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almizcle, angélica, clavo, mandarina, mango, nardo-tuberosa, perfume, pimienta negra, pimienta rosa, sándalo
*Folies Bergère de Richard Burlet.
La tuberosa tiende a ser caprichosa, necesita rodearse de amigos para mostrar su buen talante en un perfume. Al menos así sucede cuando se usa el ingrediente natural, pues su absoluto tiene tal contraste de sensaciones que fácilmente declina en estridencia. No es un material dócil ni sutil y, puesto que su precio además resulta elevado, en muchos perfumes se opta por reconstruir la nota con otros ingredientes no necesariamente sintéticos siempre pero si menos rebeldes.
Opulento y oscuro a la vez, su absoluto recorre una amplia gama de matices desde el goloso chocolate blanco o el coco, pasando por multitud de recuerdos de otras flores blancas hasta la menta y el alcanfor; pero esta extensión de tonos no se corresponde con una versatilidad de conducta a la hora de mezclar con otros ingredientes -al contrario que el jazmín al que en su olor recuerda- sino con algo más cercano a la arrogancia: «o estoy con los míos y entonces me comporto o avasallo al resto» parece ir diciendo. Así se las gasta esta flor.
Por eso, el perfil más típico en los perfumes es el de una tuberosa rodeada de otras flores blancas con las que tiene tantos rasgos en común o en un contexto exótico al que se adapta bien gracias a la rica cremosidad solar que debe a lactones y salicilatos. Pero tiene otros rasgos más vegetales y radiculares que son menos populares, que contribuyen a matizar un perfume pero difícilmente se desarrollan como tema central. Nuit de Tubereuse no constituye la excepción a esta regla, no exactamente, pero si una tentativa interesante. Básicamente es un perfume especiado en cuyos matices reverbera suavemente la sensualidad de la tuberosa.
Cierto que con el calor estival este perfume es como un fuego fatuo: se revela intensamente tropical pero rápidamente se apaga. Es en el más tibio clima de la primavera cuando florece, dejando ver un verdor exótico y lleno de delicadas sensaciones frutales entre notas amaderadas y terpénicas que esbozan el característico olor del mango junto a otros matices vegetales más tenues. Lo especiado domina siempre el perfil del perfume pero con la evolución más lenta y pausada permite apreciar mejor que Nuit de Tubereuse es el diálogo de dos aliados: la pimienta rosa y la tuberosa, donde esta última permite que su amiga se luzca.
Bertrand Duchaufour, el autor del perfume, suele optar por esta técnica de crear armonía uniendo las facetas menos evidentes de los ingredientes principales hasta convertir lo esquivo en tema central; una técnica que ha ido refinando hasta conseguir acabados muy sofisticados que no todo el mundo entiende como tal. Así que quien se acerque a este perfume esperando un floral al uso puede que se quede sin palabras porque el perfume nunca llega a ser totalmente floral, en todo caso, incidentalmente floral.
Las facetas en común sobre las que está construido el perfume son el efecto cremoso por un lado y el frescor especiado que recuerda a la angélica por el otro. Ambas engloban en sí un contraste de texturas y son características tanto de la tuberosa como de la pimienta rosa.
La evolución misma del perfume refleja el carácter contrastado de la especia, auténtica protagonista del perfume. Nuit de Tubereuse es en la salida afrutado y dorado, a ratos muestra algo más profundo, dulce y cremoso y, paulatinamente, va revelando un fondo seco y amaderado ligeramente pinoso, resinoso y medicinal. Ese es el perfil general, un perfil de pimienta rosa. En el camino surge el verdor tropical y ese matiz anisado que recuerda al hinojo o a la angélica y esa cremosidad propia de la flor blanca que resulta tan deliciosa. Así, mientras el perfume fluctúa entre lo fresco y lo radiante, entre lo cremoso y lo verde, dejando que a veces luzca una luminosidad alimonada que recuerda a las magnolias o una melosidad propia de la flor de naranjo o la aguda efervescencia de la madreselva, el olor típico y esperable de perfume de tuberosa nunca se deja ver por completo. Sólo de forma ocasional, con pequeñas pinceladas, manifiesta partes de su complejo carácter.
Paradójicamente, siendo sólo floral de forma secundaria, puede recordar -a mi me recuerda mucho- al floral super especiado que era la versión vintage de Jardins de Bagatelle, aquel perfume en el que rosa y pimienta formaban una parte importante del acorde de flores blancas. Y si recordamos que Nuit de Tubereuse fue presentado en principio como un perfume evocativo de las noches parisinas, la ecuación cuadra, porque aquel retrato femenino dotado de cierta mundanería positiva que era el clásico perfume de Guerlain sigue estando presente en el de L´Artisan Parfumeur aunque como un rasgo mucho más sutil, moderno y cool.
