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Olibanum: cuaderno de perfumes

Olibanum: cuaderno de perfumes

Archivos mensuales: abril 2014

Usando perfume para enmarcar el tiempo. La escotadura supraesternal.

26 sábado Abr 2014

Posted by Botanyuki in Archivo general, Usando perfume

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perfume

bang-fantasy
*Vuelo de Fantasía pintura de Karl Bang.

Durante la última semana de enero ya es evidente que los días crecen, hay más luz y empieza a ser una luz más clara. A mitad del mes de agosto algo comienza a ser diferente, la luz se vuelve más blanca. En los primeros días de septiembre el olor de la tierra cambia y las jornadas, aún soleadas, ya dejan presentir en sus mañanas la humedad y el frío del otoño venidero.

Hay momentos del año en que la naturaleza es más perfumada que de costumbre, como si exhalara poesía. La atmósfera de alguna manera se vuelve más suave y el sosiego flota en el aire. En esos momentos los perfumes adquieren una cualidad más natural y se expanden como si fueran otro aroma más de la naturaleza, inundando los sentidos con emociones que nos implican más con el entorno. En esos días ocurre una extraña magia: nos olvidarnos de que llevamos perfume y simplemente disfrutamos con la sensación de oler algo infinito que nos hace sentir mejor.

Carpe diem. Necesitamos no olvidarnos de que vivimos y que podemos hacer por ser felices. Porque a veces, en la vida, llegamos a olvidar que intentar ser felices es muy importante.

No es una obligación, no de la manera que la publicidad y la vida social parecen dictar. Pero sí es una necesidad. Así que buscar pequeñas cosas en el día a día que nos permitan disfrutar es una buena disciplina. A veces es una taza de café con una onza de chocolate, otras un libro estupendo o una película que nos libera. Así que no me cabe ninguna duda que darnos cuenta de que olemos bien y más aún, que nuestro perfume se funde con nuestra piel, es una sensación muy reconfortante.

Los olores despiertan nuestros sentidos y nos hacen sentir más vivos. El olfato es un sentido de alerta pero también permite el deleite. Disfrutar de buenos olores siempre ha sido saludable.

El ser humano es un ser propositivo y una de sus metas más importantes es minimizar el dolor. Cuestión de supervivencia. Tanto si es un producto de aromaterapia como si es fruto del sentido estético, el perfume tiene la capacidad de influir en nosotros. Así que usemos perfumes para sentirnos mejor y, estando más cómodos con nosotros y nuestras circunstancias, es mucho más probable que nuestros momentos cotidianos se conviertan en recuerdos bonitos.

Llevar un perfume y olvidar que lo llevas mientras sientes su aura es, paradójicamente, la sensación más deseable…hechizante incluso. Los perfumes que tienen un sillage bien construido suelen crear esa sensación casi en cualquier circunstancia o momento del año, casi. Cuestión de evaporación.

Esa cualidad del sillage sólido es poco frecuente, muy poco frecuente. Sin embargo es la más deseable, especialmente si el perfume tiene una afinidad total con nuestra piel, porque entonces podrá desplegarse de modo especial en cualquier parte del cuerpo que lo apliquemos. Es cierto que probar los perfumes en diferentes zonas del cuerpo es un ejercicio para estudiar matices pero los perfumes más frágiles también son menos versátiles.

Así pues, ¿cómo disfrutar más de nuestros perfumes? Saber elegir es una cosa, saber perfumarse otra. El modo de aplicación también cambia la percepción.

Todos tenemos nuestros rituales. Hay gente que adora ponerse su perfume diario tras la ducha de la mañana, otros sólo conciben vaporizar la fragancia una vez vestidos. Hay quien crea una nube y hay quien sólo pone un par de gotas tras el lóbulo de la oreja.

Perfumarse en la nuca permite percibir oleadas de perfume y sentir mejor la estela, además el cabello queda sutilmente impregnado con la fragancia. Aplicar unas gotas en las muñecas es una actitud más pragmática ya que alejamos el olor de nuestra nariz y sólo sentimos un rastro tenue de aroma.

Pero si se busca la plenitud del perfume y poder apreciar las distintas intensidades en cada faceta; si se desea sentirlo como algo fluído y natural a la vez que poderoso, entonces perfumarse en el hueco que forma la base del cuello entre las clavículas, en la escotadura supraesternal, es la mejor opción. Así podremos respirar a través del perfume como si estuviéramos oliendo la brisa perfumada en medio de la naturaleza.

Sabemos poco del cerebro, menos de lo que pensamos porque aún nos falta la capacidad para poner todo el conocimiento que brinda la (neuro)ciencia bajo un modelo coherente y después ser capaces de traducir eso en términos de comportamiento general. Pero os diré una cosa, infravaloramos la capacidad que brinda la imaginación y la fantasía como instrumento de conocimiento. Porque la imaginación y la memoria están íntimamente ligadas y, quienes estudian algo sobre los perfumes enseguida entienden esto ya que los olores no se memorizan aislados tal cual, sino asociados a algo. Ese algo crea un contexto que caracteriza el olor. Puede ser color, puede ser música, formas o un paisaje: no existe un patrón exclusivo.

La imaginación ayuda a recordar una experiencia sensorial del pasado pero también permite variar los elementos y combinarlos de nuevo. En perfumería eso es trabajar con el recuerdo del olor. ¿Cómo puede la gente creer que la imaginación es sólo ensueño y por tanto desligable de lo humano? No lo sé, quizás porque culturalmente no se favorece un uso holístico del cerebro. Rita Levi Montalcini decía que el futuro de la investigación en neurociencias estaba en comprender mejor el funcionamiento holístico, si renunciamos a comprender la imaginación como una capacidad más, renunciamos a ese futuro. Por favor, alimentemos la creatividad.

Ahora esperad un poco más antes de acabar esta lectura. Fijaros en el cuadro de Karl Bang Vuelo de Fantasía que encabeza esta entrada, ¿os parece que la pieza musical Birds de Kokin Gumi la ilustra? ¿Qué perfume podríamos añadir? Yo tengo claro el mío pero no quiero influir en vuestra percepción. Pensadlo y compartir vuestra idea si así lo deseáis o guardadla en vuestra mente si os parece mejor. Pero pensadlo.

Blogging University: Iniciando la aventura en Pinterest.

25 viernes Abr 2014

Posted by Botanyuki in Archivo general

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Blogging201

PrettyPinterest
*Pretty Pinterest icono creado por Mary Henderson. Algunos derechos reservados. Visita su blog en http://mkhmarketing.wordpress.com/about/ . Puedes ver sus otros trabajos en Flickr

Los lectores habituales del blog saben que no utilizo otras redes sociales pero en Blogging 201 se nos ha recomendado encarecidamente que consideremos la opción de, al menos, ser activos en otra red social. Después de pensar un poco, he decidido iniciar la aventura en Pinterest.

