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Olibanum: cuaderno de perfumes

Olibanum: cuaderno de perfumes

Archivos de etiqueta: cumarina

El templo en el bosque: Encens Flamboyant de Annick Goutal.

17 domingo Dic 2017

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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abeto, cardamomo, cumarina, frankincienso, incienso, lentisco, musgo, nuez moscada, perfume, pimienta negra, pimienta rosa


*Tapiz Verdor tejido en Morton Abbey en 1915 siguiendo el cartón diseñado por John Henry Dearle en 1892 para la decoración de la mansión Clouds de Madeleine y Percy Wyndham.

Algunas materias primas de la perfumería actual son también ingredientes con una larga tradición en el ámbito de las artes curativas y las prácticas espirituales -ámbitos siempre de la mano en las culturas antiguas-, es por esto que estos materiales tienen un valor sagrado. Típicamente hablamos de ingredientes que han sido usados por distintas culturas en forma de incienso: todo tipo de maderas y resinas, especias y multitud de hiebas más comunes han recibido este uso a lo largo y ancho del mundo. Un uso ligado, de alguna manera, a un efecto sobre la conciencia que el humo perfumado ejercía. El humo aromático era ya usado en ritos chamánicos por los efectos que ejerce en la psique dando lugar a cambios con un valor curativo. Dicho de una forma más técnica, los componentes químicos liberados por las distintas hierbas, maderas y resinas al ser quemados surten efecto a nivel de sistema nervioso, frecuentemente a nivel de sistema límbico (el centro emocional del cerebro). Ese suele ser el poder de estas materias. Pero probablemente ninguno de estos ingredientes sea tan famoso como el comúnmente llamado incienso, técnicamente denominado frankincienso y, perfumísticamente hablando referido como olíbano; en definitiva, la resina procedente de árboles del género Boswellia que se extienden por Somalia y el sur de la península arábiga.

En occidente tanto como en oriente, o en el norte como en el sur, la gente reconoce el incienso como un material de cualidades místicas y a menudo usa la expresión «olor a iglesia» para describir su aroma. Rara vez se va más allá de esas palabras porque es un olor muy característico. En los perfumes más clásicos suele ser una nota dulce y flotante, ligeramente ahumada, que suele acompañar a composiciones ricas y complejas de estilo oriental. En el universo niche, sin embargo, suele ser tratado como un tema en sí mismo y, pese a que los perfumes monotemáticos necesitan de la mesura y el equilibrio justos entre notas para seguir siendo monotemáticos -fieles a una esencia- el incienso permite multitud de acabados y tonalidades, desde lo más denso y oscuro a lo más solar y ligero, fresco y especiado o dulce y resinoso. Es un material realmente rico en facetas.

Como tema central, hace una década o más estaba muy en boga y todo el mundo solía hablar de su perfume favorito de incienso en los foros de perfumistas. Después vino el oud y su salvaje exotismo. Ahora son las notas verdes y vegetales. El mundo niche también sufre de tendencias.

Posiblemente todo comenzó con Comme Des Garçons y sus perfumes de incienso. En la serie Incense retratando con cada perfume el incienso tradicional de una cultura y con 2 Man ofreciendo un ya clásico pero muy bien ejecutado incienso blanco de carácter calmante y con fuerte impronta espiritual. Estos perfumes marcaron una época y un gusto pues en ellos, en todos ellos, existe una vibración amaderada propia de algunos químicos aromáticos que imprime más dinamismo y amplitud al tema, inyectando un matiz más urbano a un aroma terriblemente tradicional y meditativo. Pero, en definitiva, estos perfumes de CDG retratan inciensos más que frankinciensos: mezclas creadas para la combustión con un fin espiritual.

Sin embargo, con los perfumes de incienso también existen rarezas. Serge Noir de Serge Lutens es un ejemplo notable: un perfume de incienso inspirado en la resina, mezclado con especias y el aura del Extremo Oriente como transfondo. Aún con sus devotos, es un perfume que cuesta aceptar porque es difícil de referenciar. En el otro extremo de las rarezas está explorar directamente las facetas de los aceites y resinoides derivados de la propia resina. Este es el caso de Encens Flamboyant.

Este perfume resulta ser una interesante mezcla de facetas características del frankincienso engarzadas con un estilo limpio, restrictivo casi, y formal. Está ahí al principio un vago pero esperable olor a humo con el dulzor característico de las resinas al combustionar, después despliega su carácter con claridad y se muestra como una fragancia amaderada especiada rodeada de un frescor complejo y elegante que deja al descubierto las facetas verdes y terpénicas junto con una sutil veta de matices coriáceos propios del frankincienso.

Una parte del carácter de Encens Flamboyant deriva de la filosofía con que se creó la colección Les Orientalistes de Annick Goutal, esto es, ser esencialista, ser fiel a un material combiando la tradición de la perfumería oriental con el purismo en el tratamiento de los materiales. Así cada pieza de la colección ofrece facetas veraces del material protagonista de forma directa como en el caso de la mirra, elaborado al gusto oriental como el almizcle ambarado de Musc Nomade, o enmarcado en una estructura clásica occidental más patente como el perfume de ámbar y este incienso. El fino acabado amaderado ambarado -basado en cumarina– es el hilo conductor de la colección, es la faceta que da estructura, solidez y cohesión a la serie pero en Encens Flamboyant tiene más peso, quizás porque pretenda ser intencionadamente masculino.

La otra parte del perfume es, sin lugar a dudas, fruto de la maestría que Isabelle Doyen tienen para entretejer notas verdes -esas notas que el público en general no siempre acepta o no siempre identifica con claridad pero que son tan importantes para impartir vivacidad-; es sencillamente brillante la capacidad de control sobre la tonalidad y el brillo que tiene la señora Doyen para lograr que las notas verdes queden bien integradas y el perfume siga teniendo un acabado redondo pero con ese punto de naturalidad y energía tan característico de los clásicos perfumes de Annick Goutal. Los fieles a la firma adoramos esa cualidad, esa claridad envuelta en encanto que se convierte en inexplicable emoción. La cualidad atmosférica.

