Los perfumes antiguos fascinan a los amantes de los perfumes. En las composiciones modernas todo parece más lineal, quizás porque las notas no suelen ser tan untuosas, el contraste y el movimiento está más velado, sin embargo estos son factores clave para conseguir el efecto de riqueza en un perfume.
Tenemos asimilado que notas cítricas más luminosas se oponen a bases ambaradas o musgosas más oscuras como ocurre en los chypre o en orientales tipo Shalimar. Y cuando se renueva un género se intenta cambiar algo en este contraste que se refleje en el efecto general. Must de Cartier (1981) es un ejemplo de cómo funcionan estas variaciones, siguiendo el modelo de Guerlain renovó el tipo oriental introduciendo notas verdes en la salida frente a una base que recrea la ambreina. A Must se le atribuye el mérito de haber iniciado la tradición de los orientales verdes que luego seguirían Obsession de Calvin Klein y en cierto modo Dune de Dior (que es semi-oriental)… sería más correcto decir que los devolvió a la actualidad, puesto que el contraste entre notas agrestes como las hierbas aromáticas y la lavanda o frondosas como el gálbano frente a bases balsámicas-amaderadas era algo que ya se encontraba en fórmulas de perfumes de finales del s XIX y principios del s XX de manera habitual. Pensemos en L´Origan de Coty o Vol de Nuit de Guerlain como un ejemplo entre tantos.
Pero un aspecto realmente magnético de los perfumes vintage es su textura especial. Eso sí que es difícil de encontrar en un perfume moderno. La textura de un buen perfume antiguo no sólo se caracteriza por desvelarse entre complejas capas de perfume sino también por ser tan contrastada e intrincada como el propio olor. La calidez empolvada y animalística tan característica complementada por ese algo mantecoso, o el acabado aterciopelado o el efecto licoroso fino, la efervescencia floral…son detalles que hacen que los perfumes sean más difíciles de describir porque te recreas en la sensación misma del perfume, pero también más difíciles de olvidar.
Dune (1991) de Dior, es quizás uno de los mejores perfumes modernos que retomando la tradición de enfrentar notas más contrastadas por su aroma recrea aspectos de la tintura de ámbar gris y finalmente consigue una textura elaborada. Lo más interesante es que todo esto lo hace valiéndose de la técnica de la sobredosis para crear un bloque de perfume, es decir, un perfume moderno que en vez de ir revelando sus notas poco a poco presenta de inmediato su carácter. A su vez, la estructura de Dune ha servido de modelo para otros perfumes como Allure de Chanel o Roma y Venezia de Laura Biagiotti o incluso de forma más conceptual para el Marine Noir de Phaedon. Pero la gran fortaleza de Dune es que además transmite algo más que buen olor, una sensación que es contemplativa a la vez que vibrante, aspecto fascinante que a mí me hace pensar en el tempo del primer movimiento de la suite Scheherezade de Rimsky-Korsakov «El mar y el barco de Simbad»: largo e maestoso- allegro ma non troppo; consiguiendo de nuevo un efecto característico y apreciado en los perfumes vintages: dramatismo.
Dune, cuando funciona bien en la piel, se percibe agreste y balsámico a la vez, con un olor que fluctúan entre los polvos de arroz y el musgo cristalino, entre lo avainillado y lo fenólico de las algas kombu con su recuerdo suave a regaliz, entre hierba fresca y rosas melosas con toques de fruta macerada en alcohol, algo similar al olor de las guindas en anís. Y finalmente algo que acentúa su carácter de rareza: aspectos de tintura de ámbar gris como el matiz de tabaco, la nota musgosa profunda o la cara más balsámica del sándalo. Todo bien conjugado, con gran armonía y fluidez de notas.
Como decía, fue construído con la técnica de la sobredosis. Entre los materiales de síntesis que se emplearon aquí en buena cantidad destacan Stemone para hacer notas de salida (usado para hacer notas verdes tipo hoja de tomate o de higuera) y Galaxolide para su base (nota de almizcle empolvado y afrutado). Pero también hay dos naturales muy importantes que definen en el corazón el carácter contrastado de Dune: genista y liatrix, ambas contribuyen a crear un perfil herbáceo y cumarinado, con acentos frescos y melosos por parte de la genista y matices más verdes y avainillados por parte de liatrix.
