• About
  • Librería de Ensayos
  • Notas de Perfumes
  • Revisiones de Perfumes

Olibanum: cuaderno de perfumes

Olibanum: cuaderno de perfumes

Archivos de etiqueta: bergamota

De la tradición a la actualidad: Mon Guerlain Bloom of Rose

21 miércoles Ago 2019

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 6 comentarios

Etiquetas

bergamota, jazmin, lavanda, patchoulí, perfume, rosa, sándalo, Vainilla


* Un día de julio de Louis Ritman.

Una primera impresión clara y sencilla produce Bloom de Rose al ser olido: es un perfume de corte clásico y muy fresco. Asociar clasicismo con densidad en perfumería parece algo inevitable, sin embargo, nada como el frescor cítrico-herbal de ingredientes como la bergamota y la lavanda -típicos de la Cologne- para hablar de clasicismo. De tales ingredientes parte la tradición de la casa Guerlain.

La relatividad de los términos modernidad y clasicismo puede ser sorprendente. Por supuesto hay diferencias estilíticas, pero lo uno no existe sin lo otro. Imposible disociar ambos términos. Se relacionan siempre, atravesando un largo camino, ya sea asociados que confrontados. No existe una cosa sin la otra, son como la luz y la oscuridad: se suceden, se definen, se complementan porque siempre hay un hilo conductor, el de las ausencias y las presencias.

El frescor es uno de los principales motores en la historia de la perfumería porque implica una búsqueda constante: ¿cómo lograr que sea más intenso y más permanente?, ¿cómo renovarlo?, ¿cómo darle relieve y vivacidad? El desarrollo de la tecnología en parte se centra en esa búsqueda pero también la pasión de algunos maestros perfumistas puede estar inspirada por esa idea. Igual que algunos pintores se obsesionan con la luz o el color, elementos indispensables en la representación pictórica.

Siempre se buscan nuevos materiales o se crean nuevas bases o fijadores que garanticen la supervivencia del frescor, y no sólo porque produce una sensación tonificante sino que además da volumen al perfume, al contribuir a elevar notas densas y pesadas de la base. En otras palabras, también es un elemento estructural.

Arcadi Boix Camps en su recopilación de textos Monographs & Musings (2017) habla del deseo que tenía Roudnitska de encontrar el «corazón de Hedione» porque su interés era conseguir -aún más- un frescor muy profundo «reminiscente de piel de limón». Cuando Mona di Orio dedicó su perfume Lux (Signature Collection) a su maestro Roudnitska, creó algo de intenso olor alimonado, muy luminoso y dorado, a base de varias notas naturales como la estupenda Litsea cubeba. Pero la industria se centra más en la búsqueda de sustancias reproducibles en laboratorio, y de esa búsqueda surgió Paradisone. Paradójicamente un componente de Hedione que consigue imprimir ese aspecto vivaz y profundo que recuerda al efecto de los aceites esenciales de limón y lemongrass, de forma prolongada y transparente. Ese es un ingrediente clave en la saga de perfumes Mon Guerlain, está en su núcleo, dilatando el espacio con su perfil cítrico (alimonado) y floral (de jazmín) que aporta un aspecto limpio e intenso de flores blancas evanescentes. Ese aspecto etéreo es algo que se valora como cualidad muy positiva actualmente y se entiende como el pináculo de la femineidad romántica. Flores inasibles, transparentes…ideales. Como siempre.

El primer Mon Guerlain (2017, EdP) -digamos ya el clásico- tiene ya una buena dosis de Paradisone (pese a ser un material de perfil floral refuerza todo género de perfumes) pero al olerlo, en un instante puedes volver a recordar el aire de los 80´s…Sí, sí, Mon Guerlain es todo un reencuentro con aquellos perfumes de corte oriental que desde Must de Cartier hasta Roma de Laura Biagiotti se dedicaron a recrear, reforzar y renovar el carácter contrastado de Shalimar, el oriental entre los orientales aún hoy. Pero Guerlain ahonda un poco más en su propia tradición poniendo de relieve la poderosa faceta aromática de Jicky, gracias, sobre todo, a la fina y sabrosa lavanda Carla. Jicky y Shalimar también están relacionados entre sí aunque pertenezcan a distintas familias porque comparten un núcleo y facetas; igualmente ocurre con Mon Guerlain, un oriental fresco, y Mon Guerlain Bloom of Rose oficialmente un floral fresco que casi roza el territorio de floriente. Hay una filiación en notas y estructura: el fondo azucarado con notas de vainilla de Tahití muy ligeras y ámbar transparente, la faceta amaderada entre cremoso sándalo y especiado patchoulí adornado con efecto gustativo, pero también la lavanda, la bergamota, el Paradisone cuyo frescor forma parte del acorde de jazmín, un jazmín casi acuático. La diferencia más notable es ese acorde floral que brilla en Bloom of Rose de forma más clara porque está más desarrollado,, es más redondo y. sobre todo, al principio es más concreto, hasta el punto de poder hablar de un perfume que inicialmente huele a rosa.

Una rosa bonita y fresca, también algo dulce, que para muchas personas sería una rosa moderna porque sólo exhibe cierto preciosismo a través de sutiles detalles, detalles que en realidad desvelan las facetas clásicas de la rosa búlgara: el tímido pero legible acabado empolvado, la suave calidez especiada, la faceta frutal reminiscente de confitura de frambuesa resaltada tal como se hiciera en La Petite Robe Noire (2012)…y he aquí que Bloom of Rose se engancha a la actualidad, engarzándose en esa extraña e infinita cadena de lanzamientos de mayor y menor éxito que forman la saga de La Petite Robe Noire, citando esa nota de frambuesa y nuez moscada con acento aldehídico que recuerda a chicle de fresa; la diferencia radica en el contexto y la intensidad de la nota. En La Petite Robe Noire la rosa es rotunda y su perfume se prolonga en la evaporación mientras que en Bloom of Rose la rosa es un brillo elusivo, una sensación más natural propia de la siempre excepcional rosa búlgara.

Sin embargo, la naturalidad, la luminosidad, la sencillez de los olores frescos que recuerdan al aire libre no es lo propio en un perfume creado para llegar a un público amplio. El envoltorio es muy importante, parece que cada día más, así que se recurre a algo que tenga un atractivo sofisticado a la vez que familiar, es decir, se hace uso de esas notas, facetas. efectos que ya están presentes en el mercado y que han dado sus frutos a nivel comercial, cosas como esa cita de La Petite Robe Noire, que es algo más que usar esencia de rosa, es un modo de realzar esa esencia de rosa o como la faceta gustativa que ya deriva de Angel de Mugler -un perfume que también en su día renovaba ideas de Shalimar– . Sí, es ese patchoulí que sugiere chocolate salpicado de caramelo gracias a una buena dosis de etil maltol (nota de algodón de azúcar), con suaves acentos de miel y frutos rojos para aportar cierto frescor, suficiente para dar profundidad al perfume. Así que de aquellos polvos, estos lodos, sin dejar de recordar Flowerbomb de Viktor & Rolf, un ejemplo paradigmático de cómo las familias de perfumes y las ideas se entremezclan con inteligencia. Este último perfume es una referencia que surge si analizamos con un poco más de detenimiento Bloom of Rose por los paralelismos que hay entre ellos: un acordde floral sostenido con notas de azúcar y una faceta aromática que aporte frescor, en un caso el entonces novedoso té verde, en otro la tradicional lavanda. Sólo que el perfume de Guerlain potencia más el frescor y la transparencia, mientras que la esencia de rosa da un efecto más floral y fresco al principio del perfume porque lo que después permanece, cuando las notas más propiamente florales se disipan, es un tono limpio y cítrico, a ratos azucarado, a ratos especiado.

