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Olibanum: cuaderno de perfumes

Olibanum: cuaderno de perfumes

Archivos de etiqueta: geranio

Escritos para otro verano (I) : La Rose Jacqueminot de Coty.

29 viernes Jun 2018

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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civeta, clavel, geranio, musgo, perfume, rosa, violeta

Un nombre, una flor, un perfume.

Lo que queda de este perfume es la gloria de un nombre y la sombra de un mito. -La Rose Jacqueminot- son palabras que resuenan como encerrando un secreto ya imposible de desvelar porque ha pasado demasiado tiempo. Los frascos históricos se subastan a precios que responden a este mito. Sin embargo, ¡qué nombre tan concreto! No pudo ser menos que elegido con intención, a modo de declaración. La Rose Jacqueminot: la rosa absoluta, parece proclamar.

Jean François Jacqueminot (1787-1865) había sido un general destacado en las guerras napoleónicas que permaneció fiel al emperador tras Waterloo. Una rosa creada por Roussel en 1853 fue bautizada como General Jacqueminot en su honor. Es una flor espléndida de largos pétalos dobles en un rojo rosado casi magenta profundo que perfuma los veranos con una fragancia intensa; un híbrido de tipo antiguo, precursora de muchas rosas de té rojas modernas que hoy se venden en las floristerías. Hasta hace unas décadas -cuando la gente aún compraba rosas por su fragancia más que por su longevidad- aún se podía encontrar en las tiendas y, en época victoriana, la General Jack, fue una de las rosas más apreciadas en jardinería. Su bello color, su magnífico olor…Tiene, en parte, el típico olor de las rosas antiguas, con un fondo oscuro y empolvado en el que centellean matices cítricos de hierba limón pero quizás lo más atractivo sea su pronunciada faceta afrutada; es un rasgo muy típico de las rosas Híbrido Perpetuo a las que pertenece General Jack, porque en ellas aún dominan bastante las características de las damascenas (especiadas, afrutadas, herbáceas, cálidas y afrutadas) de las que descienden.

General Jacqueminot podría ser una flor simbólica para Coty, ya que él descenddía de Isabelle Napoleón, tía de Napoleón Bonaparte. Coty sabía muy bien de la importancia de los nombres; nacido François-Marie-Joseph Spoturno cambió su apellido por algo más musical, continental y fácil de recordar. Para su primer perfume también optó por esta estrategia.

Pero pese a su nombre, no es un soliflor centrado en el olor de la rosa de té. Es una mezcla de rasgos de rosa de té, rosa búlgara y su esencia ,rosa roja muy oscura casi negra…pero sin que predomine una sensación plenamente floral sino amaderada. Podría recordar a un attar de rosa, en cierto modo, si no fuera porque una intensa faceta musgosa lo acerca al grupo de perfumes chypre y fougère de aquel momento, cuando aún se solapaban mucho las características entre grupos de perfumes. De hecho hay cierto frescor de fougère que unido a la civeta y la faceta amaderada conjuran rasgos de Jicky (1889) de Guerlain, hasta cierto punto.

La capacidad para hacer que un perfume tenga un carácter concreto es clave en perfumería y Coty tenía esa habiidad. Otro rasgo destacable en sus perfumes era que conseguía armonía a base de contraste entre dulzor especiado y frescor aromático en un contexto empolvado. En sus perfumes solía revitalizar ideas del pasado a base de aglutinar recursos nuevos como las bases de perfumería con técnicas tradicionales como las tinturas. Conseguía efectos globales que daban solidez a la silueta del perfume mientras el contraste entre notas abundaba sin sacrificar el equilibrio. La Rose Jacqueminot (1904) es un poco diferente en este aspecto porque las notas de fondo tienen bastante más peso, dejando que la rosa sea sólo rosa fresca y tridimensional en salida y, al evolucionar, este rasgo floral se hace cada vez más delicado hasta que se diluye en un fondo oscuro. Como perfume sintetiza muy bien el modo de crear de Coty: esa mezcla de ideas son como una piedra que rueda cuesta abajo más por la inercia que lleva que por pulida con forma de bola…Siempre se ha dicho que las ideas de Coty, sólidas y originales, las transformaba en refinadas obras de arte Jacques Guerlain… Tenían formas de trabajar muy diferentes.

