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almizcle, iris, lavanda, perfume, salicilatos, Vainilla, vetiver, ylang-ylang
Que ahondar en la compleja belleza de las materias primas más ricas de la naturaleza es algo poco aceptado por el público en general es una realidad bien conocida por los creadores de perfumes. Pese a todas las maravillas clamadas sobre excelentes y exclusivos materiales, al final un alto porcentaje de perfumes están formulados para agradar y confortar de la manera más sencilla: basándose en la familiaridad. La Pluie no es una excepción.
Ante la promesa de conjurar el torrente de olores oprimidos en la atmósfera húmeda de una tormenta al acecho en una isla tropical, cuando los olores más densos se atomizan en un aire que es pura condensación, es difícil no dejar volar la imaginación y comenzar a respirar sensualidad. El magnetismo de lo exótico ejerce un gran poder…
Pero La Pluie no ofrece la intensa vivacidad de la vegetación húmeda, ni la sensación de electricidad previa a la tormenta, ni la exuberancia de los trópicos. Lo que ofrece es una agradable fragancia floral, ligera y transparente, rebosante de citas familiares que la hacen reconfortante y fácil de gustar.
Pese a lo dicho hasta aquí el perfume tiene un toque de interés. Es un algo que se conjuga entre esas notas familiares y las texturas elaboradas. En esa intersección emerge la sensación de un espacio remoto y difuso que nuestra mente puede caracterizar al gusto.
En La Pluie conviven dos grandes bloques de olor. Uno floral, que reposa sobre un lecho cremoso de suave almizcle ambarado. Dulce y transparente. Otro verde donde la textura cobra relieve.
La parte floral es expansiva, llena de espacio y de familiaridad gracias a una estructura basada en salicilatos florales, concretamente el salicilato de bencilo combinado con facetas de flor blanca en algunos momentos aporta un tono vacacional al perfume. Las flores son casi translúcidas, húmedas y solares a la vez, con gran predominio del ylang-ylang. A veces se asoma un tímido jazmín. Esta parte floral enlaza con la tradición de otros florales como L´Air du Temps de Nina Ricci o Fidji de Guy Laroche.
La parte verde es la parte interesante del perfume, la que está marcando la diferencia. Normalmente las notas verdes renuevan temas clásicos aportando más frescor y ligereza pues lo verde, que referencia la naturaleza, inevitablemente te lleva a pensar en aire fresco. En La Pluie, sin embargo, casi tiene un valor introspectivo. Aquí es demasiado abstracto como para evocar una naturaleza concreta pero la suavidad con que fluye esa veta esmeralda, una suavidad dulce y acuosa, invita más a pensar en la relajación que se experimenta en un espacio interior diseñado para el confort -como un spa- que en la relajación conseguida por tonificación tras un paseo al aire libre.
Añadamos pinceladas aromáticas de lavanda en contraste con el delicado efecto empolvado de las metil iononas y la vainilla que se revelan durante la evaporación y tendremos un boceto de textura cashmere que ayuda a reforzar esa idea de comodidad. Sin duda, el vetiver, con su sobria calidez, incrementa ese efecto cocoon.
Mientras se desata la tormenta en esa bella canción recitada de Loreena McKennitt titulada Lullaby, tú crees poder oler la lluvia…el caracterísitico olor de la lluvia y esa sensación vivificante que lo acompaña mientras se limpia el aire. Un nombre como La Pluie invita a buscar esa sensación pero realmente el perfume es otra cosa. Ni lluvia. Ni exotismo tropical. Recuerdos.
Que las facetas más familiares de La Pluie sean lo suficientemente agudas como para despertar la memoria sin poder concretar el recuerdo -que esas citas remitan tanto a la fragancia de una crema solar clásica con su toque mineral y salado asomando de vez en cuando, como a un vaporoso bouquet floral en el que el ylang-ylang tiene el rol principal o a un perfume con notas de maderas a la deriva- y que haya ese juego con la sensación de espacio interior es lo que le da el tono ideal para el final del verano o los primeros días del otoño…
Momento musical: Memorial Beach de A-Ha.
Justo estaba releyendo el blog y veo esta entrada!
Echo de menos el laberinto fu, en esta época del año ando liada con polvos de sol, iluminadores… En verano apetece maquillarse menos, pero los maquillajes de verano me encantan.
En este año, desde la última entrada de sunkissed, he redescubierto los iluminadores, que maravilla!. Me he lanzado con los meteoritos de guerlain, un nuevo tesoro en mi cajón. Y he conocido la marca hourglass, con sus polvos dim. Tengo en mi wish list el tono diffused ligth de estos polvos, y algun colorete (que rosas tan cálidos y luminosos).
No sé si este verano has descubierto algún producto. Un placer leerte
Pilar
Hola Pilar,
Este año mantengo mis favoritos 🙂 , estoy con otras cosas y ando en plan uniforme para centrarme en lo que debo centrarme; de todos modos de Laberinto Fu también hace tiempo que deseo escribir algo.
Saludos,
Botanyuki.
Hola Botanyuki,
El olor de la lluvia siempre consigue enlazar con nuestros recuerdos de la infancia. Es uno de los hilos «que el recuerdo anuda al corazón», como diría Machado. Da igual en que región nos encontremos. La lluvia -sobre todo en verano-, da sensación de limpiar la atmósfera y levantar los olores de la tierra.