Y digo aventura porque yo no soy demasiado avezada con la informática. Crear la cuenta fue sencillo pero a partir de ahí encontrar la ayuda o instrucciones necesarias para mejorar mi página y poner un enlace en mi blog no ha sido tan sencillo.

En WordPress no funcionan los códigos Java que utiliza Pinterest para poner los widgets y el famoso «Pin it» en tu propio blog. He tenido que crear mi propio widget. Una visita a WordPress Support fue mi salvación. Si alguien tiene el mismo problema le recomiendo no perder la calma.

Pinterest Icon
*El icono ya está en la barra lateral para enlazar a mi perfil en Pinterest. También podéis probarlo desde aquí.

Aunque sólo llevo una horas experimentando no ha sido difícil entender que esto puede ser adictivo. Muy adictivo. Y pensar que me estaba perdiendo todo un mundo de imágenes…

La ingente colección de fotos de viajes es muy tentadora. Imposible no tener un tablero dedicado a esto. ¿A quién no le gusta viajar? Más aún ¿A quién no le gusta Italia?

Esta es mi favorita:

Intentaré seguir mejorando el sitio. Tengo mucho por hacer y si tenéis alguna recomendación por favor no dudéis en dejarla en la sección de comentarios.

La delicada presencia de una colonia oriental: Vanille Insensée de Atelier Cologne.

24 jueves Abr 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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cidra, coriandro, etil vainillina, lima, musgo, perfume, roble, Vainilla, vanillina

josephine_wall_catching_wishes
*Catching Wishes de Josephine Wall.

Desde la Antigüedad las ideas abstractas tenían una representación figurativa. Se personificaban a través de la mitología. Las alegorías medievales continuaron la tradición y a menudo recurrieron a figuras opuestas para explicar mejor los conceptos. Así, a menudo la Locura tenía como figura contrapuesta a la Prudencia, porque una era una carencia que la otra suplía con creces. Se entendía la prudencia como la capacidad para captar el entorno con objetividad y por eso se representaba como una mujer sosteniendo un espejo, el objeto que devuelve el reflejo exacto de las cosas. Pero este sentido de la clarividencia se resquebrajó en la Edad Moderna. Desde el Romanticismo la introspección fue adquiriendo tintes de verdad y la realidad se fue multiplicando en las parcelas de lo personal. El mundo de los sueños comenzó a cobrar valor de veracidad, contribuyendo al sentido de otra realidad.

Atelier Cologne calificando su «colonia a la vainilla» como insensée -loca, insana o sin sentido- ha recuperado el antiguo concepto de locura. Esta vainilla no es realmente una vainilla sino una interpretación del uso de las notas vainilladas en la perfumería clásica. No sólo vainilla, que aquí se percibe como un material discreto, sino sobre todo la vainillina de textura azucarada y la etil vainillina de persistente cremosidad.

Con un trabajo meticuloso, propio del estilo de Ralf Schwieger, se nos regala una buena dosis de sensaciones concentradas en los más pequeños matices. Algo muy característico de las colonias de calidad.

Del carácter de la Cologne, por tradición un jugo muy refrescante, muy volátil y saturado de notas cítricas y herbales, Atelier Cologne mantiene en sus composiciones un inconfundible tono dulce, verde y herbal un tanto medicinal que ayuda a dar un acabado más neutro. También respeta la transparencia y el discreto sillage. Pero a partir de ahí, en su catálogo de modernas colonias que perduran en el tiempo más de los esperable podemos encontrar cosas muy diversas.

El caso de Vanille Insensée es el caso de una colonia cálida y orientalizante, que refresca de forma diferente, con la sensación liviana y fría del talco sobre la piel. Ese aspecto seco se irá amplificando a medida que evoluciona el perfume, hasta mostrar el perfil más austero y amaderado del musgo de roble. Incluso la sugerencia de la corteza del árbol podemos tener.

Pero antes de llegar a esas notas de base que nos recuerdan cómo en su día la faceta de musgo podía ir acompañada de vainillina reforzando la textura empolvada, Vanille Insensée muestra su lado más ámbar. Crea en la mente el recuerdo de una atmósfera vacacional, de playa paradisíaca y de piel cálida ya bañada por el mar. Conjura esto mediante el olor, al recrear un acorde de crema solar en el corazón de la colonia. Este aspecto cremoso se vuelve más evocador y poderoso porque tiene profundidad. Está muy trabajado y, pese a ser reconocible, no es lo único que se percibe. A veces asoma cierta mantecosidad floral y el crepitar de los cítricos entre esas capas más densas es una delicia: su vivacidad inicial se ha ido atenuando hacia el corazón, hasta ser como chispitas.

La salida es tierna y delicada. Una combinación de tonos alimonados con el fugaz recuerdo a mandarina que aporta el coriandro. La cidra, más dulce y balsámica que la bergamota, y la lima, más seca y amaderada que el limón, son como un baño de glaseado sobre bizcocho de vainilla. Esta debe de ser la única licencia gustativa que encontramos en una colonia dedicada a la vainilla.

Hay un trabajo muy importante de texturas y contraste en Vanille Insensée y eso es algo que la hace memorable. Tiene un acabado seco, cálido, amaderado y es reconfortante como un licor dulce, sensaciones que también podemos encontrar en Eau des Merveilles de Hermès. Y de la vainilla, lo mejor: la delicadeza y la capacidad para reverberar en el perfume impregnando otras notas con su suavidad balsámica.

Con Vanille Insensée es difícil pensar en invierno o en verano. Sólo es posible una estación imaginaria fruto de los recuerdos que despiertan su olor. Sin duda, una forma de locura exquisita.

Vanille-Insensee

Demodé. Una perspectiva histórica sobre la percepción social de los perfumes empolvados.

19 sábado Abr 2014

Posted by Botanyuki in Archivo general, Ensayos, Un poco de Historia

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almizcle, badiana, benjuí, clavo, empolvado, flor de naranjo, iris, perfume, rosa

MA

La condesa de Listomere-Landon era una de aquellas mujeres del Antiguo Régimen, de tez pálida, cabellos blancos y sonrisa maliciosa. Retratos septuagenarios del siglo de Luis XV, estas mujeres eran por lo general afables y cariñosas, como si la edad del amor no hubiera acabado para ellas; olían a polvos á la marechale, y un recuerdo hacía asomar a sus labios la sonrisa antes que una gracia. La actualidad les desagradaba. Cita de La mujer de treinta años (1831) de Honoré Balzac.