Momento musical: Goodnight moon de Shivaree.
Hola Botanyuki:
Me encanta leer tus entradas. A mí la tuberosa siempre me ha parecido una flor oscura, seca, más bien seria pero de perfume interesante para llevar en una noche de verano, no demasiado calurosa. Me resulta reconocible precisamente porque rebaja la alegría de los perfumes florales que llevan esta nota y los vuelve más serenos sin quitarles feminidad, aunque sí un poco de vida (al menos diurna). Sin embargo, no le ocurre nada de eso a Jardins de Bagatelle, de Guerlain. Ese perfume es como una explosión ochentera de guirnaldas blancas con las flores a punto de explotar -y al principio, también mi nariz-, y este sí me parece el epítome del perfume diurno. Es alegre, con un ligero toque estridente que a mí no me disgusta a no ser que haga mucho calor, y que me recuerda a mi infancia, cuando las madres de mis amigas lo llevaban. A pesar de no ser demasiado fan de la tuberosa, le tengo un respeto muy considerable por ser un clásico elegante, mucho más sobrio que el jazmín (a pesar de la pizca de vulgaridad alegre que luce en Jardins de Bagatelle, que igual no viene de la tuberosa, sino de otras notas).
Y aunque no tiene nada que ver con esta entrada, aprovecho para preguntarte por otro perfume que probé hace una semana y que he comprado porque me encantó: Tenue de Soirée, a Annick Goutal. No sé si lo conoces pero me encantaría que algún día nos hablaras de él, si tienes ocasión.
Como siempre, muchas gracias por tu tiempo y esos estupendos artículos que escribes.
Julia
Hola Julia,
Como bien dices la tuberosa tiene un lado oscuro pero lo cierto es que puede ir de un extremo a otro en cuanto a emoción y colorido. De todos modos cuando hablo de mundanidad en Jardins de Bagatelle lo digo en un sentido positivo, no uso la palabra como sustituto de vulgaridad; para mi Jardins de Bagatelle es como un manifiesto abierto de la joie de vivre, al menos la antigua fórmula en aquel precioso frasco columna, la actual no me entusiasma tanto la verdad y quizás si sea un tanto…así así.
Tenue de Soirée es un perfume bonito y bien hecho, un poco más de tendencia de lo que suele hacer AG pero manteniendo el sabor clásico de un chipre afrutado. Lo que de verdad no me va mucho es el frasco, no lo entiendo muy bien.
Saludos,
Botanyuki.
Pues, llevas razón. El frasco es peculiar, un poco soso sin el pompón y bastante incómodo con él porque se cae todo el rato. Tiene un aire gatuno que no recuerda a Annick Goutal. Sus frascos de siempre son más bonitos y le dan el toque clásico.
Muchas gracias por tu respuesta y hasta la próxima.
Saludos,
Julia
Hola Botanyuki,
Ciertamente, la tuberosa ofrece muchas caras, dependiendo de sus compañeros de danza aromática. Ahí está Histories de Parfums y sus tres versiones, aunque hay múltiples formas de enfocar el tema.
De «Fracas» he tenido y tengo varias muestras, pero es demasiado incluso para mí, que me considero de alta tolerancia en cuanto a notas aromáticas se refiere.
Por cierto, me hubiera gustado comentar en el post sobre los perfumes de tilo, pero ahora también viene al caso, porque uno de mis mas admirados perfumes es La Chasse aux Papillons, que mezcla con maestría la tuberosa con la flor de tilo y el azahar, convirtiendo la mezcla en casi infantil. Debo decir al hilo de esto, que cuando probé el Musti, me lo traje a casa. Adoro los perfumes relajantes. Si, en esta época en la que casi todo el mundo busca perfumes para seducir -que es lo que nos venden los medios-, yo reivindico el perfume del bienestar, aquel que nos hace felices y nos relaja. Lo hecho de menos incluso por el enfoque de los anuncios, bastante repetitivos.
Preciosa canción, Botanyuki, gracias,
Isa
Hola Isa,
Tienes razón lo de los anuncios en muchos casos es que roza lo ridículo, cuando en el fondo no hay nada más sexy que una persona que de verdad se siente segura de si misma y realmente cómoda en su piel, que no es lo mismo que creérselo aunque los anuncios nos digan que si. Por otro lado muchos perfumes de hoy en día se envuelven con ese halo de super poder pero suelen ser muy poco exigentes a la hora de marcar un carácter, muchos podríamos calificarlos de insustanciales, no? Algo que no se puede decir de Fracas que está en el otro extremo 🙂 .
Saludos,
Botanyuki.