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Olibanum: cuaderno de perfumes

Olibanum: cuaderno de perfumes

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Flor de lis…Iris Le Galion

27 jueves Oct 2016

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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ambreta, azucena- lirio blanco, bergamota, cedro, iris, mimosa, perfume

perfil

Hoy por hoy la gente reconoce más fácilmente como buen perfume de iris aquel que explora las facetas más radiculares y gourmands o aquel que ofrece un característico acabado empolvado de tono cosmético. De hecho, tales perfumes no sólo se tiende a reconocerlos mejor sino que también se los acepta mejor, frente a aquellos iris casi evanescentes que se interpretan como algo muy suave, casi insustancial. ¿Será paradójico que en medio de un panorama cultural bastante superficial y monótono, fruto de la globalización entre otras cosas, haya tanta afición a los olores radiculares?

Pero el iris más refinado, aquel que brota en algunos clásicos, procede de la variedad Iris pallida cultivada en Florencia y su carácter dista mucho de ser sólo radicular o cosmético. Es tan fino y sutil en olor como complejo en matices, pero sobre todo es difícil de sostener su nota en un perfume. Este iris, empolvado y con declinación almizclada encierra deliciosos y suaves recuerdos florales verdes de mimosa y violeta fresca.

Tal iris de suprema calidad ya es muy raro encontrarlo en perfumes, de hecho cualquier derivado natural de iris en alta dosis porque es un material muy caro que se usa muy poco y en muy baja concentración. Pero se reconstruye y se trabaja su perfil emparejándolo con rosa metálica como en Calandre de Paco Rabanne, con jazmín luminoso y fresca bergamota en Iris Prima de Penhaligon´s o con flor de naranjo como en Iris Nobile Sublime de Acqua di Parma, pronunciando su faceta verde con el áspero jacinto como en Bas de Soie de Serge Lutens o apoyando la nota sobre cedro pero intensificando su carácter floral evanescente gracias al ylang-ylang como en Impossible Iris de Ramón Monegal. En cualquiera de estas composiciones tenemos un elegante iris de raigambre clásica y el atractivo más específico de otra flor.

Otro enfoque del iris de corte tradicional pasa por el tamiz del almizcle partiendo del Nº5 y su complejo acorde empolvado basado en vainilla, aldehidos e ylang-ylang. Clair de Musc de Serge Lutens recoge esa idea potenciando es el aspecto almizclado pero manteniendo ese toque seco y fresco del iris. Los almizcles blancos sintéticos y la ambreta de origen vegetal, careciendo de la pulsión animalística, tienen aún un tono atrayente por la conexión que existe entre las notas lactónicas-afrutadas y el olor de la piel. Sugerencias sublimadas que el cerebro procesa como atractivas. Este otro modo de acentuar el iris suele ser bien aceptado porque se asocia con ideas como tradición,frescura y relax. Desde el sencillo Blue Iris & Musc de L´Occitane al maravilloso Hiris de Hermès que logra ofrecer recónditos matices del iris bajo un prisma fresco y floral lleno de ternura gracias a la ambreta.

En esta línea Iris Le Galion, con fórmula original de 1937 actualizada por Thomas Fontaine -quien también trabajó en las nuevas fórmulas de Lubin y de Jean Patou- preserva muy bien en su perfil de iris florentino el sutil tono floral y lo conjuga con notas secas pero ligeras de cedro que dan un acabado más estructurado. Añade un efecto fresco, cremoso y solar muy del gusto actual gracias a una importante nota de azucena o lirio blanco y lo contextualiza todo en el marco elegante del contraste entre notas frescas de cualidad cítrica, especialmente de bergamota, y la delicadeza ambarada de la ambreta. Muy al estilo Hiris. De hecho, una primera lectura del perfume puede hacer pensar que ambos son gemelos. Lo cierto es que teniendo uno seguramente no necesites el otro porque el patrón es muy similar, pero los matices los diferencian bastante.

Iris Le Galion es luminoso hasta el punto de proyectar una sensación solar. Es la mimosa con su salida de almendras y sus matices verdes acuáticos lo que refuerza esta impresión al inicio del perfume, luego será la azucena así fresca, dulce y cremosa la que continue ese capítulo de la historia. Esta faceta floral-solar con mimosa y azucena está en la línea de Eau de Charlotte. Pero este Iris es una narración muy estilizada y estilosa así que contrapone al lirio blanco una parte más clásica de fondo seco- amaderado junto con un ligero verdor vegetal típico del iris y el susurro de las violetas. Es tan sutil y equilibrado al dibujar sus facetas como al unir clasicismo y tendencia que parece seguir la línea de los perfumes Chanel: siempre fieles a su estética pero siempre mostrando alguna característica del momento en que se crean, así llegan a ser atemporales.

La pregunta que cabe hacerse es si en Iris Le Galion se aunan estilos sólo para actualizar el perfume o para que el rigor a la europea que respira en el fondo (notas verdes y secas) cubierto con un velo de dulzor y calidez (lirio blanco, almizcles blancos) tan del gusto americano haga el perfume más atractivo a más gente pese a ser un producto de etiqueta niche. O si tras dichas flores cabe una lectura simbólica. Desconozco la intención, como también desconozco el original Iris creado por Paul Vacher. Sólo puedo aventurarme. Pero aunque flores blancas e iris son un emparejamiento clásico, iris y azucena juntos remiten a la flor de lis. Y la flor de lis, desde la Antigüedad, ha sido un motivo decorativo asociado a las élites: desde asirios y egipcios a romanos y cruzados. Como símbolo mayestático, coronando cetros reales o como estandarte de los florentinos en la primera Cruzada y, más tarde, ya con una carga heráldica, como símbolo de los monarcas franceses.

La flor de lis es para la mayoría de los estudiosos una flor estilizada, lo que no se sabe con certeza es qué flor representa desde la Antigüedad y si siempre es la misma, en cada época y cultura… ¿Una azucena, un loto, un iris, retama…? En Francia, la palabra iris comienza a usarse para designar a una flor hacia el s.XIII. Previamente con dicha palabra se designaba al ópalo noble por su capacidad para descomponer la luz en el espectro; la piedra era realmente apreciada entre la nobleza por esa cualidad iridiscente. Las flores que recibieron tal nombre crecían de forma silvestre en distintos colores (amarillo, violeta o azul pálido) recordando al arco iris, de ahí el nombre. Así pues, cuando Luis VII y su hijo Felipe II adoptan la flor de lis en su escudo, la flor del iris comienza a recibir un nombre propio y se diferencia semánticamente del lirio. Paradójicamente una de las teorías que se manejan es que lis sería el plural de lil, antiguo vocablo descendiente del latín lilium (lirio). En todo caso, la flor de lis puede conectar toda una red de símbolos.