En Encens Flamboyant lo que se realza -y de ahí que se apellide extravagante- es la frescura balsámica del frankincienso, ese carácter fresco y dulce de los pinenos , un componente clave en las resinas de casi todos los árboles Boswellia, que aportan ese elemento verde reminiscente de un bosque de pinos y abetos, por ejemplo. Hoy en día sabemos que parte de los beneficios de pasear y correr por parajes boscosos se debe a las sustancias que liberan los árboles. Estas sustancias actúan a nivel de sistema nervioso disminuyendo síntomas de ansiedad, ya sea por la acción antioxidante de dichas sustancias o porque de alguna manera median en la acción de los neurotransmisores. Los pinenos, en concreto, pueden tener efecto en receptores GABA-A de un modo similar al que ejercen las benzodiacepinas (psicofármacos ansiolíticos).

Volviendo al perfume, ese recuerdo a coníferas es lo más característico de su olor y un ingrediente clave para reforzar esta tonalidad verde es el lentisco que aporta ese contraste entre sensación de vegetación húmeda y calidez resinosa junto con un fondo dulce amaderado que recuerda a la cumarina y un toque coriáceo. El frescor es también especiado a base de pimienta negra y rosa que añaden un toque más difuso y cremoso junto al cardomomo que tiene esa punta de olor aromática más penetrante, ligeramente herbácea y aldehídica que da un acabado un tanto perfumado. Especias y lentisco permiten dar volumen y continuidad al frescor terpénico típico del resinoide de olíbano usado en este perfume.

La suavidad y el dulzor resinoso aparecen como un tema terciario aportando parte de esa luminosidad solar del incienso y ese aspecto seco suyo que a veces se describe como mineral. Esta faceta de fondo más ambarada junto con el acabado resinoso que tiene el musgo de encina dan al perfume el suficiente aire chyprée como para enmarcarlo en la línea más clásica de la firma. Seguidor@s de Prada Infusión d´Iris EdP o Chanel Nº19 Poudré pueden considerarlo una opción a probar.

William Morris dijo sobre el arte del tapiz que era la más noble de las artes de tejeduría porque permitía dar «profundidad en el tono, riqueza en el color y una exquisita gradación de matices». Su pupilo John Henry Dearle dejó muy clara esta idea en su obra Verdor: el diseño es muy claro pero es la riqueza de los tonos verdes lo que permite experimentar esa sensación de maravilla que encierra una naturaleza absolutamente armoniosa. Verdor es una obra maestra de la tapicería precisamente por el dominio de la tonalidad que exhibe. Hay que añadir una particularidad que el color verde tiene en el arte en general y especialmente en las artes plásticas: es el color más fácil de ver para el ojo humano pero el más difícil de reproducir en pigmento sin que parezca artificial.

Es difícil trabajar con el color verde y eso también ocurre en perfumería porque las notas verdes pueden ser notas muy agudas y penetrantes que crean aristas y rompen la fluidez con facilidad. Tendemos a ver lo oriental como algo muy redondo, dulce, denso, cálido y ornamentado. En definitiva, voluptuoso. Pero sin contraste, sin notas frías y sin notas verdes no habría la misma calidad en el acabado ni la misma riqueza en matices, ni la misma redondez. Muchos de los grandes clásicos esconden este pequeño secreto: un rico matiz verde.

Momento musical: In the bleak midwinter por Loreena Mckennit.

Flip Flop review: Eau de Shalimar de Guerlain.

17 sábado Dic 2016

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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bergamota, cumarina, empolvado, iris, jazmin, lima, limón, naranja, perfume, pomelo, violeta

blanco

Sus predecesoras: Eau Légére Parfumée (2003) por Mathilde Laurent y Eau Légére (2004) por Jean Paul Gaultier.

Su sucesora: Shalimar EdT Cologne (2015) por Thierry Wasser.

El objetivo: ¿Modernizar Shalimar?

El procedimiento: Basado en la eliminación de todos los aspectos calientes, ahumados y animalísticos de la fórmula.

El resultado: Algo aún clásico.

Eau de Shalimar
(2008) -recientemente retirado-, como el resto de las versiones frescas de este gran clásico, mantiene la estructura básica de Shalimar, enfrentando un gran volumen de notas cítricas frente a un fondo balsámico-resinoso. Sin embargo, no está muy lejos del espíritu de una Cologne clásica o incluso un Eau Ancienne.

Lo remarcable en esta versión es que tiene una base vainillada empolvada casi atalcada, lo que le da un acabado seco, opaco y juguetón. Sobre este fondo flota la impresión de una nube de centelleantes olores cítricos: lima y limón lo más destacable, bergamota y naranja añadiendo un brillo más frutal y quizás un toque de pomelo para un punto de amargor latente.

Al igual que en la fórmula clásica, el acorde cítrico ocupa una gran parte de la fragancia en comparación con la parte floral del corazón del perfume. Aquí incluso es más tímido el tono floral: un dulce y luminoso jazmín, un fresco y penetrante iris y la flirteante violeta acompañando con su ternura. Estas flores, aún legibles, están completamente imbuidas en un profundo frescor alimonado. Así, la impresión general del perfume podría describirse como de agua de azahar empolvada.

Sin embargo hay algo más, algo que resulta delicioso. El acorde cítrico tiene un efecto efervescente y su agudeza es así tan intensa que a veces recuerda al jengibre, pero unido a la cremosa nota vainillada del fondo produce una impresión general aérea y suave, curiosamente gustativa, que en los días fríos de invierno se acentúa aún más. Pareciera polvo de nieve pero aún más es una cosa gourmand: es como tener delante una bandeja de pastas de limón o llevarse a la boca en cuchara de plata una porción de roulade de merengue relleno de crema pastelera fuertemente saborizada con cortezas de lima y limón. Ese aspecto regresivo de Eau de Shalimar combinado con su frescor vivaz lo convierten en un perfume muy atractivo para los días en torno a la Navidad.

shalimare

Lo que late en el fondo de los grandes clásicos: L´Eau d´Ambre Extrême de L´Artisan Parfumeur

13 martes Dic 2016

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almizcle, benjuí, canela, cardomomo, cumarina, geranio, labdanum, patchoulí, perfume, sándalo

pag56
*Folio 56 del Traité des Fardements et Confitures (1556) de Nostradamus, con la receta para fabricar pomos de olor.