Como la trayectoria del boomerang, partiendo de la tradición de Jicky/ Shalimar, haciendo escala en diversas islas de éxito como La Petite Robe Noire y jugando con el pasado más cercano de Flowerbomb y Angel, Bloom of Rose al final regresa a casa pero con menos peso en la maleta, como un Eau de Shalimar renovada. Sí, es un EdT que trae a la mente múltiples referencias pero, milagrosamente, no parece un pastiche; tiene equilibrio, el suficiente para garantizar una impresión clara y agradable, como todo perfume fresco debiera hacer, hoy que mañana.

Bucólico viaje al pasado: Le Jardin de Mon Curé 1895 Guerlain

18 martes Abr 2017

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 2 comentarios

Etiquetas

ámbar gris, bergamota, clavo, lavanda, limón, perfume, rosa, salvia, styrax, tomillo, verbena, violeta

Desde los Jardines Colgantes de Babilonia a las villas romanas o desde La Alhambra a Versalles, pasando por jardines espirituales o todo tipo de arreglos domésticos, el jardín es una representación que connota bienestar, placidez, seguridad, abundancia y, en última estancia, una idea de paraiso. En perfumería, esta celebración de la naturaleza cultivada tiene una larga tradición.

Hermès volvió a poner la idea en el punto de mira con su serie Jardins, en la cual un elemento primordial como es el agua se convertía en el hilo conductor: un mar, las lluvias del monzón, un río…pero la costumbre de esta inspiración puede que sea tan antigua como la perfumería misma. Pensemos en los egipcios intentando extraer la esencia de las flores que adornaban sus jardines: los nenúfares, las azucenas, etc.

Hojeando un antiguo recetario de perfumería del s. XIX podemos encontrar nombres tan prosaicos como el de Agua de Colonia y sus mil variantes o cosas más vagas en términos de olor como Agua de Mil Flores o incluso un Agua de la Elegancia. Pero junto a estos nombres más abstractos vemos otros tantos de carácter más pictórico como un Bouquet de los Alpes o un Espíritu de Citerea, nombres que implican lugares, lugares que tienen un paisaje característico y paisajes con los que se asocia un tipo de olor que puede ser más floral, más herbal, más cítrico aunque el punto de partida en muchos casos siga siendo la Cologne. Y un paso más en el arte de dar nombre a los perfumes lo apreciamos cuando, intentando crear una sensación más especial, se acude a un paisaje cultivado, es decir, un jardin cuyo diseño y cuidado puede transmitir un concepto más romántico, más pintoresco, espiritual o impresionista, etc.

Guerlain en su catálogo histórico tiene varios ejemplos que delatan un interés temprano por crear armonías de olores más complejas e inusuales que los aromas naturales de la rosa y el jazmín. La pequeña fantasía floral que es Après L´Ondée, el encantador frescor verde afrutado de Chant d´Aromes, los atrevidos matices florales de Jardins de Bagatelle son ejemplos con los que aún podemos deleitarnos, pero en sus archivos se guardan recetas que muestran un gusto marcado por el encanto evocador de los lugares lejanos o los parajes pintorescos. Bouquet de la Sierra Morena (1834), Fantaissie de Deauville (1877), Les Fleurs du Guido (1885?), Oppobalsam de la Mecque o Far West por ejemplo. Pero quizás el más pintoresco y llamativo sea, por su nombre mismo, Le Jardin de Mon Curé (1885) considerado oficialmente el primer perfume creado por Jacques Guerlain cuando contaba con veinte años de edad. El jugo dejó de comercializarse en la década de los cincuenta.

La renovación de los temas, en cualquier disciplina artística, se consigue cuando surgen nuevas estructuras o nuevos materiales pero muchas veces lo que tenemos es un tema muy tradicional a partir del que se hacen variaciones. Con Le Jardin de Mon Curé este es el caso. La temática va contenida en el nombre y no puede ser más representativo de un tipo de jardin: el medicinal que desde la Edad Media ocupaba claustros o huertos de monasterios, con abundancia de rosas antiguas y de hierbas aromáticas que conformaron la base de la farmacopea moderna: tomillo, salvia, lavanda, verbena, etc. La idea enlaza con el sentido original del Agua de Colonia como tónico u elixir bebible, mientras el arreglo de las notas está totalmente insertado en la tradición temprana de Guerlain, en la que tanta importancia tiene el Eau de Cologne Impèriale y demás aguas frescas como el modernismo abstracto de Jicky, uniendo elementos que en la naturaleza no están parejos -como cumarina y civeta- con el que Aimée Guerlain comenzó a esbozar la silueta clásica de los perfumes de la firma, con un ritmo de evaporación marcado por una salida fresca y afrutada en la que brilla la bergamota pero los matices son aromáticos, un clásico acorde floral de rosas y jazmines ocupa el corazón modulado por la suavidad empolvada de las violetas irisadas sobre un fondo en el que bálsamos, cumarina/haba tonka y notas animales juegan el rol principal aportando profundidad aunque es la nota de cuero -que surge de distintas formas- unas veces más evidente que otras, la que aporta ese sentido de gravitas tan apreciable en las composiciones vintage de la firma.

En Le Jardin de Mon Curé esos elementos están más o menos presentes. Un año posterior a Eau de Cocq -que aún se comercializa- no sólo desarrolla el frescor cítrico tipo Cologne sino que acentúa bastante la faceta aromática-herbal a base de tomillo, salvia, lavanda, verbena, menta…lo que da un acabado medicinal al perfume. Aunque es más alimonado y herbal que floral, puede hacer pensar en magnolias y en violetas húmedas pero lo que realmente marca el perfume es su sillage construido a partir de notas animales -algo propio de la época y de la manera antigua de hacer perfumes- así civeta, cuero e infusión de ámbar gris contribuían a dar esa calidez empolvada y coriácea tan propia de los clásicos perfumes Guerlain, el sello que Jacques Guerlain irá perfilando a través de sus distintos trabajos, culminando en el super perfume de ámbar que es Shalimar.

Le Jardin de Mon Curé fue el principio, donde muestra ya un gusto por las notas animales y la experimentación con notas aromáticas más propias del lenguaje decimonónico pero que él continuará usando en sus composiciones durante décadas, convertidos entonces en ricos matices. No se puede decir que este perfume tan aromático tenga un equivalente moderno. Huele a disciplina decimonónica. Pero si hubiera que señalar algo en esta línea podría decirse que esos perfumes de acabado chyprée y frescor verde de la década de los 70´s se dan un aire, especialmente Eau de Rochas en fórmulas vintage con su fondo de musgoso narciso. En cuanto al tema herbal, es raro encontrar un perfume que explote tan a fondo materiales de regusto aromático medicinal. Por ejemplo, Heeley con Menthe Fraîche se queda en la excusa de crear un confortable perfume de té con menta pero allá por 1990 Diptyque produjo Virgilio, un sencillo y bucólico perfume de tomillo. Toda una rareza.

Una narrativa: Soir d´Orient de Sisley.

04 martes Abr 2017

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ Comentarios desactivados en Una narrativa: Soir d´Orient de Sisley.

Etiquetas

azafrán, bergamota, cuero, geranio, incienso, limón, patchoulí, perfume, pimienta, rosa, sándalo

Una narración es, a fin y al cabo, lo que un lector concreto entiende que es, porque leer significa implicarse con la mente. En este sentido la olfacción puede equipararse a la lectura y tendríamos que decir que un olor será lo que la persona entienda que es según su experiencia y conocimientos pero añadiendo algo más: el esfuerzo consciente de poner nombre a las cosas y de cultivar la objetividad para poder desarrollar un criterio más allá del «me gusta» o «no me gusta» .

