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Olibanum: cuaderno de perfumes

Olibanum: cuaderno de perfumes

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Evocando con trazos suaves: Eau de Narcisse Bleu de Hermés.

24 lunes Nov 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, ámbar, bergamota, gálbano, iris, limón, miel, narciso, neroli, perfume

her-lys
Herminia y Lisandro –El Sueño de una Noche de Verano– de Jonh Simmons .Via Tony Kospan blog.

Algo impalpable pero palpitante es el perfume y, como las metáforas, en ciertos momentos permite que la realidad más prosaica sea sólo otra parte más de la realidad dejándonos ver que en la vida no todo son certidumbres. Pero no todo el mundo acepta que haya parcelas sin sentido como también hay quien no desea vivir en otra área que esa. Entre ambos extremos se puede encontrar el modo de que la experiencia sea más rica y reconfortante.

Quizás sean sólo momentos breves pero son muy importantes porque nos brindan la ocasión para sentirnos agradecidos por la oportunidad de haber disfrutado de la belleza de la vida. Para poder decir que mis ojos han visto…

No hay poemas, libros, cuadros, canciones, películas…obras en general que me apasionen más que aquellas que son un canto a la vida. Creo que es fácil caer en la trampa de pensar que sólo lo más retorcido es profundo, de hecho creo que cuando somos terriblemente jóvenes o viejos y tenemos poca experiencia o demasiada con los desengaños de la vida podemos quedarnos perdidos en esa niebla densa que es el cinismo. Y no es fácil abrirse paso en ella si no queda un mínimo de buenos deseos en el fondo del ser, pero los buenos deseos siempre hay que alimentarlos, como cualquier otra cosa en la vida no se puede dejar descuidada y esperar que se mantenga totalmente fresca mientras el tiempo pasa. Así que la creatividad empeñada en hacer entender las cosas de manera diversa, mostrando alternativas, dejando ver otras facetas de la vida, es decir, aquello que entra de lleno en el mundo de la imaginación tanto como en el de la comprensión, es como un alimento esencial del que siempre hay que tener guardado algo por si fuera el caso. Estoy hablando de la capacidad de una obra -sea del género que sea- para crear una experiencia visual en la cabecita de quien no la ha creado.

Actualmente en la literatura de la perfumería nicho el intento por crear imágenes saturadas es la tónica general: los productos se presentan al público como algo muy sofisticado. Es lo que toca, hace décadas lo apreciado era lo anecdótico: frascos de un ingrediente que por accidente caían en otra fórmula o asistentes que interpretaban mal la fórmula y añadían una sobredosis de algo que ¡voilá!, hace surgir la magia del perfume. Sea como fuere, pocos perfumes finalmente transmiten algo más que una sensación «cosmética».

Pero lo cierto es que crear imágenes potentes, que arraiguen en la mente, inquieten o embelesen es otra cosa. Hace falta un empeño en crear de verdad, hacer el esfuerzo de crear que implica también el esfuerzo de ofrecer. Para crear un perfume de verdad hay que esmerarse en conseguir una estructura sólida y un desarrollo con notas en equilibrio y gran sentido del refinamiento. Esa es la manera de que el perfume sea una invitación a los sentidos, a estar más despierto, elicitando nuestro sentido de la curiosidad.

Sin embargo, lo que la literatura de la perfumería suele dejar de lado realmente es aquello que constituye el meollo de la cuestión en términos creativos pero, en ocasiones, alguien se atreve a decir algo más de su método de trabajo o de su idea, algo que permite entender lo que señalaba antes: que en la creación hay un importante componente visual.

Jean Claude Ellena señaló como punto de partida para la creación de Eau de Mandarine Ambrée y Eau de Narcisse Bleu de Hermès un verso que dice La terre est bleue comme une orange, celebérrima frase que encabeza un poema de Paul Eluard y sintetiza el canon del Surrealismo como movimiento artístico:

La tierra es azul como una naranja
No es ningún error las palabras no mienten
Nos obligan a cantar
Y en vez de oirse unos besos
Unos insensatos amores
Su boca de alianza
Tiene todos los secretos todas las sonrisas
Y tan indulgentes vestidos
Que se le creería del todo desnuda.

Las avispas florecen de verde
El alba se coloca en torno al cuello
Un collar de ventanas
Y las alas envuelven a las hojas
Tú tienes toda la alegría solar
Todo el sol de la tierra
Sobre los caminos de tu belleza.

(Si podéis leer en francés, consultad la versión original aquí porque algo se pierde en la traducción)

Si Eau de Mandarine Ambrée ofrece la redondez pulposa y festiva del aroma anaranjado de la mandarina, dando olor a la faceta más vitalista y solar del poema de Eluard, Eau de Narcisse Bleu apela su poética fantasiosa y elusiva, aquella que se interpreta cuando sabes que tus ojos han visto…El azul como color para lo onírico traído desde la naturaleza…y sí, yo diría que hay cierta conexión con el complejo perfil de L´Heure Bleue de Guerlain. Algo que no se limita al poder evocativo de una idea infinita gracias a las sensaciones azules, sino que conecta en términos de olor.

Ese vínculo no es evidente de primeras y eso es porque lo prevalente en Eau de Narcisse Bleu es la estética fresca y fluida de una Cologne tradicional, llena de penetrantes matices cítricos. Hay casi un acabado natural que hace pensar en el aroma divino que desprende la ralladura fresca de un limón de invierno. Así tan ligera y llena de matices que vivifica.

Paradójicamente, la vivacidad de ciertos elementos no distorsiona la sensación general de que el perfume ha sido construido con trazos suaves, dejando ver seminotas escondidas y profundas que van transformándose en algo cada vez más floral, dulce y terso. También más oscuro, silencioso y vegetal. A veces parece feérico, hace pensar en un bosque encantado escondido tras la frondosa maleza.

No todos usamos los perfumes frescos en verano, algunas personas realmente disfrutamos de los olores cítricos en invierno porque su presencia patente y recatada invita al recogimiento, porque su viveza y color invita a pensar en el sol de verano o porque en el fondo es como un perfume íntimo que ofrece otra manera de afrontar el frío. Esta cualidad serena y confortable es algo que en mi opinión Jean Claude Ellena también hizo brillar en otro par de perfumes frescos y de sabor original como son Angéliques sous la Pluie de Frederic Malle y Eau de Gentiane Blanche de Hermès.

En términos de olor Narcisse Bleu preserva el carácter clásico y vitalista del género que representa: la Cologne, pero al contrario que las composiciones tradicionales, aquí la tensión entre notas va en aumento sin que haya mucha variación en la sensación de volumen. Comienza con una compleja nota cítrica de limón cristalino que por un lado evoluciona hacia un nerolí herbal, aéreo y frágil mientras, por el otro, se vuelve más verde, frondoso y resinoso. Estos matices se bifurcan y a la vez se unifican creando una intensa veta herbal, casi amarga y astringente, que en ciertos momentos te transporta a un campo cuajado de manzanilla silvestre y en otros crees estar en la antesala del bosque encantado. Gálbano. Petit grain.

