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Olibanum: cuaderno de perfumes

Olibanum: cuaderno de perfumes

Archivos mensuales: enero 2014

Rosas bohemias: 1889 Moulin Rouge de Histoires de Parfums

28 martes Ene 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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absenta, almizcle, canela, ciruela, iris, mandarina, patchoulí, perfume, rosa, Vainilla

moulin rouge

Los perfumes que expresan facetas cosméticas, cremosas o empolvadas, remiten a una idea de femineidad tradicional y también a cierto sentido de la comodidad. Pueden ser intensos y dejar una estela de olor muy sólida, pueden exhibir un carácter muy coqueto, pero rara vez llegan a ser narcóticos.

Siendo el Moulin Rouge un cabaret icónico resulta convincente que un perfume inspirado en el lugar ofrezca este tipo de nota, entre otras. Y siendo yo reticente a creer que haya algo de romántico en ese ambiente de frenesí, tengo que reconocer que el perfume creado para celebrar los 120 años de existencia del lugar presenta una nota de rosa conmovedora, con cierto recuerdo cosmético de barra de labios. Así, ante el perfume, mi mente hace un desplazamiento hacia el imaginario de la película de Baz Lurhmann (2001) y la figura de Satine, la cortesana capaz de apreciar y creer en la poesía bohemia que habla de la justicia y la nobleza del ser en medio de un ambiente oscuro y desesperado.

1889 Moulin Rouge (2009) tiene un núcleo clásico de rosa e iris pero en lugar de quedarse en el tonalidad retro chic de la cosmética lujosa guardada en fino bolso de piel, va más allá y se convierte en un guiño a Le Parfum de Thérese al elegir rodear la rosa de redolentes notas alcohólicas que recuerdan a la fruta muy madura, al transformar la nota fina de cuero blanco del perfume de Edmond Roudnitska en una base almizclada con recuerdos de castóreo y pieles y, finalmente, al cambiar el aspecto verde y jugoso de melón que el clásico perfume tenía entre la salida y el corazón por algo más nuevo y aromático: la nota de absenta, amarga y anisada. Lo que no termina de emular el perfume de Histoires de Parfums es el tono chyprée aunque su fondo sea seco, oscuro, empolvado y sensual.

La salida puede desorientar: huele a jarabe de frambuesa, a gominolas de regaliz rojo, a caramelo de fresa y frutas confitadas pero ese tono goloso tiene profundidad y enseguida se percibe como el dulzor juguetón deja paso al dulzor alcohólico que anuncia la nota de ciruela madura. Ésta introduce un aspecto serio en el perfil de las frutas y se acompaña de matices indólicos propios del jazmín. Pero no es el jazmín la flor que destaca sino la rosa, terriblemente afrutada, especiada y cálida como la rosa de Marruecos. Casi escarlata, persistente y muy profunda a la que a ratos acompaña esa faceta algo grasa y cosmética de barra de labios. El patchoulí sostiene la rosa y prolonga durante un tiempo la tonalidad afrutada pero, según el perfume se evapora y se acercan las notas de base, se vuelve más almizclado y sombrío, insinuando algo animalístico y provocativo sin llegar al sofocante exceso.

1889 Moulin Rouge tiene la capacidad de confundir con su estructura. Puede leerse como un floral almizclado, como un fruitchoulí sofisticado, incluso como un perfume de cuero floral. Reúne citas diversas, es cierto – yo leo Le Parfum de Thérese en el perfil general y algo de la tonalidad oriental y fresca de Douce Amére de Serge Lutens en los pequeños matices – pero, en conjunto, se puede decir que da un giro al acorde cosmético tradicional. Ofrece algo más radiante y narcótico, menos coqueto…más dramático y bohemio.

moulin-rouge-1889

Laberinto Fu: Cuestión de trazo.

27 lunes Ene 2014

Posted by Botanyuki in Laberinto Fu

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maquillaje

delinear

Delinear los ojos es uno de los gestos más favorecedores y algo con lo que se puede jugar para expresar la femineidad. Con los trazos más sofisticados o con los más sencillos se varia, disimula o realza la forma del ojo y su expresión. Es una cuestión de trazo.

En Extremo Oriente, donde el lenguaje ideográfico favorece el desarrollo de las habilidades visuales, hay personas realmente expertas en esto. Dejadme que ponga un toque de fantasía: los looks inspirados en el anime que crea zWinnieYap en You Tube, dejo un ejemplo sencillo aquí pero a quien le guste el tema, le recomiendo el canal.

