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*Vogue US 2011 Foto de Arthur Elgort con posado de Abbey Lee Kershaw.

La calidad de un maquillaje la marcan el acabado tipo segunda piel y la maestría con que se realzan los rasgos faciales. Para que esto sea posible, hay que acudir a matices en una misma gama de color que permitan graduar un trazo, especialmente en la piel. La piel, de forma natural no tiene un solo color, sino que hay subtonos varios: rosas, amarillos, lilas, grises, verdes… por eso cuando se aplica una base cubriente del mismo tono por todo el rostro la primera impresión siempre es de exceso…ni se ve la textura natural de la piel ni sus matices.

No es que no se pueda usar un solo tono de base, de hecho hoy en día hay productos con suficiente cobertura que todavía permiten apreciar los matices de piel si se difuminan bien, pero empleando al menos dos tonos se consigue siempre un acabado mucho más profesional. No sólo se puede hacer con bases fluídas y correctores, también con polvos como ya comentábamos aquí. En la foto que ilustra esta entrada se aprecia como Abbey Lee lleva un tono más pálido y luminoso en la zona central de su rostro. Esta técnica es la base para construir un acabado de piel perfecta, pero se puede complementar con muchos otros trucos para contornear.

En realidad las posibilidades para combinar técnicas y añadir volumen al rostro con el maquillaje son varias, así que en Laberinto Fu vamos a ver algunas de esa ideas a lo largo de diferentes entradas. Este post es una especie de introducción para el apartado de Contornear.

Pero entremos ya en materia con algo realmente básico que se aprecia en la imagen: maquillaje de ojos con párpado móvil en tono claro y luminoso frente a un párpado fijo en un color neutro. En la foto la selección de colores y la exageración del contraste es una elección estilística para resaltar el esquema de belleza antigua, melancólica con ojos ligeramente hundidos pero, en realidad, es la técnica básica de maquillaje para realzar el ojo de forma natural, especialmente cuando está hundido. Pero en la foto se aplica ese mismo principio de contraste en pómulos en el contorno general del rostro: zona central frente a lateral de las mejillas y sienes. Es decir, se busca el efecto global aunque aquí está desnaturalizado por el contraste entre casi blanco y terracota: esta es una imagen editorial.

El principio básico del maquillaje es buscar el equilibrio de rasgos en el rostro. En las pasarelas y revistas se rompe esa idea de alguna manera para dramatizar el concepto de estilo, ya que se necesitan imágenes más gráficas, de alto impacto. En algunos casos se rompe el equilibrio anulando algún rasgo, en otros exagerándolo demasiado y siempre partiendo de una paleta de colores determinada que dé la expresividad buscada.

Por eso, en el día a día, no hay que olvidar que todos los pasos del maquillaje responden a la ley del equilibrio, incluídos los gestos para contornear; dicho de otro modo, si sólo nos preocupamos de la hendidura del pómulo -que es lo más característico- dejando de lado la barbilla, la frente los párpados, la línea de la mandíbula, al arco ciliar… se diluye el sentido de esa técnica tan socorrida de contornear rasgos. Y lo digo porque es terriblemente frecuente ver ese problema cuando se usan polvos broncedores…