En La Rose Jacqueminot se pueden leer diferentes cosas, aunque siempre se confluye en un mismo punto: es casi una rosa negra. La rosa negra en aquella época de principios de siglo era una antigua fórmula usada para perfumar tabaco. El perfume de Coty, a veces seco y herbal, amaderado y recubierto por una capa melosa y afrutada podía crear esa impresión de-perfume-de-tabaco. Es un modo de leer el perfume, otra forma sería verlo como un chypre con acentos aromáticos de fougère: la nota aromática que complementa la rosa, como en los clásicos potpourrís, una nota de lavanda, unida a la civeta y a los acentos de musgo crean ese tipo de tensión entre notas frías y notas cálidas, entre dulzor y amargor que caracterizan este tipo de perfumes y, como referencia nosotro podríamos decir Jicky de Guerlain, pero en su día Coty pudo tomar la idea de otro lugar.

Por último, el acorde floral parte de una rosa de té irisada, con fuerte presencia de notas de geranio e iononas; pero esa rosa vivaz al principio, empolvada y especiada con heliotropo y clavo rápidamente declina en clavel. Y finalmente está la faceta afrutada y vinosa que comparten las rosas damascenas y las rosas de té, una faceta que recuerda a frambuesas y a vino moscatel, haciendo de esta rosa algo sensual y narcótico.

De la delicadeza fragante de las rosas en una mañana húmeda de verano a los densos olores dulces, musgosos y maduros de la naturaleza en otoño. La Rose Jacqueminot es una cosa que se transforma rápidamente en otra, como las imágenes en un caleidoscopio, no tienes más que dar un pequeño giro, y lo que antes era una rosa ahora son pastos, lo que antes era clavel y heliotropo ahora es musgo y tabaco, lo que antes era afrutado ahora es almizcle…

Escapa a las descripciones y más aún si se compara con algo moderno. Es un perfume que habla de otra era o de otra forma de perfumarse que remite a la tradición de los attares y las rosas orientales. Hay perfumes modernos que pueden recordar en algún aspecto al de Coty. Como rosa oscura en contexto chypre pueden verse similitudes con Eau de Soir de Sisley, Agent Provocateur de Agent Provocateur y Rose de Nuit de Serge Lutens; su aspecto finamente irisado y ligeramente aldehídico entre rosa búlgara y rosa de té se puede sentir en Rose Barbare de Guerlain, mientras que la calidez melosa y animal de la rosa de Coty tiene ecos en Absolue pour le Soir de Francis Kurkdjian. Pero, sin duda,el perfume más cercano en cuanto a concepto y tonalidad -especialmente por la dominancia de la faceta amaderada y la nota de frambuesa- es Portrait of a Lady de Frederic Malle que, como La Rose Jacqueminot tiene de fondo esa conjunción de ideas: perfume de rosa, perfume chyprée y attar de rosas.

Momento musical: Pastoretes y Jenala e dyulber Jana interpretadas por The Mystery of Bulgarian Voices.

Flip Flop review: Aqaba Classic de Miriam Mirani

11 viernes Ago 2017

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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aldehídos, almizcle, canela, clavo, geranio, incienso, melocotón, patchoulí, perfume, rosa, té verde

De aquellos perfumes de rosas gigantes de los 80´s Aqaba Classic (1998) tiene un aire. Entre recuerdos de Coco de Chanel, Opium y Paris de YSL y el posterior Asja de Fendi deja ver una rosa especiada, engarzada en incienso y patchoulí.