Nunca es un ejercicio fácil intentar cultivar la objetividad y tampoco es baladí, de hecho es una ardua pero importante tarea que combate el embrutecimiento y tal como va la sociedad dominada por el impacto emocional y la búsqueda incesante de estímulos, esforzarse por ser más objetivo representa un gesto cívico. Curiosamente en el proceso de buscar la objetividad hay que alimentar la propia identidad, conocerse mejor, a la vez que querer conocer la alteridad.

Así que si hay algo realmente bueno que yo resaltaría en la disciplina de educar el olfato es precisamente la posibilidad de dejar de lado el mundo de las generalidades más superficiales para entrar en uno más personal en el que el olor reclama la atención consciente elicitando ideas que hay que intentar expresar con las palabras más adecuadas: buena gimnasia para la mente, especialmente para mejorar el control de impulsos. Igual que en una narrativa los elementos van surgiendo a lo largo del texto, sembrados aquí y allá, y nosotros al leer debemos ir encontrado la relación, especialmente en las historias de aire oriental donde las cosas son más indirectas, intrincadas, laberínticas y profusas en detalles, exigiendo una mayor participación durante la lectura.

Al probar un perfume el aspecto narrativo es muy importante, pero aclaremos que lo narrativo no es algo añadido -no es el marketing publicitario que rodea al perfume- sino la fragancia en si misma y su capacidad para despertar la imaginación. Y la imaginación se puede despertar porque todos tenemos una base de datos con la que jugar que incluye la memoria olfativa y también una capacidad de respuesta instintiva ante determinados olores. Tiene mucho que ver con la fantasía, sino todo, así que, al final, un perfume es lo que una persona concreta entiende que es.

Pongamos un ejemplo con el que es fácil comprobar la importancia de cultivar la objetividad. Soir d´Orient de Sisley brinda esta oportunidad por dos razones: por un lado se ha construido partiendo de otro perfume anterior, pero por otro lado al ser un jugo rico en matices y de perfil muy característico es mucho más fácil de comparar que si solo fuera otra insulsa fragancia más.

La primera impresión al oler Soir d´Orient fácilmente se puede resumir así: «Eau de Soir a la oriental» o afinando un poco más «como Eau de Soir y algo más». Esta segunda expresión es mucho más auténtica y fiel a la experiencia incial, mientras que la primera es un elaboración posterior pero algunas personas ya asumirían esta frase como la última palabra a decir, una especie de último juicio y también una clara declaración de que no van a poner más interés en seguir indagando en el olor.

El propio frasco ya indica por donde van las cosas: con Soir d´Orient la idea fue crear una variación a partir de ese clásico chipre floral basado en flor de naranjo y seringa que es Eau de Soir. Lo interesante es olerlos juntos y atender a las diferencias intentando concretar que es ese «algo más».

Ese algo más parece tener un sabor más oriental, se presenta más oscuro y sinuoso, pero no llega a ser totalmente oriental porque, en el fondo, conserva una estructura chypré. Es interesante pensar que entre la familia de perfumes chipre y la de perfumes orientales hay un espacio, una especie de tierra de nadie, que permite muchas posibilidades. Un área que siempre da pie a renovaciones en el campo de la perfumería, desde Shalimar hasta La Petit Robe Noir de Guerlain pasado por Aromatics Elixir de Clinique o Portrait of a Lady de Frederic Malle…todo girando en torno al ámbar y sus declinaciones.

Así pues, dejando la impresión rápida y fácil atrás y sumergiéndonos mejor en las propias sensaciones podemos apreciar que en Soir d´Orient la oscuridad rica y envolvente está saturada de acentos especiados y tonalidades amaderadas y balsámicas que fluctúan con serenidad alrededor de un corazón floral de rosa turca -esa rosa más especiada y angular- refrescada con geranio. Tiene el embrujo de una rosa negra.

Sin duda, la calidad de la faceta especiada destaca por su buena definición. Basada en el contraste del cálido azafrán y la más refrescante pimienta negra, esta faceta va más allá de lo que normalmente encontramos en un perfume especiado, es rica e intensa -al estilo de los perfume Amouage- y marca mucho el carácter del perfume. De hecho, sin esa prominencia de especias Soir d´Orient podría parecer como otro perfume occidental inspirado en la tradición árabe estilo Midnight Oud de Juliet Has a GUn o Aoud Queen Roses de Montale: propuestas con un sabor más neto y literal. Sí, todo hay que decirlo, Soir d´Orient juega con esa idea e incluso a veces parece surgir una nota de oudh en el perfume. Siempre esa sensación de «algo más»

Algo más como el incienso susurrante unido al azafrán creando juntos una sensación final de cuero y el patchoulí, con su característica profundidad húmeda y amaderada a la vez, que tanto puede reforzar el acorde oudh como rememorar la tradición de un chipre animalístico, aunque el perfume no llega a ese extremo en ocasiones se insinúa. Así, mientras por un lado tenemos una rosa a la árabe, por otro disfrutamos del refinamiento de una rosa chyprée pero, el cuero, en este caso seco y con ese punto oscuro y amargo, parece el tema último del perfume. Al menos determina una trayectoria que podríamos describir como de boomerang, porque tras todo ese trayecto por parajes exóticos de rosas, especias, incienso, y maderas preciosas volvemos al territorio más clásico y reservado de los perfumes chipre, donde el cuero jugaba un rol casi tan importante como el musgo. Así, aunque Soir d´Orient está construido evidenciando su época con un acabado más limpio y ligero, proyecta una sensación de gravitas de la que carecen un gran número de perfumes hoy en día que lleva a la mente a pensar continuamente y algo más.

Momento musical: Lovely Spring interpretada por el maestro del duduk Djivan Gasparyan.

Potencia de rosa: Paloma Picasso Mon Parfum.

06 lunes Feb 2017

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 8 comentarios

Etiquetas

almizcle, ámbar, bergamota, clavo, cuero, geranio, patchoulí, perfume, rosa, tabaco, vetiver, ylang-ylang

paloma-picasso

Las tendencias en moda apuntan hacia un revival de los 80´s: de nuevo un intento por revivir el oversize, las grandes mangas afaroladas, los volantes por doquier,etc,etc,etc…pero hoy todo son tendencias, lo cual resulta escalofriante porque nada más alejado del concepto de estilo que las modas pasajeras. Curioso es que en los ochenta, quienes los vivieran lo saben bien, los iconos de la moda más ligados a la cultura pop podían jugar con las extravagancias que les brindaba el diseño y aún así convertirlas en una expresión de su propio estilo. Ni que decir tiene que entonces, como ahora, podía haber mucha frivolidad pero aquella gente proyectaba la sensación de que el arte y música en especial podían mejorar el mundo y que el vestir, como otro modo de expresión más, representaba una auténtica declaración de principios. Aquella forma de vivir la cultura era algo que estaba en el aire igual que ahora el ocio sólo parece limitarse al exhibicionismo más burdo y el griterío más zafio.

En fin, entre aquellas estéticas destacaba una especialmente rotunda a la hora de expresar femineidad consistente en combinar prendas de corte más masculino, estructurado e incluso arquitectónico con grandes y poderosas piezas de bisutería o joyería. Aquello -que ahora también vuelve aunque más asociado a un perfil gamine que a la exuberancia natural- era entonces el modo ultra chic de declararse poderosa e independiente. Quizás porque ella siempre ha diseñado joyas con mucho carácter yo siempre he acabado asociando ese modo de usar el patronaje masculino para expresar sensualidad con Paloma Picasso y su perfume.

