• About
  • Librería de Ensayos
  • Notas de Perfumes
  • Revisiones de Perfumes

Olibanum: cuaderno de perfumes

Olibanum: cuaderno de perfumes

Archivos de etiqueta: mandarina

La flor incidental: Nuit de Tubereuse de L´Artisan Parfumeur.

23 jueves Mar 2017

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 5 comentarios

Etiquetas

almizcle, angélica, clavo, mandarina, mango, nardo-tuberosa, perfume, pimienta negra, pimienta rosa, sándalo


*Folies Bergère de Richard Burlet.

La tuberosa tiende a ser caprichosa, necesita rodearse de amigos para mostrar su buen talante en un perfume. Al menos así sucede cuando se usa el ingrediente natural, pues su absoluto tiene tal contraste de sensaciones que fácilmente declina en estridencia. No es un material dócil ni sutil y, puesto que su precio además resulta elevado, en muchos perfumes se opta por reconstruir la nota con otros ingredientes no necesariamente sintéticos siempre pero si menos rebeldes.

Opulento y oscuro a la vez, su absoluto recorre una amplia gama de matices desde el goloso chocolate blanco o el coco, pasando por multitud de recuerdos de otras flores blancas hasta la menta y el alcanfor; pero esta extensión de tonos no se corresponde con una versatilidad de conducta a la hora de mezclar con otros ingredientes -al contrario que el jazmín al que en su olor recuerda- sino con algo más cercano a la arrogancia: «o estoy con los míos y entonces me comporto o avasallo al resto» parece ir diciendo. Así se las gasta esta flor.

Por eso, el perfil más típico en los perfumes es el de una tuberosa rodeada de otras flores blancas con las que tiene tantos rasgos en común o en un contexto exótico al que se adapta bien gracias a la rica cremosidad solar que debe a lactones y salicilatos. Pero tiene otros rasgos más vegetales y radiculares que son menos populares, que contribuyen a matizar un perfume pero difícilmente se desarrollan como tema central. Nuit de Tubereuse no constituye la excepción a esta regla, no exactamente, pero si una tentativa interesante. Básicamente es un perfume especiado en cuyos matices reverbera suavemente la sensualidad de la tuberosa.

Cierto que con el calor estival este perfume es como un fuego fatuo: se revela intensamente tropical pero rápidamente se apaga. Es en el más tibio clima de la primavera cuando florece, dejando ver un verdor exótico y lleno de delicadas sensaciones frutales entre notas amaderadas y terpénicas que esbozan el característico olor del mango junto a otros matices vegetales más tenues. Lo especiado domina siempre el perfil del perfume pero con la evolución más lenta y pausada permite apreciar mejor que Nuit de Tubereuse es el diálogo de dos aliados: la pimienta rosa y la tuberosa, donde esta última permite que su amiga se luzca.

Bertrand Duchaufour, el autor del perfume, suele optar por esta técnica de crear armonía uniendo las facetas menos evidentes de los ingredientes principales hasta convertir lo esquivo en tema central; una técnica que ha ido refinando hasta conseguir acabados muy sofisticados que no todo el mundo entiende como tal. Así que quien se acerque a este perfume esperando un floral al uso puede que se quede sin palabras porque el perfume nunca llega a ser totalmente floral, en todo caso, incidentalmente floral.

Las facetas en común sobre las que está construido el perfume son el efecto cremoso por un lado y el frescor especiado que recuerda a la angélica por el otro. Ambas engloban en sí un contraste de texturas y son características tanto de la tuberosa como de la pimienta rosa.

La evolución misma del perfume refleja el carácter contrastado de la especia, auténtica protagonista del perfume. Nuit de Tubereuse es en la salida afrutado y dorado, a ratos muestra algo más profundo, dulce y cremoso y, paulatinamente, va revelando un fondo seco y amaderado ligeramente pinoso, resinoso y medicinal. Ese es el perfil general, un perfil de pimienta rosa. En el camino surge el verdor tropical y ese matiz anisado que recuerda al hinojo o a la angélica y esa cremosidad propia de la flor blanca que resulta tan deliciosa. Así, mientras el perfume fluctúa entre lo fresco y lo radiante, entre lo cremoso y lo verde, dejando que a veces luzca una luminosidad alimonada que recuerda a las magnolias o una melosidad propia de la flor de naranjo o la aguda efervescencia de la madreselva, el olor típico y esperable de perfume de tuberosa nunca se deja ver por completo. Sólo de forma ocasional, con pequeñas pinceladas, manifiesta partes de su complejo carácter.

Paradójicamente, siendo sólo floral de forma secundaria, puede recordar -a mi me recuerda mucho- al floral super especiado que era la versión vintage de Jardins de Bagatelle, aquel perfume en el que rosa y pimienta formaban una parte importante del acorde de flores blancas. Y si recordamos que Nuit de Tubereuse fue presentado en principio como un perfume evocativo de las noches parisinas, la ecuación cuadra, porque aquel retrato femenino dotado de cierta mundanería positiva que era el clásico perfume de Guerlain sigue estando presente en el de L´Artisan Parfumeur aunque como un rasgo mucho más sutil, moderno y cool.

Momento musical: Goodnight moon de Shivaree.

Cuerpos saturados de almizclados olores: Osmanthus de The Different Company.

22 lunes Sep 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 6 comentarios

Etiquetas

albaricoque, almizcle, castóreo, geranio, jazmin, mandarina, osmanthus, perfume, rosa

Osmanthus fragrans auranticus

Hay algo difícil de explicar en la atracción que los olores almizclados ejercen y quizás sea porque en ellos subyacen tanto olores infantiles como efluvios lánguidos y rosados de connotaciones eróticas. Eso que es difícil de explicar en estos olores también es difícil de tratar en perfumería: pura cuestión de equilibrio y refinamiento porque, en el fondo, estamos hablando de una gama de olores frescos, afrutados y profundos que la piel de una mujer en ocasiones puede desprender con mayor o menor intensidad, conjurando esa sensación tan poderosa del cuerpo como fuente de olores placenteros.