El modelo de inspiración es la rosa de Taif, una de esas rarezas cuya esencia escasea. Un tipo de rosa que a menudo se esboza en perfumería con una faceta especiada entre clavo y pimienta pronunciada; cierto que se parece en este aspecto a la damascena, que tantas veces se usa en sus recreaciones, pero la especialidad de Taif, igual que la de Grasse, tiene un algo…una ligereza, una luminosidad y una suavidad que la transforman en un olor particularmente calmante y gentil.

Es curioso como en Aqaba Classic se conjuga toda esa riqueza y saturación propia de los perfumes de décadas pasadas con ese brillo y ligereza aérea de la rosa que gravita y se expande desde el centro mismo del perfume. Es la característica más notable de esta composición la que causa admiración: esa rosa compleja, ligera, balsámica y especiada pero vivaz y fresca, femenina pero algo ingenua cuando llega a oler a melocotón, cuyo aroma produce un efecto de bienestar. Ese efecto de sentir a la vez la concentración y la relajación.

Sí, puede parecer una locura de perfume porque en él hay tantas notas y tantas referencias…pero milagrosamente encuentra el equilibrio y se desarrolla de un modo más ágil de lo esperado. Cumple la promesa de evocar la rosa de Taif, símbolo de las exquisitas rosas de Oriente, pero el perfume en conjunto es pura orientalia, una fantasía occidental que ilustra imágenes propias de un pasado idealizado a través de materiales exóticos usados en antiguas tradiciones sacras y, de fondo, la mítica figura de la Reina de Saba, inspiración última de Miriam Mirani. Así, entre los aldehídos y el pungente clavo surge un efecto ahumado: el olor del incienso consumiéndose, una imagen vívida y extraña para presentar un perfume. Las brasas se calman con la rosa, que refresca el corazón del perfume; la canela la acompaña y junto a ella casi llega a expresar el dulzor de una confitura de frutas, de hecho, una importante nota de melocotón acompaña a la flor durante un rato, hasta que el perfume cambia; la rosa se vuelve más coqueta y empolvada -recordando un poco a Paris de YSL-, se refresca y rejuvenece aún más con un toque de hojas de té y el apoyo del patchoulí que le aporta sombra y humedad. La base se va haciendo cada vez más familiar con almizcles que asoman pero aún es lo bastante rica como para mantener el carácter.

Aqaba Classic es un perfume de larga evolución y gran fijación, por no hablar de una importante proyección recomendable para quienes realmente aprecien el estilo de perfumes como Opium o Coco pero busquen algo un poco más luminoso y expansivo. También es un buen punto de partida para reflexionar sobre cómo el concepto de perfume nicho ha ido cambiando a lo largo de las décadas o, en un nivel más particular, cómo el estilo de Thierry Wasser ha evolucionado desde sus días en Firmenich cuando componía perfumes en la línea de Aqaba o Dior Addict hasta la actualidad trabajando para Guerlain en cosas como Oud Essentiel donde de nuevo aborda la orientalia centrada esta vez en la combinación oud-rosa, ahora más actual en el mercado occidental. Pero de verdad que lo mejor de todo es disfrutar del perfume, porque es de lo mejor en su estilo.

Momento musical: Nuits d´Espagne por Dalida, quien se dice que tenía Opium de YSL entre uno de sus favoritos.

Una narrativa: Soir d´Orient de Sisley.

04 martes Abr 2017

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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azafrán, bergamota, cuero, geranio, incienso, limón, patchoulí, perfume, pimienta, rosa, sándalo

Una narración es, a fin y al cabo, lo que un lector concreto entiende que es, porque leer significa implicarse con la mente. En este sentido la olfacción puede equipararse a la lectura y tendríamos que decir que un olor será lo que la persona entienda que es según su experiencia y conocimientos pero añadiendo algo más: el esfuerzo consciente de poner nombre a las cosas y de cultivar la objetividad para poder desarrollar un criterio más allá del «me gusta» o «no me gusta» .