Más allá del perfume, leer intencionalidad en la unión del iris y el lirio quizás sea ir demasiado lejos. Aunque yo no he dejado volar demasiado lejos mi imaginación porque la flor de lis es todo un símbolo del imaginario colectivo. Si leemos la web de la firma con detenimiento vemos como las reminiscencias aristocráticas son usadas para reforzar un aura de prestigio: la creación de Le Galion en 1930 fue iniciativa de un descendiente de la Casa Murat, familia noble creada por Napoleón I para favorecer a su cuñado Joaquín Murat. Cinco años después fue vendida a Paul Vacher -el célebre autor de Miss Dior y Arpège– quien con el icónico Sortilège conseguiría un gran éxito en Estados Unidos. En la década de los 80´s la firma fue vendida a un gigante americano y el nombre de perfumes Le Galion fue diluyéndose hasta que alguien decidió revivir la marca. Entre los últimos perfumes comercializados por Le Galion hay un jugo llamado Sang Bleu y otro bautizado Sovereign en honor al Príncipe Murat. ¿Qué más se puede decir? Bueno, quizás recordar que los perfumes suaves también pueden ser sustanciosos.

Bajo el hechizo de los lirios.

12 viernes Sep 2014

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azucena- lirio blanco, perfume

madonnaL
* Madonna Lily foto tomada en mayo de 2008 en el Eden Project (Cornualles) por Stuart Richards, via Flickr , algunos derechos reservados bajo licencia CC BY-ND 2.0

Me hundiré en la tiniebla divina, en un silencio mudo y en una unión inefable, y en ese hundimiento se perderá toda igualdad y toda desigualdad, y en ese abismo mi espíritu se perderá a sí mismo, y ya no conocerá lo igual o lo desigual, ni ninguna otra cosa: y se olvidarán todas las diferencias,, estará en el fundamento simple, en el desierto silencioso donde nunca ha existido la diversidad, en la intimidad donde nadie se encuentra en su propio sitio. Caeré en la divinidad silenciosa y deshabitada donde no hay obra ni imagen.

Hace frío en el scriptorium, me duele el pulgar. Dejo este texto, no sé para quién, este texto, que yo no sé de qué habla: stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus. Cita de «El nombre de la rosa» (1980) de Umberto Eco.

Lo que todos entendemos. Lo que todos entendemos suele ser fruto de las tradiciones más enraizadas, a veces, de tradiciones muy primitivas cuyos valores originales se nos escapan cuando intentamos estudiarlas en detalle y lo que dejamos de ver cuando se pierde una cultura y sólo quedan de ella vestigios desmembrados que hay que recomponer con paciencia. Pero es curioso como algunos símbolos prevalecen a lo largo de los siglos, a veces, con sólo pequeños cambios de matiz, otras revistiéndose de nuevos valores.

laliquetiara-mucha
*Sarah Bernhardt con la tiara de lirios perlados de Lalique que Alphonse Mucha le diseñó para interpretar a Melissande en La Princesse Lountaine (1895).

El lirio tiene una larga historia como símbolo de belleza, pureza, majestad. No cabe duda de que el suntuoso perfume de la flor, con sus pétalos suaves, ultra blancos y el porte mayestático de la planta en estado silvestre atrajeron al hombre tanto como para intentar domesticarla.

Esas mismas características han seguido siendo fuente de alabanza de la flor. Cesare Ripa, empapado del pensamiento neoplatónico de su época, en la entrada dedicada a la alegoría de la Belleza de su obra Iconología (1593) justifica que el lirio sea atributo de la Belleza con las siguientes palabras:

(…)Igual que el lirio, por la intensidad de su aroma, mueve los sentidos y el espíritu rinde, así también y del mismo modo mueve los ánimos la belleza, llevándolos a amar y a desear (para alcanzar la propia perfección) el goce de aquellas cosas que por su mucha hermosura nos parecen dignas de consideración y aprecio.

(…)Los lirios son antiguo jeroglífico de la belleza, según nos dice Piero Valeriano, quizás porque sólo esta, entre las restantes flores, posee aquellas tres nobles cualidades que halló una dama florentina en cierta estatua tallada por un escultor poco experto. Pues habiéndosele solicitado que juzgase sobre la calidad de la estatua, ella, con gran agudeza, al ver la belleza de la dama que había servido de modelo y la torpeza de la obra, no dijo sino que era blanca, mórbida y dura, por ser estas las cualidades del mármol en que estaba tallada, propias de una mujer bella, relatándonos este suceso Giorgio Vasari. Pues bien, estas tres cualidades son las que en particular posee el lirio entre las restantes flores.

spring fresco
*Fresco de la Primavera, Habitación Delta 2 en el complejo Xeste 3 de Akrotiri, Tera (Santorini) via Tumblr.

Intuiciones simbólicas. Frente al Paleolítico, las culturas neolíticas se caracterizaron por una mayor conciencia de la división entre el tiempo y el espacio, entre el hombre y los animales. A medida que la agricultura se desarrollaba su relación con la naturaleza cambiaba, distanciándose cada vez más de los viejos modos del hombre-cazador. La naturaleza se sobrenaturalizó y comenzó a verse como una especie de mundo paralelo; en ese contexto toman cuerpo las intuiciones simbólicas espacio-tiempo, tierra-cielo de las comunidades anteriores, con ritos más estructurados en torno a temas como la regeneración de la vida y la fertilidad de la tierra, donde animales y plantas tienen un papel preponderante.

Las plantas se van haciendo cada vez más útiles para las comunidades: unas nutren, otras curan. Estas últimas, usadas por los médicos-chamanes de la tribu para sanar al individuo en cuerpo y espíritu, adquieren valor ceremonial y a menudo, son adoptadas como símbolos relacionados con el poder y la prosperidad.

En cada región crecían de forma silvestre plantas que el hombre aprendía primero a usar y que después intentaba cultivar. Las antiguas culturas del Mediterráneo oriental tenían una rica farmacopea que incluía con mucha probabilidad al azafrán, al mirto, la hiedra, el pino…y quizás al lirio, cuyos pétalos contienen alcaloides.

Si bien tenemos que esperar hasta los ss. V-IV a. de C. para que el Corpus Hipocrático confirme el uso médico que tuvo el lirio en la Antiguëdad, cuyo aceite formaba parte de varios ungüentos, sabemos por los frescos y los restos cerámicos que en las antiguas culturas egeas, especialmente la minoica, la flor estaba asociada a las ceremonias matrimoniales, ritos de preparación, celebraciones en torno a la regeneración de la naturaleza y al poder de las élites sociales.

perfume de lirios-Egipto
*Relieve Lirinon E11162, sala 30 Louvre. Tumba de Païrkep, Menfis (595-589 a. C.) XXVI Dinastía. Escenifica la segunda presión y refinamiento del perfume.