Sí, son sin duda olores atrayentes. Terriblemente elusivos y a la vez muy expansivos que comparten aspectos con algunas frutas, flores y plantas de la naturaleza como es el caso del albaricoque, las violetas, las moras, las rosas más aterciopeladas y vinosas y la burbujeante semilla de ambreta. Un ramillete de olores que el osmanto aglutina con tanta gracia como provocación.

El osmanto ha sido durante décadas una de esas notas tapadas en la perfumería que -salvo excepciones como 1000 de Jean Patou- no tuvo protagonismo por sí mismo hasta que el mercado de perfumes nicho eclosionó y la hizo emerger porque podía ofrecer nuevos y específicos olores. A menudo los perfumes comerciales como el vintage Venezia de Laura Biagiotti, Eternity de Calvin Klein o Narciso Rodríguez for Her incluían esta nota en forma de base o acorde reconstruido como una forma de introducir un buen tono dulce-frutal-floral o una faceta vinosa-almizclada-rosada. Aclarar que por buen tono me refiero a algo que no es dulce y frutal y floral en superficie sino algo complejo y con profundidad.

Pero, como ocurre con el iris o la mimosa, también ante esta flor se obtienen respuestas polarizadas de fascinación y comodidad o de absoluto rechazo. Además, como nota protagonista tampoco es fácil de trabajar.

Si se opta por recrear el perfil de la flor en la naturaleza hay que lograr un olor penetrante como un sable pero ligero y etéreo como una gasa donde el dulzor meloso no opaque al frescor casi infantil del albaricoque. Si la idea es trabajar en torno a esa materia prima que es el opulento absoluto de osmanto, hay que decir que éste se niega a ser fácil de domar…hay que saber hacerlo brillar.

Al albor del nuevo milenio Osmanthus (2000, Jean Claude Ellena) de The Different Company puso la nota en el centro del panorama nicho y desde entonces no son tantos los perfumes que han seguido esta senda. El perfumista no optó por una pungencia animalística obvia sino que tomó el camino largo y tejió una urdimbre de tonalidades rosadas y almizcladas que permitieran jugar con los aspectos de cuero y fruta más característicos del osmanto.

Con esa factura esencialista y abstracta que caracteriza los trabajos de su autor, este es un perfume que toma algunas facetas claves de la flor y otras del absoluto para crear algo nuevo, fresco y perfumado. Exactamente así: fresco y perfumado, porque Osmanthus es uno de esos falsos perfumes frescos. Comienza con el delicioso brillo delicado de la mandarina y la naranja dulce, casi con aire de golosina infantil, ribeteadas por el frescor más verde y especiado de la bergamota y un pequeño guiño a la jugosidad de la manzana. Esta salida anaranjada deja ver poco a poco el tono afrutado de albaricoque y de grosella que acompañará durante gran parte de la evolución al cuerpo floral del perfume: un jazmín verde y una borboteante rosa húmeda, terriblemente almizclada, completada con pungentes acentos de geranio. Esa rosa domina la composición poniendo de relieve la faceta vinosa, sensual y afrutada que comparte con el osmanto. Esa rosa densifica el perfume dejando presentir la tan característica textura que aporta el osmanto, a medio camino entre el ante y el terciopelo, para enlazar al final con una auténtica y tersa nota de cuero negro a base de castóreo. Ese cuero algo dulce, floral y generosamente almizclado tiene ya un poco del tono vegetal que más tarde Jean Claude Ellena volverá a trabajar en Kelly Caléche y en Cuir d´Ange, ambos de Hermès. Ese cuero añade más intriga y dimensión a un perfume cuyo tono seguramente no sea fácil de llevar para tantas personas.

*Momento musical: Dark is the night for all de A-Ha.

Pétalos blancos para un jardín lunar: Amoureuse de Parfums DelRae.

15 viernes Ago 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes, Uncategorized

≈ 2 comentarios

Etiquetas

aldehídos, almizcle, cardomomo, cedro, jazmin, mandarina, musgo, nardo-tuberosa, perfume, sándalo

DickseeRomeoandJuliet
* Romeo y Julieta (1884) de Frank Bernard Dicksee.

El diseño humano ha hecho de la naturaleza algo más natural que natural: ahora es hipernaturaleza. Es una simulación de la naturaleza que nunca existió. Es mejor que la cosa real, la naturaleza hipernaturaleza siempre es un poco más bonita, más impermeable y más segura que la del viejo tipo. Seamos honestos: en realidad es cultura.
Koert Van Mensvoort (2006) «Nature is not Green».

¿Mimesis o sublimación? En toda actividad creativa surge este dilema formal que, en el fondo, trata de decidir qué nivel de realidad se va a representar. La cultura del momento establece siempre los umbrales de lo aceptable y lo inaceptable mientras las mentes creativas intentan ofrecer su idea en estado óptimo.

El perfume, como producto artificial creado por el hombre, también se somete al juicio social. Las personas esperan, quizás más de lo que están dispuestas a admitir, cosas conocidas pero ligeramente diferentes a las que calificar como novedad. Los temas, por más que cueste aceptarlo, siempre se están renovando pero no se construye desde la nada algo completamente nuevo, siempre hay una fuente de inspiración. Es la metáfora del enano a hombros del gigante.

En algunos trabajos de Michael Roudnitska, especialmente en sus creaciones para Parfums DelRae, se lee con facilidad la impronta de la perfumería de los 70 y, en última instancia, del perfume Diorella del que se sentía especialmente orgulloso su padre Edmond Roudnitska. Conviene subrayar que el original Diorella era increíblemente verde además de afrutado.

El jardín de la luna. Diorella de Dior primero, Cristalle de Chanel después renovaron el género de los perfumes tipo chypre floral jugando con un acorde de jazmín verde en el que el Hedione tenía un papel muy relevante. Las flores eran más aéreas, luminosas y deliciosamente afrutadas. Estos perfumes representaron desde entonces un nuevo tipo de chypre diáfano y más abstracto.

Amoureuse (2002) posee ese mismo allure elegante pero ya no está escrito en clave de sol, sino en un registro más oscuro. Su contorno es el de las flores fragantes en un jardín nocturno: un jardín lunar donde sólo se plantan flores blancas para que sus pétalos reflejen la luz de la luna. Con luna llena el efecto puede ser hechizante y a la vez fantasmagórico. Traducido en términos de olor, esto significa que las flores muestran un filo oscuro con retrogusto animalístico.

