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aldehídos, almendra, almizcle, avellana, cedro, empolvado, iris, miel, perfume, rosa, Vainilla
*Imagen de Mademoiselle Magazine (1944) via Pinterest.
¿El recuerdo de un recuerdo de un recuerdo? ¿La abstracción de una abstracción de una abstracción? Las primeras sensaciones que despierta Hiris son vagas.
De textura delicada, suave y vaporosa como velo de novia. Difuminado por un sutil tono aldehídico algo cálido y meloso. El perfume resulta cristalino, empolvado, vegetal…; lechoso, vegetal, almizclado…; vegetal, meloso, fresco. Sustancial pero a la vez ligero, evocando tonos pastel de verde celadón, blanco tiza, crema y ténue azul grisáceo.
Fruto del característico estilo infinitamente transparente de Olivia Giacobetti, Hiris (1999) es un floral de carácter suave y gran ternura en los detalles. Como otros de sus florales entraña cierta nostalgia: da la impresión de que ha sido creado para preservar recuerdos más que para promover la formación de otros nuevos. En este caso esa impresión está reforzada por el aire de bouquet aldehídico que aporta el corazón verde y fresco a base de rosa y lirio de los valles. Aún en clave de acuarela esa impronta está clara.
¿Es ese aire un ejercicio de abstracción intencional? Quizás. Lo llamativo es que, de alguna manera, parece una doble abstracción que gira en torno a la compleja personalidad de Chanel Nº19. Por un lado, Hiris en sus facetas más salientes maneja la misma dualidad de notas verdes versus notas empolvadas pero en clave más relajada gracias al acabado cremoso-lechoso que tiene el iris de Hermès. De hecho Hiris transmite claramente -incluso podríamos decir que recuerda poderosamente- el mismo frescor verde, cremoso y húmedo que comparten los productos de la línea de baño de Chanel Nº19, especialmente la maravillosa leche corporal con partículas iridiscentes que deja en la piel la sensación sedosa y fresca de un perfume suavemente persistente. Muchas personas definirán esto como una sensación limpia. Prada Infusión d´Iris bebe de la misma fuente pero no tiene la misma profundidad de notas y detalles en el iris que el de Hermès.
Por otra parte aunque Hiris incide más en el carácter aldehídico -sin recrearse en la pungencia- sigue pareciendo un ejercicio de abstracción de esa parte difícil de ver que el Nº19 absorbe de los clásicos perfumes aldehídicos florales para construir una faceta de su singular carácter: vizaz y sin efecto aldehídico distinguible. Así Hiris, en una lectura rápida, exhibe el carácter atemporal propio del iris.
Con una segunda mirada se puede percibir como entrelazado con las capas de frescor rosado y vegetal late algo tierno y maternal. Tradicionalmente, el iris, por su faceta empolvada, genera con facilidad la sensación de protección o refugio que, en última instancia, remite al regazo materno. Ese aspecto confortable que mucha gente encuentra en los perfumes empolvados cuando les remiten a la infancia también lo tiene Hiris pero expresado con matices menos evidentes.
En sus facetas más suaves y tiernas el iris puede ser como una flor a medio camino entre la rosa y la flor de naranjo con inflexiones de vainilla, casi como el guisante de olor. O puede ser ligeramente frutal y almizclado como la cabeza de un bebé durante el período que va desde el nacimiento hasta el cierre o fusión de las fontanelas. O tener inflexiones palatables de azúcar, de pan tierno, de leche, de almendras verdes o de avellanas tostadas.
Pan, leche, vainilla y almendras son un conjunto de matices gustativos elementales en el universo infantil. Y es lo que esconde Hiris entre notas de vegetales húmedos y flores frescas.
Esta faceta almizclada-gustativa materno-infantil es una cosa super tierna pero el contraste con las capas de frescor verde y crujiente puede encerrar otra idea aún más tierna. La imagen de los niños repollo que en Francia era una idea popular que explicaba lo mismo que la llegada de la cigüeña: el nacimiento de un niño. Hace ya muchos años en España tuvieron su momento de gloria las muñecas repollo: muñecas super perfumadas que dormían en un repollo igualmente bien perfumado. Hay algo del olor de aquellas muñecas en Hiris.