Un lirio auténtico. De las 600 especies que engloba la familia de las Liliaceae, unas 30 pertenecen al género Lilium, aunque los problemas de clasificación han sido siempre un quebradero de cabeza. Muchas de las especies que existen son híbridos, no auténticos lirios. Y los nombres de las flores no siempre son representativos del género: existen flores que siendo auténticos Lilium no se designan como tales, igual que existen flores llamadas lirios que pertenecen a otra familia. Este problema en la Antiguëdad era aún más nebuloso, ninguna prueba de ADN podía aclarar las dudas sobre la filiación de una planta. Otro problema añadido al rastrear en la Historia Antigua es que las lenguas primitivas no tenían vocabularios tan amplios como las modernas, con una misma palabra o expresión se podía denominar a un grupo de cosas parecidas. Así, un grupo de flores con relevancia para una comunidad podían nombrarse con la misma palabra, máxime si estas flores eran silvestres; las plantas que comenzaban a cultivarse, recibían más atención de los hombres y eso hacía más probable que recibieran un nombre propio. En el caso del lirio blanco o azucena (Lilium candidum) -indígena del suroeste de Anatolia-, que era el lirio más extendido y mejor conocido en la Antigüedad, se cree que la domesticación de la especie tuvo lugar durante el minoico tardío, siendo probablemente el lirio cultivado más antiguo en el área de Europa.

Veamos un ejemplo de lo confuso y ambiguo que puede ser el tema del lenguaje. En el Antiguo Egipto el nenúfar del Nilo y otras flores apreciadas como el lirio se designaban con un mismo jeroglífico leído como seshen (S/SH/N).

Las antiguas lenguas semíticas tenían vocablos parecidos -ej: sosanna (hebreo), sosanta (arameo)- que también describían diferentes flores, entre ellas el lirio blanco. El griego helenísitco adaptó el término y pasó a llamar al lirio sûson, de donde derivaba el nombre de un ungüento famoso nombrado por Dioscórides en De materia medica: el susinom.

La historia de la palabra continua por un bello derrotero, dando lugar a dos nombres de mujer. Por un lado, las lenguas semíticas comienzan a usar la palabra como el nombre de mujer que en la Biblia Vulgata será traducido como Susana. Por otro, as-susanah designaba a muchas flores en Al-Andalus y la palabra en castellano se convirtió en Azucena.

Vestigios. Los Relieves Lirinom del Louvre -hay dos con el mismo nombre pertenecientes a la tumba de Païrkep en Menfis- ofrecen otra buena muestra de hasta dónde pueden llegar a interpretarse las cosas y lo poco veraz que es hacer una afirmación categórica en este campo. Estos relieves son famosos porque ilustran el proceso de fabricación de un perfume: la recolección de las flores, la extracción de la esencia retorciendo las flores en un paño, la mezcla de ingredientes y su reposo, hasta la presentación del perfume que es un símbolo de renacimiento. Los jeroglíficos detallan cada paso y las escenas se acompañan del signo seshen que por unos ha sido interpretado como nenúfar, por otros como lirio mientras la gran egiptóloga Ch. Desroches-Noblecourt habla de una flor de plátano silvestre natural de Etiopía. ¿Qué flor se representa realmente?

Por eso es difícil estudiar con una perspectiva histórica esta flor. Los datos disponibles a menudo son sólo las inferencias que los antiguos frescos y grabados permiten hacer, con el margen de interpretación que eso supone. Además, en el caso del arte minoico, a menudo las representaciones tienden a recrear un lirio fantástico con valor simbólico más que un esquema de corte analítico. Así, en El Fresco de la Primavera de Akrotiri encontramos una representación híbrida de los dos tipos de lirios que mejor conocían las culturas egeas: el Lilium candidum (blanco) y el Lilium chalcedonicum (rojo y con pétalos recogidos hacia atrás). El fresco, según interpretación de Marinatos aportaba el fondo a una habitación donde tenían lugar ceremonias relacionadas con la cosecha y la regeneración de la naturaleza, de ahí la presencia de dos signos de la llegada de la primavera: golondrinas y lirios.

No es hasta la Grecia clásica que aparece el lirio citado en una fuente literaria. Los alfabetos egeos, especialmente el Lineal B, no recogen un término que designe esta flor ni tan siquiera en las tablillas dedicadas a la industria del perfume, pese a lo preciada que era por su olor y por ser remedio contra las picaduras de serpiente.

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*Ilustración de Lilium chalcedonicum & Lilium album en Hortus Eytettensis, vol 1(1620) por Basilius Bessler, via plantillustrations.

Apreciado por su perfume y virtudes terapéuticas en la cultura griega más primitiva, durante el período helenístico y, especialmente, en época romana, la flor va adquiriendo un valor cada vez más sublime, asociado a la gloria y al matrimonio. Así, las novias solían acceder coronadas de lirios entretejidos a la ceremonia de matrimonio.

Durante la Edad Media el lirio es flor de advocación mariana, simbolizando el alma y la castidad. Una prueba más de la importancia que esta flor tenía por su valor simbólico nos la da la orden imperial Capitulare de villis de Carlomagno, en la que el emperador enumera un total de 73 plantas que deben de ser plantadas en los jardines de sus palacios imperiales. En la lista apenas aparecen cultivos ornamentales, la mayoría de plantas tenían un uso medicinal pero el lirio-azucena está listado en segundo lugar, por detrás del lirio-iris.

El valor cultural y los perfumes de lirios. Lo que se puede apreciar a lo largo de la Historia es que un poso simbólico permanece a través de siglos y culturas como un legado colectivo. Hoy en día, ese poso también forma parte de la imagen que se maneja en perfumería para retratar el hechizante perfume del lirio.

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*Sun Women (1901) de Raphael Kirchner. El pintor no ilustró lirios auténticos.

El perfil característitco de esta flor es un olor verde, especiado y floral con matices cerosos, dulces y marinos. Denso, con rincones animalísticos y, a la vez, fresco con elementos que conjuran una atmósfera húmeda. Paradójicamente también presenta un carácter solar que algunos perfumes como Vanilla Galante de Hermès o Lys Soleia de Guerlain han explorado.

La asociación con la inocencia y castidad ha prevalecido en perfumería: el lirio es una flor muy idealizada, estilizada casi hasta el punto de parecer más una fórmula sofisticada que una creación inspirada en la naturaleza. En esta imagen ideal, la azucena se compone de notas verdes muy frescas, algo jabonosas y empolvadas que están más cercanas al retrato del lirio de los valles que al especiado y poderoso olor del lirio blanco. La estructura a base de salicilatos, almizcle y moléculas de muguet presentes en el clásico Anaïs Anaïs de Cacharel ha servido de modelo durante décadas.