Hoy en día la fórmula ha sido rebajada en potencia, riqueza y difusión; de hecho, un descendiente directo como es Soir de Lune de Sisley, aunque más brillante y refinado en sus detalles, lo supera en términos de proyección; pero Mon Parfum conserva su carácter y sigue siendo uno de esos perfumes para desplegar poderío.

Su perfil aún gravita entre un fougére oriental y un chipre floral animalístico sin que quede del todo claro el tema, pese a que en el pasado su desarrollo era más musgoso esta indefinición era una de sus características. Sí, Mon Parfum (1984) expresaba exuberancia a base de acompañar el tema principal de rosas y mimosas melosas con un poco de todo, y como muchos perfumes de aquella década su acabado era rico en notas animales y amaderadas.

La sensación de perfume potente lleno de notas perdura en la versión actual y aún puede calificarse de perfume barroco en el sentido de que las facetas están tan llenas de matices que casi pierden agudeza. Aquello de la saturación era muy años 80 pero las raíces del perfume podemos buscarlas en la década anterior, cuando muchas fragancias tenían como eje central una buena dosis de Hedione, un acorde complejo de rosa acompañado de geranio y una base rica en maderas donde destacaba el patchoulí, el vetiver y el iris. Perfumes como Coriandre de Jean Couturier o Aromatics Elixir de Clinique son ejemplos de esto.

Junto a coetáneos como Caesars, La Perla y, especialmente, Knowing de Estée Lauder, tiene ese carácter de rica rosa melosa rodeada de calidez animal pero en su fórmula original añadía un toque afrutado-aldehídico y un halo de flor blanca que lo hacía más fresco y luminoso. En realidad, el perfume de Paloma Picasso era un poco más de todo: más especiado incluso desarrollando una nota de clavel, más almizclado, rico en castóreo y pleno de tabaco, ambarado, bastante musgoso y salpicado de verdor floral mediante notas de jacinto, lirio de los valles y angélica.

Hoy más rebajado, especialmente menos meloso y animalístico y sin que sea evidente el aspecto afrutado ni el musgoso, Mon Parfum sigue siendo uno de esos perfumes que dejan huella. A quien le guste el revival de los 80´s y quiera, como ahora mucha gente hace, volver a usar un perfume del pasado, prueben eso de la moda tan masculina-tan femenina y añadanle el perfume de Paloma Picasso. Ya me contarán.

Momento musical: Na neh nah de Vaya con Dios.

Flip Flop review: Eau de Shalimar de Guerlain.

17 sábado Dic 2016

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 4 comentarios

Etiquetas

bergamota, cumarina, empolvado, iris, jazmin, lima, limón, naranja, perfume, pomelo, violeta

blanco

Sus predecesoras: Eau Légére Parfumée (2003) por Mathilde Laurent y Eau Légére (2004) por Jean Paul Gaultier.

Su sucesora: Shalimar EdT Cologne (2015) por Thierry Wasser.

El objetivo: ¿Modernizar Shalimar?

El procedimiento: Basado en la eliminación de todos los aspectos calientes, ahumados y animalísticos de la fórmula.

El resultado: Algo aún clásico.

Eau de Shalimar
(2008) -recientemente retirado-, como el resto de las versiones frescas de este gran clásico, mantiene la estructura básica de Shalimar, enfrentando un gran volumen de notas cítricas frente a un fondo balsámico-resinoso. Sin embargo, no está muy lejos del espíritu de una Cologne clásica o incluso un Eau Ancienne.

Lo remarcable en esta versión es que tiene una base vainillada empolvada casi atalcada, lo que le da un acabado seco, opaco y juguetón. Sobre este fondo flota la impresión de una nube de centelleantes olores cítricos: lima y limón lo más destacable, bergamota y naranja añadiendo un brillo más frutal y quizás un toque de pomelo para un punto de amargor latente.

Al igual que en la fórmula clásica, el acorde cítrico ocupa una gran parte de la fragancia en comparación con la parte floral del corazón del perfume. Aquí incluso es más tímido el tono floral: un dulce y luminoso jazmín, un fresco y penetrante iris y la flirteante violeta acompañando con su ternura. Estas flores, aún legibles, están completamente imbuidas en un profundo frescor alimonado. Así, la impresión general del perfume podría describirse como de agua de azahar empolvada.

Sin embargo hay algo más, algo que resulta delicioso. El acorde cítrico tiene un efecto efervescente y su agudeza es así tan intensa que a veces recuerda al jengibre, pero unido a la cremosa nota vainillada del fondo produce una impresión general aérea y suave, curiosamente gustativa, que en los días fríos de invierno se acentúa aún más. Pareciera polvo de nieve pero aún más es una cosa gourmand: es como tener delante una bandeja de pastas de limón o llevarse a la boca en cuchara de plata una porción de roulade de merengue relleno de crema pastelera fuertemente saborizada con cortezas de lima y limón. Ese aspecto regresivo de Eau de Shalimar combinado con su frescor vivaz lo convierten en un perfume muy atractivo para los días en torno a la Navidad.

shalimare

Flor de lis…Iris Le Galion

27 jueves Oct 2016

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 2 comentarios

Etiquetas

ambreta, azucena- lirio blanco, bergamota, cedro, iris, mimosa, perfume

perfil

Hoy por hoy la gente reconoce más fácilmente como buen perfume de iris aquel que explora las facetas más radiculares y gourmands o aquel que ofrece un característico acabado empolvado de tono cosmético. De hecho, tales perfumes no sólo se tiende a reconocerlos mejor sino que también se los acepta mejor, frente a aquellos iris casi evanescentes que se interpretan como algo muy suave, casi insustancial. ¿Será paradójico que en medio de un panorama cultural bastante superficial y monótono, fruto de la globalización entre otras cosas, haya tanta afición a los olores radiculares?

Pero el iris más refinado, aquel que brota en algunos clásicos, procede de la variedad Iris pallida cultivada en Florencia y su carácter dista mucho de ser sólo radicular o cosmético. Es tan fino y sutil en olor como complejo en matices, pero sobre todo es difícil de sostener su nota en un perfume. Este iris, empolvado y con declinación almizclada encierra deliciosos y suaves recuerdos florales verdes de mimosa y violeta fresca.

Tal iris de suprema calidad ya es muy raro encontrarlo en perfumes, de hecho cualquier derivado natural de iris en alta dosis porque es un material muy caro que se usa muy poco y en muy baja concentración. Pero se reconstruye y se trabaja su perfil emparejándolo con rosa metálica como en Calandre de Paco Rabanne, con jazmín luminoso y fresca bergamota en Iris Prima de Penhaligon´s o con flor de naranjo como en Iris Nobile Sublime de Acqua di Parma, pronunciando su faceta verde con el áspero jacinto como en Bas de Soie de Serge Lutens o apoyando la nota sobre cedro pero intensificando su carácter floral evanescente gracias al ylang-ylang como en Impossible Iris de Ramón Monegal. En cualquiera de estas composiciones tenemos un elegante iris de raigambre clásica y el atractivo más específico de otra flor.

Otro enfoque del iris de corte tradicional pasa por el tamiz del almizcle partiendo del Nº5 y su complejo acorde empolvado basado en vainilla, aldehidos e ylang-ylang. Clair de Musc de Serge Lutens recoge esa idea potenciando es el aspecto almizclado pero manteniendo ese toque seco y fresco del iris. Los almizcles blancos sintéticos y la ambreta de origen vegetal, careciendo de la pulsión animalística, tienen aún un tono atrayente por la conexión que existe entre las notas lactónicas-afrutadas y el olor de la piel. Sugerencias sublimadas que el cerebro procesa como atractivas. Este otro modo de acentuar el iris suele ser bien aceptado porque se asocia con ideas como tradición,frescura y relax. Desde el sencillo Blue Iris & Musc de L´Occitane al maravilloso Hiris de Hermès que logra ofrecer recónditos matices del iris bajo un prisma fresco y floral lleno de ternura gracias a la ambreta.