Crudeza perfumada. La tuberosa y el jazmín pueden ser tan brutales…tan crudos sus olores que sólo la mitificación, el velo cultural sobre la naturaleza, los pone en sintonía con el sentido de la urbanidad. Pero, sin duda, la tuberosa resulta más peligrosa que el jazmín cuando se trata de crear armonías; pese a su gran riqueza de matices, tiene un carácter extremo y sólo se comporta bien cuando se une a ingredientes que comparten alguno de sus rasgos. Eso limita.

Amoureuse lleva al extremo la gran compatibilidad de la tuberosa con las notas verdes, convirtiendo el perfume en un diálogo entre verde vegetación que rezuma humedad e indolentes pétalos blancos que respiran en la oscuridad para acabar conjurando la imagen onírica de un bosque de lirios majestuosos y gigantes cuyo complejo olor muestra cierto encanto tropical.

Ese bosque de lirios es una ilusión creada por saturación: desde el inicio multitud de matices se despliegan a la vez creando algo denso y a la vez suave. Tonos afrutados de mandarina y plátano, incluso un fugaz recuerdo a melón que trae a la mente Le Parfum de Thérese, elementos frescos y medicinales que recuerda al laurel, algo de menta, mucho verde y un algo tímido de confitura de frambuesa junto a una calidez herbácea que hace pensar en manzanilla. El perfume al avanzar se simplifica, el jazmín toma el relevo y aparecen algunos matices salados de salicilatos, toques cerosos de aldehídos, una tenue nota de miel y, finalmente, una faceta amaderada-cremosa-empolvada de perfume chypre clásico con musgo, cedro, sándalo, almizcle y algo ambarado.

A veces, el verdor de la floresta y el dulzor de las flores blancas rompen el hechizo de la abstracción mostrando atisbos de realidad. Es una sensación un poco vertiginosa. Dos facetas bien complementadas ayudan a derribar la cuarta pared imaginaria desde la que creíamos contemplar la escena presentándose a sí mismas como el tono cítrico y la nota especiada, ambas muy bien dosificadas y embebidas en la faceta verde, pero que de vez en cuando destacan.

La corriente cítrica recorre gran parte del perfume oscilando entre piel de naranja amarga y pulpa de mandarina, en gran parte debido al aldehído mandarina. La faceta especiada, basada en cardomomo, tiene un carácter fresco y penetrante con recuerdos de eucalipto y canela aportando al perfume un efecto efervescente muy característico. Ambas juntas contribuyen a evocar el aroma del pittosporum (laurel australiano) cuyas pequeñas flores blancas tienen una fragancia que recuerda al azahar. No es la nota central -no para mi- sino un elemento abstracto y elusivo que gravita sobre el núcleo floral.

amoureuse

A veces pienso que la naturaleza hipernaturaleza es, de algún modo, no sólo la necesidad de rodearnos de algo verde y natural que nos ayude a sentirnos más en sintonía con nuestro entorno para vivir de forma más relajada, sino también la búsqueda de un refugio o de un paraíso. Y al hilo de ese argumento me surge otra idea, la de que también creamos un fenómeno paralelo al de la hipernaturaleza en nuestras relaciones: el del hiperamor, cuyo paradigma en el imaginario colectivo bien podrían ser Romeo y Julieta.

Una cosa tengo clara, la sensación de protección es una necesidad vital y, en ese sentido, sí puede ayudar un poquito un perfume. Creo que de alguna manera contribuye. Al menos para algunas personas puede ser una estrategia de afrontamiento o Coping.

Un mundo en blanco y negro: Tubéreuse 2 Virginale de Histoires de Parfums

21 sábado Jun 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 7 comentarios

Etiquetas

ámbar, cereza, jazmin, mandarina, melocotón, nardo-tuberosa, patchoulí, perfume, tiaré, Vainilla

equinocio

Opulentas, elegantes o totalmente eróticas, las flores blancas son siempre una declaración de intenciones. De las más cálidas y sofocantes a las más atemperadas, es difícil que la nariz no responda a ellas siguiendo su estela con admiración o apartándose con repulsión. Las flores blancas provocan reacciones pero, entre ellas, la tuberosa es la reina de la provocación por la voluptuosidad de su naturaleza compleja que permite recrear desde el confort de una atmósfera solar a la inquietud de un lugar frío, oscuro y lleno de estímulos molestos.

Sí, la tuberosa es complicada. Tiene una naturaleza dual difícil de retratar en su totalidad y, para que un perfume de flores blancas coronado con su característico olor pueda describirse como tal es esencial que las materias primas sean de primera calidad; con las flores blancas no cabe escatimar.

Hoy por hoy, Carnal Flower de Frederic Malle, Tubéreuse Criminelle de Serge Lutens y Fracas de Robert Piguet son el paradigma, pero existen otras propuestas en torno a la flor más fáciles de aceptar y de llevar. Por ejemplo, Histoires de Parfums, en vez de crear un único perfume global, dedica a la flor una serie para mostrar de forma aislada y directa que no brutal aspectos de esa dualidad. Para algunas personas muy amantes de esta flor la idea resulta un poco decepcionante, hay quien quiere la tuberosa con todos sus rincones de oscuridad pero algo así no es fácil de apreciar por todo el mundo. La Trilogía de Histoires de Parfums ofrece alternativas fáciles de discernir: la cremosidad clásica (1), el dulzor radiante (2) o lo herbal e insinuante (3). Un mundo en blanco y negro, sin escala de grises.

Tubéreuse 2 Virginale representa la parte adorable y familiar, la tuberosa suave y cercana con un toque de sofisticación. Del olor de la flor pone en relieve la capacidad para evocar una atmósfera radiante pero sin llegar al sofoco del sol del mediodía. No es una fiera narcótica sino un néctar rico y cremoso con pinceladas de jazmín verde y flor de tiaré lo que añade un toque de aroma de flor de manzano. Pero lo más característico de este perfume es su carácter afrutado.