Sin embargo, los soliflores dedicados al lirio blanco son más bien escasos; esta nota floral a menudo forma parte de un bouquet para dar una sensación verde-fresca-floral aérea que simplifica aún más su retrato. Pero la azucena en la naturaleza está lejos de ser delicada, es una flor de olor potente y narcótico, de carácter más frío, suntuoso y especiado que otras flores blancas y con un toque de suavidad insperado que le da cierto componente avainillado.

Existen algunos ingredientes derivados de la flor pero son poco usados, por ejemplo en Louanges Profanes de Parfumerie Generale se emplea infusión de lirio. Pero lo más frecuente es reconstruir la nota, a menudo a base de salicilatos (tono verde y efecto empolvado), eugenol/isoeugenol (nota de clavo), un toque de indol (densidad dulce floral) y vainilla o vainillina para suavizar. Esto es lo básico.

Algunos ejemplos de perfumes que conjuran su olor de forma diferente pero sin centrarse únicamente en esta flor podrían ser: Grand Amour de Annick Goutal, Eau de Charlotte de Annick Goutal, Dune de Dior, L´Eau d´Issey de Issey Miyake, Narcotic Venus de Nassomatto o Modern Muse de Estee Lauder.

Pese a los pocos perfumes que toman esta flor como modelo absoluto, los que hay están llenos de encanto. Uno de los más preciados por su intento naturalista pero ya retirado fue Lily & Spice de Penhaligon´s que abría con una nota verde y aérea tipo muguet y avanzaba hacia un terreno más cálido con notas de jazmín, benjuí y una pizca de azafrán que le daba el toque cuero-animalístico. Sin embargo, quedan otros que los verdaderos aficionados a esta flor pueden disfrutar:

–Un Lys de Serge Lutens. Es un retrato delicado pero que da el tono. Está más en la dirección de las lilas y encierra un rastro dulce y profundo de vainilla que crea gran afinidad con la piel.

–Lys Carmin de Van Cleef & Arpels. Una delicia cremosa, muy especiada y con un efecto aéreo único.

–Lys Mediterranee de Frederic Malle. Mi favorito. Veraz en sus facetas pero a la vez fantasioso. Verde, ligero, acuoso pero también profundo con un filo animal muy fino.

–Amoureuse Del Rae. El perfume de un jardín nocturno donde gigantes lirios florecen.

–Baiser Volé de Cartier. Un lirio glamuroso y delicado con su toque empolvado. Aparentemente sencillo que no simple.

–Baiser Volé Essence de Parfum de Cartier. Una versión más voluptuosa del perfume anterior, con una rica y refinada nota de vainilla que le imprime un aura dorada más acorde con la atmósfera otoñal.

Por experiencia sé, que si llegas a adorar los perfume de lirios, no puedes dejar de buscar nuevas interpretaciones entre las estanterias de las perfumerías esperando ver qué de nuevo dicen o qué de tradicional ofrecen. ¿Tenéis vosotros un favorito?

sara-mucha
*Cartel Sarah Bernhardt de Alphonse Mucha.

Dosel de pétalos blancos y verdes tallos: Grand Amour de Annick Goutal

13 domingo Abr 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, azucena- lirio blanco, ámbar, brezo, cuero, genista, jacinto, jazmin, madreselva, mimosa, perfume, rosa

flora
* La ninfa Flora (1591) de Giuseppe Arcimboldo.

¿Soy Flora o sólo una flor?
Si soy flor, soy Flora.
¿Soy como la sonrisa de la flor? Entonces
soy Flora.
¿Cómo Flora y sólo flor?
Ah, si no soy flor, no soy Flora.
Soy Flora y flor.
Mil flores y una sola Flora. Flores vivas,
Flora viva.
Pero las flores hacen Flora, y Flora
las flores.
¿Sabes cómo? El pintor sabio ha cantado
las flores en Flora y Flora en las flores.

Madrigal de Gregorio Comanini inspirado en la pintura de Arcimboldo.

El verdor tierno y húmedo retorna en primavera. Más ligero y cálido el aire, trae de nuevo el polen y la fragancia de mil flores. Se respira algo dulce y vivaz durante la estación, algo rico y profundo. Es la exuberancia de la naturaleza.

El Eau de Parfum de Grand Amour (1996, Isabelle Doyen) también tiene esa abundancia, casi sofocante, de la brisa desbordada por la penetrante fragancia de la hierba recién cortada, el dulzor denso de las azucenas y la efervescencia que desprende un ramillete de frescas madreselvas.

Es un espléndido bouquet floral que respira sobre lecho de mirra, vainilla, brezo y almizcle; con rosas melosas y un fino cuero. Trufado de verdor. Verdor que le imprime dinamismo, optimismo, juventud e incluso un extraño sentido del ritmo.

Pero a la vez es algo más que un espléndido bouquet. Esa mezcla de dulzor y vivacidad también posee una oscuridad singular, susurrante, similar a la de las pinturas de Arcimbolo: subida grado a grado. El resultado es un perfume de matices sutiles pero profundos, con el tipo de tonos luminosos que parecen esconder su viveza bajo un velo, en este caso un velo almizclado.

Vainilla y mirra confluyen en el acorde de ámbar meloso, dando una calidez balsámica al conjunto. La mirra aporta una riqueza única y llena de contradicciones: es muy balsámica pero astringente, es especiada y cálida pero también es refrescante por su tono ligeramente anisado. Mientras el brezo añade un regusto musgoso y un poco herbal.

El lirio blanco o azucena es uno de los protagonistas principales del cuerpo floral. Es dulce y envolvente, con recuerdos de cuero y de jazmín verde. La otra flor blanca protagonista es la madreselva, de carácter más vegetal y anaranjado, se rodea de jacinto cuyo carácter herbal-especiado funciona como hilo conductor en el perfume. La mimosa completa el ramo con un toque empolvado.

Grand Amour embriaga pero es difícil de apreciar, requiere un gusto por determinadas facetas y notas que la mayoría de la gente encuentra difíciles: el cuero, la mimosa, la pungencia de la faceta verde, el lirio blanco…son ese tipo de notas que no atraen a la mayoría de personas. Quien lo aprecie podrá encontrar en este perfume el efecto calmante que deriva de combinar la cualidad narcótica de las flores blancas, el factor relajante de las notas verdes más ásperas y la tersura de los bálsamos. Y ese carácter verde y balsámico unido a la nota de jacinto recuerda, sin duda, Chamade de Guerlain, pero en Grand Amour lo verde persiste durante toda la evaporación.

Verdor y exuberancia. Espíritu primaveral para transmitir optimismo y serenidad. Cualidades entrelazadas por un algo poético que parece vivirse en la música antigua, esa en la que domina la armonía y la laxitud de un tempo lento. En la colección de Annick Goutal, este perfume, destaca por su armonía y por algo más que podríamos llamar musicalidad. Es como un canto silencioso, majestuoso, expansivo y resoluto. Con transiciones suaves, con potencialidad.

