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Uno de los productos que más señalamos las mujeres como eficaz para conseguir buen aspecto es el colorete. La idea de que un toque de colorete en la manzana de las mejillas puede dar a tu rostro ese arrebol fresco propio de la juventud es un asunto negociable. No siempre funciona.
Por un lado, no a todos los rostros les va bien algo así. De hecho a las mujeres que tienen la clásica estructura ovalada no les suele favorecer esta técnica. Al contrario, lo más habitual es que acaben con las ojeras más marcadas y un efecto de color nada sutil… Para estos casos es en la parte alta del pómulo, siguiendo el hueso, donde la aplicación va a ser más efectiva. El resto de estructuras faciales pueden verse más o menos favorecidas, especialmente los rostros alargados.
Por otra parte, para marcar eso que se llama la manzana de la mejilla (la parte más carnosa), sonreír y pasar la brocha no es la técnica más precisa…La clave para que un colorete a lo Heidi favorezca está en definir bien el centro del pómulo. No son pocos los errores que se cometen, pero marca mucho la diferencia, en términos de armonía entre los rasgos y frescura, el que este paso se haga bien. Y, en realidad, es muy sencillo:
-La base del tabique nasal marca el inicio del eje horizontal.
-Desde la pupila, una línea imaginaria descendente marca el eje vertical.
– Donde ambos ejes se cortan se encuentra vuestro centro. A partir de ahí se aplica el colorete hacia la sien para un efecto más sofisticado o con suaves movimientos circulares para un acabado más relajado.
Un error añadido, muy común, es sobrepasar el eje vertical. Es decir, que es muy importante no extender el color más allá del límite que marca la línea vertical hacia la nariz porque eso quita toda la frescura y hace que los rasgos parezcan más caídos creando un aspecto casi, casi caricaturesco.
¡Hola Botanyuki!
La verdad es que siempre he pensado que no me sabía aplicar bien el colorete, o ponía mucha cantidad o no lo hacía en el sitio adecuado. Hoy he probado a hacerlo mediante círculos utilizando las coordenadas 🙂 que has dado y me ha quedado mejor. Cuestión distinta es el tono que favorece más: siempre he pensado que, al ser tan blanca de piel, me quedaban mejor los tonos rosados, pero en una de estas sesiones de maquillaje que regalan determinadas firmas cosméticas descubrí un tono melocotón que me favorecía muchísimo y queda más natural que cualquier tono rosa que haya utilizado nunca (es el Peaches de Mac), con lo que ya tengo otro color con el que provocarme más quebraderos de cabeza :). Por último te quería preguntar qué tipo de brocha es más adecuada: si aquellas que son biseladas o las redondas de siempre (me imagino que dependerá del efecto que se busque, a lo mejor me he contestado yo sola…).
Un saludo,
Oliva.
Hola Oliva,
La verdad, creo que el colorete es una de las cosas más difíciles de aplicar: es muy fácil pasarse y muy complicado hacer correcciones una vez que esto sucede. El tono melocotón suele favorecer a mucha gente, especialmente Peaches de Mac, con el rosa está el problema de elegir el adecuado: más amarillo, más brillante, más azulado porque en este caso el tono influye más, es menos neutro que el melocotón.
Sobre la brocha, pues sí que depende de lo que busques pero también es cierto que algunas personas se arreglan con una brocha redonda para todo y otras prefieren tener diferentes formatos, eso es muy personal, lo que si aconsejaría es elegirlas de tamaño medio tirando a pequeño porque te permiten mayor precisión y aplicar siempre muy poca cantidad. Vale más construir el tono poco a poco. Y si quieres que se marque más el efecto del pigmento, si usas algo con reflejos dorados por ejemplo, entonces es mejor que la brocha tenga cierta densidad.
Saludos,
Botanyuki.