En la salida hay un atractivo efecto efervescente entre notas de cereza y melocotón fresco que hace pensar en el Champagne, es un toque de sofisticación al estilo Visa de Robert Piguet. Las burbujas se atenúan al pasar los primeros minutos pero la impronta frutal permanece hasta la plenitud del perfume, entrelazada con las notas florales y lechosas de la flor protagonista. A ratos parece asomar un recuerdo de rosa lo que acerca el perfume al perfil de Jardins de Bagatelle de Guerlain y, otras veces, es una sutil nota de almendras amargas lo que añade un elemento aromático al conjunto. La base es un ámbar con el toque balsámico de la vainilla y un poco de patchoulí afrutado para continuar el tema.

Tubéreuse 2 busca ser un perfume de flores blancas fácil de llevar que explora la afinidad con la piel de las notas frutales que esconde la tuberosa. Escribe con lenguaje gentil sobre todo lo positivo de la flor, lo oscuro está en otro capítulo.

Sorbete de sol: Eau de Mandarine Ambrée de Hermès

31 sábado May 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ Comentarios desactivados en Sorbete de sol: Eau de Mandarine Ambrée de Hermès

Etiquetas

ámbar, fruta de la pasión, mandarina, perfume, pomelo, tangerina

DavidCheifetz
*Bodegón de David Cheifezt.

En lo más profundo del invierno descubrí que había un verano invencible en mi interior. Albert Camus (El verano, 1954)

La búsqueda continua caracteriza a la perfumería. No sólo es una búsqueda en el sentido individual y vivencial de quien crea o de quien admira sino también en el plano más pragmático de la investigación. Los cambios a nivel tecnológico provocan cambios en la manera de hacer las cosas o en el resultado final.

A este nivel más prosaico, en perfumería siempre se está buscando la forma de mejorar la fijación, de conseguir materias primas más puras, de crear moléculas nuevas que permitan renovar viejos temas, de conseguir un frescor más prolongado e intenso en la composición, etc, etc. Un género atemporal como la Cologne -especialmente en líneas de alta perfumería- a menudo es un gran campo de pruebas en el que se expresan estas nuevas sensaciones para acercarlas al público. El otro ámbito es la perfumería funcional donde las personas nos familiarizamos con los nuevos olores rápidamente.

Desde el Eau Sauvage de Dior y su 2% de Hedione en adelante vemos como los materiales nuevos y más abstractos se conjugan con los aceites esenciales cítricos más tradicionales para dar forma a ese preciado jugo que es la Cologne. Combinando el esquema tradicional con nuevas gamas de olores y efectos el tema se renueva continuamente. Y esta renovación no es baladí porque este tipo de fragancias tienen un atractivo prácticamente universal.

Fresca y estimulante. Limpia y sencilla, pero capaz de recordarnos las cosas tangibles de la naturaleza y el aire libre. Esas son sus virtudes. La otra cara de la moneda es su fijación. Siempre esperamos que su frescor se prolongue durante horas, no queremos una promesa fugaz.

En síntesis, la Cologne siempre tiene un aire clásico pero siempre se puede renovar y su flanco débil continuamente se intenta subsanar. Así que una parte importante de crear Colognes modernas radica en conseguir prolongar esa frescura inicial durante horas. Por eso, podemos ver ciclos en la historia de la Cologne que responden a la disponibilidad de nuevas materias. Ya a finales de los 60´s y especialmente en los 70´s, cuando nuevas moléculas permitieron recrear la sensación vivificante de la brisa fresca y las notas verdes cobran protagonismo, comienza a resurgir el tema en forma de Eaux enriquecidas con bases musgosas, patchoulí y vetiver: Ô de Lancôme (1969), Eau de Rochas (1970), Eau de Corrèges (1977) o la emblemática Eau de Cologne de Hermès (1979) rebautizada como Eau d´Orange Vert con esa nota de naranja aromática que luego volveremos a encontrar en varias composiciones de la casa como Eau des Merveilles o Elixir des Merveilles y, más aún, porque Eau de Mandarine Ambrée parece la hermana pequeña y juguetona del Elixir con su nota brillante y jugosa de mandarina.

Jean Claude Ellena que se ha encargado en los últimos años de continuar la tradición de la Cologne para la casa Hermès con jugos muy creativos no se ha limitado sólo al frescor cítrico, también ha jugado con la idea de limpieza e higiene en la tan sorprendente como astringente Eau de Gentiane Blanche o ha buscado renovar el verdor aromático y las notas empolvadas a través del prisma de una flor imaginaria como Eau de Narcisse Bleu. Pero con Eau de Mandarine Ambrée no sólo vuelve al origen de la colección sino incluso a las raíces del género, cuando la Cologne se creaba por maceración de materias primas en alcohol y la tintura de ámbar gris servía para dar vida y matizar las facetas cítricas y aromáticas. Así que esa faceta ámbar que algunas personas encuentran incoherente porque es un elemento cálido -pero también seco- no es una extravagancia sino algo muy tradicional.

Rigor y respeto por la tradición es lo que caracteriza Eau de Mandarine Ambrée pero ¿dónde renovación?…

Este jugo no deja de ser una composición cítrica llena de vitalidad a primera vista pero debajo de esa pátina de clasicismo tiene lugar un festival de efectos exóticos y novedosos que van más allá del acabado de los aceites tradicionales al uso. Es algo que centellea, que vibra como una especie de realismo mágico donde los cítricos tienen vida propia. Es algo vivencial.

Eau de Mandarine Ambrée va más allá de la idea de buen olor porque intenta -y consigue- transmitir con ese olor una emoción que en palabras de Jean Claude Ellena sería alegría, porque la mandarina es para él el olor más alegre. La innovación, es pues, una invitación al escapismo.

Su aroma gravita en torno a dos facetas:

-La cítrica anaranjada con una mandarina llena de volumen y vibración.
-La ambarina con una nota de fantasía llena de brillo solar.

La mandarina se dibuja como un fruto completo que puedes desentrañar: primero retiras la corteza y sientes como el aceite esencial de la piel te salpica la cara, luego percibes el amargor del albedo y finalmente llegas a los gajos, dulces y jugosos. La primera impresión es muy realista, realmente parece que estuvieras pelando una mandarina; luego comienza la fantasía jugando con tonalidades de tangerina, pomelo rosa, naranja amarga y el frescor de la fruta tropical con un efecto pulposo que sólo puede ser fruto de un material de nueva generación.