Toujours exhalant la poudre à la marechale…La Poudre a la Maréchale fue, en origen, un polvo para pelucas de gran predicamento en esos días de gloria de la Corte de Versalles, espejo en el que se miraba el resto de Europa.

La mariscala D´Aumont, autora de tan ilustre cosmético, perfeccionó una receta a base de iris y rosas que todas las cabezas aristocráticas se enorgullecían de usar. Era una costumbre de la época que las damas que reinaban en su casa dedicaran el tiempo a pintar porcelana, hacer paneles decorativos con caracolas o crear perfumes secos como los polvos para el cabello o los saquitos para la ropa. En los salones más famosos del Antiguo Régimen se respiraba esa fragancia intensamente atalcada. El éxito de la fórmula de la mariscala se debió en parte a la buena capacidad que tenía para perdurar en el tiempo frente a otras fórmulas más ligeras, pero seguramente la buena posición social de su creadora ayudó a extender la fama del producto.

Catherine Scarron de Vaures, la mariscala, era hija de Michel Antoine Scarron, consejero del rey y tesorero general de Francia. En marzo de 1629 se casó con Antoine D´Aumont, marqués de Villequier, quien asciende a mariscal de Francia en 1651, a gobernador de París en 1662 y llega a par del reino en 1665, cuando se crea el ducado D´Aumont. Se cree que la fecha de creación de La Poudre a la Marechále fue 1669, año en que fallece el mariscal.

Escenificar la propia presencia en la Corte era un arte que las mujeres debían aprender a dominar, no sólo para la ostentación de un rango social, también por la competitividad. Había que tener un halo poderoso que creara presencia y eso lo hacían a través del olor, los ropajes, los elaborados tocados y las intrigas galantes. Aura, pompa y circunstancia.

Dado que fue un producto tan reconocido, la fórmula se popularizó. Fijó el perfil de un tipo de perfume empolvado, especiado, penetrante y cálido que a modo de receta todo manual de perfumista recogía. Como en otros casos, la fórmula se adaptó al medio líquido como Eau de Maréchale, acrecentando su fama. Fue de hecho un perfume tan conocido y popular que marcó una época, como refleja el texto de Balzac.

La desaparecida Crown Perfumery tuvo en su catálogo el perfume Maréchale hasta finales del s. XX y Santa Maria Novella ofrece una interpretación muy especiada, casi acre, en Marescialla que data de 1828. Con todo, la importancia de la fórmula está en prefigurar el tono caracterísitco de lo que en la perfumería moderna serán los grandes bouquets florales, especiados y empolvados a la manera de L´Origan de Coty o L´Heure Bleue de Guerlain.

Posiblemente existan tantas fórmulas-recetas del perfume de mariscala como manuales; con frecuencia se habla de iris, benjuí, flor de naranjo, rosas de Provenza, coriandro y clavo como ingredientes importantes, vetiver incluso. Pero una de las recetas más completas y cercanas al sabor que nosotros podemos conocer a través de los perfumes modernos es la que recoge C. F. Bertrand en Le Parfumeur Imperial (1809) donde recomienda esta fórmula para crear la fragancia de polvos blancos porque es penetrante y no desvirtúa la blancura de la base. La fórmula para 20 libras de almidón es:

2 libras de iris
1/2 libra de rosas de Provenza
1 libra de Palo de Rhodas
1 y 1/2 libra de semilla de ambreta
2 onzas de clavo
1/2 libra de canela fina
1 cuarterón de benjuí
1/2 libra estoraque
1/2 libra de coriandro
1 cuarterón de corteza de bergamota o de pequeñas naranjas
1 cuarterón de flor de naranjo seca
2 onzas de anís estrellado
4 onzas de raíz de angélica
4 onzas de sándalo
2 onzas de chufas
2 granos de almizcle

Un bouquet empolvado/atalcado, seco y balsámico, especiado y con notas florales de rosa, iris y flor de naranjo con el toque refrescante del anís estrellado. Pero con el acabado de un perfume natural, plano y horizontal.

En Francia, el uso de las pelucas empolvadas fue una moda breve comparada con otras del Antiguo Régimen, pero no dejó a nadie indiferente… aunque esta costumbre de las pelucas empolvadas donde más predicamento tuvo fue en Inglaterra. Era parte del atuendo de gala.

Sin embargo, mucho antes de que en la Francia de Luis XVI fuera de rigor empolvar las pelucas, éstas eran usadas durante el s. XVII con un fin profiláctico, a modo de barrera entre el cuero cabelludo y los piojos. Luis XIV, el Rey Sol, dictó que las pelucas eran moda y el tono cambió, pasaron a formar parte de los aparatosos atuendos como un elemento más de boato. Pronto se extendió el uso y se sofisticó. En Versalles, a mediados del s. XVIII las pelucas podían ser muy elaboradas, incluso temáticas.

tematica

Entre los ricos, al principio las pelucas imitaban el tono de los cabellos. A finales del s. XVII los hombres comenzaron a empolvar sus cabellos con blanco y las mujeres con tonalidades grises o tonos pasteles de rosa, azul o blanco roto. A las cortes esta costumbre llegó algo más tarde, pero hacia 1705 ya se había extendido el uso.

Cuando el clima político y social comenzó a cambiar, estos peinados comenzaron a verse como un signo más de la decadencia aristocrática. Tras la Revolución Francesa ( 1798-1799) llevar una peluca empolvada era un reclamo para conseguir cita con Madame Guillotina. En Inglaterra también era algo mal visto pero con un matiz diferente. Para fabricar los polvos había que usar almidón y en aquella época de hambruna suponía un auténtico despilfarro. El gobierno entonces decidió imponer el impuesto de una guinea al año para quien fuera a seguir la costumbre, so pena de multa. Se recaudaron cifras escalofriantes. El pueblo comenzó a llamar a quienes llevaban pelucas empolvadas «los cerdos de la guinea» (juego de palabras con cobaya «guinea pig») ya que pagaban ese impuesto por vanidad y la multa por impago era 20 veces la tasa.

Con el aire de la Revolución, en la mente colectiva quedó fijada la idea de que aquella imagen empolvada era algo arcaico, propio de señoras mayores afines a un sistema poco democrático. Y aquella fragancia que las acompañaba siempre tan penetrante, intensa y atalcada las delataba.

Pero la receta de La Poudre a la Maréchale igual que otras muchas permaneció en los manuales de perfumería y continuó en los catálogos. Estas antiguas recetas eran cien por cien naturales y pasaban de libro en libro, de maestro en maestro con pequeñas modificaciones. Durante la segunda mitad del s. XIX también fueron la base para que los maestros perfumistas comenzaran a trabajar nuevas estructuras combinando los nuevos materiales de síntesis (cumarina, heliotropina, iononas, vainillina, etc) con los ingredientes tradicionales. Esa época de cambios rápidos y gran experimentación supuso el caldo de cultivo en el que nacieron los prototipos modernos, fijando nuevas estructuras que volverían a marcar el aire de los tiempos.