Nunca es un ejercicio fácil intentar cultivar la objetividad y tampoco es baladí, de hecho es una ardua pero importante tarea que combate el embrutecimiento y tal como va la sociedad dominada por el impacto emocional y la búsqueda incesante de estímulos, esforzarse por ser más objetivo representa un gesto cívico. Curiosamente en el proceso de buscar la objetividad hay que alimentar la propia identidad, conocerse mejor, a la vez que querer conocer la alteridad.

Así que si hay algo realmente bueno que yo resaltaría en la disciplina de educar el olfato es precisamente la posibilidad de dejar de lado el mundo de las generalidades más superficiales para entrar en uno más personal en el que el olor reclama la atención consciente elicitando ideas que hay que intentar expresar con las palabras más adecuadas: buena gimnasia para la mente, especialmente para mejorar el control de impulsos. Igual que en una narrativa los elementos van surgiendo a lo largo del texto, sembrados aquí y allá, y nosotros al leer debemos ir encontrado la relación, especialmente en las historias de aire oriental donde las cosas son más indirectas, intrincadas, laberínticas y profusas en detalles, exigiendo una mayor participación durante la lectura.

Al probar un perfume el aspecto narrativo es muy importante, pero aclaremos que lo narrativo no es algo añadido -no es el marketing publicitario que rodea al perfume- sino la fragancia en si misma y su capacidad para despertar la imaginación. Y la imaginación se puede despertar porque todos tenemos una base de datos con la que jugar que incluye la memoria olfativa y también una capacidad de respuesta instintiva ante determinados olores. Tiene mucho que ver con la fantasía, sino todo, así que, al final, un perfume es lo que una persona concreta entiende que es.

Pongamos un ejemplo con el que es fácil comprobar la importancia de cultivar la objetividad. Soir d´Orient de Sisley brinda esta oportunidad por dos razones: por un lado se ha construido partiendo de otro perfume anterior, pero por otro lado al ser un jugo rico en matices y de perfil muy característico es mucho más fácil de comparar que si solo fuera otra insulsa fragancia más.

La primera impresión al oler Soir d´Orient fácilmente se puede resumir así: «Eau de Soir a la oriental» o afinando un poco más «como Eau de Soir y algo más». Esta segunda expresión es mucho más auténtica y fiel a la experiencia incial, mientras que la primera es un elaboración posterior pero algunas personas ya asumirían esta frase como la última palabra a decir, una especie de último juicio y también una clara declaración de que no van a poner más interés en seguir indagando en el olor.

El propio frasco ya indica por donde van las cosas: con Soir d´Orient la idea fue crear una variación a partir de ese clásico chipre floral basado en flor de naranjo y seringa que es Eau de Soir. Lo interesante es olerlos juntos y atender a las diferencias intentando concretar que es ese «algo más».

Ese algo más parece tener un sabor más oriental, se presenta más oscuro y sinuoso, pero no llega a ser totalmente oriental porque, en el fondo, conserva una estructura chypré. Es interesante pensar que entre la familia de perfumes chipre y la de perfumes orientales hay un espacio, una especie de tierra de nadie, que permite muchas posibilidades. Un área que siempre da pie a renovaciones en el campo de la perfumería, desde Shalimar hasta La Petit Robe Noir de Guerlain pasado por Aromatics Elixir de Clinique o Portrait of a Lady de Frederic Malle…todo girando en torno al ámbar y sus declinaciones.

Así pues, dejando la impresión rápida y fácil atrás y sumergiéndonos mejor en las propias sensaciones podemos apreciar que en Soir d´Orient la oscuridad rica y envolvente está saturada de acentos especiados y tonalidades amaderadas y balsámicas que fluctúan con serenidad alrededor de un corazón floral de rosa turca -esa rosa más especiada y angular- refrescada con geranio. Tiene el embrujo de una rosa negra.