Este juego de tonos anaranjados veteados de verde que no termina nunca es delicado, ligero, transparente y suavemente meloso como un agua infantil ¿con un toque de mimosa? Pero también vibrante, incandescente, centelleante y lleno de acentos naturales, afrutados y frescos. Esta parte hace de la mandarina algo más lúdico y elusivo mientras el efecto de fruta tropical, sorprendente pero muy bien integrado, añade ese aspecto solar intenso que el ámbar refuerza.

Es un ámbar limpio y transparente, seco y profundo, que recuerda a la piel dorada bajo el sol ligeramente salada tras un baño en el mar. Una fotografía de las vacaciones junto al mar, las relajadas tardes de verano, los atardeceres infinitos.

Añadiendo profundidad el vetiver sirve también para continuar ese trazo de frescor con su recuerdo a pomelo rosa mientras introduce cierta rusticidad en la base. Y así, rústica y solar a la vez, la base nos ancla de nuevo en la realidad.

La Cologne es un tema sencillo sólo en apariencia, en realidad implica un gran trabajo de armonía y equilibrio, con notas pequeñas que han de tener el espacio justo entre ellas para que centelleen los matices. Eau de Mandarine Ambrée es una Cologne de estructura muy tradicional pero con textura moderna. Persistente y delicada. Translúcida y colorista. No puedo evitar decir e insistir en lo bien hecha que está porque esa es la verdad. No sólo por la calidad técnica sino, sobre todo, porque es rica en sugestión y ternura.

Mandarine

Dulce de Iris: Infusion d´Iris Parfum Absolue de Prada

05 miércoles Feb 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 9 comentarios

Etiquetas

almizcle, benjuí, bergamota, cacao, cuero, flor de naranjo, Heliotropo, iris, mandarina, perfume, tabaco, Vainilla

mucha-iris
*Iris por Alphonse Mucha.

El iris es una nota de gran belleza por su estela vaporosa guardando la fugaz promesa de una violeta densa. Con su distinguida faceta empolvada, singularmente húmeda y atalcada, recrea con facilidad una atmósfera de ensueño y nostalgia. Pero su carácter es complejo y sutil. En su trama de matices verdes, amaderados y coriáceos podemos incluso llegar a distinguir un matiz exótico de flor de los trópicos y, en último término, es capaz de evocar una idea de piel limpia y cálida con delicadeza y candidez.

Esa ternura inesperada del iris es algo que los clásicos perfumes de Guerlain como L´Heure Bleue (1912) o Aprés l´Ondée capturaban entre capas de dulces aromas florales, especias y ámbar. Cien años después, Daniela Andrier, ha implantado ese ramalazo de melancolía y refinamiento en la versión más dulce, rica y redonda de la archiconocida Infusion d´Iris: el Parfum Absolue (2012).

Alejándose del tono jabonoso y la aspereza verde y resinosa del Eau de Parfum inicial (2007) o de la empolvada acuarela floral del Eau de Toilette, pero manteniendo el esquema de mandarina-iris-benjuí/almizcle que delata el parentesco, la versión Absolue es un ámbar semi-empolvado que ahonda en el contraste entre los aspectos fríos y cálidos que encierra el iris para crear una continua pero armoniosa tensión entre matices. Este juego de facetas recónditas realzadas resulta una agradable sorpresa que refuerza el dinamismo en un perfume de iris resplandeciente, dorado y dulce, dotado con la untuosidad típica de la mantequilla de iris.

L´Heure Bleue de Guerlain no es la primera vez que aparece como referencia en un perfume de Prada: las efímeras Infusion de Fleur d´Oranger e Infusion de Tubereuse lo citaban abstrayendo facetas características de este clásico en un medio mucho más transparente y ligero. Parfum Absolue, sin embargo, es más una reflexión sobre el perfume en conjunto y su personalidad. Remodelando la impresión de su magnífico sillage en algo más compacto y meloso y, sobre todo, haciendo un minucioso estudio de la compleja y matizada base ámbar teñida de cuero y miel.

Acorde ámbar que se transcribe con un ritmo más moderno y translúcido, menos lánguido. El ámbar del perfume de Prada muestra el marcado dulzor resinoso fruto de combinar vainilla e incienso pero, sobre todo, permite apreciar el esplendor balsámico con recuerdos a canela y almendras del benjuí de Laos.

A diferencia del clásico Guerlain, el perfume de Prada es, como el resto de Infusiones, ligero. De perfil menos floral, más verde y algo mineral. Pero sobre todo con una faceta gustativa muy gourmet. Aunque continúa exhibiendo con un matiz más acaramelado el recuerdo fino a almendras de L´Heure Bleue, la nota de dulce de malvavisco que caracteriza la faceta empolvada del Guerlain está rebajada y, por contra, es más un tono refinado de licor de naranja y especias lo que predomina. Así da un giro interesante.

El heliotropo delicadamente frutal y la flor de naranjo melosa son las notas florales más evidentes, mientras en la sombra hay un rastro difuso pero penetrante de genista unido a una orquídea, cuyo aroma reminiscente de vainilla, chocolate y regaliz recibe una inyección de verdor y humedad seguramente gracias al absoluto de lentisco.

Esta nota de lentisco introduce un aspecto más masculino e invita a pensar en otra referencia de la perfumería clásica. Al unirse a una vainilla casi animalística y realzar esa faceta cumarinada de la base con la impresión de tabaco rubio que de forma intermitente ésta desprende entre notas de miel y caramelo, también rememora ciertos aspectos de Habanita de Molinard.