Dune, que actualmente sólo se comercializa en EdT, es una de esas genialidades a las que se les presta poca atención pero que tiene sus fieles seguidores. Su olor suave a la vez que penetrante es fácilmente reconocible y se percibe como algo muy relajante cuando tiene afinidad con la piel, pero también puede ser intrusivo si no se aplica con cuidado. Para quienes les gusten los olores marinos, el ámbar gris, el iris y las notas verdes aromáticas este es un perfume a probar.
Hola, no conocía ese perfume así que gracias por haberme acercado a él.Lo probé sobre secante y lo que sí aprecie fue justamente su gradación, que al principio hace emitir dudas sobre su clasificación.Es primero un baño principalmente marino que transporta hacia otro lugar, en el que , me puedo equivocar, la presencia de dihydromircenol llega sin embargo para mí un poco a su límite. El relevo lo toma la faceta floral verde que parece conducirnos hacia un perfume justamente floral, pero luego se declara su » casta «, cuando damos de lleno con el acorde oriental, en el que predomina para mí el lado a la vez dulce y almendra amarga.Sólo le queda la palabra ahora a la madera y al ámbar gris que parece ese último sintetizar todo el perfume.Respecto a esa nota , muy representada por, creo, el ambroxan, no vea ahí mucha excepción sino todo lo contrario siendo una nota capaz de rescatar un perfume y en el mercado omnipresente.
Me olvidé decir :todo ese trayecto muy placentero.
El perfume está repertoriado como ambarado floral amaderado.
Un saludo
Hola JM,
No sé si alguna vez has observado cómo la propia SEP a lo largo de los años ha ido variando la clasificación de un mismo perfume unas veces poniendo el acento aquí y otras allá. El infame Nº19 de Chanel hubo un tiempo en que se catalogó como fougére con matices, después chipre verde, otros sitios lo clasifican como verde floral amaderado…en fin las clasificaciones son orientativas y de lo que se trata es de entender el perfume más que de etiquetarlo.
Dicho esto, para mí Dune tiene una nota de almizcle y de musgo realmente importante, también tiene iris aunque hay quien no lo detecta mientras otros prefieren hablar de semilla de zanahoria…yo encuentro mucha mandarina en la salida pero no dihydromircenol seguramente otras notas ofuscan el contexto para mí 🙂 cada persona puede oler cosas muy diferentes eso es algo que ya he dicho muchas veces. Por eso las clasificaciones se hacen con paneles de expertos en vez de con una voz sola.
Por otro lado un test tiene que hacerse siempre en secante y en piel si quieres un retrato más completo.
Saludos,
Botanyuki.
Hola, Botanyuki!
¡Felices Fiestas y Feliz 2013!
Me alegro mucho de poder leer tu reseña sobre Dune. Siempre me he sentido atraida por este perfume, siempre he vuelto a revisitarlo como a un viejo conocido, y nunca me he decidido a dar el gran paso y llevarlo. Después de leer esto, entiendo porque: o bien aplicaba demasiado, o bien no era la estación adecuada. Y me agobiaba.
El frio me ayudo a descubrirlo y saborearlo de verdad. El frio, tus reseñas y un perfume de Serge Lutens: Ambre Sultan. No se si tienen relación alguna, pero después de varios días de probarlos alternamente, Dune ganó. Y junto con él, recuperé otro: Mitsouko. Sigue siendo agudo para mi gusto, pero por lo menos ahora noto la canela y los melocotones… El frio cambia mucho las cosas…
Bottega Veneta también se me antoja ahora muy cálido y confortable. Es el que llevo todos los días este invierno y me parece muy fino y discreto, justo lo que necesitaba.
Gracias por tus reseñas, Botanyuki!
Un saludo,
Sib
Hola Sib,
Feliz 2013, está bien empezarlo reencontrando un perfume -a veces puede ser mejor que uno nuevo 🙂 -, Dune no es exactamente un perfume fácil de llevar para mucha gente pero es cierto que el frío cambia mucho los perfumes.
Saludos,
Botanyuki.