En esta línea Iris Le Galion, con fórmula original de 1937 actualizada por Thomas Fontaine -quien también trabajó en las nuevas fórmulas de Lubin y de Jean Patou- preserva muy bien en su perfil de iris florentino el sutil tono floral y lo conjuga con notas secas pero ligeras de cedro que dan un acabado más estructurado. Añade un efecto fresco, cremoso y solar muy del gusto actual gracias a una importante nota de azucena o lirio blanco y lo contextualiza todo en el marco elegante del contraste entre notas frescas de cualidad cítrica, especialmente de bergamota, y la delicadeza ambarada de la ambreta. Muy al estilo Hiris. De hecho, una primera lectura del perfume puede hacer pensar que ambos son gemelos. Lo cierto es que teniendo uno seguramente no necesites el otro porque el patrón es muy similar, pero los matices los diferencian bastante.

Iris Le Galion es luminoso hasta el punto de proyectar una sensación solar. Es la mimosa con su salida de almendras y sus matices verdes acuáticos lo que refuerza esta impresión al inicio del perfume, luego será la azucena así fresca, dulce y cremosa la que continue ese capítulo de la historia. Esta faceta floral-solar con mimosa y azucena está en la línea de Eau de Charlotte. Pero este Iris es una narración muy estilizada y estilosa así que contrapone al lirio blanco una parte más clásica de fondo seco- amaderado junto con un ligero verdor vegetal típico del iris y el susurro de las violetas. Es tan sutil y equilibrado al dibujar sus facetas como al unir clasicismo y tendencia que parece seguir la línea de los perfumes Chanel: siempre fieles a su estética pero siempre mostrando alguna característica del momento en que se crean, así llegan a ser atemporales.

La pregunta que cabe hacerse es si en Iris Le Galion se aunan estilos sólo para actualizar el perfume o para que el rigor a la europea que respira en el fondo (notas verdes y secas) cubierto con un velo de dulzor y calidez (lirio blanco, almizcles blancos) tan del gusto americano haga el perfume más atractivo a más gente pese a ser un producto de etiqueta niche. O si tras dichas flores cabe una lectura simbólica. Desconozco la intención, como también desconozco el original Iris creado por Paul Vacher. Sólo puedo aventurarme. Pero aunque flores blancas e iris son un emparejamiento clásico, iris y azucena juntos remiten a la flor de lis. Y la flor de lis, desde la Antigüedad, ha sido un motivo decorativo asociado a las élites: desde asirios y egipcios a romanos y cruzados. Como símbolo mayestático, coronando cetros reales o como estandarte de los florentinos en la primera Cruzada y, más tarde, ya con una carga heráldica, como símbolo de los monarcas franceses.

La flor de lis es para la mayoría de los estudiosos una flor estilizada, lo que no se sabe con certeza es qué flor representa desde la Antigüedad y si siempre es la misma, en cada época y cultura… ¿Una azucena, un loto, un iris, retama…? En Francia, la palabra iris comienza a usarse para designar a una flor hacia el s.XIII. Previamente con dicha palabra se designaba al ópalo noble por su capacidad para descomponer la luz en el espectro; la piedra era realmente apreciada entre la nobleza por esa cualidad iridiscente. Las flores que recibieron tal nombre crecían de forma silvestre en distintos colores (amarillo, violeta o azul pálido) recordando al arco iris, de ahí el nombre. Así pues, cuando Luis VII y su hijo Felipe II adoptan la flor de lis en su escudo, la flor del iris comienza a recibir un nombre propio y se diferencia semánticamente del lirio. Paradójicamente una de las teorías que se manejan es que lis sería el plural de lil, antiguo vocablo descendiente del latín lilium (lirio). En todo caso, la flor de lis puede conectar toda una red de símbolos.

Más allá del perfume, leer intencionalidad en la unión del iris y el lirio quizás sea ir demasiado lejos. Aunque yo no he dejado volar demasiado lejos mi imaginación porque la flor de lis es todo un símbolo del imaginario colectivo. Si leemos la web de la firma con detenimiento vemos como las reminiscencias aristocráticas son usadas para reforzar un aura de prestigio: la creación de Le Galion en 1930 fue iniciativa de un descendiente de la Casa Murat, familia noble creada por Napoleón I para favorecer a su cuñado Joaquín Murat. Cinco años después fue vendida a Paul Vacher -el célebre autor de Miss Dior y Arpège– quien con el icónico Sortilège conseguiría un gran éxito en Estados Unidos. En la década de los 80´s la firma fue vendida a un gigante americano y el nombre de perfumes Le Galion fue diluyéndose hasta que alguien decidió revivir la marca. Entre los últimos perfumes comercializados por Le Galion hay un jugo llamado Sang Bleu y otro bautizado Sovereign en honor al Príncipe Murat. ¿Qué más se puede decir? Bueno, quizás recordar que los perfumes suaves también pueden ser sustanciosos.

Iris musgoso y azafrán licoroso o ginebra y ron con Lubin: Gin Fizz & Idole.

24 sábado Sep 2016

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 10 comentarios

Etiquetas

almizcle, azafrán, ámbar, bergamota, cuero, enebro, iris, musgo, perfume, ron, sándalo

grantkerr-grant

Antes que el alcohol producido por síntesis se convirtiera en el principal vehículo de la perfumería occidental, cualquier preparación perfumada tenía su lado espiritoso. Si bien esto era un hecho incidental.

Cualquier maceración o dilución de esencias de hierbas, flores y especias usada para formular elixires, jarabes o aguas de colonia tenía como base algún tipo de bebida como aqua vitae, brandy, vodka que eran ( y son) usados regularmente en la perfumería artesanal. Esto unido a ciertos ingredientes naturales, como la rosa o el ámbar gris, que por sí mismos pueden aportar una faceta vinosa, terminaba por crear una textura peculiar.

Sin embargo aquellas fórmulas, rebosantes de esencias naturales, eran todo matiz y el toque de los antiguos espíritus contribuía a esa armonía etérea y opulenta a la vez. Pero crear un perfume para recrear el gusto o aroma de una bebida es una sofisticación muy específica de la perfumería moderna.

Desde el acabado festivo y chispeante del champagne, al verdor herbal de la absenta o la complejidad ambarada del whisky el acento se pone en los detalles sensoriales más representativos de cada bebida. No hablamos de un matiz más que enriquece la composición como podía ocurrir en los perfumes tradicionales sino de todo un perfume construído en torno a ese tema.

No es fácil hacer tal cosa de manera completamente exitosa y aún así mantener un acabado de perfume, lo habitual es probar un jugo tan temático al principio que confunde y tan desvaído al final que aburre. La fluidez, tan importante en cualquier perfume, aquí es un tema delicado porque la referencia es demasiado concreta, cultural y socialmente hablando: algo que se paladea siempre es más tangible que cualquier olor, pese a la relación que existe entre gusto y sabor; pero también el sentido del equilibrio, entre lo conceptual y lo sensorial, es clave para presentar un jugo elegante.

Desde el Agua de Hungría,el Agua del Carmen, el Elixir de Hierbas Suecas Maria Treben al Fernet Branca, al Martini o la ginebra un rasgo se repite: un frescor amargo de efecto tónico y astringente. Tal cosa es lo que en clave refinada se traslada al perfume de Lubin Gin Fizz ofreciendo un bouquet de efervescentes flores musgosas.