Pero los viejos adagios siguen resonando, convertidos en tópicos y aún hoy se percibe que lo muy intenso y empolvado es de otra época, de señora mayor. Lo cierto es que la técnica de sustituir en las fórmulas ingredientes viejos por otros nuevos es una práctica normal para renovar tipos de perfumes: nuevos fougére, nuevos orientales, nuevas notas de gardenia y, por supuesto, nuevos matices empolvados.

Lo que nuestra generación percibe hoy como nuevo y fresco podrá ser visto por la siguiente como algo demodé. Prejuicios aparte: todo es devenir.

hermanaslennox

La serie Aristocrats (1999) de la BBC, basada en la novela de Stella Tillyard titulada Aristocrats: Caroline, Emily, Louisa y Sarah Lennox 1743-1832 es una historia que refleja bien los dramas familiares, las demandas sociales de la época y el cambio político a raíz de la Revolución Francesa. Tiene una estética muy cuidada, los trajes son casi como personajes. Una de las escenas más representativa ocurre durante una celebración del nuevo rey Jorge III; así podemos ver a las protagonistas lucir sus mejores galas, joyas, plumas y, por supuesto, cabellos empolvados. Muy recomendable como documento y como entretenimiento.

Blogging University: siguiendo 201 Blogging de WordPress.

16 miércoles Abr 2014

Posted by Botanyuki in Archivo general

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Blogging201

Writing
Fotografía de zanharl en Fanpop

Cada mes de abril, por el aniversario del blog, intento hacer alguna mejora que haga más ágil la visita a los lectores. Normalmente rehacer etiquetas y categorías para que sea más fácil encontrar la información. Me gusta dedicar una época concreta del año para pensar en cómo mejorar las cosas y hacer los cambios necesarios.

Esta labor de (re)clasificación en el blog, intentando que sea lo más práctico posible sin perder el sentido estético y dentro de las posibilidades que brinda la plantilla puede parecer poca cosa pero las soluciones no siempre son obvias. Cuando escribes un blog tú te haces cargo de todo: elaboras las entradas, buscas y eliges las imágenes, respondes a los lectores, moderas los comentarios, administras tu escritorio, etc, etc . Así que no es tan fácil romper el marco y pensar fuera de la caja, como se suele decir. Pero, a día de hoy, el blog tiene la apariencia que deseaba que tuviera. Siempre puede haber mejoras y la plataforma WordPress lo facilita brindando nuevas posibilidades con herramientas que mejoran continuamente.

Elegir bien la plataforma de trabajo desde la que vas a editar es muy importante. Antes de dar el paso de abrir el blog fue lo que más sopesé. Me informé todo lo que pude y elegí aquello que veía más cercano a mi modo de entender un blog. El apoyo a la comunidad que presta WordPress se ajusta a lo que necesito como autora.

Este año, coincidencias de la vida, en abril nos ofrecen la oportunidad de seguir el curso 201 Blogging en WordPress. El curso comenzó ayer y el primer ejercicio consiste en reflexionar sobre metas concretas y escribir una entrada con tus conclusiones. Así que en ello estoy.

El objetivo es ayudar a que un blog de temática nicho tenga más presencia en la red. Suena atractivo. A juzgar por los comentarios muchas personas en el curso acaban de abrir su blog mientras que un grupo más pequeño llevamos más tiempo. Pero obviamente para todos es importante tener audiencia. Cuestión de motivación.

No hay más cera que la que arde: un blog sobre perfumes es un blog de temática nicho y eso hay que mantenerlo siempre en la mente para aprender a relativizar las cifras y no desmotivarse. Pero cuando abres un blog es porque has decidido compartir información, dar tus opiniones, hacer tus propios análisis para que alguien lo lea -de otro modo escribirías sólo un diario- así que para cualquiera que tiene un blog es importante recibir visitas. Este es un objetivo común para todos los autores.

Pero nos han pedido que reflexionemos sobre objetivos concretos, cuantificables a corto y medio plazo… Es genial poder hacer cosas que ayudan a que tu nombre suene en la comunidad. Como para cualquier otra persona que escribe un blog, para mi también es un objetivo. Sin embargo, llevo cinco años y aún no tengo muy claro qué es lo que realmente funciona mejor. Veo los términos de búsqueda en las estadísticas del blog y muchas visitas aún parecen casuales. Quizás mi técnica de etiquetado aún no es lo suficientemente fina y sé bien que no he prestado atención a eso que llaman SEO.

Si miro hacia atrás, recordando los primeros días en que las visitas eran escasas y la mayoría de los mensajes eran spam, creo que esas metas numéricas se han ido cumpliendo poco a poco. Siempre escribes tratando de comunicar, deseando llegar a más gente, intentando que tu trabajo tenga más audiencia. ¿Puedes trazar estrategias para aumentar el tráfico? Desde luego, y algunas pueden dar frutos, pero si estás en un sector nicho tienes un límite por definición. Así que, lo más importante para mí sigue siendo la visión personal y el esfuerzo por mantener el rigor en lo que escribo. Creo que eso es lo que más ayuda a construir una audiencia.

De todos modos el ejercicio que nos proponen en el curso es enunciar una meta cuantitativa, más que cualitativa, para que podamos medir nuestros resultados a través de las estadísticas del blog. Así que me he planteado escribir con más regularidad. Llevaba semanas pensando en ello pero inmersa en esta mentalidad lectiva del curso me he convencido de que es un buen momento para intentar hacer ese esfuerzo. Espero que las musas me acompañen porque el objetivo es llegar a un ritmo de tres entradas por semana, al menos, en los próximos tres meses. Espero poder cumplirlo. Por ahora quiero ser muy disciplinada y hacer los ejercicios que nos propongan en el curso. Eso significa, mis queridos lectores, que voy a alternar entradas dedicadas a la perfumería con entradas-ejercicio.

No siempre es fácil repartir tu tiempo en distintas cosas y a la vez mantener la frescura en la mente para escribir algo que resulte interesante. Cruzo los dedos. Creo que como alternativa a mi costumbre anual de reordenar el blog, este curso me brinda la oportunidad de revisar mi disciplina de escritura. Por ahora ese es mi objetivo, aumentar el ritmo de edicción. Pero espero vuestras opiniones al respecto.

Cuaderno de Perfumes es el apellido del blog y no por casualidad ya que parte de mi idea original era clasificar mis impresiones personales en un formato diferente al de un cuaderno de apuntes. Mientras que escribir en una hoja en blanco te ayuda a poner en orden las ideas, el blog te permite recibir un flujo de impresiones de otras personas. Y con intercambio de impresiones se consigue enriquecer la experiencia de forma bidireccional. Esa es la magia de un blog.