Puesto que el ámbar es prácticamente una receta de larga tradición a partir de la cual se perfilan variaciones y eso hace que todo perfume ámbar tenga con otro perfume ámbar una serie ineludible de rasgos en común, como son la tríada labadanum-vainilla/vainillina-patchoulí y el acento de resinas balsámicas como el benjuí o el bálsamo de Perú, ¿qué distingue un perfume de ámbar estilo antiguo de uno más moderno?

Quizás el trazo más distintivo sea el curioso equilibrio entre suavidad y multiplicidad de detalles que los perfumes antiguos exhiben de forma embriagadora. Esa combinación es como una pátina que inconscientemente ya todos reconocemos como ajena a nuestra era pero aún familiar y eso hace que todavía respondamos ante esas fórmulas.

Esa baza juega L´Eau d´Ambre Extrême (2001). De alguna manera produce una vaga sensación en ti, como un recuerdo que no se concreta. Se intriga la mente y comienza a establecer mil paralelismos aunque ninguno de ellos servirá: la referencia primordial se escapa, las palabras no surgen. Pero, si es un ámbar, un tema totalmente conocido y reconocible al instante, ¿cómo puede ser tan elusivo?

Si algo recuerda a algo es por algo. Esa es la máxima.

Imágenes y sensaciones se mezclan entre sí. La mente sigue buscando la palabra, la expresión que haga que todo encaje. Al no encontrarla recurre al recurso más potente y común para la ella: las imágenes. Los olores, que tienen una gran facilidad para exaltar los sentidos por vía inconsciente, son muy propicios a estas derivaciones. Así que, oliendo L´Eau d´Ambre Extrême surge la necesidad de crear un contexto, a falta de palabras precisas… Habrá de ser un lugar de aire antiguo, quizás una majestuosa librería en cuyas estanterías se guardan ejemplares encuadernados en cuero. Un lugar en el que la luz queda atrapada por la cantidad de objetos que se extienden por la estancia y en cuyo aire flota ese olor seco y empolvado que aún no es denso pero ya tampoco ligero.

Esa es la idea. Algo sereno que invita a la concentración. Algo que apela a una sensación de felicidad interior más que a la exuberancia de los bálsamos exóticos y, por ello, impele. Mmmm, es cierto, esa es otra característica distintiva del ámbar: tiene la facultad de reforzar la voluntad.

Hasta cierto punto se podría decir que es como una armadura que te cierra y te recentra porque un ámbar a la antigua puede ser compacto pero no pesado. Su nota principal es el labdanum, que aporta ese aspecto seco casi de cuero con ciertos tintes animalísticos, y se acompaña de la riqueza especiada de ciertos bálsamos. Esos son los rasgos generales que sigue con rigor el perfume de L´Artisan Parfumeur. Como su nombre indica, no proclama ser denso -es un agua- sino extremo y esto hay que ponerlo en contexto: es la versión extrema (aka más profunda y matizada) de L´Eau Ambre (1978) cuyo sabor resulta muy básico.

Jean Claude Ellena realiza esta segunda fórmula Extrême con un estilo muy vintage, con un acabado más redondo y con más estructura que el agua original de Jean Laporte. Aún así, sigue la estética de la marca y no busca un perfume impactante sino susurrante. De opulencia esquiva, pues por su pátina antigua, recuerda a aquellas fórmulas que contenían ricas bases de ámbar. Y las bases de ámbar clásicas es lo que emula L´Eau d´Ambre Extrême, recreando esa estela ambarada, que como un arrullo, iluminaba los perfumes de las primeras décadas del siglo XX.

Matizado y fino es este ámbar cuyo olor principal está definido por notas vainilladas y cuero. Las especias, especialmente el cardomomo, son una breve introducción, y el toque de rosa-geranio un modo de dar algo más de cuerpo al tema pero, en el fondo, L´Eau d´Ambre Extrême lo que parece recrear es la relativa sencillez de una base; por eso parece como una pátina de sabor antiguo en lugar de un perfume. Tiene todos esos aspectos clásicos de fondo de perfume que resultan tan atractivos y cuya riqueza balsámica podría recordar de algún modo al olor que queda en la piel muchas horas después de haber aplicado un perfume de Caron clásico o un Chanel de la época envuelto en una brisa exótica.

Definitivamente, L´Eau d´Ambre Extrême, más allá de su combinación de notas típicamente ámbar rescata ese algo de los grandes clásicos que tanto cuesta definir pero que, en realidad, es un juego a tres bandas entre almizcle ambarado, ámbar vainillado y fondo amaderado suave. Sin duda, es eso.

Cuestión de latitudes: Rose Malaki de Chopard

17 jueves Nov 2016

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azafrán, cardomomo, cedro, clavo, cumarina, papiro, patchoulí, perfume, rosa, Vainilla

rose-malaki

No existe un único perfil aromático de oud, no obstante, su carácter resulta inconfundible. Su complejidad es la fuente de su poder: retiene la atención de la mente porque necesita tiempo para mostrar sus matices. El oud cambia lenta pero definitivamente durante la evaporación. Es resinoso, es salvaje, es cálido, cálido, cálido y especiado, amaderado con efluvios ambarados, pero también puede ser cítrico, verde…y es pesado, decidido, denso, cremoso, terso, ondulante. Adictivo y vivificante. Así es el olor del oud natural, un concierto de matices cuya riqueza y profundidad despierta la imaginación.