Creado en 1955 e inspirado en el cocktail del momento, el gin tonic. Lo que ahora podemos probar es un revival moderno de la fórmula que ofrece el frescor a la vez seco, verde y frutal de la ginebra como faceta latente durante buena parte de la evolución, mientras en primera fila desfila primero un acorde cítrico apimentado basado en bergamota-mandarina-pomelo con cierto tono aldehídico suave que deja paso a un muy vaporoso cuerpo floral en el que destaca un iris algo verde y jabonoso, que poco a poco se hace más amaderado hasta revelar en la base el acabado húmedo y salado del musgo de roble.

Gin Fizz es ligero y fresco pero con un efecto más complejo que el de un agua de colonia cítrica porque añade la vaporosidad del iris y los aldehídos jugando con el recuerdo de los perfumes aldehídicos florales con faceta jabosa y acabado musgoso al estilo Rive Gauche de YSL o Calandre de Paco Rabanne pero con un sabor más atemporal que dichos clásicos. En realidad esta filiación no se evidencia porque lo que predomina es la vivacidad del frescor tónico que aporta el enebro pero se puede leer.

Junto a Gin Fizz, Lubin ofrece con Idole el otro extremo del espectro: lo espiritoso balsámico. Una antigua fórmula datada en 1962 que O. Giacobetti (2007 EdT / 2012 EdP) transformó en un oriental amaderado redolente de absoluto de ron. El ron se utiliza con frecuencia en perfumería para reforzar un aura ambarada con ese clásico toque etéreo pero aquí juega el rol principal.

Al contrario que otros perfumes de Giacobetti, Idole no es un crisol de matices cristalinos que asoman con delicadeza promoviendo esos momentos de atención plena capaces de crear una imagen más prismática del olor, sino más bien un continuo y persistente perfume oriental. Ni claro, ni oscuro. Ni transparente, ni opaco. De tono amaderado balsámico -con flashes de cuero ahumado y rosas- encendido por algunas especias cálidas como el clavo, el comino y, sobre todo, el azafrán y recubierto por el efecto azucarado de caña de azúcar del ron.

En síntesis, una fantasía oriental con un acorde de ámbar moderno apoyado en almizcles y absoluto de ron que enraiza de nuevo con la tradición porque, si bien las bebidas espiritosas en su día fueron vehículo de perfumes, también ingredientes de perfumería se usaron tradicionalmente como modificadores/rectificadores de licores, jarabes, elixires varios o vino medicinales como el hipocrás. La gualteria, la canela, el macis, la rosa y sobre todo el ámbar gris hasta época más moderna podían ser junto con el azúcar o el almizcle algunos de los productos usados. Así, licor-ámbar gris, ámbar gris-licor es todo un clásico al que se apela de vez en cuando en perfumería. Ambre Narguille y L´Ambre des Merveilles de Hermès son dos ejemplos de como se puede usar para renovar la textura de la faceta ámbar manteniendo ese efecto global espiritoso de calidez etérea. Pero esto ya no es incidental.

Momento musical: Come and Get it de John Newman.

Aire fresco, brisa entre pétalos: Grand Néroli de Atelier Cologne

07 sábado Nov 2015

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 3 comentarios

Etiquetas

almizcle, bergamota, cedro, gálbano, neroli, perfume, petit grain, Vainilla

theletterbeers
* La carta (1885) por Jan van Beers.

Azahar de naranja se dice en algunos lugares de España para diferenciarla de la flor del limonero, del limero y de otros árboles cítricos. Pero simplemente azahar ya basta para evocar esta flor emblemática de virtudes calmantes.

Con agua de azahar se enjuagaban las lágrimas para aliviar las penas en la Edad Media, ese mismo agua que refresca la piel dejándola suave y como más rellena. Con las flores del naranjo es costumbre hacer una infusión que atempera los nervios y facilita el sueño. Y con la esencia de esas mismas flores, arrastrando ya siglos de tradición, se han formulado elixires y aguas perfumadas a lo largo y ancho de toda Europa. Desde el Agua de Hungría y el Elixir de Agua del Carmen al Acqua Mirabilis que Jean Paul Feminis llevó a la ciudad de Colonia, sentando la base del Eau de Cologne y todas las fórmulas afines que sobreviven hasta nuestros días. Fórmulas siempre muy apreciadas por sus cualidades tonificantes.

Dulce, floral, cítrico. El neroli en sí mismo es casi un perfume que tiene la capacidad de aclarar la mente. Refrescante, aéreo, meloso-azucarado y con vagos recuerdos a rosa y a jazmín. Ese es el clásico perfil que todos reconocemos. Un poco romántico, un poco tierno.

Frente a él, la opulencia y la sensualidad del absoluto de flor de naranjo. El neroli a su lado es casi infantil. Un olor alegre y desenfadado. Pero en todo caso su sencillez no implica simpleza, al contrario puede ser algo sofisticado pues el neroli también es herbal, con efecto espumoso como el champagne , verde, crujiente y limpio como lino fresco recién planchado o natural como un soplo de aire fresco. Estas facetas más verdes y naturales se aprecian mejor en las variedades del Norte de África, cuyas esencias suelen tener un mayor equilibrio entre notas verdes y melosas.

En Grand Néroli de Atelier Cologne se realza este carácter cercano a la flor natural que tiene la esencia de neroli de Marruecos. De hecho, esta Cologne es una curiosa fusión entre facetas florales-indólicas muy efervescentes, acentos limpios que recuerdan al lino y elementos verdes que fluctúan entre la vivacidad de la hierba fresca y el profundo verdor resinoso de un bosque de pinos, lo que aporta un interesante efecto frondoso a la faceta verde, de lo que tiene gran culpa el toque de gálbano.

Entre cítrico y verde con el filo floral penetrante de los indoles aportando mucha luminosidad y una textura burbujeante en esta composición. Mientras el neroli se adorna con otros acentos curiosos de corteza de árbol, agujas de pino, una aromática bergamota, intensos matices alimonados y un frescor subterráneo casi mentolado.

Según se evapora, las facetas parecen atomizarse y fundirse en un capa de almizcle blanco ligero con una discreta tonalidad solar ambarada. Pero esa sensación de pinar durante un atardecer de verano lo hace singular. Aún un neroli delicado, muy transparente, pero también muy vivaz y menos azucarado o menos cercano a la tonalidad de la mandarina. El petit grain y la bergamota ayudan a subrayar este carácter herbáceo. Pero, en el fondo, Grand Neroli sigue un esquema muy clásico aunque renovado con sagacidad. Por la forma en que expresa ese frescor profundo, amaderado y herbal con ligeras declinaciones de chypré podemos enraizarlo en la tradición del Eau Sauvage de Dior , que aún sigue siendo una de las más audaces composiciones en torno al tema de la Cologne. No estoy diciendo que Gran Neroli huela como el perfume de Dior, sino que en su núcleo tienen un modo muy parecido de aunar notas ajazminadas y quizás un toque de muguet con un frescor muy profundo de modo tal que hace pensar en aire fresco, en una brisa que trae la fragancia de los pétalos. Más aún en Gran Neroli esta sensación de aire fresco es extrema.

En síntesis, Grand Neroli (2010, Cecile Krakower) es super cool. Los aspectos más rústicos de las composiciones tradicionales están difuminados en detrimento de una mayor transparencia pero aún puede seguirse ese hilo, por eso el momento musical elegido es  un clásico del New Age: I will find you de Clannad.

Un momento concreto en detalle: Après L ´Ondée de Guerlain.

12 martes May 2015

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 10 comentarios

Etiquetas

anis, benjuí, bergamota, haba tonka, Heliotropo, iris, perfume, rosa, sándalo, Vainilla, vetiver, violeta, ylang-ylang

signsofspring * Signs of Spring de Walter Crane.

