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En verano parece que nos limitamos a elegir el mismo tipo de fragancias: frescas, cítricas, más o menos herbáceas y, por supuesto fragancias de flores blancas llenas de acentos tropicales, pero…Un oriental suave para el verano, ¿por qué no? Acaso no es una estación especialmente favorable para el ensueño, para que la vitalidad se vuelva exuberante. Así que un oriental discreto, cercano a la piel, puede ser una opción. Y en ocasiones una gran opción, especialmente en aquellos casos en que la composición tiene facetas cremosas y lechosas cálidas, que envuelven la piel como una crema suntuosa. Algo lleno de quietud y al mismo tiempo vibrante…, algo así.

L´Artisan Parfumeur hace bonitos perfumes, muy bonitos- especialmente apetecibles en verano-, pero a veces muy sencillos. Dentro de esa estética que proponen de encapsular algo fugaz, como un recuerdo, a menudo eligen el camino de las composiciones breves pero no del todo directas. Esto puede que en una primera impresión resulte poco impactante. Sin embargo, sus perfumes luego quedan en la memoria flotando en forma de agradable sensación, invitándote a darles una segunda oportunidad. ¿Por qué? Unas veces porque crean algo raro, otras porque evocan un olor muy apacible y otras, como es el caso de las composiciones de Olivia Giacobetti, porque el aroma de las sustancias parece estar retratando a través de una gran lente de aumento, dejando patente alguna singularidad del material que se pueda ligar a la impresión olfativa que crea al natural la sustancia. Dicho de otro modo, trabaja la cualidad de la vibración en el perfume, y eso es algo complicado.

Debo decir que, aún comprendiendo la estética de esta perfumista, no todos los trabajos de O. Giacobetti me convencen, pero Safran Troublant, sí. La principal razón quizás sea personal: en este perfume están reunidas algunas de las notas menos apetecibles para mí (vainilla y azafrán…lo sé, lo sé increíble pero cierto); en un género, el oriental, que yo uso poco y, con todo, la fragancia me fascina. Me parece que captura los sentidos, voluptuosamente y sin escándalo: esa es una peculiaridad.

Safran Troublant desprende una luz opalescente y dorada. Comienza con notas especiadas ( tipo nuez moscada-clavo, jengibre, cardomomo y azafrán) cálidas y dulces que recuerdan al té que se desayuna en la India hecho con Garam Masala y leche, muy reconfortante. El aspecto cálido-lechoso de este té es lo que acompaña al corazón de la fragancia tras la primera impresión de la salida. En el corazón notas de rosa discretas acompañan al protagonista: el azafrán, delicado e intenso a la vez, la nota de azafrán es cálida, no tan medicinal como la especia,y acaba fundiéndose en la piel creando una sensación táctil cercana al ante, pero más densa ya que en el fondo está el tono azucarado de la vainilla y la cremosidad lechosa del sándalo. Al final, lo que tenemos es una fragancia de vainilla confortable y en verdad sensual. Siempre se dice que la vainilla es algo muy sensual, bueno en este caso realmente lo es.

Safran Troublant, se lanzó en 2002 en una colección llamada Les Épices de la Passion, centrada en notas especiadas e inspiradas en recetas tradicionales. El éxito hizo que entraran a formar parte de la colección permanente de L´Artisan Parfumeur. El resto de la colección estaba formado por Piment Brûlant y Poivre Piquant.