En Oriente es el olor de la tradición; en Occidente, una nueva adicción a la paleta de notas amaderadas-orientales. Comenzó, como muchas otras cosas, siendo una sugerencia novedosa: Chaos de Donna Karan, Sequoia de CDG, M7 de YSL, etc. Hoy la palabra oud está presente en todos los sectores del mercado y puede aparecer en un acento especiado que complementa un perfume floral como Miu Miu, como un punto departida para crear un perfume fuerte como 24 Gold de Scents Story o Acqua di Parma Colonia Oud, puede seguir el hábito clásico de imprimir riqueza y color a la manera del frankincienso como ocurre en los perfumes de Amouage o, en excepcionales casos, ser el protagonista real de la historia como el lujosísimo The Night de Frederic Malle.

Parece claro que entre perfumistas y clientes de Occidente el oud es un concepto asentado y se elige un perfil idealizado acorde con dicho concepto porque, para el consumidor general, el oud que se conoce es el que se reconoce como tal en un perfume. Mientras en Oriente cada persona tiene su tipo de oud favorito, pudiendo elegir entre el pungente oud hindú más cercano a la civeta, el dulce oud camboyano más similar al incienso y el benjuí, el aromático y verde oud de Indonesia o el refinado oud bangladesí con reminiscencias de suede; en Occidente las personas pueden optar por interpretaciones del material fragmentadas, limitadas a realzar una faceta general pulida en el mejor de los casos, una mera sugerencia en otros.

El oud a la occidental sigue un esquema general de carácter amaderado-alcanforado, construído con materiales de cedro, papiro y patchoulí sobre todo, en algunos casos se añaden resinas y declinaciones de miel, cuero y tabaco, pero el recurso más frecuente y quizás el más efectivo para reforzar el aura oriental del acorde oud es el toque de especias cálidas: comino, azafrán, pimienta negra, canela, etc que aportan vibración, textura y matices singulares en ciertos casos. Pero si la receta pretende tener cierta semejanza con el modelo, hay un elemento indispensable, digamos que es el mínimo común denominador: una nota fresca y amaderada que recuerda al incienso como materia prima -no como mezcla para quemar- como núcleo, con un toque alcanforado mezclado con la sugerencia de matices ambarados. Partiendo de esto el tema puede llevarse por distintos ámbitos más o menos frescos, más o menos estructurados, con mayor o menor elegancia.

Este oud básico y efectivo es el que respira en el corazón de Rose Malaki (2014) de Chopard; es tan sencillo y fácil de llevar que se podría etiquetar de casual. Así que no es tanto la reconstrucción de la nota de oud en sí misma lo que hace interesante a este perfume, sino el gran equilibrio entre matices y el haber conseguido crear un auténtico perfume de fusión.

Por un lado el acorde de oud, terso y fresco, es muy rico en cedro y el matiz alcanforado balanceando la faceta amaderada -vainillada-empolvada que aporta la cumarina y la vainilla consigue mantener el tema en un terreno neutro. Ni demasiado amaderado y masculino, ni muy floral y femenino. Una rosa a la árabe pero con el punto de partida en un bloque amaderado-ambarado típico de algunos perfumes de los 90´s como Feminité du Bois o la serie Incense de CDG. Este ya casi clásico moderno acabado amaderado es el protagonista principal del perfume pero todo lo que enmarca ese bloque son acentos que remiten a las míticas notas de los perfumes orientales, especialmente la rosa y el azafrán.

Son estos pequeños e intermitentes matices los que dan ese allure oriental al perfume, convirtiendo a Rose Malaki en un sutil y controlado perfume de rosas dulces y frescas, maderas ambaradas y especias. Esquemático, lineal y más bien plano pero increiblemente efectista. A ratos te deleitas con el frescor del cedro y al momento llega un delicado -porque es delicado- tono ahumado que sugiere incienso, ¿o es ese recuerdo a suede del azafrán lo que un momento crees haber olido? Luego aparece un tono más dulce, meloso en ocasiones, de rosa semiempolvada, suave y flotante olor a pétalos de rosas mezclados con vainilla que puede durar horas o ser como un relámpago en la distancia porque, otro rasgo del perfume, es que según la temperatura, es de una manera o de otra.

En general, las notas brillan más o menos al mismo tiempo. Tras una salida más aromática y masculina de acentos amaderados y frescor especiado, el perfume se asienta en la piel y deja que asome la rosa y un poco el azafrán. Con el frío se experimente aún más ese dulzor rosado pero en un contexto más cálido el perfume se vuelve más abierto y masculino, entonces es cuando se pueden apreciar matices de cuero y tabaco.

La colección Malaki de Chopard (Oud Malaki, Rose Malaki, Amber Malaki) tiene su punto de interés como esbozo de los perfumes árabes. Desde ese punto de vista y con un precio razonable cualquiera de los tres perfumes que la componen son una opción a considerar si se quiere algo no excesivamente complejo pero si con cierta personalidad. Tampoco pretenden otra cosa. Rose Malaki es, como el resto de la colección, convincente. Una combinación rosa-oud dentro del perímetro de seguridad que, pese a carecer de la profundidad y el contraste de otros perfumes del mismo estilo como Rose Oud de Kilian, resulta agradable de llevar.

La naturaleza de una extraña rosa: Rose Privée de L´Artisan Parfumeur.

19 domingo Jun 2016

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ámbar, cumarina, hoja de violeta, magnolia, patchoulí, perfume, rosa

AagaardCarlFrederickTheRoseGarden

* La rosaleda (1877) de Carl Frederik Aagaard.

Realmente hubo muchos, especialmente entre los más jóvenes, que vieron o que se imaginaron ver en Dorian Gray la auténtica realización del modelo que tantas veces soñaron en los tiempos de Eton o de Oxford, un modelo en el que se mezclaba algo de la cultura real del estudiante con la gracia, la distinción y las perfectas maneras de un hombre de mundo. Se les asemejaba al compañero que describe Dante, uno de eso que «alcanzan la perfección por el culto a la belleza». Como Gautier, era uno de esos para quienes «el mundo visible existía» . El Retrato de Dorian Gray (1890) de Oscar Wilde.

¿Qué tipo de rosa es Rose Privée? ¿Ofrece algo innovador o acaso guarda entre capas el espíritu de la tradición?…Porque esta rosa no se concreta, no deja ver con claridad el perfil de una tipología clásica, sólo muestra pinceladas.