La revisión de este perfume ha permanecido postergada en mi escritorio años pero con ocasión del 5º aniversario del blog he decidido editarla y dedicarla con especial cariño a mis lectores, quienes más cerca o más lejos, comentando o en silencio, siguen apoyando este «Cuaderno de Perfumes».

También me gustaría añadir un toque musical a la celebración del perfume con una de mis canciones favoritas: To tango tis Nefelis ( El tango de Néfele, 1996). Loreena McKennit compuso la pieza instrumental Tango to Evora (1991). Después Haris Alexiou le puso letra y dice algo así: Néfele* solía llevar un lazo dorado en su cabello para diferenciarse del resto en la viña. Dos pequeños ángeles vinieron y se lo robaron. Los dos pequeños ángeles, soñando con Néfele, querían alimentarla con miel y granadas para que ella no pudiera recordar, para que ella olvidara lo que desea y pudieran seducirla. Jacintos y azucenas robaron su perfume para ellos mismos y pequeños amorcillos reían y le lanzaban flechas pero el benevolente Zeus alejó de ella el agua de la juventud, la convirtió en nube y la dispersó, así ellos no podrían encontrarla.

Escuchad: To tango tis Nefelis.

*Néfele era la diosa de las nubes en la mitología griega.

GA-AG

Mimosa cremosa, preciosa mimosa exótica: Eau de Charlotte de Annick Goutal.

21 viernes Feb 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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antonova-polkadots
*Dos tazas doradas con lunares de Olga Antonova.

Hay perfumes que son como la promesa de un buen verano en una tranquila tarde de marzo…

Las mimosas, agitadas por la brisa, se balancean expandiendo su dulce aroma en el aire que queda colmado de miel y heno. Las ramas aún retienen gotas de agua tras la tímida lluvia de las cuatro, esto hace que los aromas sean más dulces, frescos y penetrantes. Mientras tanto, las damas charlan amablemente en torno a una mesa con viandas. Tarta de limón y merengue, pastelillos de crema cubiertos de frutas del bosque y pastas variadas adornadas con mermelada. En unos minutos se servirá el té de la India y el chocolate caliente.

Las pequeñas princesas de la casa entran con las mejillas arreboladas. Han estado persiguiendo mariposas en el campo. El día, ahora soleado, tiene una temperatura agradable, con un calor más propio de los primeros días de verano, pero el invierno aún no ha terminado.

Todas, reunidas en la sala cerca de la solana, están disfrutando el momento. Las niñas se sienten especialmente afortunadas por poder atisbar el mundo de las mayores mientras comparten la merienda.

Un aire muy perfumado entra por la ventana de la esquina. Está cargado con el olor de las mimosas y comienza a mezclarse con el tentador efluvio de los dulces de la mesa. Las risas también llenan la habitación mientras una de las niñas, sorprendida por los aromas, está pensando en el cuento que leyó la noche anterior. Estaba en su libro favorito, el de las ilustraciones bonitas. El olor de las mimosas, mezclado con los refinados perfumes de flores blancas y maderas que llevan las mujeres de su familia ha creado una atmósfera mágica que alimenta su imaginación. La suavidad del cacao también la invita a soñar.

Ayer, por la mañana, visitaron la playa por primera vez desde el verano pasado. Pasearon por la arena y aún recuerda el olor de la crema solar, de hecho, todavía le parece estar sintiéndola de forma vívida cerca de ella. Después, al atardecer, su tía favorita -la que cultiva flores exóticas en el invernadero con su cabeza tocada por un gran sombrero- le enseñó algunas flores blancas. Sintió de cerca capullos de jazmín que olían a verde y lirios blancos que casi la asustaron. Ella aún prefiere descubrir los frascos de perfume que su tía guarda en un coqueto armario junto al tocador y, de vez en cuando, coger la borla de plumas y jugar con el talco. Sin embargo, al igual que su abuela, adora las freesías amarillas y siempre que tiene oportunidad acerca su nariz a ellas para olerlas. Ahora la casa está llena de esas pequeñas flores amarillas ¡qué maravilla!

Alguien advierte que las pastas de chocolate han volado pero la niña prefiere una tartaleta con frutos del bosque. Todas están disfrutando de las bebidas calientes, excepto la abuela que hoy ha querido una copita de anís…la niña también disfruta acercando la nariz a esa copa. Es una magia indescriptible. Una oleada de aroma a mimosas llega de nuevo con más fuerza que antes.

De repente la niña siente deseos de salir a oler de cerca las ramas cargadas de pompones amarillos, pero esos árboles no crecen en su jardín, sino un poco más lejos. No es el momento. Además la más pequeña de la casa ha tenido una idea, ella buscará el árbol del gnomo mientras otros huelen mimosas…No, no es el momento. Pero la pequeña comienza a poner pucheros.

Con el revuelo, la abuela ha salido de la sala un momento. A su regreso trae en sus manos una hermosa lata decorada con flores y frutas en relieve de muchos colores, es una de esas latas de golosinas inglesas tan ricas. Todo el mundo espera para ver su contenido: son gominolas de frutas. La más pequeña se olvida del gnomo y sonríe de nuevo, ella puede elegir primero. La niña que deseaba oler la mimosa elige la de piña. El sabor de la golosina se mezcla en su boca con el aroma de las flores que aún entra por la ventana. Le da un beso en la mejilla a su abuela. La abuela de cerca también huele a mimosas, es por esa crema que compra en la farmacia.

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Un voluptuoso lirio dorado de otoño: Baiser Volé Essence de Parfum de Cartier.

23 lunes Sep 2013

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, azucena- lirio blanco, clavo, cuero, empolvado, patchoulí, perfume, Vainilla

Rink-scent
* El aroma de Paul Rink.

En un gesto instintivo acercamos la nariz a una flor para aspirar su aroma descubriendo una sensación aparentemente sencilla y clara pero que, en realidad, es intangible. Cuanta más atención ponemos en esa impresión, más volátil y compleja se nos muestra la realidad. Tan insondable como poderosa. Frustrante o sorprendente puede ser la experiencia pero el gesto lo repetimos siempre que tenemos ocasión.

Cuando acercamos la nariz a una flor descubrimos que el corazón de la flor de cerca revela facetas que la brisa no arrastra. Notas más concentradas y dulces, mantecosas y compactas. Menos difusas o cristalinas que lo que el aire siembra alrededor de una planta. Tras la percepción engañosa de que ese aroma es palpable, tenemos la evidencia de que nada es tan complejo y equilibrado como lo que la naturaleza da. El perfumista trabaja con ese modelo pero lo aborda, como no puede ser de otra forma, con una perspectiva personal gracias a la que creará una ilusión de realidad con mayor o menor nivel de genio y creatividad.