Aunque a diario necesitamos cosas sencillas y que funcionen, el delineado sigue siendo un gran aliado. Quizás el producto más adecuado (lápiz, sombra, gel, etc) dependa de lo que vayamos a hacer. También las preferencias de cada persona están ahí. Lo más profesional y complicado es el eyeliner líquido de pincel, lo más sencillo el gel y lo más clásico el lápiz.

Para los maquillajes más sofisticados y pulidos viene bien usar diferentes cosas. Un ejemplo: con el lápiz trazamos la raya con el dibujo deseado, difuminamos un poco, añadimos sombra para fijar e intensificar el efecto ahumado y después, con un delineador líquido y un pincel muy fino volvemos a trazar una raya pero esta vez muy delgada y a ras de pestañas. Así conseguimos más profundidad.

Posibilidades hay miles pero voy a insistir en que trazar la línea interior del párpado superior sigue siendo la más eficaz porque es la que da más definición de forma sutil. Yo me inclino por el el lápiz delineador ( MUFE, Chanel, Guerlain o Kevin Aucoin son mis favoritos a nivel de pigmentación y color) aunque los cake eyeliner (Kryolan, Laura Mercier) están muy bien pero lleva más tiempo aplicarlos. La cuestión es que, hecho esto, intensificando una zona concreta con más delineador o sombra, podemos conseguir bastante efecto sin demasiada complicación:

-Insistir en la zona exterior de la línea de pestañas con el trazo más marcado en el rabillo alarga la forma de los ojos y da un aire felino. Es el estilo clásico de Sofía Loren, por poner un ejemplo paradigmático, ella solía llevar bastante marcado el interior y exterior de la zona del rabillo. En ocasiones aplicando más lápiz, en otras dando más espesor a las pestañas.

-Por el contrario, al realzar la zona interior del párpado (superior) contigua al lacrimal, lo que se consigue es abrir más la mirada ensanchando esa zona, al estilo Audrey Hepburn.

-También hay quien prefiere marcar la pupila. Decir que de forma inmediata al delinear con negro y usar máscara de pestañas de este mismo color, la pupila ya tiene más vivacidad pero se puede buscar un efecto aún más específico. Es algo arriesgado porque puede crear una imagen fuerte, como de mirada muy fija y vidriosa a la vez, pero en algunas personas funciona, si de entrada no tienen la pupila demasiado dilatada o contraída aunque… mejor probar antes. Para eso hay que usar dos colores: con el más claro -pongamos marrón- hacemos el trazo normal de toda la línea interior excepto sobre la pupila, con el más oscuro -obviamente negro- dibujamos justo en la zona sobre la pupila. Podemos seguir en mismo esquema si dibujamos la línea exterior, dando un pequeño efecto ahumado al repasar con una sombra marrón de tono medio/ medio -oscuro. Pero repito, mejor probar antes.

Té y licor: Déclaration Essence de Cartier.

24 viernes Ene 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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bergamota, cadomomo, cedro, cuero, cumarina, iso e super, lavanda, mandarina, musgo, naranja, perfume, siempreviva, té verde, vetiver

jardinmágico

Resulta fascinante cómo las cosas parecidas al final resultan ser muy distintas. Esta es una experiencia que de continuo se encuentra en los perfumes de Jean Claude Ellena.

Quienes por primera vez huelen algo creado por él, seguramente se sentirán atraídos por ese aspecto sustancial y riguroso de sus perfumes, siempre frescos y ricos a la vez. Aquellos que, por el contrario, conocen ya varios de sus trabajos, reencuentran ciertos temas repetidos…, o en apariencia repetidos; es necesario un análisis con más detalle, para poder ver el universo de pequeñas diferencias, matices y sutilidades que esconde en cada faceta y que acaban por dibujar una forma más singular que la inicial.

En síntesis: con los perfumes de Jean Claude Ellena, la forma general es clara y legible porque la estructura de sus perfumes está siempre muy cuidada pero los matices son elusivos, muy elusivos. No sólo porque posee un conocimiento muy exhaustivo de su paleta de materiales y sabe hacer brillar cada matiz por recóndito que sea, sino también porque suele introducir efectos inusuales con notas especiales que cambian por completo la tonalidad del perfume.

Este es el caso de Déclaration, una de las fragancias masculinas más populares y queridas tanto por hombres como por mujeres -prácticamente un clásico moderno-, y Déclaration Essence (2001) de Cartier. En principio parecen lo mismo debido no sólo a que comparten acordes sino también a que tienen un perfil muy similar en el que destacan las especias frescas y el cedro del Atlas. Además ambas, en su tono coriáceo aderezado con canela, remiten a un mismo modelo: Eau d´Hermés (1958) de Edmond Roudnitska.