El cuerpo de Narcisse Bleu muestra un tono decididamente más floral, aunque en conjunto el perfume puede definirse partiendo de un eje cítrico, envuelto en notas verdes y aromáticas, flanqueado por facetas casi animalísticas pero muy tersas de heno y miel. Sin embargo, las sensaciones florales que despliega el corazón del perfume son complejas: podemos sentir el verdor agudo del jacinto, el recuerdo a violetas de la reseda e incluso asoman aspectos de guisante de olor, rosas y albahaca. Todo muy fresco, a veces helado, pero finamente empolvado con toques suaves y vainillados de heliotropina. También el iris es importante, a ratos recuerda al seco y harinoso iris de Bois Farine, otras es como un iris dulce y ambarado reforzado por ese tono meloso de cera de abejas tan característico del narciso; finalmente desemboca en ese iris-violeta almizclado que domina la fase final del perfume y es capaz de conjurar el azul de ensueño y fantasía.

Sin embargo, en el fondo, lo más fascinante es que Eau de Narcisse Bleu es un ejercicio de estudio detallado y minucioso de un material tan querido por muchos perfumistas como es el narciso, especialmente el absoluto. Es difícil no encontrar esta nota directamente o sugerida en varios de los perfumes que Jean Claude Ellena hizo para Hermès. En Eau de Narcisse Bleu lo que más relevancia tiene es la tensión entre la faceta floral y la verde del material aprovechando su capacidad para introducir un frescor profundo en las fórmulas como punto de unión. De la naturaleza a la fantasía; del verde al azul; de la flor al tallo, del tallo a la raíz, de la raíz a la tierra y de la tierra a lo profundo del bosque con una sucesión de olores delicados que invitan a pensar en otras cosas, cosas evocadoras que el ojo no ve directamente y las metáforas pueden hacernos sentir.

Mis ojos han visto…decía aquella canción de finales de los 80´s del a veces infravalorado grupo A-ha: Out of blue comes green.

Mítico azahar: Narciso Rodríguez for Her

29 viernes Ago 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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albaricoque, almizcle, ámbar, flor de naranjo, miel, narciso, osmanthus, patchoulí, perfume, Vainilla, vetiver

NfH

Los perfumes míticos. Una de las obras de la literatura universal lleva en su título la referencia a lo infinito: Las Mil y Una Noches. Su estructura laberíntica de relatos dentro de relatos que se cuentan noche tras noche refuerza esa idea de algo interminable e inabarcable. Una antigua superstición decía que quien intentara leer el libro completo se volvería loco, advirtiendo no sólo sobre la imposibilidad de saberlo todo sino también del peligro que supone intentar saberlo todo: en el intento te pierdes. Pero precisamente esa sugerencia de cosa infinita es lo que hace que la obra parezca mágica generación tras generación.

Hay perfumes que ejercen un fuerte atractivo en un gran número de personas; son perfumes que las personas huelen y desean al instante. Perfumes que terminan siendo míticos porque generación tras generación siguen sugiriendo, siguen siendo mágicos. ¿Qué los hace tan poderosos? Seguramente no sólo el tener una gran armonía, un carácter definido o un sillage maravilloso sino también una cualidad elusiva y flexible por la cual el perfume pueda leerse de múltiples maneras con facetas complejas y profundas que parezcan historias en sí mismas y hagan que el perfume parezca infinito.

Para que esto se cumpla el perfume debe dejar espacio a la imaginación y eso implica abstracción. Las flores en singular tienen ya un marcado significado social: las violetas son tímidas y discretas, el jazmín es sensual, las lilas son románticas…por el contrario, los perfumes abstractos dan más margen a la interpretación y según cómo se lleven pueden hacer brotar unas palabras u otras.

Hay dos formas muy básicas de conseguir esa abstracción:

-Rebajando las facetas más características de un olor bien componiendo con ingredientes muy abstractos, bien usando ingredientes que permitan difuminar notas. Ocurre con los aldehídos alifáticos.

-Poniendo énfasis en notas que son difíciles de describir porque no hay más referencia para definirlos que ellos mismos, como es el caso del almizcle y del ámbar gris.

Narciso Rodríguez for Her ( 2003 Christine Nagel, Francis Kurkdjian -frasco negro- ) une ambas y su nivel de abstracción es lo suficientemente alto como para que pueda resultar difícil de clasificar. Con frecuencia se lo considera un chypre moderno (neo-chypre o pink chypre) y, en cierto modo, es asÍ: una evolución de perfumes basados en patchoulí y Hedione al estilo Knowing de Estee Lauder. Pero también, muy en el fondo, este perfume es un gran juego de armonía entre almizcles blancos y un acorde de ámbar moderno, radiante y refinado, que no renuncia a ciertos rasgos de carácter como el tono vinoso, el halo afrutado o el acabado empolvado.

La inspiración. Dicen que el punto de partida del perfume fue un aceite perfumado tipo almizcle egipcio llamado Abdul Kareem Oil que la musa de Narciso Rodríguez, Caroline Bessette-Kennedy, acostumbraba a usar. Uno de esos aceites que se venden en mercadillos o en tiendas New Age que pueden ser tan asequibles como encantadores.

El llamado almizcle egipcio está enraizado con tradiciones antiguas, con fórmulas de aceites perfumados que servían para hidratar y desodorizar la piel e incluían notas de rosa, patchoulí, eucalipto, jazmín y de algún modo almizcle (animal, vegetal o recreado). Actualmente se formulan con almizcles blancos producto de síntesis o con almizcles vegetales y se caracterizan por un olor limpio, suave, y ligeramente floral que evoca la sensación de piel limpia. Es difícil que no atraigan la nariz.

Al contrario que los perfumes basados en almizcles blancos como White Linen de Estee Lauder donde el efecto detergente es reconocible, en la fórmula del almizcle egipcio ese aspecto más áspero está muy suavizado -que no erradicado- dejando que prevalezca la faceta más ambarada y floral de los almizcles blancos.

El perfume. De alguna manera, Narciso for Her apareció en el momento perfecto con las características ideales. Ha cosechado un buen éxito desde entonces. Hoy sigue siendo uno de los perfumes que más atrae: cuando se huele en otra persona es difícil moderse el labio para evitar preguntar ¿qué perfume es?. Pasó la prueba de fuego de superar las características de su tramo y se convirtió en fuente de inspiración de otros perfumes como Lovely de Sarah Jessica Parker, Idylle de Guerlain, Carven Le Parfum o incluso el más austero y fresco L´Humaniste de Frapin por citar a algunos.

Sin embargo, la parte floral del perfume recuerda bastante a La Chèvrefeuille de Annick Goutal creada en el 2002 por Isabel Doyen. Ambos perfumes comparten la faceta cítrico-rosada, el aspecto meloso como de flor de narciso y el toque ajazminado; si bien el perfume de Annick Goutal es una fantasía en torno a la madreselva que tiene un acabado menos dulce que el Narciso Rodríguez que ahonda más en el recuerdo anaranjado del azahar, con un toque frutal y vinoso muy abstracto de osmanto. A veces también recuerda al pittosporum y, un poquito, a las lilas por el aspecto etéreo y acuoso. Ambos perfumes presentan una fantasía floral, pero en Narciso for Her el tema es más abstracto y el efecto final que busca no es tanto recrear la flor como una sensación floral, especialmente ese sensual frescor radiante tan característico de la flor de naranjo.

Pero a diferencia del resto de perfumes que están en esa gama de olores, Narciso for Her tiene tres características que lo hacen sobresalir. Una es su sillage sutil pero brillante. Otra es conseguir crear una ilusión poliédrica, casi esférica, gracias a la perfecta armonía entre facetas. Y, por último, su capacidad para evocar lo táctil no sólo recreando la sensación de olor a piel limpia sino sobre todo siendo capaz de expresar esa carnalidad propia de los aceites perfumados. Quien esté acostumbrado a los aceites de masaje o a perfumarse con aceites secos entenderá rápidamente lo que quiero decir; estos productos se funden con el olor natural de la piel y liberan su perfume lentamente, capa tras capa, formando un olor único y aparentemente uniforme pero con facetas profundas que emergen gracias al calor de la piel. Ese logro quizás sea aún hoy su mayor atractivo.