La idea base de Baiser Volé EdP (2011) fue, precisamente, ese gesto tan natural de acercar la nariz y oler una flor, en este caso, un ramo de azucenas. Capturando todo el frescor vegetal de los tallos y el esplendor de esa compleja flor para encapsularlo en una composición muy chic de acabado empolvado-cosmético con cierto recuerdo de ámbar gris escondido entre el almizcle se consiguió un equilibrio entre lo vintage, lo clásico y lo moderno muy atrayente. Hoy en día el tema se ha convertido en saga. El Extrait de Parfum (difícil de encontrar) resultó ser un retrato más contrastado entre la carnalidad de la flor blanca y las facetas más sombreadas del patchoulí mientras que el EdT fue una incursión en los aspectos más verdes, jugosos y frutales de la flor.

Cada perfumista intenta atrapar el frescor en su composición y que parezca algo natural capaz de expandirse desde el centro mismo de la fragancia. Esta es una de las búsquedas constantes en la perfumería moderna: tejer lo natural -sencillo y fresco- con lo construído, tan «perfumado». En este sentido, Mathilde Laurent tiene una habilidad especial para trabajar notas cristalinas con gran delicadeza e introducirlas en la trama de un perfume para crear un efecto de aire en el núcleo, manteniendo la armonía y la sencillez del conjunto. Ese aspecto aéreo, en este caso, de frescor floral es aún más cautivador en un contexto de dulzor ambarado y eso es lo que ofrece la nueva versión de Baiser Volé: un equilibrio perfecto entre artificio evidente y naturalidad construída.

En Essence de Parfum (2013) todos los aspectos resaltados en las concentraciones anteriores se han vuelto a trabajar a la vez para crear una sensación floral más redonda, más texturizada. De la suntuosidad del jazmín, a la coquetería de la mimosa acompañada por una rosa cremosa rodeada de iris. Las facetas de la flor se agudizan, se hacen más ricas y profundas por un lado, mientras cada aspecto se presenta refinado por la envoltura balsámica de la vainilla Bourbon que baña todo con una pátina dorada. El recuerdo especiado del clavo es menos dulce, se ha transformado en una compleja nota oscura que acentúa al patchoulí y acompaña al cuero. El verdor acuoso de los tallos ahora tiene una cualidad crujiente y el acabado empolvado ya no es tan cosmético sino reminiscente de ylang-ylang incrementando la sensación de una azucena más sedosa.

Essence da Parfum es el retrato de un aroma de azucena en su máximo esplendor, de suavidad intoxicante y tersura radiante. Concentrado y voluptuoso, difusivo y a la vez envolvente. Dorado como una tarde de otoño.

cartier-essencedeparfum

Los perfumes y el verano.

07 viernes Jun 2013

Posted by Botanyuki in Archivo general

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azucena- lirio blanco, jazmin, perfume, rosa

atardecer-mar

Durante la temporada estival los perfumes cítricos suelen ser la primera elección porque nos ayudan a sentirnos tonificados. Algunos días no hay mejor cosa que la efervescencia aguda de las notas hespérides. Sin embargo, prefiero que el frescor sea siempre algo más profundo y contrastado. Por eso busco composiciones refrescantes a la vez que emocionantes, que se evaporen con lentitud y mostrando matices varios pero que aún se perciban como algo ligero.

Las rosas, mi obsesión, siempre están ahí: dulces y frescas, perfumadas pero suaves. Sin embargo en verano revelan la plenitud de su belleza. L´Heure Bleue es el perfume en el que las rosas tienen una dimensión casi sobrenatural. Tan anisada y tan balsámica, finamente empolvada y afrutada. Perfecta. Aunque si quiero algo transparente sin renunciar a la complejidad de la flor especiada con recuerdos gourmand, lo tengo claro: Safran Troublant.

Pero es el jazmín fresco, afrutado y verde el que se hace un hueco en mis días de verano gracias a Le Parfum de Thérese. Sencillamente ideal porque el jazmín se vuelve líquido y se une a esa nota de melón acuática y moderna mientras la pimienta seca mantiene la faceta polvorosa clásica de esta flor blanca. Todo un juego de efectos tonificantes y elegantes con el acabado seco chyprée de capacidad refrigerante.

Ah sí, el poder refrescante de los perfumes chypre unido a la sensualidad del acabado frutal es otra de mis preferencias en verano cuando este tipo de composiciones pueden perder un poco su formalidad y sugerir un plano onírico más extraño, tal como hace Chypre Rouge de Serge Lutens. Me atraen ciertos elementos surrealistas que encuentro en este perfume durante el verano; si no se prueba no se comprueba esa textura aterciopelada de ante y piel de melocotón que se muestra entre las especias secas y el jugo de las bayas, cosa que el frío suele esconder por completo. Es uno de esos perfumes raros y singulares que me fascinan pero que es necesario dosificar muy bien. Mejor aplicarlo a toquecitos.

De alguna forma el recuerdo del mar es un matiz propio de los perfumes con acabado musgoso, aunque Chypre Rouge es algo excepcional en ese sentido. Pero eso de poder sentir el mar allá donde vaya es una de mis sensaciones favoritas, siempre tan vivificante. Así que Lys Mediterranee acaba siendo mi favorito del verano, con su faceta marina, salada y vibrante unida al sublime olor de la azucena.

Giorgos Dalaras y el grupo Pix Lax interpretando Ti einai afto pou mas enonei (¿Qué es eso que nos une?)

Una orquídea, un lirio, una madreselva: Beyond Paradise de Estée Lauder.

25 miércoles Jul 2012

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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azucena- lirio blanco, jazmin, madreselva, orquídea, perfume, pomelo, Vainilla

Beyond Paradise salió al mercado en 2003; en aquel momento las pirámides olfativas estaban llenas de nuevos y desconocidos olores provenientes de remotos lugares de la Tierra -al menos así anunciaban las listas oficiales de notas-. Parecía una competición entre firmas para ver quien conseguía hacer la lista más inusual y, por tanto, más sugerente. Sugerente de algo raro, especial, único…exclusivo. No sé quién podría haber ganado aquella competición pero Beyond Paradise no se quedó atrás en cuanto a capacidad hipnótica:

Salida: Bruma de Edén, acorde cítrico, jacinto azul, flor de naranjo Templar, fruta de jabuticaba.
Corazón: Orquídea Laelia, jazmín crêpe, Mahonia japonica, madreselva rosa.
Base: Capullos de ciruelo, ambreta, madera de zebrano, corteza de malaleuca dorada.

Curiosamente, entre todo este compendio de notas paradisíacas, la clave para entender el perfume es Bruma de Edén. No es un anacronismo espacio-temporal, sino el concepto más serio de toda la lista… Por ejemplo, la Orquídea Laelia no es un tipo de flor, sino el nombre de una familia de orquídeas dentro de la que podemos encontrar variedades sin olor y variedades con olor(es): no existe un aroma que defina la orquídea Laelia, existen distintos tipos de olores representativos de diferentes Laelias. Así que es un descriptivo de lo más genérico que podría emparejarse con la suave faceta dulce-afrutada tipo albaricoque del perfume para encajar en un perfil de olor similar al de la Laelia anceps.