Sin duda, la calidad de la faceta especiada destaca por su buena definición. Basada en el contraste del cálido azafrán y la más refrescante pimienta negra, esta faceta va más allá de lo que normalmente encontramos en un perfume especiado, es rica e intensa -al estilo de los perfume Amouage- y marca mucho el carácter del perfume. De hecho, sin esa prominencia de especias Soir d´Orient podría parecer como otro perfume occidental inspirado en la tradición árabe estilo Midnight Oud de Juliet Has a GUn o Aoud Queen Roses de Montale: propuestas con un sabor más neto y literal. Sí, todo hay que decirlo, Soir d´Orient juega con esa idea e incluso a veces parece surgir una nota de oudh en el perfume. Siempre esa sensación de «algo más»

Algo más como el incienso susurrante unido al azafrán creando juntos una sensación final de cuero y el patchoulí, con su característica profundidad húmeda y amaderada a la vez, que tanto puede reforzar el acorde oudh como rememorar la tradición de un chipre animalístico, aunque el perfume no llega a ese extremo en ocasiones se insinúa. Así, mientras por un lado tenemos una rosa a la árabe, por otro disfrutamos del refinamiento de una rosa chyprée pero, el cuero, en este caso seco y con ese punto oscuro y amargo, parece el tema último del perfume. Al menos determina una trayectoria que podríamos describir como de boomerang, porque tras todo ese trayecto por parajes exóticos de rosas, especias, incienso, y maderas preciosas volvemos al territorio más clásico y reservado de los perfumes chipre, donde el cuero jugaba un rol casi tan importante como el musgo. Así, aunque Soir d´Orient está construido evidenciando su época con un acabado más limpio y ligero, proyecta una sensación de gravitas de la que carecen un gran número de perfumes hoy en día que lleva a la mente a pensar continuamente y algo más.

Momento musical: Lovely Spring interpretada por el maestro del duduk Djivan Gasparyan.

Potencia de rosa: Paloma Picasso Mon Parfum.

06 lunes Feb 2017

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almizcle, ámbar, bergamota, clavo, cuero, geranio, patchoulí, perfume, rosa, tabaco, vetiver, ylang-ylang

paloma-picasso

Las tendencias en moda apuntan hacia un revival de los 80´s: de nuevo un intento por revivir el oversize, las grandes mangas afaroladas, los volantes por doquier,etc,etc,etc…pero hoy todo son tendencias, lo cual resulta escalofriante porque nada más alejado del concepto de estilo que las modas pasajeras. Curioso es que en los ochenta, quienes los vivieran lo saben bien, los iconos de la moda más ligados a la cultura pop podían jugar con las extravagancias que les brindaba el diseño y aún así convertirlas en una expresión de su propio estilo. Ni que decir tiene que entonces, como ahora, podía haber mucha frivolidad pero aquella gente proyectaba la sensación de que el arte y música en especial podían mejorar el mundo y que el vestir, como otro modo de expresión más, representaba una auténtica declaración de principios. Aquella forma de vivir la cultura era algo que estaba en el aire igual que ahora el ocio sólo parece limitarse al exhibicionismo más burdo y el griterío más zafio.

En fin, entre aquellas estéticas destacaba una especialmente rotunda a la hora de expresar femineidad consistente en combinar prendas de corte más masculino, estructurado e incluso arquitectónico con grandes y poderosas piezas de bisutería o joyería. Aquello -que ahora también vuelve aunque más asociado a un perfil gamine que a la exuberancia natural- era entonces el modo ultra chic de declararse poderosa e independiente. Quizás porque ella siempre ha diseñado joyas con mucho carácter yo siempre he acabado asociando ese modo de usar el patronaje masculino para expresar sensualidad con Paloma Picasso y su perfume.

Hoy en día la fórmula ha sido rebajada en potencia, riqueza y difusión; de hecho, un descendiente directo como es Soir de Lune de Sisley, aunque más brillante y refinado en sus detalles, lo supera en términos de proyección; pero Mon Parfum conserva su carácter y sigue siendo uno de esos perfumes para desplegar poderío.