Dosel de pétalos blancos y verdes tallos: Grand Amour de Annick Goutal

13 domingo Abr 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, azucena- lirio blanco, ámbar, brezo, cuero, genista, jacinto, jazmin, madreselva, mimosa, perfume, rosa

flora
* La ninfa Flora (1591) de Giuseppe Arcimboldo.

¿Soy Flora o sólo una flor?
Si soy flor, soy Flora.
¿Soy como la sonrisa de la flor? Entonces
soy Flora.
¿Cómo Flora y sólo flor?
Ah, si no soy flor, no soy Flora.
Soy Flora y flor.
Mil flores y una sola Flora. Flores vivas,
Flora viva.
Pero las flores hacen Flora, y Flora
las flores.
¿Sabes cómo? El pintor sabio ha cantado
las flores en Flora y Flora en las flores.

Madrigal de Gregorio Comanini inspirado en la pintura de Arcimboldo.

El verdor tierno y húmedo retorna en primavera. Más ligero y cálido el aire, trae de nuevo el polen y la fragancia de mil flores. Se respira algo dulce y vivaz durante la estación, algo rico y profundo. Es la exuberancia de la naturaleza.

El Eau de Parfum de Grand Amour (1996, Isabelle Doyen) también tiene esa abundancia, casi sofocante, de la brisa desbordada por la penetrante fragancia de la hierba recién cortada, el dulzor denso de las azucenas y la efervescencia que desprende un ramillete de frescas madreselvas.

Es un espléndido bouquet floral que respira sobre lecho de mirra, vainilla, brezo y almizcle; con rosas melosas y un fino cuero. Trufado de verdor. Verdor que le imprime dinamismo, optimismo, juventud e incluso un extraño sentido del ritmo.

Pero a la vez es algo más que un espléndido bouquet. Esa mezcla de dulzor y vivacidad también posee una oscuridad singular, susurrante, similar a la de las pinturas de Arcimbolo: subida grado a grado. El resultado es un perfume de matices sutiles pero profundos, con el tipo de tonos luminosos que parecen esconder su viveza bajo un velo, en este caso un velo almizclado.

Vainilla y mirra confluyen en el acorde de ámbar meloso, dando una calidez balsámica al conjunto. La mirra aporta una riqueza única y llena de contradicciones: es muy balsámica pero astringente, es especiada y cálida pero también es refrescante por su tono ligeramente anisado. Mientras el brezo añade un regusto musgoso y un poco herbal.

El lirio blanco o azucena es uno de los protagonistas principales del cuerpo floral. Es dulce y envolvente, con recuerdos de cuero y de jazmín verde. La otra flor blanca protagonista es la madreselva, de carácter más vegetal y anaranjado, se rodea de jacinto cuyo carácter herbal-especiado funciona como hilo conductor en el perfume. La mimosa completa el ramo con un toque empolvado.

Grand Amour embriaga pero es difícil de apreciar, requiere un gusto por determinadas facetas y notas que la mayoría de la gente encuentra difíciles: el cuero, la mimosa, la pungencia de la faceta verde, el lirio blanco…son ese tipo de notas que no atraen a la mayoría de personas. Quien lo aprecie podrá encontrar en este perfume el efecto calmante que deriva de combinar la cualidad narcótica de las flores blancas, el factor relajante de las notas verdes más ásperas y la tersura de los bálsamos. Y ese carácter verde y balsámico unido a la nota de jacinto recuerda, sin duda, Chamade de Guerlain, pero en Grand Amour lo verde persiste durante toda la evaporación.

Verdor y exuberancia. Espíritu primaveral para transmitir optimismo y serenidad. Cualidades entrelazadas por un algo poético que parece vivirse en la música antigua, esa en la que domina la armonía y la laxitud de un tempo lento. En la colección de Annick Goutal, este perfume, destaca por su armonía y por algo más que podríamos llamar musicalidad. Es como un canto silencioso, majestuoso, expansivo y resoluto. Con transiciones suaves, con potencialidad.

La revisión de este perfume ha permanecido postergada en mi escritorio años pero con ocasión del 5º aniversario del blog he decidido editarla y dedicarla con especial cariño a mis lectores, quienes más cerca o más lejos, comentando o en silencio, siguen apoyando este «Cuaderno de Perfumes».

También me gustaría añadir un toque musical a la celebración del perfume con una de mis canciones favoritas: To tango tis Nefelis ( El tango de Néfele, 1996). Loreena McKennit compuso la pieza instrumental Tango to Evora (1991). Después Haris Alexiou le puso letra y dice algo así: Néfele* solía llevar un lazo dorado en su cabello para diferenciarse del resto en la viña. Dos pequeños ángeles vinieron y se lo robaron. Los dos pequeños ángeles, soñando con Néfele, querían alimentarla con miel y granadas para que ella no pudiera recordar, para que ella olvidara lo que desea y pudieran seducirla. Jacintos y azucenas robaron su perfume para ellos mismos y pequeños amorcillos reían y le lanzaban flechas pero el benevolente Zeus alejó de ella el agua de la juventud, la convirtió en nube y la dispersó, así ellos no podrían encontrarla.

Escuchad: To tango tis Nefelis.

*Néfele era la diosa de las nubes en la mitología griega.

GA-AG

Siguiendo el código: Honour Man de Amouage.

08 martes Abr 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, cedro, elemí, geranio, haba tonka, incienso, patchoulí, perfume, pimienta negra, pimienta rosa, vetiver

Madame-Butterfly_Karajan
*Imagen de portada para la grabación de Madame Butterfly portagonizada por Mirella Freni y Plácido Domingo bajo la dirección de Karajan.

Desde la cuna niños y niñas son diferenciados con signos externos. Existe un código cultural que la sociedad agudiza, lima o moldea a lo largo del ciclo evolutivo de cada persona. Lugares reservados, etiquetas, gestos… todo está codificado. Los perfumes también.

La división entre perfumes masculinos y femeninos quizás sea un fenómeno de mercado, pero es un fenómeno totalmente instaurado. El sector de la perfumería nicho ha crecido criticando esa separación pero en los catálogos de las marcas más selectivas podemos encontrar de todo.

La diferencia desde un punto de vista más estilístico radica en el mayor volumen de notas florales (dulces) que exhiben los perfumes femeninos, frente al carácter más seco y austero de los masculinos. Otro punto clave es el grado de concentración con el que se trabajan las materias primas: los perfumes masculinos suelen usar los materiales más concentrados, realzando la pungencia de ciertas materias como las resinas o las maderas.

