La Petite Robe Noire es una reelaboración de algo ya conocido en muchos sentidos. Cuando en 2009 se lanzó como perfume de edición limitada exclusiva para las boutiques Guerlain ocurrió algo digno de señalar: en la blogosfera recibió una pobre aceptación mientras la gente compraba el producto de la Maison con entusiasmo. Las principales críticas que entonces recibió se centraban en que era una composición demasiado sencilla y frívola ( por las notas de macaron y los frutos rojos )para ser un perfume de boutique exclusivo, sin olvidar el uso de una imagen icónica de la moda: el «pequeño vestido negro», marca de estilo de otra famosa Maison francesa…
Se rumoreó incluso que LPRN sería una colección de edicciones limitadas sucesivas, con un modelo de vestido distinto impreso en el frasco para diferenciar, centradas en el mismo tema pero con variaciones; de hecho en 2011 La Petite Robe Noire 2 vió la luz bajo los arreglos del ya entonces perfumista oficial de la Casa Thierry Wasser. La original había sido compuesta por Delphine Selk.
Ahora La Petite Robe Noire se ha convertido en un producto permanente del portafolio Guerlain disponible para el público en todos los establecimientos autorizados que comercializan sus artículos. La fórmula original de 2009 ha sido reorquestada y según dicen quienes tuvieron la oportunidad de probar ambas, para mucho mejor. Guerlain ha preparado una gran campaña para este lanzamiento, con gráficos que aseguran es el sueño de toda chica…, una canción conocida por ser un himno a la osadía femenina (These boots are made for walking por Nancy Sinatra) unidas en una amalgama incalificable, con el fin de que pueda complacer al mayor público posible. El perfume también está formulado con esa intención. Sin embargo, esa estética de ensamblajes tan centrada en crear una imagen icónica muy vistosa y poco sencilla difumina el concepto original del «pequeño vestido negro» que es el estandarte del Slow Wear: la búsqueda de prendas con diseños sobrios y perdurables, que privilegian la calidad de los géneros y del corte de la prenda. Esto resulta un poco paradójico.
Pero ¿y el jugo? …, de nuevo, familiaridad es la palabra clave. El patrón general de La Petite Robe Noire es ya bien conocido para el público desde hace dos décadas: patchoulí/praliné +rosa +frutos rojos +acorde de ámbar acaramelado con detalles frescos contrastantes. Pensemos en el sabor de Angel de Thierry Mugler, Lolita Lempicka Le Premier Parfum, Amor Amor de Cacharel, Coco Mademoiselle de Chanel y un largo etcétera. Ese tono neogourmand que combina palatabilidad y abstracción es el lado moderno del perfume. Pero en cierto modo la búsqueda de algo estiloso y sobrio de sabor vintage se introduce en la fórmula. Por un lado la Guerlinade (sello de identidad de los perfumes Guerlain) está integrada junto con una nota de bombón de rosa-violeta con tintes retro que ya asomaba en Insolence EdT; tiene también una base de almizcle muy texturizado que mezclado con un toque de civeta, la faceta de cacao de un patchoulí fino y un musgoso ámbar gris unido al cuerpo ligeramente especiado trae a la memoria el sabor de los clásicos orientales especiados y algo de un chypre frutal que también hay en Chypre Rouge de Serge Lutens. En definitiva, está lleno de citas modernas y clásicas con la idea de dar más seriedad al tema, formando un caleidoscopio de minifacetas.
Y sin embargo este jugo supera las citas y cumple con el reto de hacer algo inspirado en un pequeño vestido negro ¿por qué? Porque logra crear una buena silueta, bien estructurada y atractiva aunque más garbosa que chic. La clave: la oscuridad. Queda patente a lo largo de toda la evaporación del perfume que hay un interés por mantener un constante amargor oscuro y profundo pero redondeado por un dulzor algodonoso. Por eso, puede que sea uno de los mejores de su género. Las notas de frutos rojos son jugosas, suaves y oscuras casi opacas gracias al regusto especiado de clavo que entona la cereza negra y al regaliz, una nota importante para crear contrate en este perfume. El té negro hacia la base aporta firmeza y elegancia. La rosa es otra gran protagonista del perfume, una combinación de búlgara y turca para crear una sensación de frescor penetrante y afrutado, a la vez que las facetas verdes ( de la propia rosa y del patchoulí) estás remarcadas en un contexto umbrío, de nuevo un matiz interesante.
La Petite Robe Noire me ha hecho recordar tres cosas que no deberíamos olvidar cuando probamos perfumes:
-Por muy mono que sea el embalaje y la presentación, el jugo es lo que cuenta. Si el frasco y demás son cosas bonitas pues bienvenidos sean los detalles.
-Pese a la cantidad de citas que contenga un perfume o el nivel de familiaridad que refleje, realmente no hay dos perfumes iguales, sólo parecidos. Probad el Lolita Lempicka, Coco Mademoiselle y La Petite Robe Noire pero no os detengais en pensar cuánto se parecen, sino en ver sus diferencias, en sus detalles.