Pero la Bruma de Edén es otra cosa. El concepto procede de Proyecto Edén, un gran invernadero en el sur de Cornualles inagurado en 2001 que recrea dos atmósferas climáticas diferentes: la mediterránea y la tropical, con sus correspondientes plantas, flores y frutos. El bioma dedicado al Trópico, de atmósfera húmeda, vibrante y exuberante es el lugar de inspiración y tema principal de Beyond Paradise.

Humedad y frescor cítrico son el telón de fondo del perfume. La humedad a veces se transforma en una nota oceánico floral tipo melón como en la salida o en algo acuático avainillado como en la base, intercalada con pinceladas hidratantes verdes que introducen en la composición un elemento típico de los perfumes modernos de Estée Lauder: la sensación cosmética. El frescor es una combinación de cáscara de pomelo, piña y las notas más difusas y ligeras del jazmín atravesando toda la composición como un haz de luz radiante.

Hedione y probablemente genista son dos pilares en la composición, juegan un rol principal a la hora de recrear el carácter floral poliédrico y tropical de Beyond Paradise. Desde el jazmín fresco con acentos verdes, pasando por una nota moderna de gardenia cremosa con reminiscencias de lirio hasta la madreselva algo melosa tintada de flor e naranjo y la afrutada orquídea.

Las notas finales son una equilibrada combinación de almizcle afrutado y maderas avainilladas con un acabado seco y rosado. Sin perder transparencia.

Es un curioso y espléndido floral en el que Calice Becker balancea la lechosidad latente de las flores tropicales con la exuberancia clásica de las flores blancas evocando una orquídea, un lirio y una madreselva. Paradójico también porque combina cremosidad con luminosidad, suavidad con efervescencia y ligereza acuática con solidez.

Una última cualidad: deja una estela memorable. Yo lo veo como un manto de ondulantes y sedosos pétalos gigantes que arropa a quien lo lleva.

La flor blanca y el incienso diáfano: Passage d´Enfer de L´Artisan Parfumeur

16 lunes Abr 2012

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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azucena- lirio blanco, incienso, perfume

Pasaje del Infierno fue la primera dirección de las oficinas en París de L´Artisan Parfumeur y también el nombre con que bautizaron un perfume para festejar el paso al 2000. Semejante nombre puede traer mil ideas a la cabeza e incluso crear una imagen de oscuridad que la fragancia no posee. Pensemos más en el juego entre el nombre, lo que designa realmente y las connotaciones que cada cual pueda generar y convirtamos todo eso en una zona brumosa, así estaremos un poco más cerca del carácter de la fragancia.

La idea de tránsito está implícita en Passage d´Enfer, al igual que la de espiritualidad pero es una sensación vaga que parece llevarte hasta un lugar solitario en el centro de ti mismo, una zona gris -en un sentido positivo, en cuanto que neutra- desde la que contemplas las cosas como cubiertas por una pátina singular, que difumina los objetos y a la vez los hace más aprehensibles, ofreciendo imágenes de un naturalismo delicado y elegante que recuerda a las flores y animales que pintaba Pisanello.


Detalle del Retrato de una princesa de la casa d´Este (1436-1438) por Pisanello.

Agua de incienso es la idea que quiere transmitir Passage d´Enfer, así que el rango de notas abarca desde las tonalidades terpénicas típicas del olíbano hasta la frescura acuática de una azucena moteada de verde. Olivia Giacobetti fue la encargada de convertir el incienso en una nota transparente y sinuosa.

Los aficionados a los perfumes saben que el incienso/olíbano es uno de los temas recurrentes en la perfumería de autor. Como material asociado a todo tipo de ritos religiosos puede encontrarse retratado siguiendo cientos de recetas diferentes donde las maderas y resinas son las protagonistas, y la combustión se encarga de hacer brotar el aroma que percibimos como algo que puede ir del blanco al gris más o menos oscuro, a veces con matices ambarados. En Occidente la asociación más inmediata es el olor de una iglesia antigua, donde los muros de piedra son fríos y las naves laterales del templo suelen permanecer en penumbra. Algo de esto hay en el perfume de L´Artisan Parfumeur: el carácter frío pero que invita al recogimiento está retratado a través de las facetas penetrantes y alimonadas con el matiz mineral y balsámico típico del olíbano como materia prima. Así, es al inicio; luego mantiene esa cualidad de la materia resinosa no tanto en términos de olor como de transparencia. Quienes hayan manejado piezas de resina de buena calidad de incienso o incluso un aceite esencial entenderán mejor la idea. Passage d´Enfer recoge de la materia prima la capacidad de promover una sensación de espacio diáfano que favorece la respiración profunda. No es el retrato de la materia en combustión, sino en frío.

La flor del lirio blanco (azucena) está en el corazón del perfume, pero aquí no es un olor majestuoso sino algo que refuerza el carácter comtemplativo evocando el agua, porque en realidad este lirio prístino y puro es muy fluído y se adapta, igual que lo hace el agua, al carácter austero de Passage d´Enfer. Luego es también verde y ligeramente herbáceo gracias a una nota de aloe. Mientras la base retoma el tema del incienso pero ya como algo lejano, evocándolo a través de notas más oscuras, amaderadas y secas que se entrelazan con almizcle y se redondean con benjuí.

Las cualidades de Passage d´Enfer residen en su capacidad para ilustrar una atmósfera de calma gracias a un incienso que es a la vez diáfano como el cristal y nebuloso como un paisaje en la lejanía. El que huya de una estética excesivamente temática para tratar la nota de olíbano le da un carácter más poético, sin duda. Pero además, como perfume de incienso tiene dos singularidades importantes gracias a sus notas de corazón: el acorde floral empolvado y el contraste entre la fresca humedad que rezuma la nota de azucena y la cualidad seca casi astringente del olíbano y las maderas. Su comportamiento en la piel es discreto y su ritmo de evaporación sólo se podría definir como laxo y relajado. Es una opción a considerar para quienes busquen un incienso suave pero también para quienes empiezan a explorar el territorio de los perfumes artísticos.

La flor performática: Lys Carmin de Van Cleef & Arpels Collection Extraordinaire

02 viernes Mar 2012

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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azucena- lirio blanco, perfume, pimienta rosa, sándalo


*Broche de Bailarina de Van Cleef & Arpels

Para comprender Lys Carmin no se debe olvidar cuál es el modelo para esta fragancia: el lirio escarlata. Sin duda algo poco usual, menos aún que el lirio blanco, y tiene un aroma fiero. Pero manteniendo la estética que rige la Collection Extraordinaire de Van Cleef & Arpels, esta es una composición elaborada con el ornato justo, con un tipo de sobreidad intencionada y ligeramente extravagante por su halo exótico.