Niebla en las palabras: ¿empolvado o atalcado?

01 martes Abr 2014

Posted by Botanyuki in Archivo general, Ensayos

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aldehídos, almizcle, benjuí, clavo, Heliotropo, iris, mimosa, narciso, perfume, rosa, sándalo, Vainilla, violeta

rococo-filigrana

El mortero antes que el alambique fue atributo de maestros perfumistas. Hasta la Baja Edad Media los perfumes en seco se usaban tanto o más que las maceraciones de flores y plantas en alcohol. Saquitos perfumados para la ropa, tabletas de pétalos de rosas, polvos de fumigación contra la peste, pomos de olor, papeles perfumados, polvos para el cuerpo, alfombras de hierbas aromáticas, preparaciones de incienso, etc.

La mayoría de los perfumes en seco tenían un fin antiséptico. Mantenían el ambiente libre de miasmas, ayudaban a cuidar mejor la ropa, especialmente el lino y contribuían a la higiene personal sin que ello dejara de ser una forma de esnobismo ya que ciertos olores, como el del iris y la violeta, eran signos de estatus y sólo un pequeño sector de la sociedad podía acceder a ellos.

Aún siglos después de que se perfeccionaran las técnicas de destilación los perfumes en seco seguían siendo bien acogidos. Basta echar una ojeada a algún manual de perfumería del s. XIX, para comprobar que, a modo de recetario medieval, aún se recomiendan varios tipos de preparaciones en seco, especialmente polvos perfumados.

La base usada como polvo a perfumar podía ser talco, almidón de arroz, almidón de maíz. La sensación de suavidad de un polvo se debe a su cualidad de deslizamiento y capacidad de adherencia a la piel. El talco posee ambas cualidades y por eso es una buena base para polvos corporales. El almidón de arroz fue muy usado en polvos faciales por su mayor capacidad para absorber y cubrir frente al talco, además de aportar una luminosidad única. Los ingredientes más comunes para componer la fragancia eran la violeta, el iris, la rosa, el benjuí, el sándalo. Distintas fórmulas se hicieron populares y ya entonces unas eran más apreciadas que otras por su sustantividad. Pese a ser en polvo también era importante que el perfume durase, creara un aura, un sello de olor.

antoine

En la Edad Media era una práctica común empolvarse el cuerpo tras el baño para completar el ritual de limpieza. Hoy en día preferimos los aceites o las cremas hidratantes pero los polvos de talco perfumados siguen siendo una opción porque prolongan la sensación de limpieza gracias a su efecto refrescante y al velo de suavidad con que recubren la piel. Además, porque absorben la humedad temporalmente y perfuman, ayudan a desodorizar. Aunque el talco perfumado moderno tiene una fragancia tenue, ligeramente floral con recuerdos de rosa o de flor de naranjo, en el medievo se apreciaban mucho las preparaciones con iris, con cálamo, con especias o una mezcla de rosa, clavo y lavanda, combinación esta que será la base de un famoso polvo para pelucas y cabellos en el s. XVII.

En el s. XVIII dos tipos de perfumes muy diferentes convivieron en los rituales de higiene. Uno alcohólico y otro en polvo. Hoy ambos siguen teniendo un sentido tradicional en el ritual de aseo. Frente a la entonces carísima Cologne que era fresca y permitía finalizar la toilette con un efecto tonificante, los polvos perfumados proporcionaban exactamente eso: una sensación perfumada, una sensación de permanencia. La nube de polvo perfumado persistía en el aire mientras se aplicaba, hasta casi tener la sensación de masticar talco. Esa experiencia hoy se puede reproducir en perfumes modernos gracias a las iononas que tienen una gran tenacidad, los almizcles blancos y los aldehídos.

Resulta curioso pensar en ambos tipos de perfumes a la vez. La Cologne tónica, fresca y vigorizante a un lado. Lo seco, empolvado /atalcado al otro. La Cologne remite a la naturaleza viva, las hierbas aromáticas y los cítricos. Lo seco te aleja de la exuberante vegetación floreciente, de los manantiales de agua fresca, de la rosa joven o la savia fresca de la azucena tersa mientras te acerca al tono casi herbal y astringente de los pétalos secos de la rosa. Muchas personas asocian ese aspecto seco y persistente con algo antiguo, de otra época, demodé. Algo perfumado que puede tener connotaciones negativas.

En la perfumería moderna, con un amplio abanico de ingredientes como el iris, el sándalo, el benjuí, la vainilla y sus derivados, la tintura de ámbar gris, el clavo y demás especias, el almizcle, el musgo de roble, el haba tonka, la heliotropina, los aldehídos, el absoluto de jazmín, el absoluto de mimosa, el absoluto de narciso… se crean distintos grados de profundidad en el aspecto empolvado/ atalcado. La mente entonces puede recordar la experiencia de oler un popurrí de rosas, de entrar en una antigua farmacia con su característico olor empolvado-fenólico -eso que llamamos sabor apotecario-, de husmear el interior del bolso de piel de la abuela o de abrir una polvera lujosa.

Puede que la paleta de notas que abarcan los perfumes empolvados/atalcados sea variada en cuanto al origen de las materias primas pero la sensación que se intenta recrear es siempre la misma. La sensación suave, ligera, de corte intimista, incluso a veces introvertida, que desprenden los polvos perfumados cuando se aplican con borla y unas finas partículas se difuminan en el aire mientras otras crean un suave abrigo sobre la piel. La idea del abrigo se desprende precisamente de esa sensación de suavidad y esto es lo que interesa conseguir en este tipo de perfumes: suavidad.

cisne-bebe

En última instancia, estos perfumes también recrean el universo infantil, lo que nos lleva a la idea de inocencia y de nuevo, a la de higiene y limpieza. La piel del bebé, más fina y con mayor concentración de agua que un niño mayor es muy tierna y perfuma per se. Pero es más delicada, más frágil y es importante mantenerla bien seca para evitar la proliferación de bacterias, por eso el talco tuvo un uso tan extendido en el cuidado de los bebés. De ahí también que los perfumes empolvados/atalcados atraigan tanto a tanta gente: les remite a la infancia, a los mimos y al abrazo de mamá. En este contexto maternal, lo empolvado/atalcado adquiere entonces una connotación de recato, delicadeza, juventud, virtud, refinamiento al cristalizar con esa idea que nos trae el viejo adagio de que la limpieza está próxima a la santidad. Es con esta lectura que el tacto de una piel suavizada con polvos perfumados adquiere el valor de algo seguro y tradicional. No se trata de picardía sino de la propia dignidad personal. Veremos, más adelante, que existe otra estética de lo empolvado /atalcado.

Pero si en la perfumería primitiva este acabado seco era intrínseco al producto en la perfumería moderna es un efecto buscado, recreado y, a veces, un revival. Un efecto que va más allá del acabado o la faceta, algo que incluso se ha convertido en tema. Por eso, podemos y debemos distinguir entre empolvado y atalcado en los perfumes actuales.