Curioso es lo que ocurre con estos perfumes de Cartier: la gente los describe como prácticamente idénticos y, sin embargo, suele inclinarse de manera vehemente hacia una versión u otra. Hay quien lee Déclaration Essence como una versión más ligera y brillante, hay quien la ve más profunda y oscura. Para mi es, definitivamente, más verde y aromática. La prefiero, no sólo porque encuentro en ella más detalles afines a mi gusto sino porque, de alguna manera, su frescor vigorizante sobre base de maderas ambaradas radiantes me recuerda a un Aqua Allegoria de Guerlain -ya retirada- que tanto adoraba: Mentafollia (2004).

Sin duda, es esa intensa veta verde a base de tonos aromáticos de té y especias asociada al cedro del Atlas, ahumado y coriáceo, con un toque de flores blancas, ligeras y cristalinas, lo que provoca la conexión. Pero esa es la huella más saliente en mi memoria olfativa. Si voy un poco más allá, la conexión estaría en el frescor profundo de los cítricos musgosos reminiscentes de perfumes chypré y aguas aromáticas.

Aún así, Declaration Essence ofrece algo más. Por un lado, su salida no sólo es cítrica y brillante, con gran protagonismo de la bergamota y toques de mandarina, o vibrante y alcanforada con la ayuda del cardomomo, sino también herbácea y aromática por la lavanda, dulce y refinada gracias al cedro. Por otra parte, su base es menos almizclada, más reminiscente de un bosque en el que respirar aire limpio y presentir cómo la humedad del suelo alimenta la savia de las plantas, gracias al vetiver y a la faceta musgosa. Pero lo que encuentro más atractivo es el elemento casi licoroso que añade la siempreviva y que realza el aspecto ámbar de la base, creando una sensación perfumada más redonda.

essence

Érase una vez un perfume: Midnight Poison de Dior.

11 sábado Ene 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, ambrox, ámbar, bergamota, cumarina, mandarina, patchoulí, perfume, rosa, Vainilla

eva-green-poison

Dicen que toda Cenicienta tiene su medianoche, algunos perfumes también y es una lástima pero así ocurre. Quizás Midnight Poison (2007) no destacara por la originalidad del tema, quizás fuera un derivado aunque no diré de qué perfume porque, en realidad, me recuerda a varios pero para mí tenía su encanto. Reconozco que la publicidad me tentó -era una campaña muy bonita- pero el perfume también lo hizo cuando lo probé.

Sí, seguía la moda del momento, pero con el regusto de la elegancia clásica. En la rica base ambarada de textura suavemente empolvada residía su gran atractivo. Se anunciaba como un perfume de rosa negra…la rosa era más bien transparente y luminosa pero aún así, poco aparente.

Al principio era más cálido y verde, con un elemento alcanforado algo intenso que le daba un aire más masculino. Luego adquiría una textura sedosa.

Esa fase inicial, marcada por el patchoulí y la rosa, era cálida y penetrante, con una cualidad casi herbal, pero al evolucionar se volvía más fresco y más ligero, incluso aromático. De vez en cuando dejaba asomar elementos afrutados, entre frutos rojos y crema de manzana y trazas de flor blanca para recordarnos su ascendencia.

Luego llegaba la nota de ámbar cristalina, afrutada y con un sutil recuerdo a tabaco. Ligero ámbar pero también perfumado; tonificante por su faceta aromática pero a la vez capaz de envolver con sus efluvios melosos.

¿Recordáis como describía el vestido de Cenicienta el Hada Madrina de Disney antes de agitar su varita mágica? «Sencillo pero atrevido»…pues eso, sobre todo, atrevido porque la dualidad era su faceta más poderosa y, al final, la combinación de aromas concentrados más propios de los perfumes masculinos con las texturas vaporosas y cremosas típicamente femeninas era como un torbellino de aromas. Era lo que le daba singularidad entre tantos perfumes con el mismo gusto.

Me hace pensar en esta pieza de Karl Jenkins, el Allegro de Sarikiz, repetitivo, evidentemente inspirado en el clasicismo pero con un sentido del ritmo moderno e ideal cuando necesitas una inyección de energía para poder continuar una tarea tediosa.

midnightP

La intrincada textura de un cuento oriental: Ambre Fetiche de Annick Goutal.

10 viernes Ene 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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ámbar gris, benjuí, castóreo, civeta, cuero, incienso, iris, labdanum, patchoulí, perfume, styrax, Vainilla

sherezade
*El que escucha secretamente de Edouard Frederic Wilhelm Richter.