Honour Man (Nathalie Feisthauer, 2011) de Amouage es, sin ninguna duda, muy masculino. Sigue el código al dedillo. Igual que Honour Woman es totalmente femenino. Flores blancas para las damas y maderas alcanforadas para los caballeros. No es la originalidad del tema lo que se realza en este dúo de perfumes sino el tratamiento que se hace de dos temas muy tradicionales.

Basándose en la narrativa operística, el dúo representa la oscuridad de un drama personal buscando casi una dimensión ontológica a través de la intensidad de cada faceta del perfume. Esta intensidad, acompañada de la sensación general de profundidad que exhala, elicita una respuesta inmediata de gusto o rechazo y, luego, va más allá, hasta corresponderse con sentimientos. Por eso es posible hacer que un perfume sea algo más que un simple olor, que sea algo memorable. En este caso, el perfume es una dramatización. Honour Woman representa a Madame Butterfly; Honour Man a su hijo que, habiendo crecido, debe comenzar a buscar su identidad como hombre.

La fuerte impronta del olíbano es lo que introduce un aspecto espiritual en esta composición masculina. Aunque exhibe la faceta más metálica del olíbano, es el aspecto terpénico el que predomina durante una gran parte de la evaporación. Aspecto este reforzado por una fuerte nota de pimienta negra.

Como en todos los perfumes de Amouage hay que destacar la riqueza de sensaciones olfativas que ofrecen. Incluso en el caso de Honour Man que -frente a otros perfumes de la firma- es más plano, aún ofrece esa evolución rica y prolongada de las facetas. Otro rasgo importante de los perfumes Amouage que quizás pase más desapercibido pero que conviene realzar es el tratamiento de las especias porque siempre es excepcional. No sólo por bueno sino también por singular. Pocas firmas van tan allá con este tipo de notas y las caracterizan con tanto detalle.

Es notable como los aspectos más ásperos y amaderados de la pimienta negra se ponen de relieve sin que esto desequilibre el resto de elementos. También hay pimienta rosa para añadir contraste y el toque más alimonado y balsámico del elemí. Estas notas especiadas refuerzan el carácter terpénico del olíbano, mientras que la nuez moscada añade algo de calidez con un matiz aromático.

La calidez se deja ver según avanza el perfume, pero con timidez. Honour Man es oscuro y fresco, como un bosque espeso rezumando resinas. Una nota de geranio late en el corazón, pero es un geranio un poco rudo, acompañado por el amargo recuerdo flotante a pomelo que deja el vetiver y asociado al primitivo olor de las maderas secas y alcanforadas.

Honour-for-men

Blancas rosas en cuna de sándalo: Ivoire de Balmain (vintage)

07 lunes Abr 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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aldehídos, iris, jazmin, lirio de los valles, manzanilla, musgo, patchoulí, perfume, rosa, sándalo, tagetes, ylang-ylang

IvoireB

La versión vintage de Ivoire de Balmain (1979 Francis Camail, Michael Hy) resulta adorable. Delicado y elegante. Es uno de esos raros perfumes que te hace sentir como si acabaras de tomar un baño de espuma. Un baño que deja sensación de limpieza infinita. No sólo porque tiene el recuerdo de un cremoso jabón blanco sutilmente musgoso sino más bien porque recrea la misma sensación de humedad suave que produce la espuma de estos jabones caros.

Retiene el frescor de los pétalos blancos junto a la vivacidad de los verdes tallos en un acorde sofisticado de aldehídos e iris, lo que lo hace ligero. El sándalo y el vetiver le aportan un acabado amaderado muy refinado y el patchoulí alimenta la blanca rosa que crece en su corazón. Una rosa joven y etérea. Rodeada de verdor, de distintos tipos de verdor: unas veces áspero y pungente, otras veces tierno. Esta rosa blanca es fresca y a la vez empolvada, ribeteada con muguet y jazmín. El junquillo da más profundidad a la veta verde y el ylang-ylang le aporta cierta opacidad que refuerza los aspectos más cremosos.

Con todo, no es un perfume fácil. Es uno de esos perfumes de carácter en los que se combina la difusión de las notas florales con la rotundidad de las notas verdes, el musgo y el patchoulí.

Creado después del Nº 19, sigue la senda marcada por el Chanel de dar un nuevo protagonismo a las notas verdes. Y es que, desde la salida -algo amarga y herbácea y notablemente elaborada- se puede seguir este tema verde mediante la tonalidad más penetrante y frutal de la caléndula, la frondosidad del gálbano, el recuerdo silvestre de la manzanilla o el frescor especiado de la bergamota pasando después a un corazón floral de espíritu primaveral donde el verde continúa latiendo gracias al junquillo y el muguet para desembocar en la base, donde ya la vegetación se encuentra con el sustrato terroso. Este verdor continuo y complejo le da un efecto que casi podríamos describir como astringente. Pero mientras que el Nº19 es difícil de clasificar, en Ivoire de Balmain se ve con claridad el perfil de un perfume chypre floral con sobredosis de aldehídos y con el acabado jabonoso de los clásicos.

Aunque Ivoire ha sido reformulado recientemente respetando este carácter verde y musgoso, la nueva versión -interesante por sí misma- no tiene esa textura jabonosa-húmeda-cremosa de la vieja escuela que hace que un perfume pueda percibirse como algo muy delicado pero al mismo tiempo complejo, lleno de sutilidades. La versión vintage de Ivoire es una pequeña joya que aún se puede encontrar en perfumerías que mantienen el antiguo estocaje. Si llegáis a encontrar el extracto, os diré que es la versión más delicada del perfume, donde la rosa tiene más protagonismo, donde se puede apreciar mejor la cremosidad del sándalo y donde lo verde está más integrado.

Laberinto Fu: Flash blush.

05 sábado Abr 2014

Posted by Botanyuki in Laberinto Fu

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maquillaje

'Lord of the Rings:Fellowship of the Ring' Movie Stills
*Liv Tyler como Arwen en El Señor de los Anillos.

Un toque de vivacidad en el rostro para que no se vea plano y fantasmal. Eso buscamos con el colorete. Y el modo más fácil de conseguirlo es aplicar un producto de grano muy fino -cuanto más fino mejor difuminará- y con pequeñas partículas doradas para poder dar luminosidad y color a la vez.

Coloretes en polvo como los clásicos de Bourjois, los Mineralize de MAC (no dejéis de probar Dainty o Warm Soul) y los de Nars que son de gran calidad, son algunos ejemplos del tipo de productos que permiten dar un toque de color saludable en las mejillas.

Elegid bien el color. Se suele aconsejar que en los labios y en las mejillas haya tonos parecidos o en la misma gama para que el maquillaje tenga un aspecto más armonioso, pero también se pueden buscar la armonía por contraste aunque resulta más dramático.