Su perfil aún gravita entre un fougére oriental y un chipre floral animalístico sin que quede del todo claro el tema, pese a que en el pasado su desarrollo era más musgoso esta indefinición era una de sus características. Sí, Mon Parfum (1984) expresaba exuberancia a base de acompañar el tema principal de rosas y mimosas melosas con un poco de todo, y como muchos perfumes de aquella década su acabado era rico en notas animales y amaderadas.

La sensación de perfume potente lleno de notas perdura en la versión actual y aún puede calificarse de perfume barroco en el sentido de que las facetas están tan llenas de matices que casi pierden agudeza. Aquello de la saturación era muy años 80 pero las raíces del perfume podemos buscarlas en la década anterior, cuando muchas fragancias tenían como eje central una buena dosis de Hedione, un acorde complejo de rosa acompañado de geranio y una base rica en maderas donde destacaba el patchoulí, el vetiver y el iris. Perfumes como Coriandre de Jean Couturier o Aromatics Elixir de Clinique son ejemplos de esto.

Junto a coetáneos como Caesars, La Perla y, especialmente, Knowing de Estée Lauder, tiene ese carácter de rica rosa melosa rodeada de calidez animal pero en su fórmula original añadía un toque afrutado-aldehídico y un halo de flor blanca que lo hacía más fresco y luminoso. En realidad, el perfume de Paloma Picasso era un poco más de todo: más especiado incluso desarrollando una nota de clavel, más almizclado, rico en castóreo y pleno de tabaco, ambarado, bastante musgoso y salpicado de verdor floral mediante notas de jacinto, lirio de los valles y angélica.

Hoy más rebajado, especialmente menos meloso y animalístico y sin que sea evidente el aspecto afrutado ni el musgoso, Mon Parfum sigue siendo uno de esos perfumes que dejan huella. A quien le guste el revival de los 80´s y quiera, como ahora mucha gente hace, volver a usar un perfume del pasado, prueben eso de la moda tan masculina-tan femenina y añadanle el perfume de Paloma Picasso. Ya me contarán.

Momento musical: Na neh nah de Vaya con Dios.

Lo que late en el fondo de los grandes clásicos: L´Eau d´Ambre Extrême de L´Artisan Parfumeur

13 martes Dic 2016

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, benjuí, canela, cardomomo, cumarina, geranio, labdanum, patchoulí, perfume, sándalo

pag56
*Folio 56 del Traité des Fardements et Confitures (1556) de Nostradamus, con la receta para fabricar pomos de olor.

Puesto que el ámbar es prácticamente una receta de larga tradición a partir de la cual se perfilan variaciones y eso hace que todo perfume ámbar tenga con otro perfume ámbar una serie ineludible de rasgos en común, como son la tríada labadanum-vainilla/vainillina-patchoulí y el acento de resinas balsámicas como el benjuí o el bálsamo de Perú, ¿qué distingue un perfume de ámbar estilo antiguo de uno más moderno?

Quizás el trazo más distintivo sea el curioso equilibrio entre suavidad y multiplicidad de detalles que los perfumes antiguos exhiben de forma embriagadora. Esa combinación es como una pátina que inconscientemente ya todos reconocemos como ajena a nuestra era pero aún familiar y eso hace que todavía respondamos ante esas fórmulas.

Esa baza juega L´Eau d´Ambre Extrême (2001). De alguna manera produce una vaga sensación en ti, como un recuerdo que no se concreta. Se intriga la mente y comienza a establecer mil paralelismos aunque ninguno de ellos servirá: la referencia primordial se escapa, las palabras no surgen. Pero, si es un ámbar, un tema totalmente conocido y reconocible al instante, ¿cómo puede ser tan elusivo?

Si algo recuerda a algo es por algo. Esa es la máxima.

