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La Signature Collection de Mona d´Orio, inicialmente, estaba compuesta por cinco perfumes que, en algunos casos, resultaban difíciles de aceptar por lo pronunciadas y evidentes que eran las notas sucias. Dos de esos perfumes serán reeditados este año: Nuit Noir y Lux. Les Nombres d´Or es, sin embargo, algo totalmente diferente. Una colección compuesta por fragancias que parecen estudios delicados de una faceta concreta de un material o nota tradicional de la perfumería. Sencillo, concreto y muy el la línea del sector nicho.

Sin embargo, el cuero, siempre ha sido un elemento muy elaborado en la perfumería fina; acompañando acordes de ámbar o de iris la mayoría de las veces. Un cuero a secas es algo muy específico incluso en el panorama actual y existen pocos perfumes en el mercado que se atrevan a tratarlo como único tema de un perfume…

Cuir de Mona d´Orio es uno de ellos pero, pese a la desnudez de este cuero en sí y al contrario de otra composición como Gold Leather de Atelier Cologne que también elige la vía de la crudeza, la perfumista tuvo la audacia de enmarcar su estudio en una estructura tradicional muy sólida. Así que Cuir tiene un modelo bien consolidado en el imaginario colectivo o, mejor dicho, tiene dos: el sabor y la estructura.

El sabor es el del Cuir Russie, fiero y ahumado, basado en la faceta pirogenada del alquitrán de abedul. Impregna más allá del esqueleto este perfume, que sigue el esquema y el acabado de una composición fougére (helecho) de salida aromática y lánguida coda ambarada. Eso es exactamente Les Nombres d´Or: Cuir : la exageración del aspecto ahumado y oscuro de los perfumes helecho que suele aportar la IBQ (isobutil quinolina)… Las buenas ideas suelen ser cosas sencillas.

La IBQ puede dar varias tonalidades que recuerdan al vetiver (nota presente en todos los perfumes de Mona d´Orio en mayor o menor medida), al musgo, a una sombra ambarada o una faceta de cuero negro. En Cuir es el nexo entre el tema y la estructura en sí misma. Da la tonalidad principal, austera y cálida, que se complementa con matices ricos y profundos a lo largo de la evolución.

Desde la brillantez aromática del inicio, con el cardomomo aportando el frescor alconforado y los recuerdos herbales y anisados de la absenta que adelanta ya algo del tono ámbar de la base donde el opopanax expone matices cálidos de tierra y sándalo, este cuero parece siempre envuelto en una nube de humo gris. Es casi más humo que cuero.

Dos notas importantes ayudan a mantener esta tensión entre lo volátil y lo táctil: el oxicedro y el castóreo. El oxicedro (cade) expande una faceta ahumada -recuerdo de maderas quemadas- teñida de tonos medicinales y de brea mientras el castóreo, también seco, remite a la faceta más rica, suave y almizclada del cuero.

Matizado con elementos aromáticos, suavizado con un sillage ambarado más tradicional, este es el retrato de una pieza de auténtico cuero negro. Desmaterializado, seco y cálido. Llevar este cuero sin más revestimiento que el humo no deja de ser una cuestión de decisión y provocación.

Y si queréis algo de espíritu más rocker: Ne gledaj me tako i ne ljubi me vise (No me mires así y no me beses más) tema del histórico grupo yugoslavo Bijelo Dugme, cuando Zheljko Bebek era su vocalista.