Así, tiene la ligereza etérea, húmeda y alimonada de un perfume de rosa blanca. En ciertos momentos deja ver la profundidad vinosa y perfumada de las rosas rojas arraigadas a una base de patchoulí con sutiles sombras cumarinadas. Y tampoco renuncia a la distintiva cremosidad ambarada de esas rosas rosas al estilo Stella, aquí veteada con un toque de deliciosa magnolia. Es una cosa hermosa esta rosa, pero inclasificable.

Parece que tiene el aire chic de la alta perfumería de los 70´s al jugar un poco con notas sombrías, un poco con el verdor jugoso y con ese acabado perfumado de efecto chyprée tan clásico sin llegar a decantarse por un lenguaje claramente femenino o masculino. Sencillamente es una cosa equilibrada.

Pero no, no parece una rosa… Parece extraña. Rose Privée no celebra el esplendor de una flor majestuosa bien resguardada ni la frescura natural del rosal que se agita con el viento creciendo libre en un jardín a la inglesa sino la exclusividad de una materia prima: el absoluto de Rosa de Mayo de Grasse, una especialidad basada en Rosa centifolia. Este material clásico, que brilla junto al jazmín en Joy de Patou o en los extractos de Chanel, tiene un curioso carácter: tenaz pero muy delicado, meloso pero muy fresco y, a la vez, inesperadamente armónico y redondo.

El absoluto de rosa de Mayo de Grasse está salpicado de acentos verdes intensos como las hierbas aromáticas y secos como el heno; es realmente herbáceo pero con un frescor húmedo apimentado muy característico -quizás lo más característico- que emerge en un contexto suave y balsámico. A veces hace pensar en el olor de los claveles, otras en el del romero.

Así pues, rosa por clavel. Como rosa dandy la podríamos calificar. Dotada de una especie de moderna singularidad, pero a la vez destilando tradición.

Es el acceso a este absoluto de Rosa de Mayo de Grasse, algo difícil y exclusivo, la razón por la que el perfume recibe su apellido. Pero por tal rareza y privacidad no es que la apodaríamos dandy sino porque, como perfume de rosa, no define con claridad el perfil floral. Con la minuciosidad del orfebre está construido para ahondar en el carácter de esa bella materia prima en que se basa. Notas verdes y melosas, frescor húmedo y apimentado, una reverberación rosada y ese olor amaderado balsámico que surge al diluir el absoluto. Ofrece esa experiencia, sin más que contar. Y sólo la fina apreciación es lo que puede quedar.

Momento musical: This path tonight de Graham Nash.

Un ámbar entre el espectro del iris y la mimosa: Dior Homme Intense

07 viernes Mar 2014

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ambreta, ambroxan, ámbar, bergamota, cacao, cedro, cuero, cumarina, iris, lavanda, patchoulí, perfume, semilla de zanahoria, Vainilla, vetiver

DiorH

El iris es un material con múltiples facetas; algunas son realmente tan populares que queda retratado en la memoria colectiva sólo a través de esas facetas: amaderado, empolvado y con recuerdo a violetas. En el ámbito de la perfumería masculina, además, es frecuente que se explore su lado más metálico y coriáceo.

Se puede decir que un perfume de iris poliédrico es algo más bien escaso y poco apreciado por el público general. Una auténtica paradoja si pensamos que, en realidad, es una de las notas más populares en perfumería, y parece que siempre está de moda.

Razón para su popularidad es que puede ser muchas cosas, entre ellas, un gran aliado de los perfumes de ámbar gris. Pensemos en Shalimar de Guerlain y en el moderno Shalimar Parfum Initial o en Roma de Laura Biagiotti o en Dune de Dior… todos ellos comercializados como perfumes femeninos pero perfectamente llevables por la piel masculina. Dior Homme Intense (2008, Olivier Polge) está en esa esfera.

El original Dior Homme sorprendió por introducir una faceta más floral del iris en el universo comercial de los perfumes masculinos. La nota estaba enriquecida con una pequeña cantidad de concreto de iris -que tiene un dulzor terroso bastante característico- y sostenida por vetiver y ambroxan pero, a mi entender, ese iris resultaba un poco plano. Dior Homme Intense sigue esa senda ya marcada al inicio de emparejar ámbar, iris y notas amaderadas pero con las facetas de cada elemento más amplificadas, profundas y empastadas hasta lograr transmitir esa cualidad del iris tan atractiva que es su fluida intensidad.

Dior Homme Intense básicamente es un perfume de ámbar amaderado y empolvado a través del cual brillan distintas facetas irisadas: desde el dulzor terroso de las zanahorias al cuero; desde la suavidad confortable del cacao a la particularidad cálida y empolvada que insinúan las mimosas y el recuerdo rosáceo de las violetas sin renunciar al brillo argénteo que aporta la ambreta. Ofrece un iris más sólido que el original y una base notablemente más amaderada, sustantiva y aromática gracias al patchoulí y la cumarina.

Como perfume moderno es un gran ejemplo de cómo la división entre fragancias masculinas y femeninas puede ser algo muy relativo. Hay aspectos técnicos y de estilo que llevan las composiciones a un terreno más familiar y fácil de usar para los hombres que para las mujeres y vice versa pero, al final, hay puentes que conectan ambos universos porque el origen es el mismo. La separación actual es fruto de los usos sociales y del mercado. Pero no olvidemos que hubo un tiempo, siglos atrás, en que hombres y mujeres usaban el agua de rosas, la Cologne o el tónico Agua de Hungría indistintamente. Perfumaban sus ropas de lino con saquitos de hierbas, empolvaban sus rostros y pelucas con polvos de rosas dulces e iris o colgaban de sus cinturones olorosos pomanders. ¿Cómo se produjo la separación? Es una larga historia y obviamente no hay una respuesta sencilla.

Os dejo una canción para pensar Supermen * de Dino Merlin y Zheljko Joksimovic, traducida de forma legible al inglés aquí . La novela a la que hace referencia es El puente sobre el río Drina de Ivo Andric y ya de paso dejadme que sugiera otra novela: La Grieta de Doris Lessing.