A veces especiado y meloso; otras, coriáceo o licoroso; de fondo amaderado, satinado y verde con un elaborado acorde ámbar…El iris en Parfum Absolue se muestra tenaz y dulce, orientalizante. Dotado de un aire vintage muy evocador.

iris-absolue-prada

Rosas bohemias: 1889 Moulin Rouge de Histoires de Parfums

28 martes Ene 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ Comentarios desactivados en Rosas bohemias: 1889 Moulin Rouge de Histoires de Parfums

Etiquetas

absenta, almizcle, canela, ciruela, iris, mandarina, patchoulí, perfume, rosa, Vainilla

moulin rouge

Los perfumes que expresan facetas cosméticas, cremosas o empolvadas, remiten a una idea de femineidad tradicional y también a cierto sentido de la comodidad. Pueden ser intensos y dejar una estela de olor muy sólida, pueden exhibir un carácter muy coqueto, pero rara vez llegan a ser narcóticos.

Siendo el Moulin Rouge un cabaret icónico resulta convincente que un perfume inspirado en el lugar ofrezca este tipo de nota, entre otras. Y siendo yo reticente a creer que haya algo de romántico en ese ambiente de frenesí, tengo que reconocer que el perfume creado para celebrar los 120 años de existencia del lugar presenta una nota de rosa conmovedora, con cierto recuerdo cosmético de barra de labios. Así, ante el perfume, mi mente hace un desplazamiento hacia el imaginario de la película de Baz Lurhmann (2001) y la figura de Satine, la cortesana capaz de apreciar y creer en la poesía bohemia que habla de la justicia y la nobleza del ser en medio de un ambiente oscuro y desesperado.

1889 Moulin Rouge (2009) tiene un núcleo clásico de rosa e iris pero en lugar de quedarse en el tonalidad retro chic de la cosmética lujosa guardada en fino bolso de piel, va más allá y se convierte en un guiño a Le Parfum de Thérese al elegir rodear la rosa de redolentes notas alcohólicas que recuerdan a la fruta muy madura, al transformar la nota fina de cuero blanco del perfume de Edmond Roudnitska en una base almizclada con recuerdos de castóreo y pieles y, finalmente, al cambiar el aspecto verde y jugoso de melón que el clásico perfume tenía entre la salida y el corazón por algo más nuevo y aromático: la nota de absenta, amarga y anisada. Lo que no termina de emular el perfume de Histoires de Parfums es el tono chyprée aunque su fondo sea seco, oscuro, empolvado y sensual.

La salida puede desorientar: huele a jarabe de frambuesa, a gominolas de regaliz rojo, a caramelo de fresa y frutas confitadas pero ese tono goloso tiene profundidad y enseguida se percibe como el dulzor juguetón deja paso al dulzor alcohólico que anuncia la nota de ciruela madura. Ésta introduce un aspecto serio en el perfil de las frutas y se acompaña de matices indólicos propios del jazmín. Pero no es el jazmín la flor que destaca sino la rosa, terriblemente afrutada, especiada y cálida como la rosa de Marruecos. Casi escarlata, persistente y muy profunda a la que a ratos acompaña esa faceta algo grasa y cosmética de barra de labios. El patchoulí sostiene la rosa y prolonga durante un tiempo la tonalidad afrutada pero, según el perfume se evapora y se acercan las notas de base, se vuelve más almizclado y sombrío, insinuando algo animalístico y provocativo sin llegar al sofocante exceso.

1889 Moulin Rouge tiene la capacidad de confundir con su estructura. Puede leerse como un floral almizclado, como un fruitchoulí sofisticado, incluso como un perfume de cuero floral. Reúne citas diversas, es cierto – yo leo Le Parfum de Thérese en el perfil general y algo de la tonalidad oriental y fresca de Douce Amére de Serge Lutens en los pequeños matices – pero, en conjunto, se puede decir que da un giro al acorde cosmético tradicional. Ofrece algo más radiante y narcótico, menos coqueto…más dramático y bohemio.

moulin-rouge-1889

Té y licor: Déclaration Essence de Cartier.

24 viernes Ene 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 5 comentarios

Etiquetas

bergamota, cadomomo, cedro, cuero, cumarina, iso e super, lavanda, mandarina, musgo, naranja, perfume, siempreviva, té verde, vetiver

jardinmágico

Resulta fascinante cómo las cosas parecidas al final resultan ser muy distintas. Esta es una experiencia que de continuo se encuentra en los perfumes de Jean Claude Ellena.

Quienes por primera vez huelen algo creado por él, seguramente se sentirán atraídos por ese aspecto sustancial y riguroso de sus perfumes, siempre frescos y ricos a la vez. Aquellos que, por el contrario, conocen ya varios de sus trabajos, reencuentran ciertos temas repetidos…, o en apariencia repetidos; es necesario un análisis con más detalle, para poder ver el universo de pequeñas diferencias, matices y sutilidades que esconde en cada faceta y que acaban por dibujar una forma más singular que la inicial.

En síntesis: con los perfumes de Jean Claude Ellena, la forma general es clara y legible porque la estructura de sus perfumes está siempre muy cuidada pero los matices son elusivos, muy elusivos. No sólo porque posee un conocimiento muy exhaustivo de su paleta de materiales y sabe hacer brillar cada matiz por recóndito que sea, sino también porque suele introducir efectos inusuales con notas especiales que cambian por completo la tonalidad del perfume.

Este es el caso de Déclaration, una de las fragancias masculinas más populares y queridas tanto por hombres como por mujeres -prácticamente un clásico moderno-, y Déclaration Essence (2001) de Cartier. En principio parecen lo mismo debido no sólo a que comparten acordes sino también a que tienen un perfil muy similar en el que destacan las especias frescas y el cedro del Atlas. Además ambas, en su tono coriáceo aderezado con canela, remiten a un mismo modelo: Eau d´Hermés (1958) de Edmond Roudnitska.

Curioso es lo que ocurre con estos perfumes de Cartier: la gente los describe como prácticamente idénticos y, sin embargo, suele inclinarse de manera vehemente hacia una versión u otra. Hay quien lee Déclaration Essence como una versión más ligera y brillante, hay quien la ve más profunda y oscura. Para mi es, definitivamente, más verde y aromática. La prefiero, no sólo porque encuentro en ella más detalles afines a mi gusto sino porque, de alguna manera, su frescor vigorizante sobre base de maderas ambaradas radiantes me recuerda a un Aqua Allegoria de Guerlain -ya retirada- que tanto adoraba: Mentafollia (2004).