Algunas casas de perfumes buscan un efecto mixto con regusto vintage que acentúe el carácter histórico de la firma. Lo antiguo como valor seguro. En estos casos es frecuente detectar una veta musgosa en la faceta empolvada: ciertos perfumes de la casa Lubin basados en fórmulas antiguas tienen este sabor. En Santa Maria Novella podemos encontrar ese mismo acabado con un tono más apotecario, especialmente en perfumes como Melograno o Muschio d´Oro y también los perfumes de Rancé tienen ese toque como artesanal que atrae porque parece un producto más personal.

Lo empolvado, más que lo atalcado, está presente en diferentes tipologías de perfumes como una faceta más; sin embargo, es algo muy característico en los aldehídicos florales como Chanel Nº5, Bas de Soie de Serge Lutens o Iris Poudre de Frederic Malle que son perfumes ligeros, delicados y etéreos con una importante nota de iris, muguet y aldehídos. También puede conjugarse con un tono jabonoso, muy limpio y profundo como ocurre en Liú de Guerlain. Mención especial para los perfumes tipo chypre aldehídicos florales, que son como los aldehídicos florales pero con una base más seca, sin notas tan prominentes de vainilla, como Calèche de Hermès o Dia de Amouage.

La faceta ámbar implica un acabado empolvado que puede ser más animalístico y oscuro como en clásicos orientales basados en el acorde ambreína tipo Shalimar de Guerlain o Must de Cartier o aportar un halo de misterio y confort como en Ambre Fetiche de Annick Goutal; pero también puede ir acompañado por un dulzor floral refinado como ocurre con los perfumes oriental florales tipo L´Heure Bleue de Guerlain, Parfum Sacre de Caron o Sweet Redemption de Kilian.

También es un aspecto típico de esos perfumes florales más ligeros que pueden hacer pensar en colores pastel, como en el caso de Chance Eau Tendre de Chanel, Baiser Volé de Cartier. Estos perfumes suelen ir acompañados de una tonalidad más cosmética. A veces tienen un aspecto cremoso, jugando con los recuerdos de lociones hidratantes y leches limpiadoras, para evocar una sensación de piel limpia y fresca gracias a la superposición de capas etéreas como Clair de Musc de Serge Lutens. Otras veces con una fragancia más cercana a la gama del maquillaje chic. Los almizcles blancos suelen jugar un papel muy importante en este tipo de composiciones que, en cierto modo, emparentan con el bello y elegante Chanel Nº 22.

moderno-rococo

Pero esta faceta ligera, en perfumería moderna, también se ha convertido en un tema. Existen perfumes que exploran la paleta cosmética a fondo. El ejemplo clásico es Ombre Rose de Jean Charles Brousseau inspirada en los polvos de arroz, Lipstick Rose de Frederic Malle, Drôle de Rose de L´Artisan Parfumeur, Chloe Love de Chloe. Otros exploran el espectro de lo gourmand como Loukhoum de Keiko Mecheri o Rahat Loukhoum y Louve de Serge Lutens.

Los perfumes empolvados que recuerdan a los polvos cosméticos tienen como referencia el iris y la rosa frente a los atalcados que miran más hacia los almizcles y la cumarina. También presentan inflexiones más cálidas en su evolución gracias a la presencia de las metil iononas que aportan esa nota clásica de violeta presente en Les Meteorites de Guerlain y que tanto suele caracterizar la estructura de los perfumes oriental florales. Lo empolvado es más sedoso y puede retener un aspecto dulce con mayor o menor prominencia. En general, es más sofisticado.

Lo atalcado es realmente seco, sin dulzor, casi como tiza. Más sencillo que lo empolvado, cercano a la experiencia de sumergirse en una nube de talco creada por una borla impregnada en polvo perfumado. Lo atalcado remite de forma más directa al mundo infantil, al universo de la inocencia. Las fragancias infantiles suelen recurrir a este acabado suave con sutiles y delicados recuerdos florales. El paradigma de los perfumes atalcados es Teint de Neige de Lorenzo Villoresi. Otros ejemplos a tener en cuenta: Musk también de Villoresi, Petit Ange de Parfums de Nicolaï, Petits et Mamans de Bulgari, Baby Powder de Demeter, Flower de Kenzo, Traversée du Bosphore de L´Artisan Parfumeur y Talco Delicato de I Profumi di Firenze.

Más ejemplos para explorar distintos contextos de la faceta empolvada: Trésor de Lancôme, Rive Gauche de Yves Saint Laurent, Aimez Moi de Caron, Vol de Nuit y L´Instant Magic de Guerlain, Eau Claire des Marveilles y Eau de Narcisse Bleu de Hermès, Kiss me Tender de Parfums de Nicolaï, L´Eau d´Hiver y Une Fleur de Cassie de Frederic Malle, Quel Amour! de Annick Goutal, Dianthus y Helitrope de Etro, Lou Lou de Cacharel, Carita Eau de Parfum de Carita, Allure de Chanel, Baiser Volé Essence de Parfum de Cartier, Dolce & Gabbana The One, Classique de Jean Paul Gualtier, Secrets d´Essences Vanille Noire de Yves Rocher, L´Eau d´Ambre y Safran Troublant de L´Artisan Parfumeur.

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Aguas perfumadas para las cuatro estaciones: La Colección de Grasse de L´Occitane.

18 miércoles Sep 2013

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, bergamota, cedro, haba tonka, jazmin, magnolia, mora, naranja, narciso, perfume, té verde, Vainilla

estaciones-wall
*Las Cuatro Estaciones de Josephine Wall.

Paseaba el otro día por la ciudad de perfumería en perfumería para hacer el sniffathon de rigor. Probando las novedades encontré pocas cosas interesantes y, aburrida ante ese panorama, decidí apostar sobre seguro y dedicar un tiempo a conocer mejor La Colección de Grasse de L´Occitane. No porque las fragancias de la marca me hayan cautivado en el pasado por su fluidez u originalidad sino porque, al menos, se percibe en ellas un halo de naturalidad que, en medio de muchas otras propuestas estereotipadas, resulta refrescante para la nariz. Además, es una marca que apuesta por invertir en materiales naturales raros como el extracto de peonía sobre el que está construída Pivoine Flora.

Encontré que la colección es más que interesante, tanto vista en conjunto como perfume a perfume. Creadas las fragancias por Karine Dubreiul, todas tienen un estilo más bien clásico de composición, con un acabado más refinado pero aún con el toque artesanal de la firma. En conjunto, ofrece de forma muy legible cuatro tipos de perfume diferentes y bien estructurados. Olidos con detenimiento, cada uno de ellos revela un punto de interés atractivo así que, la elección de uno u otro, realmente está orientada a una demanda específica: ¿buscas algo más fresco, más floral, más frutal pero misterioso u oriental? Así de sencillo.

L´Occitane es una marca orientada a natura y no suele ofrecer jugos muy «perfumados»; en este sentido, dentro de la colección puede destacar Vanille & Narcisse como la composición más elaborada…Al ser un perfume de base oriental se percibe como más rico y envolvente evocando una idea de piel cálida. Al principio, por el contraste entre la bergamota fresca y dulce con los efluvios ricamente vainillados y almendrados de la base tiene un aire a L´Heure Bleue de Guerlain que le da más empaque al perfume. Sin embargo, pasada la cita, se muestra más como una composición de vainilla Bourbon bien facetada con acentos especiados, melosos y, sobre todo, de heno a lo que contribuye tanto el haba tonka como el absoluto de narciso. La fase media del perfume está dominada por un acorde de tabaco de pipa muy fino revestido de vainilla balsámica mientras que, hacia el final, revela una nota muy atractiva de cedro caramelizado y ámbar.