El Romanticismo insufló en la estética europea la necesidad imperativa de expresar lo bello más allá de la forma armoniosa y la línea recta, huyendo del esquematismo clásico, con las miras puestas en la diversidad. Buscando una realidad más vitalista, más afín a la naturaleza, Oriente se convirtió en fuente de inspiración. Como oleadas, distintas culturas lejanas canalizaron la creatividad de los artistas europeos, transformándose en un foco de atención gracias al cual (re)descubrir la sensibilidad añorada. Las mentes creativas buscaban nuevos paraísos perdidos y nuevas experiencias que transmitieran autenticidad. Desde entonces, lo oriental sería sinónimo de experiencia genuina.

En perfumería, exuberancia y misterio adornan el concepto de perfume oriental típico; la sobriedad no entra en la ecuación. Lo oriental se transforma en la tierra de la fantasía y la evasión y este concepto se traduce en las composiciones con profusión de notas. Sin embargo, existen perfumes orientales que renuevan esa idea romántica de una realidad más vívida y diversa sin pomposidad, a destacar varios Serge Lutens y la colección Les Orientalistes de Annick Goutal inspirada directamente por las materias primas venidas de Oriente que desde la Antigüedad eran como tesoros: incienso, mirra, ámbar gris y almizcle, materias primas preciosas de hoy y de siempre.

Toda la serie de Les Orientalistes tiene un hilo conductor, una veta amaderada que recorre como un pálpito todas las composiciones insuflando la calidez y la fuerza de un aire lleno de buenos aromas que reconforta el espíritu. Ese aspecto amaderado es difuso pero a la vez rico: con un acabado vainillado y húmedo típico de la cumarina presente en toda la serie (excepto en el perfume de mirra) acompañado por algo que recuerda al papiro y que aporta una nota sobria, terrosa, casi vegetal. Esta faceta vertebra la colección, pero en cada perfume se fragua con un matiz diferente: más conífera en Encens Flamboyant, más afrutada y lechosa en Musc Nomade, especiada en Myrrhe Ardente…En Ambre Fetiche es como un sutil y dulce incienso que logra dar ese infinito efecto susurrante.

Ambre Fetiche pone el acento en la impresión de ámbar gris, un material de matices interminables que desembocan uno en otro como las historias de Las Mil y Una Noches hacen en boca de Scheherezade. Como un laberinto de aromas reconocibles al momento para luego disiparse en el conjunto, este perfume de ámbar recoge de la tradición la base de maderas ambaradas y el recuerdo de los viejos libros encuadernados en cuero que huelen avainillados, empolvados, secos y un poco ácidos.

Tiene un aire antiguo y mucha clase: pese a la pungencia de ciertas notas que contiene, pule todas las asperezas para conseguir un olor refinado. De hecho, lo que más se realza en esta composición es la faceta de cuero meloso propia de la tintura de ámbar gris y lo hace recurriendo a un tema clásico y poderoso: el Cuero Ruso -así ahumado-, reforzado por la civeta indólica y el almizclado castóreo. Un cuero neutralizado con una buena dosis de geranio que le da un tono jabonoso y envuelto en el dulzor terroso del patchoulí y el meloso labdanum.

El absoluto de iris ayuda a dar dinamismo y cierto frescor a la composición, además de contribuir al acabado empolvado, mientras un velo especiado redondea el efecto de los bálsamos. Incluso, en la fase final de la evaporación se puede leer una nota abstracta de frutos rojos pero, en conjunto, Ambre Fetiche se percibe como un velo de perfume luminoso, ricamente texturizado, de aroma cálido, seco y animalístico que oscila entre cuero y vainilla. Ambrosiáceo.

«Sujeta el infinito con la palma de la mano», William Blake.

AFboule

¿Un cocktail Bellini durante la opereta ?: Dahlia Noir Eau de Toilette de Givenchy.

04 sábado Ene 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, iris, mandarina, melocotón, mimosa, perfume, pimienta rosa, rosa, sándalo, Vainilla

Themerrywindowwarners-ad1960-f-pellegrini
*La viuda alegre cartel de 1960 por Frances Pellegrini.