Sin duda, es esa intensa veta verde a base de tonos aromáticos de té y especias asociada al cedro del Atlas, ahumado y coriáceo, con un toque de flores blancas, ligeras y cristalinas, lo que provoca la conexión. Pero esa es la huella más saliente en mi memoria olfativa. Si voy un poco más allá, la conexión estaría en el frescor profundo de los cítricos musgosos reminiscentes de perfumes chypré y aguas aromáticas.

Aún así, Declaration Essence ofrece algo más. Por un lado, su salida no sólo es cítrica y brillante, con gran protagonismo de la bergamota y toques de mandarina, o vibrante y alcanforada con la ayuda del cardomomo, sino también herbácea y aromática por la lavanda, dulce y refinada gracias al cedro. Por otra parte, su base es menos almizclada, más reminiscente de un bosque en el que respirar aire limpio y presentir cómo la humedad del suelo alimenta la savia de las plantas, gracias al vetiver y a la faceta musgosa. Pero lo que encuentro más atractivo es el elemento casi licoroso que añade la siempreviva y que realza el aspecto ámbar de la base, creando una sensación perfumada más redonda.

essence

Érase una vez un perfume: Midnight Poison de Dior.

11 sábado Ene 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 9 comentarios

Etiquetas

almizcle, ambrox, ámbar, bergamota, cumarina, mandarina, patchoulí, perfume, rosa, Vainilla

eva-green-poison

Dicen que toda Cenicienta tiene su medianoche, algunos perfumes también y es una lástima pero así ocurre. Quizás Midnight Poison (2007) no destacara por la originalidad del tema, quizás fuera un derivado aunque no diré de qué perfume porque, en realidad, me recuerda a varios pero para mí tenía su encanto. Reconozco que la publicidad me tentó -era una campaña muy bonita- pero el perfume también lo hizo cuando lo probé.

Sí, seguía la moda del momento, pero con el regusto de la elegancia clásica. En la rica base ambarada de textura suavemente empolvada residía su gran atractivo. Se anunciaba como un perfume de rosa negra…la rosa era más bien transparente y luminosa pero aún así, poco aparente.

Al principio era más cálido y verde, con un elemento alcanforado algo intenso que le daba un aire más masculino. Luego adquiría una textura sedosa.

Esa fase inicial, marcada por el patchoulí y la rosa, era cálida y penetrante, con una cualidad casi herbal, pero al evolucionar se volvía más fresco y más ligero, incluso aromático. De vez en cuando dejaba asomar elementos afrutados, entre frutos rojos y crema de manzana y trazas de flor blanca para recordarnos su ascendencia.

Luego llegaba la nota de ámbar cristalina, afrutada y con un sutil recuerdo a tabaco. Ligero ámbar pero también perfumado; tonificante por su faceta aromática pero a la vez capaz de envolver con sus efluvios melosos.

¿Recordáis como describía el vestido de Cenicienta el Hada Madrina de Disney antes de agitar su varita mágica? «Sencillo pero atrevido»…pues eso, sobre todo, atrevido porque la dualidad era su faceta más poderosa y, al final, la combinación de aromas concentrados más propios de los perfumes masculinos con las texturas vaporosas y cremosas típicamente femeninas era como un torbellino de aromas. Era lo que le daba singularidad entre tantos perfumes con el mismo gusto.

Me hace pensar en esta pieza de Karl Jenkins, el Allegro de Sarikiz, repetitivo, evidentemente inspirado en el clasicismo pero con un sentido del ritmo moderno e ideal cuando necesitas una inyección de energía para poder continuar una tarea tediosa.

midnightP

¿Un cocktail Bellini durante la opereta ?: Dahlia Noir Eau de Toilette de Givenchy.

04 sábado Ene 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

≈ 4 comentarios

Etiquetas

almizcle, iris, mandarina, melocotón, mimosa, perfume, pimienta rosa, rosa, sándalo, Vainilla

Themerrywindowwarners-ad1960-f-pellegrini
*La viuda alegre cartel de 1960 por Frances Pellegrini.

Hay quien piensa que el Rococó no fue más que un estilo decorativo, relengando -de paso- la decoración y toda la artesanía que conlleva a la categoría de pura frivolidad y olvidando que hubo más que rocallas y muebles estilizados durante ese período. De hecho, una mirada más profunda a las pinturas de Watteau, de Fragonard o de Gainsborough deja ver un poso de melancolía en el gesto de los retratados e, incluso, hay pinturas empapadas de ese sentimiento, donde la naturaleza que rodea los personajes expresa la misma poética. Con las operetas ocurre algo parecido, se juzgan como algo superficial, cuando muchas esconden una buena dosis de sagacidad práctica: las cosas pasan mientras parece que no ocurre nada.

Lo cierto es que los prejuicios nublan no sólo nuestro entendimiento sino también la capacidad de disfrutar de algo…como si intentar tener buenos momentos fuera algo inapropiado. Esto es una realidad cotidiana en prácticamente todos los ámbitos pero, puesto que esto es un blog sobre perfumes, voy a centrarme.

Ciertos perfumes que aparentemente sólo son encantadores, suaves y bonitos para mí acaban en la categoría de adorables porque parecen encerrar un elemento profundo, algo que podríamos definir como parte de un microcosmos personal. Esos perfumes suelen incluir algún tipo de referencia al aroma de la piel limpia, recordando más a los productos cosméticos cremosos de acabado lujoso y a los jabones blancos de olor tan refinado que al maquillaje retro chic, aunque no renuncian a la faceta empolvada. Es una gama de aromas muy concreta y al sentirla siempre tengo la sensación de que el perfume me está llevando a un ricón silencioso de mi propio universo, en el que se mezclan las perlas de color crema, con las figuritas de jabón que tanto me fascinaban de niña, o los cromos de flores y angelotes con los frascos de purpurina y las fotografías antiguas. Sí, un rincón de recuerdos, bonitos y frágiles; un tesoro que es parte de la identidad de cada persona.

Dichos perfumes tienen un aspecto íntimo más delicado o quizás menos racional que las notas de maquillaje caro basadas en rosas y violetas empolvadas. Siguen siendo empolvados porque suelen tener algo de iris, de mimosa, y almizcles blancos pero lo que predomina en ellos es la faceta lactónica del melocotón, los acentos cremosos de sándalo y flores blancas y la suavidad de una nota ambarada muy fina. Tienen algo insinuante que reside en su poder para evocar un aura sofisticada de comodidad gracias a los detalles de textura.