Pan, leche, almendras, muñecas…Lo interesante de Hiris es que lleva la ternura intrínseca del iris al terreno del nutrimento más básico y, por ende, al terreno del apego. De un modo diferente a como lo hace Bois Farine de L´Artisan Parfumeur pero con ese mismo temperamento adorable.
Realmente el iris se presta a este tipo de composiciones aunque no sea lo más habitual. De hecho estos matices menos evidentes: lechosos, azucarados o con recuerdo a frutos secos son propios de la mantequilla de iris. Olivia Giacobetti, fiel a su estilo, usó la lupa de aumento para poner estas facetas más tímidas al mismo nivel que las otras más conocidas. Por eso y por su poderosa nota vegetal se distingue Hiris.
Para terminar, el vals: Once upon a December de la película animada Anastasia.
Maravillosa, Botanyuki, la forma que describes Hiris de Hermès.
Como a ti me gustan los perfumes de iris…, y de momento éste, es el mejor que tengo. No me acaba de gustar el de Prada (lo huelo una y otra vez, pues me encantan los perfumes de iris y quiero tener otro, pero no acaba de cautivarme) Probablemene Hiris no es el mejor perfume de iris (Luca Turin lo trata muy mal pero pienso que no tengo por qué coincidir con us opiniones) pero a mí me encanta llevarlo.
Por cierto, tengo todavía un poco en la presentación anterior, con su botella de azul profundo (eso también me cautivó) Y me alegro que siga en el mercado, porque hay pocos puntos de venta que lo tengan.
Hola Hesperetusa,
Ah! Aquella botella azul si que era bonita aunque el perfume para mi es más en tonos pastel. Y si que es difícil de encontrar. Respecto a si es el mejor…no es el más explosivo en el sentido de que el iris por sí es una nota muy nasal pero este perfume lima ese aspecto, de todos modos yo creo que es una composición muy bonita que ofrece facetas naturales del iris que otros perfumes no dan. Pero al estilo Giacobetti que cuando hace florales les da un aire muy singular, romántico y delicado.
El de Prada es más bien plano, crea una ilusión de iris pero sin profundidad. Es limpio, es cómodo…ese estilo de fragancias. A mi me gustó la versión Absolue pero ya va en una dirección más balsámica.
Saludos,
Botanyuki.
Hola Botanyuki!
Si ese verde empolvado no sobrepasa lo infantil, este Hiris tiene algo de mágico o divino ; ya su nombre me remite a Horus el egipcio, con la H ahí, tan bien puesta.
Un abrazo!
Diana
Hola Diana,
Pues ahora que lo dices el iris suele ser más lunar pero este tan vegetal bien puede ser más como un sol al amanecer 🙂 .
Saludos,
Botanyuki.
Hola Botayunki:
Llevo tiempo leyendo tu blog. Enhorabuena porque es extraordinario. Me fascinan los perfumes desde que era una niña. No sólo por el hecho de utilizarlos o de que me sienten mejor o peor: me gustan como experiencia olfativa por todo lo que llevan implícito; desde la pretensión de su autor hasta lo que percibo personalmente y con total independencia. Mi mayor deseo con diez o doce años era oler como una de aquellas señoras impecablemente arregladas que se inclinaban para besarme en las mejillas. Desde los catorce años -algo que me costó serios enfrentamientos con mi madre- me decantaba por perfumes que no eran, por decirlo de alguna manera, «para mi edad». El primero que adquirí con unos ahorros navideños y transgrediendo todas las normas maternas fue Opium. Nunca olvidaré el impacto que me produjo Rive Gauche, el tapón dorado y redondo del eau de parfum Empreinte de Courregues que utilizaba mi madre y que siempre acababa rodando por el suelo , la fragancia de Eau de Rochas, Fleurs d’Orlane, Eau de Fleurs de Nina Ricci, Jardins de Bagatelle de Guerlain, Voitre Charles Jourdan. Me resulta imposible describir la alegría y la sorpresa, me causó la fragancia del perfume París impregnada en la piel de una desconocida en una obra de teatro al aire libre: era una noche de verano y estrenaban La Mandrágora de Nicolás Maquiavelo. Me enganché a Rive Gauche durante décadas y todavía sigo en una relación amor/odio con mi botella azul y plata; hemos pasado por etapas de pasión, aborrecimientos y reencuentros. Ya en 2008 Bas de Soie de Lutens me rompió esquemas, lo probé en Roma en una pequeña tienda del Trastevere y acabé adquiriéndolo en una perfumería cercana al Panteón. Bas de Soie, me huele a Roma . . . no sé si la melancolía del iris o la portada de un disco de Herreweghe serán la causa . . . pero asimilo Bas de Soie, además de esa ciudad, a la estatua de Santa Cecilia de Cánova y al Agnus Dei del Requiem de Faure. Ahora estoy experimentando con “nuevas” fragancias: estoy entusiasmada con L’heure bleue (¿de dónde habré sacado yo la idea?) a pesar de que ya nadie de mi entorno la entiende, Mitsouko y unas cuantas -demasiadas diría yo- que bailan a su alrededor.