Miller Harris es una marca aún por explorar para mí, pero he descubierto dos muy interesantes: Lostmarch y Parfums de Nicolaï, dos casas que trasmiten el cariño por lo familiar y el respeto por la herencia de lo clásico, intentando despertar nuestras emociones. Muy recomendables bajo mi punto de vista.
En cuanto al Laberinto Fu, del cual me considero seguidora fiel, sugiero el tema de las cejas, muy de moda actualmente, y que admite varios productos y técnicas de aplicación.
Gracias por la música tan evocadora, Botanyuki,
un placer como siempre leerte,
abrazos,
Isa
Què bonita entrada, y qué excelentísima canción…
Mientras avanzaba en la lectura y sin haber olido La Pluie en cuestión, algo me ha hecho recordar Fidji y justo entonces la has mencionado. Este clásico de los 70 es el único marcadamente verde que tengo en mi colección, y lejos de pensar en las arenas blancas del Pacífico Sur, mi mente se llena de paisajes selváticos y húmedos. Creo que a Fidji, con su legendaria publicidad (aquella en la que aparecía una mujer de espaldas tumbada en la arena frente al mar) también le iría bien Memorial Beach.
Gracias como siempre por regalarnos tu inspiración.
Hola Verushka,
La verdad es que Fidji y La Pluie tienen un aire, aunque si te soy sincera a mi este perfume de Miller Harris me ha recordado a muchas cosas pero tratando de ser precisa puse sólo un par de referencias. Memorial Beach me vino a la cabeza muy pronto, cuando estaba comenzando a desentrañarlo.
Saludos,
Botanyuki.
Hola,acabo de descubrir tu blog,gracias a una amiga, las dos trabajamos en una perfumería y llevamos bastantes años en ello , hemos de decirte que gracias, gracias por enseñarnos tantas cosas,gracias.por poder argumentar mejor las fragancias a la hora de vender.muchas gracias
Hola Lourdes,
Bienvenida y mi agradecimiento un poco retrasado.
Saludos,
Botanyuki.
Vaya, no debí enviar bien mi comentario, o hubo problemas, lo siento,
un saludo
Isa
Hola Isa,
No hubo ningún problema con el comentario, sólo con mi disponibilidad para conectarme y contestar, lo siento.
Es curioso que hayas mencionado lo de las cejas para Laberinto Fu, porque tengo un gif reservado para ese post desde hace meses que habla por sí solo, a ver si encuentro el momento.
Miller Harris tiene un poco de todo, si te gustan los clásicos renovados con un toque limpio y aromático, es una marca a considerar. De Nicolai me encanta Petit Ange 🙂 y alguno más, la otra marca que nombras …creo que le daré una segunda oportunidad a una fragancia que tienen en torno a la lavanda, ahora que me he aficionada a esa nota.
Saludos,
Botanyuki.
Precisamente esos dos perfumes que nombras no los conozco, investigaré. Petit Ange es una fragancia infantil ¿verdad? A mí -seguramente pensando en el próximo período otoñal- me gustaron de Lostmarch, el Lann Ael (también con toque infantil creo yo), y de Nicolai, el Number One Intense, un floral exuberante pero suave y muy duradero en la piel. Creo que tiene algún premio internacional como plus.
Esperando ese post de cejas con expectación,
saludos,
Isa
PD. Entiendo que estés ocupada, porque yo estoy en un período difícil de mi vida. Que todo salga bien 🙂 Mucho ánimo.
Hola Isa,
Gracias por tu comprensión, yo también deseo que todo te vaya bien. Cuando miro hacia atrás y pienso en los momentos más difíciles que he ido viviendo me doy cuenta de que en ellos, por extraño que parezca, se concentra lo mejor y lo peor. Lo mejor por el empeño en superar y la capacidad de buena respuesta que puedes llegar a encontrar en ti misma o en alguien que no esperabas. Cuando estás en medio de una situación complicada no es fácil tener esa perspectiva, lo sé, pero luego lo ves.
Saludos,
Botanyuki.
Hola Botanyuki,
Siempre cautivantes tus palabras. Mis felicitaciones por eso. Te quería preguntar si conocés los perfumes del argentino Julián Bedel. Fueguia 1833. Por si no los conocés, te dejo su catálogo donde cuenta sobre cada perfume que creó. El Piedra de Sol tiene entre otras notas olibanum ¡así que cómo no acordarme de tu cuaderno! Creo, si no leí mal, que en algunas tiendas en BCN los podés encontrar. http://www.fueguia.com/catalogo/Catalog%20%3E%20Open%20and%20save%20the%20PDF%20archive/ENGL_FueguiaCatalog_SEP_010915.pdf
Un abrazo y feliz otoño desde esta primavera sureña.
Hola Diana,
😓 Lo siento, no los conozco . Pero intentaré hacerme con alguna muestra.
Saludos,
Botanyuki.
Por favor Botanyuki, me encantaría que me dieras tu opinión sobre ellos.Miré bien en su página y están exclusivamente en The Perfumery de BCN. Ojalá puedas contar sobre ellos.
Un abrazo!
Diana
Hola Diana,
Voy a intentarlo eso seguro ;).
Saludos,
Botanyuki.