Desde Peau de Pêche de Keiko Mecheri o Le Mimosa de Annick Goutal pasando por Champs Élysées de Guerlain, hasta Orlane B21 con acentos especiados cálidos, Lalique Fleur de Cristal con una bonita nota de jazmín sambac y muguet o Dahlia Noir Eau de Toilette de Givenchy que introduce algo anisado junto a más notas verdes y amaderadas. Todos estos perfumes comparten ese efecto piel limpia basado en almizcles blancos y melocotón, con mayor o menor hincapié en el acabado empolvado pero Dahlia Noir EdT añade alguna cosa más: un discreto acabado aldehídico acompañado de un muy sutil y vaporoso efecto suede que aportan el toque de elegancia abstracta.

Al contrario que el original Dahlia Noir Eau de Parfum -inspirado en el Acqua di Cologna Iris de Santa Maria Novella pero mucho más empolvado y rosado para acercarlo al universo del maquillaje- el Eau de Toilette tiene un perfil más amaderado, donde la pimienta rosa ayuda mucho a realzar el contraste entre la pungencia seca del cedro y el acabado cremoso del sándalo con toque de azúcar y vainilla. Esta pimienta además aporta un frescor afrutado que acompaña bien en la salida a una acidulada mandarina y un melocotón con algo mantecoso y anisado a la vez que, hasta cierto punto, hace pensar en el aroma de las dalias aún cerradas. Luego, ese aspecto se suaviza, se vuelve más lechoso e invoca la imagen de grandes pétalos de magnolias blancas. Es una sensación breve, antes de dar paso a una nota más sólida de rosa almizclada y de jazmín fresco que forman el corazón del perfume.

Como muchos otros perfumes de François Demachy aparenta ser un aroma muy fluído y sencillo, es con la evolución en la piel que se aprecian los pequeños e intrincados matices llenos de textura. Una auténtica urdimbre de sutilidades. Y estos detalles son como las teselas de los mosaicos: de lejos parecen del mismo color, de cerca se aprecia cómo hay matices y sombras que dan profundidad a la imagen. Así, lo cremoso va de la mano con lo vaporoso, lo aterciopelado con lo jugoso, lo aéreo con lo seco… Creo que es esa la razón por la que esta versión de Dahlia Noir se ha convertido en uno de mis perfumes de corte cosmético favoritos: los matices aparecen sin que pareciera que existieran.

dahliaN

← Entradas anteriores

¿Qué perfume? Busca un olor.

Sigue el blog si te gusta a través de las actualizaciones en tu correo electrónico.

Únete a otros 1.007 suscriptores

Nota de Heliotropo

Laberinto Fu

El Mundo de la Rosa

Categorías

  • Archivo de Christmas de Olibanum blog
  • Archivo general
    • Perfume Tour
    • Un poco de Historia
    • Usando perfume
  • Ensayos
  • Laberinto Fu
  • Notas de Perfumes
  • Revisiones de perfumes
  • Uncategorized

Fragancias Míticas.

Calendario

enero 2023
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031  
« Ago    

Archivo mensual

Blogroll

  • Aroma Esencias
  • Bois de Jasmin
  • Chroniques Olfactives
  • EauMG
  • Esprit de parfum
  • Musque-Moi!
  • Nero Profumo
  • Now Smell This
  • Photolfactives
  • Salon de Parfum
  • Smellyblog
  • Tauer Perfumes
  • Té de violetas
  • The Scented Salamander
  • Ver otros blogs en castellano
  • What men should smell like

Algunos perfumes favoritos.

Blog Stats

  • 1.247.361 hits

Mis tableros de Pinterest

Pinterest Icon

Meta

  • Registro
  • Acceder
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.com

Blogging University

Blogging U.

El Perfume del Mes: Vanille Insensée

El consejo del mes: Naricilla

Las entradas más vistas

  • Niebla en las palabras: ¿empolvado o atalcado?
    Niebla en las palabras: ¿empolvado o atalcado?
  • Una nota floral: el heliotropo & Una materia prima: la heliotropina
    Una nota floral: el heliotropo & Una materia prima: la heliotropina
  • Una Flor Blanca: La Tuberosa
    Una Flor Blanca: La Tuberosa
  • Érase una vez un perfume: Midnight Poison de Dior.
    Érase una vez un perfume: Midnight Poison de Dior.
  • Ámbar gris: la nota evasiva de la perfumería.
    Ámbar gris: la nota evasiva de la perfumería.
  • Materias primas: Cashmeran o Madera de Cachemira
    Materias primas: Cashmeran o Madera de Cachemira
  • Rosas negras en perfumería: vértigo, oscuridad, quimera.
    Rosas negras en perfumería: vértigo, oscuridad, quimera.

Las etiquetas más frecuentes

albaricoque aldehídos almendra almizcle angélica azafrán azucena- lirio blanco benjuí bergamota canela caramelo cardomomo Cashmeran castóreo cedro cereza civeta clavel clavo cuero cumarina empolvado flor de naranjo frambuesa frangipani gardenia geranio haba tonka Hedione Heliotropo hoja de violeta incienso iris jacinto jazmin jengibre labdanum lavanda limón lirio de los valles madreselva magnolia mandarina manzana maquillaje melocotón miel mimosa mirra musgo naranja narciso nardo-tuberosa neroli osmanthus oud patchoulí perfume pimienta pimienta negra pimienta rosa pomelo regaliz rosa salicilatos sándalo té verde Vainilla vetiver violeta Writing101 ylang-ylang yuzu ámbar ámbar gris

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.

Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de cookies
  • Seguir Siguiendo
    • Olibanum: cuaderno de perfumes
    • Únete a 1.007 seguidores más
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Accede ahora.
    • Olibanum: cuaderno de perfumes
    • Personalizar
    • Seguir Siguiendo
    • Regístrate
    • Acceder
    • Denunciar este contenido
    • Ver sitio web en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...
 

Debe estar conectado para enviar un comentario.