Thé Vert & Bigarade es la opción más tonificante y aromática, verde y fluída de la colección si bien, al final, las notas de almizcles blancos lo colapsan un poco. Sin embargo, tiene un toque ingenioso: el tomillo, que introduce no sólo más profundidad en los aspectos aromáticos sino cierto aire agreste, fenólico, herbal e incluso algo salado que crea un contraste interesante en el corazón del perfume. Esta nota no está trabajada para ser percibida con claridad sino para incrementar la fluidez del tema lo justo. Al final también encontramos una nota de cedro, esta vez, limpio y empolvado. Es el más casual de la colección y perfila con claridad el aroma del té verde.

Jasmin & Bergamote es, a nivel personal, mi favorito en la colección porque, pese a la delicadeza de sus matices -es como un agua fresca floral-, ofrece el encanto del jazmín clásico de perfil verde y afrutado con un toque especiado fino. Es un juego de transparencias donde domina el aspecto pétalo del jazmín, es decir, no hay elementos intoxicantes, indolados o animales sino que es la parte más floral, suave y untuosa del corazón del jazmín con matices verdes de té y melón lo que se trabaja. Incluso, hasta cierto punto, se encuentra una sugerencia tropical deliciosa en el corazón del perfume. Esa combinación de algo rico y suave a la vez es lo que resulta más atractivo en esta composición. En la base resalta de nuevo la faceta amaderada de cedro, que es algo común en los cuatro perfumes para inyectar sobriedad y elegancia a la colección. Esta vez es un cedro de corte clásico, seco y fresco a la vez pero con un toque cremoso de sándalo.

Magnolia & Mûre finalmente es el que necesita ser probado dos veces para apreciar su complejidad. A la hora de demostrar matices éste es el más sutil de todos, mientras que Vanille & Narcisse es el más directo. L´Occitane lo clasifica como un chipre frutal pero esto hay que ponerlo en clave de agua fresca con aire chyprée suave para entenderlo. El estilo así misterioso y relajado al mismo tiempo recuerda a Myrurgia Mujer EdT de Myrurgia que es un bonito chypre frutal con faceta de melocotón infusionada con nenúfar. En ambos el efecto musgo mitad empolvado, mitad salado no está realzado pero sí tiene la suficiente presencia como para sugerir el carácter cálido y abstracto necesario en el grupo de los perfumes chypre.

La nota de mora no sólo es realista sino incluso tridimensional y recuerda más a la variedad Lochness algo más terrosa y verde que a las dulces y explosivas moras silvestres. La esencia de magnolia añade un efecto de frescor acuoso y verde con un filo frutal y cremoso que aumenta el contraste de texturas. Y es que en La Colección de Grasse, Magnolia & Mûre es el que muestra una textura más elaborada conjugando notas jugosas aciduladas, la tersura de una rosa afrutada, la suavidad del melocotón aterciopelado y el aspecto hidratado de un cedro musgoso con toque de patchoulí.

Cada fragancia tiene una línea corporal completa y, aunque no la he probado toda, puedo decir que el jabón de Vanille & Narcisse es algo a considerar en las duchas invernales. Por último, un aspecto a destacar en la colección es que la personalidad de cada perfume acaba cuadrando bien con una estación concreta. El aromático té para el verano, el sutil chipre para el otoño, el rico oriental para invierno y el suave floral para la primavera. A quien le guste cuadrar estas sensaciones con el clima le recomiendo el kit de viaje con las cuatro fragancias.

coleccion Grasse

Rico jazmín fresco, etéreo jazmín dulce: Jasmal de Creed.

10 miércoles Jul 2013

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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ámbar gris, bergamota, gálbano, iris, jazmin, narciso, perfume


*Natalie Wood en West Side Story.

Algunas personas tienen muy claro cómo quieren que sea su perfume. Al menos ven la idea en su mente aunque no se sientan capaces a expresarlo con palabras. La experiencia me dice que ese convencimiento es lo que ayuda a encontrar realmente un perfume del que disfrutar mucho tiempo, aunque la búsqueda implique la desesperación de las consejeras ante tanta determinación y exigencia.

Si tuviera que elegir un perfume de jazmín para mí, sería Jasmal de Creed. Todos tenemos un olor que nos fascina hasta el punto de querer buscar el perfume de los perfumes que retrate el ámbar más fino,la rosa más rosa…pero lo cierto es que cada uno encontrará la respuesta a dicha búsqueda en un tipo de composición diferente. Así pues, como decía hace un momento, Jasmal representa en mi mente el jazmín entre jazmines. La imagen absoluta.

Pero tratemos de recrear el aroma de la flor del jazmín en abstracto. Podemos describirlo como algo claramente floral, dulce, indólico y animal. ¿Es así para todo el mundo como huele el jazmín? Claramente la respuesta es no, la experiencia media en las preferencias. Sobre todo las experiencias de la infancia.

Pensad un momento en cómo es para vosotros el jazmín. El perfecto jazmín. ¿Lo tenéis claro? Pensadlo bien. Dibujad ese jazmín en la mente. Cuantas más veces probéis el ejercicio, más detalles sobre vuestras preferencias descubriréis.

Como mis preferencias olfativas no suelen favorecer los soliflores y, menos aún, los de flores blancas, mi perfecto jazmín imaginario tiene que ser una composición muy redonda, algo que conjugue lo natural y lo abstracto; es decir, lo que me atrae es un perfume que realce ciertos aspectos naturales de la flor de forma palpable pero que a la vez permita pensar en perfume. Así que el jazmín ideal en mi mente es rico y cremoso, verde, frutal, fresco, un poco dorado y un poco oscuro. Jasmal lo representa a la perfección. Y, sin lugar a dudas, esta preferencia está condicionada por mi crianza ya que es un tipo de armonía que conocí en la infancia asociada a momentos bonitos.

Pero volvamos a la idea del jazmín en abstracto. A la hora de construir un perfume con un tema floral como protagonista se parte de un material en concreto que, por sus cualidades intrínsecas, permite explorar más unas tonalidades que otras. La idea al construir una composición floral es realzar los atributos olfativos que caracterizan la imagen mental -soñada, condicionada o formateada- que de la flor se tenga. En el caso de Jasmal, la clave está en dos variedades de jazmín: el de Italia para realzar profundos aspectos frutales y el de Marruecos para que los indoles no afloren a la superficie del perfume y permanezcan siempre en un área de penumbra. Jasmal explora los matices en capas profundas, quizás en ese aspecto retratara bien a Natalie Wood, pero también es una fotografía histórica de cómo se hacían los florales en aquel momento. Faceta el jazmín, igual que Diorissimo (1956) dibujó el muguet, como una mezcla de lozanía juvenil y madurez narcótica.

El perfume fue creado por James Henry Creed en 1959 para la actriz, con entonces 21 años, que ya había alcanzado fama gracias a Rebelde sin Causa, Centauros del Desierto o Los Jóvenes Caníbales y, un par de años después, sería María en West Side Story y Dennie en Esplendor en la Hierba.

Como perfume centrado en el jazmín, Jasmal destaca por poseer un aura intensa pero no pesada y por ser un ejercicio de armonía redondo. Siendo jazmín de la salida a la base, evoluciona con cierto dramatismo desde una salida profundamente verde y frutal a base de gálbano y bergamota -que hoy en día se interpretaría como un sabor retro- con reminiscencias de una Cologne clásica intensificada por la faceta más floral y refrescante de nerolí hasta una base ligeramente empolvada por un toque de iris y muy radiante gracias al ámbar gris que inyecta en el sillage calidez animalística.