*Mis disculpas por la calidad del vídeo pero la canción es bonita y os invito a escucharla.

Dior_Homme-Intense

Niebla en las palabras: El caso aromático.

27 jueves Feb 2014

Posted by Botanyuki in Archivo general, Ensayos

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cumarina, lavanda, perfume, romero, salvia esclarea, té verde, tomillo

brueghel-el-viejo-el olfato
* Detalle de Alegoría del Olfato (1618) por Jan Brueghel, El Joven.

Aunque las palabras cambien de sentido por el uso a menudo suele quedar un residual en el habla cotidiana de su significado original. Siendo el idioma algo dinámico, este fenómeno ocurre sin que nos demos cuenta, olvidando de dónde vienen. A veces ocurre que los cambios sólo se dan en un área específica del lenguaje y es un grupo pequeño de personas las que dan un nuevo sentido al vocablo, mientras el resto mantienen el significado cotidiano. En perfumería este es el caso de aromático, uno término esquivo que necesita más que otros del contexto para mostrar su verdadera cara.

El uso general de esta palabra hace referencia a algo que desprende un olor intenso pero con ciertas cualidades. Decimos que algo es aromático cuando percibimos:
-Que es agradable, un poco dulce incluso…porque de lo contrario exclamamos ¡Qué olor, qué peste!
-Que es ligero, en comparación con un aroma pesado como el de la tuberosa.
-Que es fresco, como sentir el aire del campo, en comparación con un ambiente cargado por falta de ventilación.
-Que tiene cierta intensidad nasal, es decir, que es penetrante como el iris.

Por ejemplo, asociamos que un té (en seco) es de buena calidad porque es muy aromático, esto es, que tiene un rico aroma natural. En boca esto se traduce en un sabor que despliega múltiples matices más allá de lo sabroso.

El origen del término es oscuro. Se cree que, viniendo de un idioma oriental, se incorporó a la lengua griega con el sentido de «planta de fuerte olor». Pasó al latín y, por metonimia, ha acabado significando «intenso olor». Ese es aún el uso común de la palabra pero queda, en cierto modo, el sentido residual del universo herbal pues algo aromático siempre parece remitir a la experiencia de respirar aire puro en medio de la vegetación.

En perfumería es un término dual. Puede referirse tanto a la cualidad herbal como a la cualidad específica que la química orgánica moderna ha definido como aromaticidad. Y ambos sentidos tienen un lugar propio dentro de la pirámide olfativa.

Durante el XIX, en química, algo aromático también era algo de olor intenso pero el término se acotó a una serie de sustancias de fragancia dulce que recordaban a las almendras, la miel, el mazapán, las cerezas, el anís…sustancias como el benzaldehído, el tolueno y el benceno. Se comprobó que estas sustancias compartían ciertos rasgos en comparación con el comportamiento de otros grupos químicos; así las cosas, hoy en día el término aromático se reserva para describir una cualidad del benceno (derivado del petróleo) y las estructuras con él relacionadas (llamadas bencenos, arenos o hidrocarburos aromáticos en general). Desde la morfina al indol podemos rastrear la influencia de los grupos bencenos en la estructura del olor.

Dicho esto, pese a que ambos sentidos son válidos para describir un perfume desde un punto de vista formal, el término a menudo se usa de forma más coloquial porque connota de forma inmediata algo dinámico y regenerante. Al fin y al cabo, al contrario que las palabras cítrico, animalístico, rosáceo, etc, aromático no denomina una categoría concreta de olores sino que es un calificativo apropiado para ciertos grupos de olores que pueden transmitir una sensación convincente y persuasiva de frescor vivaz o melosidad.

Dentro de la pirámide olfativa podemos plasmar lo aromático en dos polos, en sentido topográfico y metafórico:

En la salida del perfume las notas verdes y herbales encajan perfectamente en ese perfil de aromas frescos, limpios y penetrantes. Desde la tradicional lavanda -y todas las aguas inspiradas en ella- a la intrigante salvia esclarea se extiende un arco de aromas complejos que reviven la experiencia del aire libre, el bosque, los pastizales y todos esos olores rústicos y vegetales de la vida en el campo. Pensemos en Eau de Campagne de Sisley o Aqua Allegoria Herba Fresca de Guerlain.

En este grupo de salida suelen cobrar protagonismo los aspectos alcanforados de la lavanda y el romero inyectando cierta bravura al frescor inicial de un perfume, como ocurre en Jicky de Guerlain . Pero también hay perfumes que son una auténtica oda al tono profundamente herbal y casi narcotizante de la lavanda: Gris Clair de Serge Lutens o en A Taste of Heaven de Kilian.

Cuando hablamos de lavanda, romero, absenta… hablamos de notas herbales frías, pero también hay notas herbales más cálidas, como el té y la salvia que ocupan una parte del corazón de la fragancia. Algunos perfumes interesantes en este sentido son Eau Parfumée au Thé Vert de Bulgari, Déclaration Essence de Cartier o Thé Vert et Bigarade de L´Occitane La colección de Grasse. Además la salvia es una nota importante en el acorde ámbar, y puede crear un punto de unión entre la calidez amaderada del ámbar y la calidez herbal. Un ejemplo de libro es Ambre Précioux de Maître Parfumeur et Gantier.

Las hierbas provenzales asociadas a condimentos culinarios también se describen como aromáticas pese a tener ya un matiz marcadamente especiado, sobre todo el tomillo que además también exhibe un tono medicinal. Se puede experimentar toda su rusticidad aromática en Virgilio de Diptyque o Garrigue de Maître Parfumeur et Gantier. A considerar también Caligna de L´Artisan Parfumeur.

Hay que esperar a las notas de base para que el sentido que la química moderna da a la palabra aromático entre de lleno en el universo del perfume. Aquí podemos encontrar notas dulces y envolventes de miel, almendras, anís o heno como la cumarina para mantener esa característica de persistencia olfativa, dulce y penetrante. Perfumes como Tonka Impériale de Guerlain (y Jicky de nuevo), Louve de Serge Lutens, Jour de Fête de L´Artisan Parfumeur (se reedita este año) o el Heno de Pravia de toda la vida son ejemplos de este aspecto aromático.