Imágenes y sensaciones se mezclan entre sí. La mente sigue buscando la palabra, la expresión que haga que todo encaje. Al no encontrarla recurre al recurso más potente y común para la ella: las imágenes. Los olores, que tienen una gran facilidad para exaltar los sentidos por vía inconsciente, son muy propicios a estas derivaciones. Así que, oliendo L´Eau d´Ambre Extrême surge la necesidad de crear un contexto, a falta de palabras precisas… Habrá de ser un lugar de aire antiguo, quizás una majestuosa librería en cuyas estanterías se guardan ejemplares encuadernados en cuero. Un lugar en el que la luz queda atrapada por la cantidad de objetos que se extienden por la estancia y en cuyo aire flota ese olor seco y empolvado que aún no es denso pero ya tampoco ligero.

Esa es la idea. Algo sereno que invita a la concentración. Algo que apela a una sensación de felicidad interior más que a la exuberancia de los bálsamos exóticos y, por ello, impele. Mmmm, es cierto, esa es otra característica distintiva del ámbar: tiene la facultad de reforzar la voluntad.

Hasta cierto punto se podría decir que es como una armadura que te cierra y te recentra porque un ámbar a la antigua puede ser compacto pero no pesado. Su nota principal es el labdanum, que aporta ese aspecto seco casi de cuero con ciertos tintes animalísticos, y se acompaña de la riqueza especiada de ciertos bálsamos. Esos son los rasgos generales que sigue con rigor el perfume de L´Artisan Parfumeur. Como su nombre indica, no proclama ser denso -es un agua- sino extremo y esto hay que ponerlo en contexto: es la versión extrema (aka más profunda y matizada) de L´Eau Ambre (1978) cuyo sabor resulta muy básico.

Jean Claude Ellena realiza esta segunda fórmula Extrême con un estilo muy vintage, con un acabado más redondo y con más estructura que el agua original de Jean Laporte. Aún así, sigue la estética de la marca y no busca un perfume impactante sino susurrante. De opulencia esquiva, pues por su pátina antigua, recuerda a aquellas fórmulas que contenían ricas bases de ámbar. Y las bases de ámbar clásicas es lo que emula L´Eau d´Ambre Extrême, recreando esa estela ambarada, que como un arrullo, iluminaba los perfumes de las primeras décadas del siglo XX.

Matizado y fino es este ámbar cuyo olor principal está definido por notas vainilladas y cuero. Las especias, especialmente el cardomomo, son una breve introducción, y el toque de rosa-geranio un modo de dar algo más de cuerpo al tema pero, en el fondo, L´Eau d´Ambre Extrême lo que parece recrear es la relativa sencillez de una base; por eso parece como una pátina de sabor antiguo en lugar de un perfume. Tiene todos esos aspectos clásicos de fondo de perfume que resultan tan atractivos y cuya riqueza balsámica podría recordar de algún modo al olor que queda en la piel muchas horas después de haber aplicado un perfume de Caron clásico o un Chanel de la época envuelto en una brisa exótica.

Definitivamente, L´Eau d´Ambre Extrême, más allá de su combinación de notas típicamente ámbar rescata ese algo de los grandes clásicos que tanto cuesta definir pero que, en realidad, es un juego a tres bandas entre almizcle ambarado, ámbar vainillado y fondo amaderado suave. Sin duda, es eso.

Como el frufrú de la seda que anuncia una presencia: Quel Amour! de Annick Goutal

02 jueves Jun 2016

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ámbar, cereza, frambuesa, geranio, granada, peonía, perfume, rosa

sombreroconpeonias
*Peonías (1903) de Franz Dvorak.

Es nostálgico elegir llevar el perfume de cierta flor para no olvidar algo. No es exactamente lo mismo que para recordar. En el primer caso parece que se plante cara al devenir; en el segundo, a la desmemoria. Y, además, frente al concepto moderno de crear acordes abstractos, un perfume floral ofrece algo tangible con aire de viejo mundo.

