asocian a la idea de piel limpia y suave, ligeramente almizclada y floral y este tipo de olor es un recuerdo casi-universal de la infancia, por su lado tierno y maternal, con esa recreación de universo personal que es capaz de producir ese tipo de sillage etéreo. Hablamos de suavidad y tersura. Aunque en ocasiones se asocia al universo de la coquetería, a veces con el sentido negativo de la frivolidad pura y dura.

Muchas fragancias históricas contienen el germen de la idea de un modo sublimado gracias a la faceta empolvada que aporta la nota de iris, como Après l´Ondée o L´Heure Bleue ambas de Guerlain…o mediante un toque más cremoso y almizclado como en el caso de Chanel Nº5; y es que es durante la época temprana de la perfumería moderna cuando se crea el acorde al que hoy me refiero, construido en base a tres productos de síntesis:
vainillina
heliotropina
cumarina
A partir de aquí las composiciones pueden reforzarse con notas de iris/violeta o de rosas; ir en una dirección más lechosa-cremosa recreando un acorde de magnolia, hacerse más empolvados y balsámicos añadiendo haba tonka, benjuí o bálsamo de Tolu o ir en una dirección más abiertamente almizclada usando Galaxolide para poner el acento en el olor a limpio.

En esta familia de fragancias quizás la más emblemática sea Ombre Rose (1981) de Jean Charles Brousseau porque reproduce el olor de los polvos de arroz con un toque de ámbar vintage muy característico que habla de una feminidad discreta; de Ombre Rose se han derivado otras como Trésor de Lancôme donde el Galaxolide juega un papel importante. Boudoir de Vivien Westwood se recrea en un acorde empolvado retro floral y especiado. Hiris de Hermés está en la línea pero con un toque chic; por supuesto Lipstick Rose e Iris Poudré de Frederic Malle, Drôle de Rose de L´Artisan Parfumeur, Sicily de Dolce & Gabbana. Flower de Kenzo en abstracto mantiene todos los elementos del conjunto mientras Teint de Neige de Lorenzo Villoresi o la nueva fragancia de Chloé: Love están en el lado opuesto del espectro: evidencian las notas empolvadas-almizcladas más cosméticas. Y siguiendo esta línea podemos cerrar el círculo citando fragancias almizcladas más rosáceas pero ya con un toque casi apotecario como Muschio Oro de Santa Maria Novella o el nuevo perfume de Mona di Orio: Musc.