Las notas evolucionan o, mejor dicho, progresan con tersura desde lo más fresco y verde a lo más dulce y oscuro, pero en el corazón ambas tonalidades se encuentran con lo dorado. Así tenemos un jazmín muy rico y cremoso, dorado, afrutado y dulce, con un fondo sombreado de carácter animal reforzado por el narciso que aporta no sólo algo verde a la plenitud del perfume sino también, de forma muy legible, un recuerdo de castóreo.

Hay quien percibe en Jasmal languidez, elegancia o sofisticación y hay quien no encuentra nada de eso. Personalmente creo que es un perfume chispeante, con la sutilidad de armonías y la sofisticación de matices de una bebida fina. Una flor de té desplegando sus pétalos en una copa de champagne ilustraría la idea. El jazmín puede dar ese efecto efervescente en un perfume y, a nivel personal, ese es otro plus a la hora de pensar en el jazmín ideal.

Iris de azúcar y madera: The Different Company Bois d´Iris.

17 lunes Jun 2013

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almizcle, cardomomo, cedro, geranio, iris, narciso, perfume, vetiver, ylang-ylang

bosquevioleta

Los criterios personales son …personales pero, realmente, existe un plus de calidad en ciertos perfumes. Algo que podemos llamar artisticidad porque recala en detalles y texturas, en la redondez de las notas y en el acabado global.

Además de la originalidad o del detallismo con que se explora un tema, hay un criterio de calidad muy importante a la hora de evaluar un perfume: la fluidez. Es decir, tener en cuenta si existen o no huecos dentro de la evolución, desde la salida a la base, que hagan perder identidad al perfume.

Mantener el carácter del perfume a lo largo de toda la evaporación es uno de los retos más complicados de salvar y que más determina el resultado final ya que es un factor dependiente de la complejidad estructural. Las creaciones vintage de calidad se formulaban con un número mayor de ingredientes, con mayor proporción de materiales naturales que aportan una riqueza de matices infinita mientras que los contemporáneos se formulan con otro grado de concentración, usando materiales más transparentes y basándose en bloques de olor más sencillos pero impactantes por lo que, en cierto modo, tienen menos riesgo y menos rotundidad. Son diferentes formas de crear, por tanto, diferentes acabados estéticos pero el problema de la fluidez permanece.

En un perfume monotemático -como es Bois d´Iris– esto puede ser más delicado. Por un lado hay que crear el perfume en torno al aroma del tema elegido , en este caso el iris . Por otro lado hay que hacerlo en grado tal que se mantenga cierta tensión, cierta visión especial que haga del perfume algo especial, no otro perfume más de iris.

El iris, que es una de las notas florales menos florales que hay, vivió cierta moda con la eclosión de la perfumería más independiente por la connotación de lujo y sofisticado refinamiento que hay tras su frescor penetrante y empolvado. Desde entonces muchas marcas tienen un perfume de iris, pero no siempre con iris sino como una ilusión de iris. En principio eso no es un problema pero, lo que es una virtud de la perfumería, esto es, crear ilusiones, también puede llegar a ser un pecado del mercado: explotar los lugares comunes.

Muchas recreaciones de iris se ciñen a lo empolvado y al recuerdo de violetas usando materiales dentro de la gama pero no necesariamente usando materias primas derivadas del rizoma de iris. Esto es saludable creatividad, siempre y cuando no se pretenda generar en la gente la expectativa de que el producto lleva una cantidad increíble de uno de los materiales más caros de la perfumería y más escasos. La paradoja viene cuando la gente prueba un perfume que realmente lleva iris y además explora sus facetas más austeras y crudas: ahí suele haber rechazo; más aún, difícilmente lo consideran un perfume de iris. Ocurre, ocurre de verdad. La magia de crear una ilusión de iris con otros materiales ha terminado por desplazar lo auténtico y conformar un estereotipo muy marcado.

Bois d´Iris en este contexto es un trabajo interesante porque es iris-iris sofisticado y, a la vez, asequible al gusto. Aún diría más, conjuga el carácter esencial del iris con una textura tersa y sedosa que transforma el iris en madera de fantasía.

Característico es en los perfumes de The Different Company que haya ese acabado terso y radiante tan atractivo y moderno envolviendo una idea clásica y a la vez singular. La casa apuesta más por la calidad del acabado que por las grandes innovaciones y, así, a fuerza de mantenerse fieles a sí mismos han terminado por ofrecer un catálogo de lo más jugoso para cualquier aficionado al perfume que de verdad quiera ese plus de calidad, de estética y fluidez que se supone debiera tener la perfumería nicho.

Bois d´Iris (2000) es un trabajo de Jean-Claude Ellena en torno a la variedad florentina de Iris pallida que es el iris más exquisito. El autor lo aborda desde una doble perspectiva: como materia y como evocación del aroma al que remite en la naturaleza: el sotobosque. Con frecuencia se describe el olor del iris como un aroma dulce y fino de violetas y, cierto que tiene ese aspecto, ambos pertenecen al mismo grupo de aromas de tierra húmeda y maderas, pero el iris también tiene otros aspectos más complejos relacionados con el musgo y el jengibre.

Usando ironas -que es un material muy caro- como ingrediente clave para asentar el perfil característico del iris florentino Bois d´Iris abre luminoso, especiado y con un recuerdo de caramelos de violetas escondido entre el efecto perlado de las notas húmedas y vegetales. Primero el perfume tiene cierta densidad envolvente y gourmand propia del cardomomo que complementa con una nota de bayas rojas azucaradas. Luego parece licuarse, volviéndose más floral y cremoso a la vez que empolvado gracias al ylang-ylang y, poco a poco, cobra protagonismo la combinación narciso-geranio que pone de relieve aspectos verdes, radiculares con una particular mezcla entre frescor y dulzor floral, hasta que finalmente el iris ya deja ver su típico perfil empolvado y amaderado, subrayado con cedro y almizcles blancos en la base.

Iris es lo que promete e iris es lo que obtienes. Frutal y terroso, azucarado y amaderado, vegetal y floral, especiado y sedoso. Por un lado suave y vaporoso, fluído y evanescente como una colonia; por otro, sólido y persistente. En definitiva, un retrato coherente con la propia naturaleza contradictoria del iris.

Dorado y lácteo jazmín: First de Van Cleef & Arpels

07 sábado Jul 2012

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aldehídos, civeta, jazmin, narciso, perfume, rosa

Jean Claude Ellena comenzaba su carrera en los 70 con dos perfumes de espríritu opuesto que hoy en día podríamos calificar de clásicos: el verde, rústico y aromático Eau de Campagne (1974) de Sisley donde se introducía la novedosa nota de hoja de tomate y First (1976) de Van Cleef & Arpels, donde usaba el Hedione al 20% lo que en aquella fecha era algo nuevo. Desde entonces los perfumes florales y aldehídico-florales han recurrido a este material para recrear una atmósfera refulgente atravesada de partículas doradas. Su dulzor floral entre jazmín y melocotón le permite una gran versatilidad, pero First supuso un ejemplo magistral del uso del Hedione.