Cuando se tiene el color adecuado y la textura perfecta es mucho más fácil conseguir ese aspecto fresco en las mejillas sin que queden parches de color. Hoy vamos a ver un pequeño truco para sacar todo el partido a esos coloretes con brillo en el pigmento para dejar un velo sutil de color sobre las mejillas. Esta técnica es ideal para aplicar el color en todo el pómulo, realzando la manzana, sin parecer un clown.

Usando la típica brocha para colorete, en vez de coger el pigmento apoyando toda la brocha en vertical, mejor usar en parte el largo de los pelos, formando la brocha y el estuche de colorete un ángulo de 45º. Esto es importante para repartir mejor el pigmento en la brocha y luego poder difuminarlo mejor sobre la piel. Al aplicar el color usad la brocha de la misma manera: formando un ángulo de 45º sobre el pómulo haciendo barridos semicirculares suaves, sin presionar sobre la piel. Se puede repetir las veces que se necesite hasta dar con el efecto deseado. Lo importante es entender que de esta manera la cantidad de pigmento que se coge en la brocha es más pequeña y está más distribuida, lo que evitará que el color quede muy concentrado en una zona concreta. El efecto final, al usar esta técnica, es un brillo con color muy suave que ilumina las mejillas.

Niebla en las palabras: ¿empolvado o atalcado?

01 martes Abr 2014

Posted by Botanyuki in Archivo general, Ensayos

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aldehídos, almizcle, benjuí, clavo, Heliotropo, iris, mimosa, narciso, perfume, rosa, sándalo, Vainilla, violeta

rococo-filigrana

El mortero antes que el alambique fue atributo de maestros perfumistas. Hasta la Baja Edad Media los perfumes en seco se usaban tanto o más que las maceraciones de flores y plantas en alcohol. Saquitos perfumados para la ropa, tabletas de pétalos de rosas, polvos de fumigación contra la peste, pomos de olor, papeles perfumados, polvos para el cuerpo, alfombras de hierbas aromáticas, preparaciones de incienso, etc.

La mayoría de los perfumes en seco tenían un fin antiséptico. Mantenían el ambiente libre de miasmas, ayudaban a cuidar mejor la ropa, especialmente el lino y contribuían a la higiene personal sin que ello dejara de ser una forma de esnobismo ya que ciertos olores, como el del iris y la violeta, eran signos de estatus y sólo un pequeño sector de la sociedad podía acceder a ellos.

Aún siglos después de que se perfeccionaran las técnicas de destilación los perfumes en seco seguían siendo bien acogidos. Basta echar una ojeada a algún manual de perfumería del s. XIX, para comprobar que, a modo de recetario medieval, aún se recomiendan varios tipos de preparaciones en seco, especialmente polvos perfumados.

La base usada como polvo a perfumar podía ser talco, almidón de arroz, almidón de maíz. La sensación de suavidad de un polvo se debe a su cualidad de deslizamiento y capacidad de adherencia a la piel. El talco posee ambas cualidades y por eso es una buena base para polvos corporales. El almidón de arroz fue muy usado en polvos faciales por su mayor capacidad para absorber y cubrir frente al talco, además de aportar una luminosidad única. Los ingredientes más comunes para componer la fragancia eran la violeta, el iris, la rosa, el benjuí, el sándalo. Distintas fórmulas se hicieron populares y ya entonces unas eran más apreciadas que otras por su sustantividad. Pese a ser en polvo también era importante que el perfume durase, creara un aura, un sello de olor.

antoine

En la Edad Media era una práctica común empolvarse el cuerpo tras el baño para completar el ritual de limpieza. Hoy en día preferimos los aceites o las cremas hidratantes pero los polvos de talco perfumados siguen siendo una opción porque prolongan la sensación de limpieza gracias a su efecto refrescante y al velo de suavidad con que recubren la piel. Además, porque absorben la humedad temporalmente y perfuman, ayudan a desodorizar. Aunque el talco perfumado moderno tiene una fragancia tenue, ligeramente floral con recuerdos de rosa o de flor de naranjo, en el medievo se apreciaban mucho las preparaciones con iris, con cálamo, con especias o una mezcla de rosa, clavo y lavanda, combinación esta que será la base de un famoso polvo para pelucas y cabellos en el s. XVII.

En el s. XVIII dos tipos de perfumes muy diferentes convivieron en los rituales de higiene. Uno alcohólico y otro en polvo. Hoy ambos siguen teniendo un sentido tradicional en el ritual de aseo. Frente a la entonces carísima Cologne que era fresca y permitía finalizar la toilette con un efecto tonificante, los polvos perfumados proporcionaban exactamente eso: una sensación perfumada, una sensación de permanencia. La nube de polvo perfumado persistía en el aire mientras se aplicaba, hasta casi tener la sensación de masticar talco. Esa experiencia hoy se puede reproducir en perfumes modernos gracias a las iononas que tienen una gran tenacidad, los almizcles blancos y los aldehídos.

Resulta curioso pensar en ambos tipos de perfumes a la vez. La Cologne tónica, fresca y vigorizante a un lado. Lo seco, empolvado /atalcado al otro. La Cologne remite a la naturaleza viva, las hierbas aromáticas y los cítricos. Lo seco te aleja de la exuberante vegetación floreciente, de los manantiales de agua fresca, de la rosa joven o la savia fresca de la azucena tersa mientras te acerca al tono casi herbal y astringente de los pétalos secos de la rosa. Muchas personas asocian ese aspecto seco y persistente con algo antiguo, de otra época, demodé. Algo perfumado que puede tener connotaciones negativas.

En la perfumería moderna, con un amplio abanico de ingredientes como el iris, el sándalo, el benjuí, la vainilla y sus derivados, la tintura de ámbar gris, el clavo y demás especias, el almizcle, el musgo de roble, el haba tonka, la heliotropina, los aldehídos, el absoluto de jazmín, el absoluto de mimosa, el absoluto de narciso… se crean distintos grados de profundidad en el aspecto empolvado/ atalcado. La mente entonces puede recordar la experiencia de oler un popurrí de rosas, de entrar en una antigua farmacia con su característico olor empolvado-fenólico -eso que llamamos sabor apotecario-, de husmear el interior del bolso de piel de la abuela o de abrir una polvera lujosa.

