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Básicamente existen dos formas de maquillar los ojos: con efecto ahumado o con definición. Cuando se apuesta por la definición, se apuesta por las líneas marcadas: la clásica banana dibujando la comisura del párpado, el delineador bien visible, la diferencia cromática de una zona a otra cambiando sin degradación de color, etc.
Normalmente un maquillaje definido es un maquillaje más formal, incluso serio, que intenta recrear el esquema de un ojo almendrado. Pese a parecer una opción menos creativa que la mirada ahumada, a lo largo de las décadas se pueden ver matices más experimentales; a destacar la década de los 60´s.
Twiggy era entonces un icono de moda y su maquillaje la mejor muestra de eso. Sencillo en concepto, pues se basaba en unas pestañas enormes y una comisura muy marcada, resultaba muy eficaz a la hora de conseguir que los ojos fueran el centro de atención de toda su persona. El toque pop lo daba el uso de blanco y negro, los no-colores, que pueden ser tan difíciles de manejar, para crear unos ojos grandes, brillantes y bien definidos denotando franqueza.
Bambi eyes con largas pestañas que no arañan, pupilas que no asustan y frescura en la mirada . Audrey Hepburn sería el paradigma de este estilo en clave discreta.
Para aquellas personas que tengan los ojos pequeños y ligeramente hundidos es ideal. Basta con elegir bien dos tonos neutros: uno claro ( beige, marfil, vainilla, arena, rosa pastel) que se aplica en todo el párpado móvil y uno más oscuro (un tono topo sería perfecto, pero también un gris paloma, un marrón de intensidad media) que se aplica ¿en la comisura? No, no mismamente ahí, sino en el arco que podemos formar justo por encima del párpado móvil cuando tenemos el ojo abierto, siguiendo de forma más discreta el mismo esquema que Twiggy; de esa manera podemos hacer que un ojo pequeño parezca más grande.
En el caso de Twiggy, el ojo aparece más redondo al dibujar la banana siguiendo todo el perfil la cuenca del ojo. Eso exagera un rasgo natural en ella. Sin embargo, en la foto superior del post, la técnica se adapta para conseguir alargar el ojo al dibujar la banana en el tercio exterior hacia fuera ligeramente por encima de la línea natural de la comisura (para no caer en el revival sesentero huid del blanco y negro).
No hace falta marcar la línea con lápiz primero, basta con dibujarla con la propia sombra y un pincel a bisel o en punta (tipo lápiz); es conveniente suavizar un poco la línea pero sin llegar a difuminar. También se puede aligerar dibujando sólo el tercio exterior de la banana y difuminando el resto hacia el interior. Las posibilidades son varias y es cuestión de adaptar el truco a cada rostro. Además tenemos mucho juego al decidir el grado de contraste entre tonos y los acabados de las sombras, combinando mates con irisados, brillos y satinados aunque lo mejor para conseguir definición siempre son las sombras mate. En ese sentido MAC, Bobbi Brown e Inglot son marcas a considerar porque tienen buenas sombras mates en tonos neutros, los ideales para conseguir esa mirada de pequeño cérvido si se complementan con unas cejas naturales y frondosas pestañas.
Que interesante! Lo probaré. Sin duda
más suave que en la foto, más que nada porque me tuerzo
Hola Pilar,
Definitivamente más suave resulta ideal 🙂 , con un pincel en bisel yo creo que es más fácil.
Saludos,
Botanyuki.