Hay quien piensa que el Rococó no fue más que un estilo decorativo, relengando -de paso- la decoración y toda la artesanía que conlleva a la categoría de pura frivolidad y olvidando que hubo más que rocallas y muebles estilizados durante ese período. De hecho, una mirada más profunda a las pinturas de Watteau, de Fragonard o de Gainsborough deja ver un poso de melancolía en el gesto de los retratados e, incluso, hay pinturas empapadas de ese sentimiento, donde la naturaleza que rodea los personajes expresa la misma poética. Con las operetas ocurre algo parecido, se juzgan como algo superficial, cuando muchas esconden una buena dosis de sagacidad práctica: las cosas pasan mientras parece que no ocurre nada.

Lo cierto es que los prejuicios nublan no sólo nuestro entendimiento sino también la capacidad de disfrutar de algo…como si intentar tener buenos momentos fuera algo inapropiado. Esto es una realidad cotidiana en prácticamente todos los ámbitos pero, puesto que esto es un blog sobre perfumes, voy a centrarme.

Ciertos perfumes que aparentemente sólo son encantadores, suaves y bonitos para mí acaban en la categoría de adorables porque parecen encerrar un elemento profundo, algo que podríamos definir como parte de un microcosmos personal. Esos perfumes suelen incluir algún tipo de referencia al aroma de la piel limpia, recordando más a los productos cosméticos cremosos de acabado lujoso y a los jabones blancos de olor tan refinado que al maquillaje retro chic, aunque no renuncian a la faceta empolvada. Es una gama de aromas muy concreta y al sentirla siempre tengo la sensación de que el perfume me está llevando a un ricón silencioso de mi propio universo, en el que se mezclan las perlas de color crema, con las figuritas de jabón que tanto me fascinaban de niña, o los cromos de flores y angelotes con los frascos de purpurina y las fotografías antiguas. Sí, un rincón de recuerdos, bonitos y frágiles; un tesoro que es parte de la identidad de cada persona.

Dichos perfumes tienen un aspecto íntimo más delicado o quizás menos racional que las notas de maquillaje caro basadas en rosas y violetas empolvadas. Siguen siendo empolvados porque suelen tener algo de iris, de mimosa, y almizcles blancos pero lo que predomina en ellos es la faceta lactónica del melocotón, los acentos cremosos de sándalo y flores blancas y la suavidad de una nota ambarada muy fina. Tienen algo insinuante que reside en su poder para evocar un aura sofisticada de comodidad gracias a los detalles de textura.

Desde Peau de Pêche de Keiko Mecheri o Le Mimosa de Annick Goutal pasando por Champs Élysées de Guerlain, hasta Orlane B21 con acentos especiados cálidos, Lalique Fleur de Cristal con una bonita nota de jazmín sambac y muguet o Dahlia Noir Eau de Toilette de Givenchy que introduce algo anisado junto a más notas verdes y amaderadas. Todos estos perfumes comparten ese efecto piel limpia basado en almizcles blancos y melocotón, con mayor o menor hincapié en el acabado empolvado pero Dahlia Noir EdT añade alguna cosa más: un discreto acabado aldehídico acompañado de un muy sutil y vaporoso efecto suede que aportan el toque de elegancia abstracta.

Al contrario que el original Dahlia Noir Eau de Parfum -inspirado en el Acqua di Cologna Iris de Santa Maria Novella pero mucho más empolvado y rosado para acercarlo al universo del maquillaje- el Eau de Toilette tiene un perfil más amaderado, donde la pimienta rosa ayuda mucho a realzar el contraste entre la pungencia seca del cedro y el acabado cremoso del sándalo con toque de azúcar y vainilla. Esta pimienta además aporta un frescor afrutado que acompaña bien en la salida a una acidulada mandarina y un melocotón con algo mantecoso y anisado a la vez que, hasta cierto punto, hace pensar en el aroma de las dalias aún cerradas. Luego, ese aspecto se suaviza, se vuelve más lechoso e invoca la imagen de grandes pétalos de magnolias blancas. Es una sensación breve, antes de dar paso a una nota más sólida de rosa almizclada y de jazmín fresco que forman el corazón del perfume.

Como muchos otros perfumes de François Demachy aparenta ser un aroma muy fluído y sencillo, es con la evolución en la piel que se aprecian los pequeños e intrincados matices llenos de textura. Una auténtica urdimbre de sutilidades. Y estos detalles son como las teselas de los mosaicos: de lejos parecen del mismo color, de cerca se aprecia cómo hay matices y sombras que dan profundidad a la imagen. Así, lo cremoso va de la mano con lo vaporoso, lo aterciopelado con lo jugoso, lo aéreo con lo seco… Creo que es esa la razón por la que esta versión de Dahlia Noir se ha convertido en uno de mis perfumes de corte cosmético favoritos: los matices aparecen sin que pareciera que existieran.

dahliaN

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