-Atendiendo a las peculiaridades se acaba aprendiendo que nunca se puede decir nunca, porque eso elimina la posibilidad futura de encontrar algo interesante. Quizás haya un grupo de perfumes que no nos atraiga mucho- los frutchoulí además no tienen buena prensa por su omnipresencia- pero un día encuentras algo que sí te convence, y te convence precisamente porque hay una diferencia.
yo lo probé, y la verdad es que cuando la dependienta me dijo que era dulce me predispuse a que no me gustara…pero me sorprendió, me pareció que tuviera algo de cuero (tal vez el regaliz me lo recordó?). Definitivamemte no se si me gusta o no, creo que en caso de comprar elegiria una apuesta más segura, como l’heure bleu o mitsouko
Hola Pilar,
Yo también tenía mis reservas pero me gustó de verdad, lo que no me convence es la campaña publicitaria. De todos modos no lo consideraría un perfume totalmente dulce, esta lleno de matices amargos. Sobre el cuero…,bueno cuero cuero no lo noté pero un efecto suave como de ante sí que tiene en la fase intermedia de la evaporación.
Saludos,
Botanyuki.
Cada vez que te leo pienso que yo debería dejar de escribir… Leerte es una delicia y cada palabra me enseña algo nuevo… Gracias!!
Un abrazo y todo mi respeto y admiración por tu trabajo,
Kitty
Hola Kitty,
Gracias por tu comentario, es muy generoso porque acabo de descubrir tu blog y larga experiencia en el campo 🙂
Saludos,
Botanyuki.
Lo que tu haces es poesía con sentido. Eres capaz de poner la palabra perfecta para describir lo que quieres pero además tus análisis son impecables. Mucho por aprender, muchísimo… Poquito a poco…
Mi agradecimiento de nuevo.
Saludos,
Botanyuki.
realmente haces buenas entradas. Tengo curiosidad por saber que perfumes tienes en tu armario. Cuando te gusta el perfume llega un punto que solo compras los que te gustan mucho y son especiales, o eso o acabas con 100 perfumes. Te atreves, o es demasiado personal?
Hola Pilar,
No es la primera vez que me lo preguntan, ni la primera vez que trato el tema en el blog: digamos que dejo trazos en distintos post :). Pero creo que es importante aclarar algo: cuido mucho mi colección y lo que incluyo en ella, es decir, realmente compro cuando pienso que es algo especial para mí y puedo pasarme mucho tiempo valorando las opciones. Porque quiero disfrutar de mis perfumes no acumulo frascos, menos aún frascos grandes. Sólo compro tamaño grande de los que forman mi olimpo personal, esto es, tres perfumes que han supuesto un encuentro en distintos momentos de mi vida personal- son clásicos-. El iris es mi nota favorita y mis perfumes tienen esta nota en gran proporción. Una excepción en mi disciplina: los Annick Goutal, tengo unos cuantos que llevo con frecuencia y soy muy fiel a la marca. También uso algunos perfumes que me fascinan por su carácter o el modo en que exploran una nota como Lys Mediterranée de Frederic Malle, no suelo prendarme de las flores blancas con facilidad pero éste en concreto, sí. También Songes de Annick Goutal.
Saludos,
Botanyuki.
gracias, la verdad es que acumular perfumes es un peligro en el que he caido, pero a partir de ahora pienso ser mas selectiva. Me he dado cuenta que el iris me gusta (infusion de iris es mi básico). Y me quedaré con algún clásico de guerlain (l’heure bleu y shalimar), alguno de serge lutens (feminite de bois), teint neige y ninfeo mio.
Frederic malle es realmente dificil de encontrar en tiendas fisicas
Hola Pilar,
Los clásicos de Guerlain son para guardar todos :). Las tallas pequeñas y los decants son una buena opción no en términos económicos pero sí de espacio y capacidad de uso.
Saludos,
Botanyuki.
Qué post más bueno, qué bien escrito…LPRN va a ser mi amor de otoño, lo veo. LMe dieron una muestra y me parece sublime.
Hola Adaldrida,
A mí también me parece perfecto para el otoño :).
Saludos,
Botanyuki.
Hola! Sintiéndolo mucho, no puedo evitar comparar este perfume con el de Lolita Lempicka, que es mi favorito y lo uso desde hace años y años.. Guerlain es una marca que me apasiona, tengo varios de sus perfumes, pero me han decepcionado con este. Es parecidísimo al de LL, me parece una simple copia y nada original. Con lo ricos que son sus perfumes anteriores, no lo entiendo. Al final todas oleremos a lo mismo!
Saludos x
Hola Kela,
Siento no haberte podido responder primero, pero he estado toda la semana alejada de cualquier conexión a Internet. LPRN de Guerlain tiene una parte de su estructura que la liga al Lolita Lempicka pero te invito a que los huelas a la vez comparándolos porque realmente se direfencian; una de las principales diferencias es que el de Guerlain lleva mucha rosa con un toque empolvado de heliotropina, el de Lempicka está más centrado en iris-praliné. Y la nota de cereza de ambos es muy diferente aunque ambos lleven cereza.
Saludos,
Botanyuki.
Vuelvo a escribir el comentario! Decía que perdón por el tono del mensaje anterior, sí que estaba enfadada! Tengo una muestra de perfume de Guerlain y lis he comparado, y es cierto que no son idénticos, adenás la experta en perfumes eres tú! Pero me quedp una y mil veces con el de LL. Gracias y te sigo! Besos x
Hola Kela M.,
Me alegra que los hayas vuelto a probar y hayas encontrado las diferencias, esa es la clave para entender los perfumes: saber ver las diferencias entre ellos.
Saludos,
Botanyuki.