*Ilustración de Turandot por Kinuko Y. Craft
Al igual que en la edicción pasada con Vol de Nuit, este año Guerlain propone para la colección de maquillaje de Navidad un objeto de edición limitada -Perfumed Shimmer Powder- inspirado en uno de sus clásicos menos conocido: Liú. Original de 1929 y reeditado por la Maison en los noventa dentro de la colección Les Parisiennes, sólo se comercializa en las boutiques de la firma, pero es uno de los que no se deben dejar de probar si se tiene la oportunidad.
La inspiración del perfume nació de la ópera Turandot de Puccini estrenada en 1926 en Milán. La trama, basada en un poema persa, se desarrolla oponiendo obstinación y candor como catalizadores de la acción. Pero no fue la fría opulencia de la princesa protagonista Turandot lo que iluminó a Jacques Guerlain, ni la osadía del príncipe Calaf sino la ternura de la esclava Liú quien esconde la hondura de sus sentimientos envolviéndolos en dignidad. Es Liú, con su dramática acción, quien empaña la resolución de Turandot. Y así, envuelto en la bruma de la poesía que inspiraba esta silenciosa y trágica heroína del Lejano Oriente -como diez años antes Mitsouko (1919)- se creó un perfume de corte fino y resultado profundo que representa el casto refinamiento.
*Escena de la representación de Turandot en el MET de Nueva York en 2009, con escenografía a cargo de Franco Zefirelli.
En aquel momento entre finales de los años 20´s y principios de los 30´s eran numerosos los perfumes que tomaban el tema de Chanel Nº5 con su estructura aldehídico-floral y hacían una variación cambiando notas y acentos. En ese sentido Liú es representativo de la época, pero aún así es un ejemplar singular.
First de Van Cleef & Arpels, Arpége de Lavin, Gold Woman de Amouage y un largo etcétera son composiciones ejemplares que comparten la misma estructura de salida aldehídica-corazón floral-base almizclada/amaderada en la que el dulzor floral se difumina hasta hacer casi irreconocible la flor protagonista, porque está envuelta en la nube cerosa y empolvada que generan aldehídos y almizcles. Estos perfumes además desprenden un aire de elegancia muy sofisticada. Liú, sin embargo, se desmarca: es un aldehídico despojado poco usual. Su elegancia es severa.
Esa personalidad contenida en el perfume se logra retratar conjugando la facilidad para la abstracción que permite este género de perfumes con determinadas notas en cada fase de evaporación muy remarcadas, en vez de desvanecidas. De nuevo algo poco habitual. Así, en la salida, pese a los aldehídos, se distinguen notas cítricas-verde-florales de bergamota y nerolí
que abren paso a un corazón esmeralda dominado por un jazmín profundo y engañosamente frío al principio porque lo acompaña el romero pero que después endulzará la rosa. Es la profundidad de este acorde verde-floral-aromático lo que comienza a llamar la atención en el perfume, porque es limpia, pura e insondable en su austeridad, hasta que llega la coda con un rico acorde de maderas ambaradas donde el sándalo es protagonista junto a un iris empolvado entre nostálgico y elegante.
El Nº 5 Y Liú son como dos caras de una misma moneda o como la luz y la sombra proyectadas sobre un mismo objeto. Ambos tiene una base cálida, suave, dulce, empolvada…ambos se inician con aldehídos y bergamota pero pasada esa primera impresión, las diferencias surgen claramente. Mientras el de Chanel destaca por una gloriosa nota de almzcle animalístico y un balsámico ylang-ylang, Liú sobresale por su faceta verde aromática intensa y la riqueza del acorde amaderado, con un efecto chyprèe más acentuado.
*Campaña de la colección de maquillaje Guerlain para la Navidad de 2012 con un frasco versión modernizada del original estilo Art Decó.
Puccini llegó a componer en el tercer acto hasta Liú bontá , lo que conocemos hoy en día como el final de la ópera fue agregado por Franco Alfano.
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