Y me relaja mucho leer este blog.
Un abrazo.
Hola Laura,
Vaya! La Mandrágora de Maquiavelo, desternillante en sentido maquiavélico 🙂 . Veo que ves un sentido muy místico en Bas de Soie, para mi si podría ser una escultura de Cánova pero sería más bien un poco Paolina Bonaparte como Venus Victoriosa por el poder sensual de la Venus y un poco su estatua de Hebe por el formalismo de la silueta.
Rive Gauche es un perfume muy interesante y creo que a muchas personas les ocurre lo mismo que has descrito, una especie de amor odio. En todo caso creo que su estela ha marcado alguna generación que otra .
Saludos,
Botanyuki.
¡Que ilusión, Botanyuqui, que hayas escrito esta reseña de Hiris!
Hace una semana lo adquirí después de muchas pruebas en piel y estoy encantado con él. Por cierto, que ha sido una experiencia el romper el prejuicio propio de elegir un perfume supuestamente femenino. y aunque de cabeza uno se cree libre de ellos, a la hora de la verdad es diferente…
No conozco otros trabajos de Olivia Giacobetti, pero este Hiris me resulta cautivador.
En tu descripción has puesto palabras y orden a alguna de las sensaciones que a mí también me produce. Esa cualidad vegetal-lechosa-tierna que tiene Hiris me trae asociaciones muy curiosas y concretas. Un recuerdo que me trae es siendo niño cuando acariciaba las piernas de mi madre cubiertas por medias de nylon. Una sensación muy tranquilizadora para mí. Es esa seguridad de la niñez asociado a lo maternal; esa tranquilidad que te daban también las películas de Walt Disney cuando las veías en casa, al tener claro que los finales eran siempre los esperados, que la bondad triunfaba y el orden cósmico seguía sin variaciones.
Aparte de todo esto que estoy soltando, ¡Hiris creo que me queda estupenda sobre mi piel! y eso que no se parece en nada a las demás fragancias que tengo. No quiero que todos mis perfumes me recuerden a mi madre..;-), pero si que me cuenten historias en mi piel. Esto lo he empezado a apreciar leyéndote.
Un saludo,
Alberto
Hola Alberto,
Gracias por compartir tus recuerdos. Estoy segura de que Hiris puede quedar muy bien en la piel de un hombre. No es el iris más floral que hay y aún así conozco hombres que usan iris más florales y se encuentran cómodos llevándolos. Al final es cómo quede en la piel, no ?
Mucha gente asocia perfume con seducción y nada más que seducción pero hay otras facetas muy importantes: las sensaciones de protección y de libertad o el regalo de un instante de bienestar… el mejor de los perfumes para ti te puede dar todo eso a la vez.
Me gusta la gente que cree en la bondad. Yo también creo en la bondad, es importante esa perspectiva para poder tener momentos de felicidad 😉 .
Saludos,
Botanyuki.