Après L´Ondée. Una idea sencilla: flores entibiándose tras la lluvia. La ejecución impecable de notas trabajadas al detalle para delatar el rastro de humedad que aún cubre la hierba y las flores. De resultado: un poético paisaje olfativo.

Jacques Guerlain (1874-1963) retrató su tiempo -a veces incluso lo superó- a través de sus perfumes, por esto, seguir la evolución de su obra permite no sólo entender cómo los perfumes Guerlain se fueron tipificando hasta adquirir esa impronta tan especial e inconfundible llamada Guelinade sino también tener una visión general de cómo la perfumería fue evolucionando rápidamente en las primeras décadas del s. XX. Desde las técnicas finiseculares, aún bastante arraigadas en la manera de componer perfumes 100% naturales con sus mil trazas y poca amplitud de notas, a la cristalización de nuevas estructuras mucho más verticales que señalaban ya el camino hacia el clasicismo de los tres tiempos.Sin duda, fue un camino sinuoso y lleno de experimentación en el cual los nuevos materiales sintéticos y el perfeccionamiento de las técnicas de extracción brindaron la oportunidad de incluir nuevos tonos, nuevos temas, detalles más precisos.

Algunos de sus perfumes hace tiempo que dejaron de comercializarse pero actualmente pueden probarse en la Boutique insignia que Guerlain tienen en París -entre ellos el extracto de Après L´Ondée retirado hace relativamente pocos años o el mítico Djédi– mientras podemos seguir disfrutando de otras de sus muchas maravillas como el EdT de Après L´Ondée, L´Heure Bleue, Mitsouko, Shalimar, Vol de Nuit o el muy refinado Liú.

Si comparamos Liú, un perfume compuesto en su madurez creativa, con Après L´Ondée (1906) que es una obra temprana, esos cambios en la textura y la estructura fruto de la evolución técnica y estética de la perfumería se aprecian con mucha facilidad. Sin embargo, si Après L´Ondée se contrasta con L´Heure Bleue se puede ver como en 1919 Jacques Guerlain seguía experimentando con la verticalidad de las notas, enriqueciendo los perfumes con los matices suntuosos de las resinas balsámicas y el claroscuro dorado que deja la pátina de la Guerlinade. Ambos perfumes se parecen: tienen rasgos olfativos en común y comparten el interés del perfumista por crear una estética del instante mediante olores pero, a la vez, son muy diferentes precisamente porque L´Heure Bleue, con su base orientalizante, representa a la vez el culmen y la superación del estilo temprano de Jacques Guerlain en el que los matices se multiplicaban y se apoyaban entra sí creando esa fluidez de notas tan típica de una buena Cologne.

Admirador del Arte en general y del Impresionismo en particular, Jacques Guerlain se interesó por conseguir efectos atmosféricos de luz, temperatura o humedad en varios de sus perfumes. Après L´Ondée es el ejemplo paradigmático que aún sobrevive al paso del tiempo pero quizás a nivel conceptual haya una obra más representativa de este interés: Fleur qui meurt (1901) donde intenta capturar el ciclo de vida de una violeta, esa flor que por aquel entonces era protagonista de tantos perfumes y que Jacques Guerlain convirtió en imprescindible en sus creaciones. A veces con una presencia más evidente y otras como una cita fugaz. Unas veces realmente empolvada como Violette de Madame (1904), otras explorando su lado más vegetal gracias al uso de hoja de violeta como en Fleurt qui meurt o con algo rico y delicado, profundo y especiado unido al clavel y al iris como en Après L´Ondée.

El aromo o acacia dulce* fue un material popular entonces. Jacques Guerlain lo usó en la formulación de estos tres perfumes como nota importante para caracterizar la violeta y es también la nota principal de Une Fleur de Cassie, perfume con el que Frederic Malle completa el tríptico que rinde homenaje al clásico de Guerlain, junto a Dans tes Bras y L´Eau d´Hiver.

La belleza fugaz que Jacques Guerlain intentaba atrapar en Aprés L´Ondée era la de las flores de primavera bañadas por la lluvia. Para recrear ese efecto de pétalos empapados el perfumista audaz hizo uso de un material entonces bastante nuevo: el aldehído anísico, que da al perfume ese frescor frío y acuático tan caracterísitco junto con el efecto dulce y amargo de acabado aromático que se agita en la salida del perfume, enfatizado por notas herbales-alcanforadas-fenólicas de lavanda, romero, salvia y tomillo que unidas al clavo en la faceta empolvada contribuyen a crear un vago efecto medicinal. La bergamota afrutada y el frescor floral del neroli completan el cuadro de salida, tras la cual el perfume se vuelve más uniforme y balsámico.

La delicadeza de las flores se expresa sobre todo a través de efectos de brillo y textura. Por un lado la faceta empolvada basada en una importante dosis de iris y enriquecida con un fondo gourmand a medio camino entre el dulce de malvavisco y la crema almendras al que contribuyen varias notas, entre ellas la heliotropina y el haba tonka -y que también encontramos en L´Heure Bleue. Por otro, la multiplicidad de matices florales resonando unos en otros: la rosa y el jazmín, el iris y el clavel formando un todo envuelto en esa nota floral tan importante en los perfumes de la época como es el ylang-ylang que aporta un efecto opaco pero a la vez evanescente muy caracterísitco. Y entre esa textura evanescente y empolvada el brillo terso del espino albar: algo verde y almendrado, fresco y balsámico. Una nota delicada pero contrastada que ejemplifica bien el carácter rico y etéreo de este perfume que hacia el final de la evaporación se muestra a la vez seco y cremoso gracias al sándalo, la vainilla y el almizcle.

Sí, Après L´Ondée tiene ya parte de esa huella oscura, elegante y balsámica de la Guerlinade en la que el iris, la bergamota y el haba tonka tienen un rol relevante, pero su presencia no es tan rotunda como en L´Heure Bleue o Shalimar. Lo que destaca en el perfume es sobre todo la textura y el gran contraste entre notas aromáticas y facetas balsámicas acompañando un rico corazón floral. Precisamente es ese corazón floral, tan marcado por la generosidad del acorde rosa + ylang-ylang que resonaba en los perfumes de la época desde el éxito de Le Parfum Ideal (circa 1900) de Houbigant, acompañado del iris empolvado, la violeta y el jazmín lo que crea ese aire de familiaridad entre este perfume de Guerlain, su predecesor L´Heure Bleue y el posterior Chanel Nº 5 (incluída la versión modernizada de Nº5 Eau Premìère). No es tan extraño que estos perfumes a menudo se comparen, algo comparten. Igual que Jacques Guerlain y Ernest Beaux compartían admiración hacia Paul Parquet, el perfumista de Houbigant. Gracias a esa sana admiración podemos disfrutar de creaciones magníficas.

Fugacidad. Conciencia del paso del tiempo. Delicadas flores y la sensación vaga de perfume que desprende esa textura imprecisa que difuminada los matices y la estructura hasta casi generar neblina es lo que probablemente más contribuye a conjurar el halo de melancolía poética con el que a menudo se describe Après L´Ondée. En honor a esa fama, el momento musical de hoy: April come she will de Simon & Garfunkel en el mítico concierto de Central Park.

*El aromo o acacia dulce forma parte del extracto de Après l´Ondée no del actual Eau de Toilette.

Sensación bouquet, sensación flor: Rubj Voile d´Extrait de Vero Profumo

10 martes Feb 2015

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 18 comentarios

Etiquetas

albahaca, almizcle, bergamota, comino, flor de naranjo, jazmin, musgo, nardo-tuberosa, perfume, rosa, vetiver

kinopoisk.ru
*Helene Segara como Esmeralda y Daniel Lavoie como Frollo en una escena del musical Notre Dame de Paris.