Algunos estudios señalan que los aromas frescos y verdes ayudan a reducir ciertos síntomas de ansiedad, especialmente el aroma de la hierba fresca recién cortada (cis-3-hexenol). Las notas verdes también poseen un potencial efecto sedante que rebaja la tensión nerviosa, especialmente el ciprés, la hoja de violeta, el petit grain, la lima, la mejorana, la verbena. Aunque estas notas verdes ya tienen otros matices ( cítricos, vegetales) y pueden ser más sencillas y livianas que las herbales, contribuyen a crear una sensación aromática.

Otros perfumes a considerar: Pour un Homme de Caron, Azzaro pour Homme de Azzaro, Douro (Eau de Portugal) y Eau de Verveine de Penhaligon´s, Elite de Floris, Eau de Gentiane Blanche de Hermés, Roadster de Cartier, Silver Mountain Water de Creed, Petroleum de Histoires de Parfums, Nostalgia de Santa Maria Novella, Chamomille Tea, Tomato y Lavander Martini de Demeter Fragrance, Mandragore Pourpre de Annick Goutal, New Tradition de Etro, 4711 Acqua Colonia Melissa & Verbena, 4711 Acqua Colonia Rhubarb & Clary Sage y 4711 Acqua Colonia Lavander & Thyme, Eau Illuminee Parfumes DelRae, Byredo Fantastic Man, Fou d´Absinthe de L´Artisan Parfumeur o Yerbamate de Lorenzo Villoresi.

¿Tenéis un perfume o nota aromática favorita?

Mimosa cremosa, preciosa mimosa exótica: Eau de Charlotte de Annick Goutal.

21 viernes Feb 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, anis, azucena- lirio blanco, bergamota, cacao, cumarina, freesia, grosella negra, Hedione, jazmin, lirio de los valles, mimosa, perfume, salicilatos, Vainilla, violeta

antonova-polkadots
*Dos tazas doradas con lunares de Olga Antonova.

Hay perfumes que son como la promesa de un buen verano en una tranquila tarde de marzo…

Las mimosas, agitadas por la brisa, se balancean expandiendo su dulce aroma en el aire que queda colmado de miel y heno. Las ramas aún retienen gotas de agua tras la tímida lluvia de las cuatro, esto hace que los aromas sean más dulces, frescos y penetrantes. Mientras tanto, las damas charlan amablemente en torno a una mesa con viandas. Tarta de limón y merengue, pastelillos de crema cubiertos de frutas del bosque y pastas variadas adornadas con mermelada. En unos minutos se servirá el té de la India y el chocolate caliente.

Las pequeñas princesas de la casa entran con las mejillas arreboladas. Han estado persiguiendo mariposas en el campo. El día, ahora soleado, tiene una temperatura agradable, con un calor más propio de los primeros días de verano, pero el invierno aún no ha terminado.

Todas, reunidas en la sala cerca de la solana, están disfrutando el momento. Las niñas se sienten especialmente afortunadas por poder atisbar el mundo de las mayores mientras comparten la merienda.

Un aire muy perfumado entra por la ventana de la esquina. Está cargado con el olor de las mimosas y comienza a mezclarse con el tentador efluvio de los dulces de la mesa. Las risas también llenan la habitación mientras una de las niñas, sorprendida por los aromas, está pensando en el cuento que leyó la noche anterior. Estaba en su libro favorito, el de las ilustraciones bonitas. El olor de las mimosas, mezclado con los refinados perfumes de flores blancas y maderas que llevan las mujeres de su familia ha creado una atmósfera mágica que alimenta su imaginación. La suavidad del cacao también la invita a soñar.

Ayer, por la mañana, visitaron la playa por primera vez desde el verano pasado. Pasearon por la arena y aún recuerda el olor de la crema solar, de hecho, todavía le parece estar sintiéndola de forma vívida cerca de ella. Después, al atardecer, su tía favorita -la que cultiva flores exóticas en el invernadero con su cabeza tocada por un gran sombrero- le enseñó algunas flores blancas. Sintió de cerca capullos de jazmín que olían a verde y lirios blancos que casi la asustaron. Ella aún prefiere descubrir los frascos de perfume que su tía guarda en un coqueto armario junto al tocador y, de vez en cuando, coger la borla de plumas y jugar con el talco. Sin embargo, al igual que su abuela, adora las freesías amarillas y siempre que tiene oportunidad acerca su nariz a ellas para olerlas. Ahora la casa está llena de esas pequeñas flores amarillas ¡qué maravilla!

Alguien advierte que las pastas de chocolate han volado pero la niña prefiere una tartaleta con frutos del bosque. Todas están disfrutando de las bebidas calientes, excepto la abuela que hoy ha querido una copita de anís…la niña también disfruta acercando la nariz a esa copa. Es una magia indescriptible. Una oleada de aroma a mimosas llega de nuevo con más fuerza que antes.

De repente la niña siente deseos de salir a oler de cerca las ramas cargadas de pompones amarillos, pero esos árboles no crecen en su jardín, sino un poco más lejos. No es el momento. Además la más pequeña de la casa ha tenido una idea, ella buscará el árbol del gnomo mientras otros huelen mimosas…No, no es el momento. Pero la pequeña comienza a poner pucheros.

Con el revuelo, la abuela ha salido de la sala un momento. A su regreso trae en sus manos una hermosa lata decorada con flores y frutas en relieve de muchos colores, es una de esas latas de golosinas inglesas tan ricas. Todo el mundo espera para ver su contenido: son gominolas de frutas. La más pequeña se olvida del gnomo y sonríe de nuevo, ella puede elegir primero. La niña que deseaba oler la mimosa elige la de piña. El sabor de la golosina se mezcla en su boca con el aroma de las flores que aún entra por la ventana. Le da un beso en la mejilla a su abuela. La abuela de cerca también huele a mimosas, es por esa crema que compra en la farmacia.

eau-de-charlotte

Té y licor: Déclaration Essence de Cartier.