Lys Carmin es una expresión de lozanía y carnalidad. Es también una figura estilizada que hace piruetas sobre un tema clásico asociado al concepto de femineidad: el perfil rosado-empolvado-especiado-almizclado para representar el aroma de un lirio carmesí, un olor en sí mismo complejo que presenta algunas resemblanzas con el de la azucena blanca. Pero es más un retrato de carácter, como una bailarina -fortaleza y fragilidad- en su búsqueda particular de la expresión, más que en el intento de reproducir algo directamente.

Esta figura delicada está hecha con un lenguaje moderno, transparente y de corte minimalista. La sensualidad que desprende no está en su opulencia sino en su fina calidez. Los elementos están simplificados, desenvolviéndose en sotto voce…con una cualidad aérea y sutil que es cosa extraña en los lirios de pétalos color rubí. Ningún rasgo de las notas más animalísticas de la flor se ha reflejado. El tema y el cromatismo del perfume gira en torno a la faceta especiada de la flor. Canela, clavo y nuez moscada forman el cuerpo de la fragancia, mientras la pimienta rosa aporta un tono afrutado y cremoso en la salida.

La calidez y la profundidad rubí la revelan las especias. Forma parte de una experiencia inducida en la que también participa el sándalo- casi una cita a Samsara de Guerlain-. El lirio en sí es también una ilusión sostenida por las capas de ylang-ylang empolvado, de suave jacinto verde, meloso y luminoso y de un discreto clavel. La flor se asoma pues difusa y tímida, confusa para quienes no estén acostumbrados a su olor. Todo gana espesura después gracias a un aire tropical que va desplegando acentos cada vez más carnales y envolventes…pero sin abandonar el susurro.

En Lys Carmin resuena lo extraño tanto como lo familiar. Aún reteniendo de la flor su identidad especiada y majestuosa, el perfume fluctúa siempre entre dos orillas. La orilla más tradicional trae a la actualidad el esquema de Fleurs de Rocaille de Caron. La nueva ribera es casi gourmand, con un ligero recuerdo de leche de coco que va a fusionarse con la vainilla de la base.

Pese al tono especiado, al cuerpo cremoso, al aire exótico y la vainilla lechosa éste es un perfume tibio. Más aún, es una flor durmiente a la que el portador da vida, nunca mejor dicho. Ahí radica su mayor magnetismo, su mayor sensualidad, su fortaleza. Es el más sugerente y el mas extraño de la Collection Extraordinaire, probablemte el que más cuesta apreciar. Quien decida probarlo que mantenga su nariz bien despierta.

Exquisito como un licor floral de Oriente. Quizás de aparente simplicidad. Logra transportarte a un terreno entre ignoto y conocido de lo más confortable, a través de un juego de texturas y cromatismos. Partiendo del verde luminoso se arrebola, se tiñe de grana; del sabor entre medicinal y balsámico que se anuncia al principio, se endulza y se transforma en un postre de arroz con leche; desde una textura más seca y empolvada casi áspera evoluciona a un tacto satinado. Invita a todos los sentidos a participar en la experiencia de reconocimiento del olor, volviéndose entonces complejo y rico. Si decides llevarlo no puedes renunciar a esa experiencia: te involucra, de igual modo que un artista de performance logra que el público no quede indiferente ante su obra. ¿Cómo? Apelando a la percepción y al procesamiento de la información percibida; poniendo de relieve que toda experiencia parte de una experiencia personal basada en la interacción objeto-sujeto. Los perfumes menos sencillos, los que tienen un sabor raro suelen tener esa capacidad…si se les da la oportunidad de demostrarlo.

Baiser Volé de Cartier

23 domingo Oct 2011

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almizcle, azucena- lirio blanco, perfume, salicilatos, vainillina

Entre los perfumes de lirio blanco (azucena) Anais Anais de Cacharel marcó un patrón en su momento, a menudo repetido después como un rasgo más en otras fragancias, pero en realidad los perfumes centrados en el olor de la azucena no son tan frecuentes. Ni en las líneas más comerciales , ni en las nicho, donde si se pueden encontrar alguno de los mejores ejemplos del género como Un Lys de Serge Lutens o Lys Mediterránee de Editions de Parfums Frederic Malle.

Entre todas las flores blancas, es la que guarda el aroma más suntuoso, fiero y gentil a la vez. Su esplendor es difícil de capturar. Por eso a menudo se retrata de un modo estereotipado, simplificando mucho el aroma natural y focalizando sólo aspectos comunes como puede ser la nota especiada de clavo, la faceta verde o los aspectos más balsámicos.

Baiser Volé sigue esa ruta, la de la simplificación. Igual que Anais Anais, la fragancia está construída en torno a notas de salicilatos, llegando a ser muy patentes, pero el efecto salado está neutralizado por un tono mantecoso muy sutil- quizás sea nardo, pero si lo es, aquí resulta totalmente inofensivo-. Baiser Volé retrata un lirio más que blanco: transparente. De alguna manera es interesante, quizás porque además de ser agradable tiene un toque chic.

Mathilde Laurent es la perfumista de Cartier, y decidió hacer un perfume de azucenas porque parece ser la flor más apreciada por los hombres. Y por eso hace un perfume para mujer en el que pretende que la flor se sienta como si se llevara al cuello una guirnalda de flores. Pero lo cierto es que Baiser Volé está lejos de reproducir semejante experiencia- que, teniendo en cuenta la intensidad de olor de una azucena, se me antoja una idea asfixiante- en realidad es algo suave, fresco y empolvado a la vez.

La salida es realista, vívida en su combinación de notas verdes de hojas frescas, de piel de naranja y aldehídicas: se puede sentir algo vegetal y cítrico propio de la flor. Pero esto es sólo una impresión que al momento se desvanece, quedando después una ilusión de blancura, húmedo frescor y cremosidad. Básicamente lo que ofrece el resto de la evolución.

Sin embargo hay pequeños matices muy agradables: tiene una nota de rosa translúcida y fresca que enlaza con la faceta cremosa del perfume acentuada por una nota de magnolia. La típica faceta especiada de la azucena (clavo y pimienta) se ha convertido en algo pálido que sólo aparece más definida en la fase central de la evolución, pero en ningún momento domina.

En la base, la vainilla es como un velo acuoso que aporta calidez pero en segundo plano, lejana. Está trabajada con elegancia, igual que la nota de madera satinada del fondo. Esta capacidad de retener la calidez en la lejanía para que nunca aflore del todo es lo que le da profundidad a Baiser Volé, es el detalle que le aporta un toque de clasicismo. Aunque lo que tiene realmente protagonismo en la base es el almizcle suave, algodonos y empolvado que complementa el acorde cosmético rosado, más moderno y ligero que el que nos ofrecía Love by Chloé la temporada pasada.

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