Ciertas flores se parecen entre sí aunque nunca llegan a ser completamente iguales, pero con esta conexión se juega en los perfumes para crear ilusiones olfativas. Del gran bouquet saturado de vagos tonos florales -todos en armonía triunfando al mismo tiempo-, a la flor rotunda y singular llena de matices característicos hay toda una gama de posibilidades para crear un perfume floral-floral. Pero el estadio intermedio, en el que el perfume ahora es bouquet y al rato una sola flor es un estilo bien explorado, especialmente en el ámbito de las flores blancas. Son esas composiciones que Luca Turin a menudo describe como «sinfónicas» y que dominaron el mercado en los 80´s: Chloé , Giorgio, Boucheron, Jardins de Bagatelle, etc, etc.

Y es cierto, son sinfónicos. Jazmín, tuberosa, flor de naranjo, gardenia, lirio de los valles, rosa…todas esas nota en sano equilibrio. Dulces, envolventes, inmensos y flirteantes perfumes. Siempre aprovechando la facilidad con que las flores blancas pueden coquetear para crear una sensación cálida y luminosa mientras otras facetas animales se encargan de introducir ambigüedad en el conjunto. Son un juego. Pero Rubj, que recuerda mucho a ese tipo de perfumes, deja atrás toda esa ambigüedad. Toda.

¿Inmenso? Sí. ¿Complejo? También. ¿Siendo una flor y varias flores a la vez? Según quien lo lea… Pero si el modelo son los florales de los 80´s , la estética aquí ya no es galante, sino cruda y directa. Estos son pétalos blancos encendidos que muestran con poco pudor sus asperezas: plenos de indol y agitados por un tono entre ácido, meloso y salado de corte animalístico que no va a ser bien tolerado por todo el mundo.

De tradicional tiene ese aire animal de Fracas que deriva de combinar la tuberosa lactónica y el almizcle ligeramente salado, a lo que podemos añadir ese contorno general en el que se leen el jazmín y la flor de naranjo con mucha claridad sobre una base más seca de musgo y vetiver.

De diferente tiene el modo en que realza ciertos aspectos de estas flores para crear un perfume muy atrevido, casi al límite en algunos aspectos porque el hilo conductor de Rubj es el calor que hace que emerjan efluvios decadentes de las flores blancas. La sensación dominante de temperatura elevada es un efecto general que surge tanto por la saturación de matices y el uso de la opacidad en las capas del perfume -sin que el perfume sea pesado puede resultar opresivo-, como por la elaborada faceta frutal que predomina casi por encima de las notas florales.

Las notas frutales tienen, igual que el almizcle y las lactonas, afinidad natural con la piel por lo que siempre resultan sugerentes. En Rubj, de nuevo, esto se lleva al extremo mediante un efecto que promete por un lado frutas pulposas, por otro frutas muy maduras. De fondo encontramos el clásico elemento lactónico acaramelado de la tuberosa y también la parte más balsámica cercana a las cerezas que esta flor comparte con la rosa, en un muy cercano segundo plano están las notas de plátano y frambuesa tan características del jazmín egipcio y, finalmente, la capa de celofán que aporta la flor de naranjo con su olor anaranjado meloso-gomoso.

Rubj puede confundir al principio. Su salida tiene un atractivo clásico, con una combinación de cítricos vibrantes a base de bergamota y limón entre los que ya se aprecia el indol y una nota verde de efecto natural que aporta la albahaca. Esa frescura unida al dulzor floral es la parte bonita del perfume, luego llegan las aristas. Y son precisamente esas aristas , ese modo de llevar más lejos -y al mismo tiempo- lo salado, lo indólico, lo meloso, lo lactónico… lo que diferencia esta composición de otras. En cierto modo Rubj es un perfume rudo que me hace pensar en personajes complejos pero a la vez retorcidos como Frollo de Notre Dame quien, atormentado por el deseo hacia La Esmeralda decide destruirla antes de que ella le destruya a él. Sí, definitivamente Rubj es para quienes «acariciar con una mano y torturar con la otra» tiene sentido pleno…

Momento musical: Tu vais me détruire (Frollo) del musical de Notre Dame de Paris con música de Richard Cocciante.

← Entradas anteriores

¿Qué perfume? Busca un olor.

Sigue el blog si te gusta a través de las actualizaciones en tu correo electrónico.

Únete a otros 1.007 suscriptores

Nota de Heliotropo

Laberinto Fu

El Mundo de la Rosa

Categorías

  • Archivo de Christmas de Olibanum blog
  • Archivo general
    • Perfume Tour
    • Un poco de Historia
    • Usando perfume
  • Ensayos
  • Laberinto Fu
  • Notas de Perfumes
  • Revisiones de perfumes
  • Uncategorized

Fragancias Míticas.

Calendario

febrero 2023
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728  
« Ago    

Archivo mensual

Blogroll

  • Aroma Esencias
  • Bois de Jasmin
  • Chroniques Olfactives
  • EauMG
  • Esprit de parfum
  • Musque-Moi!
  • Nero Profumo
  • Now Smell This
  • Photolfactives
  • Salon de Parfum
  • Smellyblog
  • Tauer Perfumes
  • Té de violetas
  • The Scented Salamander
  • Ver otros blogs en castellano
  • What men should smell like

Algunos perfumes favoritos.

Blog Stats

  • 1.248.507 hits

Mis tableros de Pinterest

Pinterest Icon

Meta

  • Registro
  • Acceder
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.com

Blogging University

Blogging U.

El Perfume del Mes: Vanille Insensée

El consejo del mes: Naricilla

Las entradas más vistas

  • Un esquema asequible: La Rueda de las Fragancias de Michael Edwards
    Un esquema asequible: La Rueda de las Fragancias de Michael Edwards
  • Revisiones de Perfumes
    Revisiones de Perfumes
  • Materias primas: Hedione
    Materias primas: Hedione
  • Seis flores del jardín de Santa Maria Novella: Gaggia,Gardenia,Garofano,Ginestra,Frangipani e Iris
    Seis flores del jardín de Santa Maria Novella: Gaggia,Gardenia,Garofano,Ginestra,Frangipani e Iris
  • Ah! Indol! El poderoso indol...
    Ah! Indol! El poderoso indol...
  • Esa tradición: Nuit de Noël de Caron
    Esa tradición: Nuit de Noël de Caron
  • Materias primas: Cashmeran o Madera de Cachemira
    Materias primas: Cashmeran o Madera de Cachemira

Las etiquetas más frecuentes

albaricoque aldehídos almendra almizcle angélica azafrán azucena- lirio blanco benjuí bergamota canela caramelo cardomomo Cashmeran castóreo cedro cereza civeta clavel clavo cuero cumarina empolvado flor de naranjo frambuesa frangipani gardenia geranio haba tonka Hedione Heliotropo hoja de violeta incienso iris jacinto jazmin jengibre labdanum lavanda limón lirio de los valles madreselva magnolia mandarina manzana maquillaje melocotón miel mimosa mirra musgo naranja narciso nardo-tuberosa neroli osmanthus oud patchoulí perfume pimienta pimienta negra pimienta rosa pomelo regaliz rosa salicilatos sándalo té verde Vainilla vetiver violeta Writing101 ylang-ylang yuzu ámbar ámbar gris

Blog de WordPress.com.

Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de cookies
  • Seguir Siguiendo
    • Olibanum: cuaderno de perfumes
    • Únete a 1.007 seguidores más
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Accede ahora.
    • Olibanum: cuaderno de perfumes
    • Personalizar
    • Seguir Siguiendo
    • Regístrate
    • Acceder
    • Denunciar este contenido
    • Ver sitio web en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...
 

Debe estar conectado para enviar un comentario.