24 viernes Ene 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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bergamota, cadomomo, cedro, cuero, cumarina, iso e super, lavanda, mandarina, musgo, naranja, perfume, siempreviva, té verde, vetiver

jardinmágico

Resulta fascinante cómo las cosas parecidas al final resultan ser muy distintas. Esta es una experiencia que de continuo se encuentra en los perfumes de Jean Claude Ellena.

Quienes por primera vez huelen algo creado por él, seguramente se sentirán atraídos por ese aspecto sustancial y riguroso de sus perfumes, siempre frescos y ricos a la vez. Aquellos que, por el contrario, conocen ya varios de sus trabajos, reencuentran ciertos temas repetidos…, o en apariencia repetidos; es necesario un análisis con más detalle, para poder ver el universo de pequeñas diferencias, matices y sutilidades que esconde en cada faceta y que acaban por dibujar una forma más singular que la inicial.

En síntesis: con los perfumes de Jean Claude Ellena, la forma general es clara y legible porque la estructura de sus perfumes está siempre muy cuidada pero los matices son elusivos, muy elusivos. No sólo porque posee un conocimiento muy exhaustivo de su paleta de materiales y sabe hacer brillar cada matiz por recóndito que sea, sino también porque suele introducir efectos inusuales con notas especiales que cambian por completo la tonalidad del perfume.

Este es el caso de Déclaration, una de las fragancias masculinas más populares y queridas tanto por hombres como por mujeres -prácticamente un clásico moderno-, y Déclaration Essence (2001) de Cartier. En principio parecen lo mismo debido no sólo a que comparten acordes sino también a que tienen un perfil muy similar en el que destacan las especias frescas y el cedro del Atlas. Además ambas, en su tono coriáceo aderezado con canela, remiten a un mismo modelo: Eau d´Hermés (1958) de Edmond Roudnitska.

Curioso es lo que ocurre con estos perfumes de Cartier: la gente los describe como prácticamente idénticos y, sin embargo, suele inclinarse de manera vehemente hacia una versión u otra. Hay quien lee Déclaration Essence como una versión más ligera y brillante, hay quien la ve más profunda y oscura. Para mi es, definitivamente, más verde y aromática. La prefiero, no sólo porque encuentro en ella más detalles afines a mi gusto sino porque, de alguna manera, su frescor vigorizante sobre base de maderas ambaradas radiantes me recuerda a un Aqua Allegoria de Guerlain -ya retirada- que tanto adoraba: Mentafollia (2004).

Sin duda, es esa intensa veta verde a base de tonos aromáticos de té y especias asociada al cedro del Atlas, ahumado y coriáceo, con un toque de flores blancas, ligeras y cristalinas, lo que provoca la conexión. Pero esa es la huella más saliente en mi memoria olfativa. Si voy un poco más allá, la conexión estaría en el frescor profundo de los cítricos musgosos reminiscentes de perfumes chypré y aguas aromáticas.

Aún así, Declaration Essence ofrece algo más. Por un lado, su salida no sólo es cítrica y brillante, con gran protagonismo de la bergamota y toques de mandarina, o vibrante y alcanforada con la ayuda del cardomomo, sino también herbácea y aromática por la lavanda, dulce y refinada gracias al cedro. Por otra parte, su base es menos almizclada, más reminiscente de un bosque en el que respirar aire limpio y presentir cómo la humedad del suelo alimenta la savia de las plantas, gracias al vetiver y a la faceta musgosa. Pero lo que encuentro más atractivo es el elemento casi licoroso que añade la siempreviva y que realza el aspecto ámbar de la base, creando una sensación perfumada más redonda.

essence

Érase una vez un perfume: Midnight Poison de Dior.

11 sábado Ene 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, ambrox, ámbar, bergamota, cumarina, mandarina, patchoulí, perfume, rosa, Vainilla

eva-green-poison

Dicen que toda Cenicienta tiene su medianoche, algunos perfumes también y es una lástima pero así ocurre. Quizás Midnight Poison (2007) no destacara por la originalidad del tema, quizás fuera un derivado aunque no diré de qué perfume porque, en realidad, me recuerda a varios pero para mí tenía su encanto. Reconozco que la publicidad me tentó -era una campaña muy bonita- pero el perfume también lo hizo cuando lo probé.

Sí, seguía la moda del momento, pero con el regusto de la elegancia clásica. En la rica base ambarada de textura suavemente empolvada residía su gran atractivo. Se anunciaba como un perfume de rosa negra…la rosa era más bien transparente y luminosa pero aún así, poco aparente.

Al principio era más cálido y verde, con un elemento alcanforado algo intenso que le daba un aire más masculino. Luego adquiría una textura sedosa.

Esa fase inicial, marcada por el patchoulí y la rosa, era cálida y penetrante, con una cualidad casi herbal, pero al evolucionar se volvía más fresco y más ligero, incluso aromático. De vez en cuando dejaba asomar elementos afrutados, entre frutos rojos y crema de manzana y trazas de flor blanca para recordarnos su ascendencia.

Luego llegaba la nota de ámbar cristalina, afrutada y con un sutil recuerdo a tabaco. Ligero ámbar pero también perfumado; tonificante por su faceta aromática pero a la vez capaz de envolver con sus efluvios melosos.

¿Recordáis como describía el vestido de Cenicienta el Hada Madrina de Disney antes de agitar su varita mágica? «Sencillo pero atrevido»…pues eso, sobre todo, atrevido porque la dualidad era su faceta más poderosa y, al final, la combinación de aromas concentrados más propios de los perfumes masculinos con las texturas vaporosas y cremosas típicamente femeninas era como un torbellino de aromas. Era lo que le daba singularidad entre tantos perfumes con el mismo gusto.

Me hace pensar en esta pieza de Karl Jenkins, el Allegro de Sarikiz, repetitivo, evidentemente inspirado en el clasicismo pero con un sentido del ritmo moderno e ideal cuando necesitas una inyección de energía para poder continuar una tarea tediosa.

midnightP

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