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sunkissed
*Via Tumblr.

El look Sun Kissed tal y como lo vemos en las modelos de pasarela o en las revistas es algo muy elaborado, construido a base de capas finas de color. Trabajado tono sobre tono hasta lograr ese aspecto bronceado tan sofisticado.

Cuando nos aconsejan coger nuestra brocha y aplicar los polvos bronceadores en las partes prominentes de nuestro rostro -donde el sol incide más- o dibujar un 3 o una doble C partiendo desde el nacimiento del cabello hasta la mandíbula nos están simplificando mucho la historia. Básicamente cuando dibujamos ese 3 contorneamos el rostro y lo hacemos con un bronzer porque es un producto muy atractivo y mucho más fácil de usar que un polvo para contornear con el que -si no tienes mucha técnica- es más probable cometer errores y ensuciar el maquillaje.

Quizás nos lo dicen así porque crear un maquillaje bronceado es algo más complicado de hacer que dibujar un 3 y nos falta tiempo para elaborar tanto un look antes de salir de casa un día cualquiera. Sea como sea, hagamos lo que hagamos, bueno es saber. Así que hoy vamos a ver los pasos básicos para construir la base del Sun Kissed look, ese que crea un aspecto tan saludable y veraniego.

No se necesita mucha cantidad de maquillaje pero sí distintos tonos y texturas dentro de la gama de los dorados-acaramelados, bronces tostados, siena, terracotta, miel, etc. ¿Por qué? Porque de manera natural la piel bañada por el sol -al igual que la no bronceada- no tiene un sólo tono sino varios. En las modelos cuando se quiere que luzcan un buen bronceado se juega con la gama de tonos tostados para conseguir esa naturalidad y, si se desea hacer algo con más glamour, se continúa trabajando el bronceado más y más a base de contrastes cada vez más sutiles con diferentes productos hasta tener esa imagen radiante y solar que desprenden las imágenes editoriales.

El primer paso siempre es contornear. Se comienza por los ojos, usando una sombra en la gama de los marrones dorados que esté como dos o dos tonos y medio por encima de nuestra piel y que combine con el color que hayamos elegido como nuestro bronceador principal. Es importante tener en cuenta que todo tiene que estar en equilibrio. Esta sombra se aplica dibujando una banana en el párpado pero sin marcar la línea. El objetivo es definir mejor el ojo y hacerlo más grande.

Pensad que si vais a subir el tono de vuestra piel con maquillaje tenéis que subir también el color de las sombras que de forma natural la luz crea en un rostro, de lo contrario perderéis definición en los rasgos. Perder definición en los rasgos es perder lozanía…

Una vez marcados los ojos hay que contornear el pómulo y el resto del rostro con un tono más oscuro, frío y mate. Esto hay que adaptarlo a cada caso pero en pieles claras o de tono claro tirando a medio algo como Hoola de Benefit o el colorete Harmony de Mac serían buenas opciones.

Para contornear bien el pómulo usad una brocha en bisel pero aseguraros de que sea suave y permita difuminar bien el pigmento. No queremos una línea gráfica sino crear una sombra bajo el hueso del pómulo. Para cometer menos errores:

-Coged poco pigmento de cada vez y hacer varias aplicaciones si es necesario.
-Usad como guía una línea imaginaria en diagonal desde el nacimiento de la oreja hasta la comisura de la boca y seguidla con la brocha hasta el centro de vuestro pómulo.
-Empezad siempre desde la oreja hacia el centro del rostro para no concentrar el pigmento en la mejilla.

Hecho esto continuad en el resto del rostro con toques muy, muy suaves casi con el pigmento que quede en la brocha. Centraros en la zona temporal, nacimiento del cabello y barbilla.

Estructurado el rostro, vamos a broncear. Si queréis ir a fondo con este look y construir el color poco a poco el siguiente paso sería usar un color chocolate en crema y aplicarlo de forma muy ligera con una brocha redonda y suave sobre la parte más carnosa de vuestras mejillas: la manzana. Haciendo movimientos semicirculares. Algo como Hourglass Cream to Powder Bronzer o cualquier otro producto en crema que os guste valdrá siempre y cuando sea más oscuro que el tono que hayáis elegido como bronceador principal. Con la crema vais a crear una base.

*** Sobre como elegir el tono principal aquí hay algo.

***Otra opción para simplificar sería aplicar un iluminador/bronceador con mucho tiento en esta zona. Algo tipo Nars Laguna Illumitanor o L´Oreal True Match Bronzer Glow.

Creada esa base es el momento de coger vuestro polvo bronceador, que habrá de ser más claro que la crema usada de base. Elegid bien el color en función de vuestro tono de piel. Bourjois, Bobbi Brown, Guerlain, Dior, Chanel…lo que sea pero elegid bien ese producto. Ahora sí, ya podéis aplicarlo como se suele decir, en aquellas zonas del rostro en que el sol incide más. Pómulos, un poco sobre el puente de la nariz (no la punta), barbilla, frente, mandíbula, clavícula e incluso zona externa de los párpados. Usad una brocha que difumine bien, trabajad con poca cantidad e id poco a poco mezclando bien los tonos. Mezclar, mezclar, mezclar. Si lo hacéis bien el resultado será un tono de piel saludable.

Esto es lo mínimo para construir el Sun Kissed Look. A partir de aquí se puede seguir a base de detalles y contrastes que exigen ir jugando con sombras cada vez más específicas.

Pero no olvidéis dar los toques finales para terminar de conseguir ese efecto solar. Un poco de iluminador en el pómulo y en el lacrimal para matizar bien los volúmenes. El iluminador elegido debería de seguir la gama de los bronces o los dorados. Y, finalmente, el toque más solar: un poco de colorete rosa-pink profundo aplicado en la mejilla e incluso -si queréis algo más playero- sobre el párpado fijo hacia el exterior. Sólo un toque, no debe parecer colorete sino crear ese aspecto algo sonrosado que tiene la piel después de un baño solar.