First en Eau de Parfum es al jazmín lo que Gardenia Pétale a la gardenia, es decir, la recreación de una atmósfera de serena luminosidad en la que la flor se despliega con languidez e incluso las sombras están teñidas de oro. Pero al contrario que el perfume de gardenia que era clásico por su estilo depurado, este jazmín es clásico porque se aprovecha de la capacidad de abstracción que permite introducir en una composición el esquema aldehídico-floral para jugar con la fantasía y la contención. Los aldehídos aquí sólo difuminan lo justo esta rica composición para que las notas aún legibles no sean totalmente directas.

El jazmín retratado ha sido estudiado en cada una de sus facetas con una lente de aumento, hasta conseguir un efecto magnificente. First es como la música barroca con esa característica textura compuesta por una melodía superior y un bajo continuo acompañando. El Hedione, junto con absoluto de jazmín, el ylang-ylang y una rosa cristalina forman esa melodía dulce y radiante. La civeta aporta la faceta animalística y oscura reforzada por el narciso meloso y sólido, dan un aura cálida y fiera a la vez, representando el bajo continuo. Y para enriquecer la composición distintas y variadas notas entrelazadas llenan el espacio, a modo de armónicos:

-La floral mandarina y el extraño frescor especiado de la grosella negra en la salida crean un efecto frutal.
-El jacinto verde y meloso se encarga de introducir el contrapunto metálico.
-La tuberosa hace que el jazmín tenga una faceta más sólida y especiada.
-El melocotón es la excusa perfecta para dar a las flores con su cremosidad frutal y recuerdos de coco un aire de languidez tropical.
-La orquídea es una fantasía balsámica.
-El vetiver enriquece la base con un toque amaderado elegante reforzado por un acabado musgoso.

Toda esta profusión de notas van realzando y redondeando el carácter del jazmín, absoluto protagonista de First, hasta convertir el perfume en una rica leche floral. Pero esta misma profusión es una de las razones por las que después Jean Claude Ellena querría iniciar una búsqueda más personal de la perfumería, en la que la forma fuera algo esencial y se pudiera alcanzar con pocos ingredientes muy bien combinados- First tiene una larga fórmula-. Sin embargo, pese a estar lejos del estilo maduro del autor, el perfume ya apunta en cierto modo un deseo de gran armonía. First es como la música barroca sí, pero particularmente como la música de Jean Philippe Rameau cuya obra supuso la culminación de la ópera barroca francesa y el principio del camino hacia la armonía clásica mozartiana basada en la tonalidad.

Air pour Hébe et ses suivantes de la ópera Castor et Pollux interpretada por Veronique Gens es la pieza ideal para ejemplificar esta idea. Hebe, diosa la juventud en la mitología griega, servía el néctar en la mesa de los dioses.

Narcisse Noir de Caron

09 lunes Ene 2012

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castóreo, flor de naranjo, narciso, perfume


*Gloria Swanson

Perfume y pintura pueden tener principios en común. Un ejemplo está en el claroscuro, técnica pictórica basada en el contraste marcado de luces y sombras. El principio es sencillo: cuanto más puro sea el blanco aplicado a una zona, más cercana al negro se percibirá la oscuridad circundante. El claroscuro permite dramatizar las imágenes, alejando las creaciones del naturalismo. En perfumería muchas de las grandes composiciones clásicas tienen esa cualidad claroscurista, no pretendiendo crear la rosa más natural o el jazmín más vívido, sino queriendo añadir una dimensión de profundidad psicológica en el perfume. Algo que permita sentir más allá de un olor atractivo para crear una impresión distintiva. Ese efecto dramático implica contraste entre notas. Que en la base haya notas oscuras, realmente oscuras y, por tanto tintes animalísticos. Que en la salida haya notas luminosas, translúcidas. Que lo dulce contraste con lo amargo. Que algo sea ahumado y a la vez radiante…

Entre todas las notas florales de la perfumería, el narciso es de las más dramáticas. Posee algunos de los matices más indecentes que se quieran imaginar. Bajo su capa floral llena de frescor y acentos verdes que recuerdan al jacinto, está el típico carácter meloso de flor amarilla que conduce a un fondo oscuro, animalístico que raya en la vulgaridad. Ese fondo huele un poco como el castóreo con su olor de cuero y tinta, vagamente recuerda al heno seco y tiene matices de nuez y cacao que derivan en algo graso.

Creado por Ernest Daltroff -fundador de Perfumes Caron- Narcisse Noir (1911) recoge ese aspecto más límite del narciso y lo convierte en perfume. Entre un eco de incienso y una nota dulce de jazmín teje su velo. La oscuridad emana desde la base y se expande como una nebulosa por toda la composición, dando un aspecto de vaguedad, de lejanía y de profundidad al perfume.

Las grandes creaciones de Caron siempre se han caracterizado por sus bases: animalísticas con un fondo oscuro casi opaco, destacando las notas de la civeta y el almizcle. Pero entre las muchas capacidades que tenía Ernest Daltroff destacaba la de la sublimación. Todas esas notas que en sí mismas son groseras, logra refinarlas difuminándolas. Son los contornos imprecisos de esas notas más sucias las que sirven de apoyo para hacer graduaciones tonales específicas. Así el carácter claroscurista de Narcisse Noir hace que la base se perciba sólo como algo velado. Esa es su magia. El vetiver ahumado y el sándalo añadirán a la composición un toque suntuoso.

En contraste, la salida es translúcida. La bergamota y el limón son las notas más destacadas mientras el Petit Grain va a aportar matices verdes necesarios para enlazar con los valores intermedios: los acentos verde-musgosos, amargos y helados del junquillo, que junto a un jazmín algo empolvado ayudan a retratar mejor las facetas del narciso. Pero el ingrediente clave será la flor de naranjo que estalla con toda su plenitud indólica en el corazón del perfume. Narcisse Noir es narcótico, dulce y ahumado; con la flor de naranjo convertida en flor negra, velada y con el narciso sugerido por sus facetas: dramatizado mediante un claroscuro magistral.

Narcisse Noir es un perfume prototípico de la familia oriental-floral que a principios del s. XX estaba muy establecida. Fue un éxito, y está marcado por la leyenda de ser profusamente usado por Gloria Swanson en Sunset Boulevard (El Crepúsculo de los Dioses) . Película mítica. El Cine Negro clásico de Hollywood fue un género que unió lo mejor de las películas policíacas con la técnica expresionistas del cine alemán que estaba basada en el claroscuro. Los personajes femeninos de estas películas nunca eran suaves. Sus perfumes tampoco lo podían ser. Sin duda, Narcisse Noir exige una forma de llevar el perfume que ya no se estila: en concentración de extracto, y también exige una forma de estar precisa: con reserva, rotundidad y elegancia para que cree ese halo de intriga y enigma…de otro modo revela demasiado.

Quien admire el perfume de Caron pero no lo encuentre confortable aunque lo desearía, puede optar por probar Sweet Redemption by Kilian, que es una renovación del tema pero de personalidad más accesible porque las notas más osadas de la base han sido sustituídas por algo balsámico resinoso con un toque lechoso.

Perfumes en torno a la palabra amor: ¿indulgencia o moderación? (2ª parte): Love in White de Creed

14 lunes Feb 2011

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jazmin, magnolia, narciso, perfume

Crear algo que refleje pureza sin necesariamente recurrir a la idea de inocencia explícitamente no es tan sencillo. Más aún, crear un perfume que refleje esa pureza con intensidad, sin artificio ni doblez es aún menos sencillo. Además, técnicamente exige lograr cualidades de fluidez y transparencia sin perder complejidad ni profundidad, lo cual significa una estructura muy elaborada a base de trabajar con mucho detalle en el matiz de cada faceta del perfume.