Puede que la paleta de notas que abarcan los perfumes empolvados/atalcados sea variada en cuanto al origen de las materias primas pero la sensación que se intenta recrear es siempre la misma. La sensación suave, ligera, de corte intimista, incluso a veces introvertida, que desprenden los polvos perfumados cuando se aplican con borla y unas finas partículas se difuminan en el aire mientras otras crean un suave abrigo sobre la piel. La idea del abrigo se desprende precisamente de esa sensación de suavidad y esto es lo que interesa conseguir en este tipo de perfumes: suavidad.

cisne-bebe

En última instancia, estos perfumes también recrean el universo infantil, lo que nos lleva a la idea de inocencia y de nuevo, a la de higiene y limpieza. La piel del bebé, más fina y con mayor concentración de agua que un niño mayor es muy tierna y perfuma per se. Pero es más delicada, más frágil y es importante mantenerla bien seca para evitar la proliferación de bacterias, por eso el talco tuvo un uso tan extendido en el cuidado de los bebés. De ahí también que los perfumes empolvados/atalcados atraigan tanto a tanta gente: les remite a la infancia, a los mimos y al abrazo de mamá. En este contexto maternal, lo empolvado/atalcado adquiere entonces una connotación de recato, delicadeza, juventud, virtud, refinamiento al cristalizar con esa idea que nos trae el viejo adagio de que la limpieza está próxima a la santidad. Es con esta lectura que el tacto de una piel suavizada con polvos perfumados adquiere el valor de algo seguro y tradicional. No se trata de picardía sino de la propia dignidad personal. Veremos, más adelante, que existe otra estética de lo empolvado /atalcado.

Pero si en la perfumería primitiva este acabado seco era intrínseco al producto en la perfumería moderna es un efecto buscado, recreado y, a veces, un revival. Un efecto que va más allá del acabado o la faceta, algo que incluso se ha convertido en tema. Por eso, podemos y debemos distinguir entre empolvado y atalcado en los perfumes actuales.

Algunas casas de perfumes buscan un efecto mixto con regusto vintage que acentúe el carácter histórico de la firma. Lo antiguo como valor seguro. En estos casos es frecuente detectar una veta musgosa en la faceta empolvada: ciertos perfumes de la casa Lubin basados en fórmulas antiguas tienen este sabor. En Santa Maria Novella podemos encontrar ese mismo acabado con un tono más apotecario, especialmente en perfumes como Melograno o Muschio d´Oro y también los perfumes de Rancé tienen ese toque como artesanal que atrae porque parece un producto más personal.

Lo empolvado, más que lo atalcado, está presente en diferentes tipologías de perfumes como una faceta más; sin embargo, es algo muy característico en los aldehídicos florales como Chanel Nº5, Bas de Soie de Serge Lutens o Iris Poudre de Frederic Malle que son perfumes ligeros, delicados y etéreos con una importante nota de iris, muguet y aldehídos. También puede conjugarse con un tono jabonoso, muy limpio y profundo como ocurre en Liú de Guerlain. Mención especial para los perfumes tipo chypre aldehídicos florales, que son como los aldehídicos florales pero con una base más seca, sin notas tan prominentes de vainilla, como Calèche de Hermès o Dia de Amouage.

La faceta ámbar implica un acabado empolvado que puede ser más animalístico y oscuro como en clásicos orientales basados en el acorde ambreína tipo Shalimar de Guerlain o Must de Cartier o aportar un halo de misterio y confort como en Ambre Fetiche de Annick Goutal; pero también puede ir acompañado por un dulzor floral refinado como ocurre con los perfumes oriental florales tipo L´Heure Bleue de Guerlain, Parfum Sacre de Caron o Sweet Redemption de Kilian.

También es un aspecto típico de esos perfumes florales más ligeros que pueden hacer pensar en colores pastel, como en el caso de Chance Eau Tendre de Chanel, Baiser Volé de Cartier. Estos perfumes suelen ir acompañados de una tonalidad más cosmética. A veces tienen un aspecto cremoso, jugando con los recuerdos de lociones hidratantes y leches limpiadoras, para evocar una sensación de piel limpia y fresca gracias a la superposición de capas etéreas como Clair de Musc de Serge Lutens. Otras veces con una fragancia más cercana a la gama del maquillaje chic. Los almizcles blancos suelen jugar un papel muy importante en este tipo de composiciones que, en cierto modo, emparentan con el bello y elegante Chanel Nº 22.

moderno-rococo

Pero esta faceta ligera, en perfumería moderna, también se ha convertido en un tema. Existen perfumes que exploran la paleta cosmética a fondo. El ejemplo clásico es Ombre Rose de Jean Charles Brousseau inspirada en los polvos de arroz, Lipstick Rose de Frederic Malle, Drôle de Rose de L´Artisan Parfumeur, Chloe Love de Chloe. Otros exploran el espectro de lo gourmand como Loukhoum de Keiko Mecheri o Rahat Loukhoum y Louve de Serge Lutens.

Los perfumes empolvados que recuerdan a los polvos cosméticos tienen como referencia el iris y la rosa frente a los atalcados que miran más hacia los almizcles y la cumarina. También presentan inflexiones más cálidas en su evolución gracias a la presencia de las metil iononas que aportan esa nota clásica de violeta presente en Les Meteorites de Guerlain y que tanto suele caracterizar la estructura de los perfumes oriental florales. Lo empolvado es más sedoso y puede retener un aspecto dulce con mayor o menor prominencia. En general, es más sofisticado.

Lo atalcado es realmente seco, sin dulzor, casi como tiza. Más sencillo que lo empolvado, cercano a la experiencia de sumergirse en una nube de talco creada por una borla impregnada en polvo perfumado. Lo atalcado remite de forma más directa al mundo infantil, al universo de la inocencia. Las fragancias infantiles suelen recurrir a este acabado suave con sutiles y delicados recuerdos florales. El paradigma de los perfumes atalcados es Teint de Neige de Lorenzo Villoresi. Otros ejemplos a tener en cuenta: Musk también de Villoresi, Petit Ange de Parfums de Nicolaï, Petits et Mamans de Bulgari, Baby Powder de Demeter, Flower de Kenzo, Traversée du Bosphore de L´Artisan Parfumeur y Talco Delicato de I Profumi di Firenze.

Más ejemplos para explorar distintos contextos de la faceta empolvada: Trésor de Lancôme, Rive Gauche de Yves Saint Laurent, Aimez Moi de Caron, Vol de Nuit y L´Instant Magic de Guerlain, Eau Claire des Marveilles y Eau de Narcisse Bleu de Hermès, Kiss me Tender de Parfums de Nicolaï, L´Eau d´Hiver y Une Fleur de Cassie de Frederic Malle, Quel Amour! de Annick Goutal, Dianthus y Helitrope de Etro, Lou Lou de Cacharel, Carita Eau de Parfum de Carita, Allure de Chanel, Baiser Volé Essence de Parfum de Cartier, Dolce & Gabbana The One, Classique de Jean Paul Gualtier, Secrets d´Essences Vanille Noire de Yves Rocher, L´Eau d´Ambre y Safran Troublant de L´Artisan Parfumeur.

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