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caramelo, castóreo, cereza, chocolate, etil vainillina, haba tonka, iris, opopanax, perfume, Vainilla
Shalimar es la culminación de un proceso y el inicio de otro momento en la perfumería moderna. Caracteriza de forma sublime el olor del ámbar gris y cristaliza un modo de componer acordes ámbar hasta el punto de ser el modelo en el que se siguen inspirando tantos perfumes.
Creado en 1925, aún refleja el modo de hacer de la perfumería del s. XIX con áreas pungentes que delatan ingredientes sintéticos muy potentes como la etil-vainillina o la cumarina envueltas en tinturas naturales. En aquel momento era norma usarlas, pero en Shalimar todo fue más allá.
Así pues, centrémonos en el aspecto clave del tema ¿qué es una tintura? Una técnica tradicional para extraer la esencia de las plantas y otras materias orgánicas mediante maceración alcohólica. Una técnica importante porque el alcohol es un buen disolvente y esto permite revelar cualidades y matices muy finos que de otro modo no se apreciarían. Esta cualidad de la tintura proporciona redondez y gran calidad al perfume en un sentido global y rodea de naturalidad las notas más potentes y planas de origen sintético. Las tinturas contribuyen al dinamismo y la fluidez del tema -algo esencial para que un perfume tenga carácter- y, actualmente, pocas firmas de perfumería siguen usándolas. Requieren de la vieja maestría para saber dejarlas madurar hasta el punto preciso y mantener siempre el estocaje a punto…Entre esas pocas firmas está Guerlain.
Ode à la Vanille es una colección de variaciones en torno al perfume Shalimar que en los últimos años Guerlain ha ido ofreciendo como serie de edición limitada. Cada edición se ha dedicado a explorar un tipo de vainilla diferente.
En estas nuevas interpretaciones del clásico oriental, la tintura de vainilla no sólo es un modo de dar más naturalidad al acorde ambreína de base sino que se convierte en protagonista del perfume, logrando productos de una suavidad maravillosa. La primera versión en 2010 dio nombre a la serie y combinaba tintura de vainilla Madagascar con vainilla Mayotte, realzando la faceta especiada. La segunda edición en 2012 fue Sur la Route de Madagascar y tenía un carácter más oscuro y amaderado.
Ode à la Vanille Sur la Route du Mexique (2013) es la última -hasta hoy- y, en mi opinión, la más especial. ¿Por qué afirmo tal cosa si las tres versiones son buenas? Porque nos ofrecen una rareza.
Pese a que la vainilla es originaria de México, hoy en día la vainilla mexicana es otra variedad más y, desgraciadamente, la menos usada en perfumería. Tanto es así, que la producción totalmente artesanal de esta materia prima que se desarrolla en las regiones de Puebla y Veracruz peligra. Así pues, el mero hecho de que se nos ofrezca un perfume con vainilla mexicana es ya una buena razón para prestar atención. Si además lo hace Guerlain, cuyos perfumes siempre han destacado por el tratamiento de las notas vainilladas, esto significa un plus de calidad.
La otra razón por la que digo que es una especialidad es por el propio carácter de la materia prima. La vainilla de México es más suave y más fresca, con una cualidad afrutada casi vinosa que la hace única. No es nada común encontrar esta nota de vainilla en un perfume ya que la variedad más usada hoy en día es la que se cultiva en Madagascar: la vainilla Bourbon, que tiene un tono más coriáceo y concentrado.
Thierry Wasser ha trabajado con la tintura de vainilla de México para ofrecer lo mejor de ella: su faceta afrutada entre ciruela pasa y cereza madura con dulzor de confitura. Junto a esto pone también de relieve otros matices clásicos de la vaina de vainilla como el recuerdo a chocolate, a caramelo, el tono balsámico y el ese matiz entre almendras amargas y heliotropo. Además, los aspectos más animalísticos de Shalimar están rebajados: no se percibe la pungente faceta de cuero especiado a la canela ni el tono feroz de la civeta sino sólo un refinado matiz de fondo almizclado-coriáceo al que contribuye el castóreo.
Sigue la senda clásica del perfume oriental cálido y empolvado pero ahora es un perfume de piel. Más etéreo e intimista. Subsumido por el espíritu tranquilo del incienso y otros bálsamos suaves.
No renuncia a la impronta poderosa de Shalimar, y quien lo lleva reconoce el perfume como tal oriental, pero ese efecto matizado, más fluído y afrutado del ámbar lo acerca un poco a L´Heure Bleue. Se podría decir que es como algo antiguo y, sin embargo, atemporal…algo muy bello.
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