Muchas fragancias en los últimos años han seguido la pauta de crear algo fresco y limpio, que se identifique con ideas de higiene y, por supuesto, de ligereza; para ello a menudo se opta por la ruta de la rosa transparente ligeramente afrutada, algo brillante y con una base llena de almizcles más o menos algodonosos. Muchas fragancias de este tipo-no todas, pero sí muchas- acaban mostrando una estructura no tan elaborada como se pudiera desear. Love in White (2006) de Creed ha sido denostado en algunas ocasiones argumentando que se parece a muchas de estas fragancias (nicho o no nicho) . Lo cierto es que a pesar de que el tema del frescor, la ligereza y la evocación del blanco son elementos en común en este grupo, Love in White tiene elementos singulares que revelan algo con más personalidad de lo que se pueda creer en un principio. Dicho esto, debo añadir que Love in White en la piel adecuada es una cosa maravillosa (perfectamente puede llevarlo un hombre) siendo uno de esos pocos perfumes que retrata una idea de sensualidad diversa, propia de una persona que sabe muy bien ser y estar, sin intentar más. Es algo que emana de la fragancia, no sólo es elegancia, también es rareza: las flores blancas aquí son brotes frescos delicados y aún así de aroma penetrante.

Pero crear algo que refleje pureza es también hacer un retrato del blanco como algo cristalino, radiante y etéreo, es decir, hay que lograr cierto efecto de desmaterialización que invoque la sensación de libertad y soltura que nos reportan las experiencias al aire libre. Este aspecto es a mi entender el más trabajado en esta fragancia, tanto a través del acorde marino como del bouquet de flores blancas y es lo que hace de Love in White algo realmente especial.

Desde la propia Casa de perfumes Creed se dijo en su momento que la idea principal de este perfume es reflejar la experiencia de sentir el aire y el elemento marino al unísono cuando se está navegando en alta mar. Ese golpe de agua y ese azote de viento tienen algo que te hace contener la respiración y sentir asombro por la naturaleza.

Realmente es una fragancia donde las notas marinas están muy bien trabajadas para crear no sólo un efecto de frescor profundo sino también cierto aspecto elegante y restringido propio del género de los perfumes chyprée pero sin recaer en el arquetipo. Las notas marinas no son del gusto de todo el mundo. A mí personalmente me gustan mucho, pero no siempre encuentro que estén bien elaboradas: con frecuencia parece que se usan como un ingrediente que añadir a la mezcla sin pulir…Love in White junto con Lys Mediterranee son las fragancias en las que yo encuentro un acorde marino muy eleborado y refinado, con la capacidad de recrear la sensación centelleante y atmosférica del paisaje.

El acorde floral que se despliega en el corazón de la fragancia es frío, cremoso y delicado a la vez. Hay rosa búlgara muy suave, y una nota aérea de jazmín que arrastra un efecto ambarado que a mí particularmente me recuerda a la flor de champaca-impresión muy personal-, pero en conjunto hay bastantes notas verdes muy matizadas, y muy refinadas en las que el narciso y el jacinto tienen mucho que decir. Cierta cualidad de los capullos y los brotes está reflejada, es algo sugerido casi, una especie de «algo» mantecoso-vegetal que acaba hacia la base en un matiz herbáceo allí reforzado por la nota de corteza de arroz. Pero sin duda, la parte más brillante para mí es la nota de magnolia unida al iris, es lo que más contribuye a ese efecto glacée tan peculiar en este perfume.

La base es una mezcla cremosa de suave almizcle vainillado y sándalo dónde el efecto más orientalizante de estos ingredientes se balancea con el oscuro, salado y elusivo ambargris para mantener el tono moderado.

Pero… ¿Cómo saber si realmente la fragancia funciona o no en la propia piel o en la piel de otros? Hay una sensación -más aún del huele divino– infalible que delata la afinidad: cuando la fragancia envuelve y a la vez se separa de la piel.

1ª parte dedicada a Love-Don´t be shy by Kilian

Le Chèvrefeuille de Annick Goutal

21 domingo Jun 2009

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madreselva, narciso, perfume, Vainilla

Chevrefeuille1 Le Chèvrefeuille: La madreselva es una especie de arbusto trepador del género Lonicera muy cultivada en jardines, aunque también crece de forma silvestre. Existen más de 180 especies…a la hora de describir el olor de esta flor tenemos el problema de que cada especie tiene unas u otras notas más acentuadas.
Por ejemplo, la variedad L. periclymenum tiene un olor que recuerda al lirio con matices de vainilla, mientras que la L. caprifolium (que florece ahora en junio) tiene notas de miel bastante acentuadas y de forma general recuerda más al jazmín.
Pero en perfumería existe otro problema añadido con la madreselva, es una de las flores mudas: flores de olor delicioso de las que no se puede obtener un aceite esencial o un concreto porque son muy delicadas y se destruyen en el proceso, o porque hacerlo cuesta una cantidad muy alta de dinero y no se logra un producto realmente competente. Sea como fuere para flores mudas ( gardenia, lilas, lirio de los valles, magnolia,clavel, etc) lo que se hace es reconstruir su olor con otros ingredientes.
La madreselva de Annick Goutal (Isabel Doyen-Camille Goutal 2002) es una recreación con matices más rosáceos y efervescente; no se busca un retrato mimético sino la evocación de su aroma dibujando con grandes trazos el perfil característico de la flor de madreselva: difuso, radiante, fresco y dulce. Y como todas las fragancias de la casa Annick Goutal la inspiración nace con emociones, recuerdos, cosas amadas…en este caso del recuerdo de Camille Goutal cuando era niña y jugaba con sus primas en el jardín de la casa familiar a tejer coronas con esta flor y ser princesas; es fácil comprender entonces que lo que realmente define a esta bella fragancia es la transparencia y la sutilidad de su suave olor.

La salida tiene una deliciosa nota efervescente y alimonada gracias al Petit Grain de limonero ( aceite esencial que se extrae de la hojas y las ramas del limonero y cuyo olor recuerda ligeramente al fruto pero que está a medio camino entre lo herbáceo y lo frutal) junto a un efecto de uva moscatel que le da un tono ligeramente rosáceo y fresco, tono que se mantiene en el acorde central como otra faceta más, junto con las notas de lirio de los valles, el olor verde y delicado del narciso y una pizca de jazmín; pero además de las notas más florales, hay un toque de miel y algo de vainilla ¿suena demasiado dulce? quizás pero más que dar dulzor lo que hacen es crear un contrapunto de calidez para matizar.
Algo que me gustaría resaltar de las composiciones de Annick Goutal es que en su esmero por cuidar el aspecto artesanal de la fabricación del perfume, resaltan siempre la materia prima: de un modo u otro ese concepto está ahí. En este caso tenemos no sólo la recreación del aroma de una flor misma aislada, sino también las notas verdes y herbáceas que aportan los tallos de las flores- porque en la naturaleza las flores son sostenidas por tallos-y porque en perfumería cualquier material que tenga olor -sean raíces, tallos, ramas, etc- puede ser empleado, no sólo la flor. Así que todo está realmente cuidado hasta el mínimo detalle pero con tanto esmero que nunca es evidente al primer golpe de vista.

Personalmente encuentro algo mágico en Le Chèvrefeuille: su capacidad para evocar la sensación de aire fresco y libertad de un modo tan pausado y sereno que hace sonreir.

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