Este tipo de perfumes está viviendo un pequeño renacimiento, especialmente en el sector nicho se están multiplicando las opciones. Son una forma de expresar un gusto por las cosas sencillas ofreciendo un abanico más colorido que el tema de la Cologne. Más colorido pero, en el fondo, igual de atemporal. Han sido siempre las firmas británicas más tradicionales (Yardley, Floris, Penhaligon´s, Woods of Windsor, etc) las más afines a esta temática de los florales frescos y los florales delicados, poco adornados pero de carácter muy representativo. Aún siguen siendo perfumes que se perciben como algo familiar sin que lleguen a relacionarse con productos de uso doméstico o cosmético porque remiten al aire libre y a los jardines floridos.

Seguramente ciertos olores como el de las violetas, el del iris o el del heliotropo y ciertos colores como los azules, los lilas y malvas o los grises creen con facilidad una atmósfera nostálgica. Las rosas primorosamente rosadas y el más brillante de los rosas, en cambio, parece que están dotados de una ligereza imperdonable por ser el epítome del romanticismo juvenil. Pero juvenil podría ser sinónimo de alegre y ese sentido es el que tiene sentido aquí. Porque no hay perfume más rosa, ni más vivaz, ni más juvenil que Quel Amour!

Creado en 2002 por Isabelle Doyen y Camille Goutal, en él se conjuga toda la exuberancia rosada de Ce soir ou jamais con la ternura de Petit Cherie para recrear el penetrante y alegre aroma de las peonías. Voilá!

Estas flores de pétalos cremosos, que florecen en la antesala del verano, llenan el aire de un frescor muy perfumado. Es difícil no reaccionar a su olor que recuerda a las rosas pero es más compacto: pese a su aparente delicadeza inundan el aire con matices verdes de brillante persistencia e increíble frescor en el que reverbera el recuerdo cítrico-amargo del pomelo con un ligero efecto aldehídico.

Son bastantes los perfumes de rosa que añaden una nota de peonía gentil pero pocos los que realmente la retraten de verdad. La peonía es normalmente una nota de acompañamiento que contribuye a matizar un tono rosado delicado, al estilo Dior Forever and Ever, Miss Dior Cherie Blooming Bouquet, Stella o Chloé .

Sí, así es. La peonía suele presentarse como algo ligero pero en Quel Amour! se muestra en todo su esplendor. Es una peonía increíblemente rosa acompañada de geranio, totalmente afrutada y con una base ambarada clásica. Más rosada no puede ser. Del fucsia al Panther Pink, del rosa empolvado al sorbete de fresa. No hay matiz del rosa que deje de mostrar. Más intensa y jovial puede que no la haya. Pero tampoco más romántica o más profunda. Se podría decir que simplemente es femenina y, a ratos, tierna sin pedir disculpas por ello.

Sus primeras notas son un festival de frutos rojos: granada, frambuesa y después cereza mezcladas con pétalos húmedos de rosas silvestres. Desprende un dulzor intenso que recuerda a caramelos de fresa y licor de granadina pero una corriente cítrica refresca el conjunto con un toque efervescente que se atenuará en la base pero no desaparecerá sino que evocará tonalidades de champagne rosado. La peonía emerge del conjunto, entre las vibrantes notas frutales, la rosa, el jazmín, la vainilla…pero este festival floral-frutal evoluciona hacia algo muy clásico; casi sin que haya oportunidad de notar que la parte más golosa queda atrás, emerge la nota de melocotón. Un melocotón más intenso, tibio y redondo que en Petit Cherie porque lo amplifica la base ambarada.

Este melocotón puede ser y es una nota joven, pero precisamente su combinación con el acorde estilo ambreína -sin notas animalísticas- es lo que da al perfume esa pátina de clasicismo francés en la dirección de los perfumes Patou. Sin embargo, apenas caes en la cuenta que Quel Amour! es tan serio, si acaso nostálgico…como la imagen de esas damas de época que sólo debían delatar su presencia por el frufrú de la seda.

Momento musical: Little Heart de Amarante.

quelamourad

Cuerpos saturados de almizclados olores: Osmanthus de The Different Company.

22 lunes Sep 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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albaricoque, almizcle, castóreo, geranio, jazmin, mandarina, osmanthus, perfume, rosa

Osmanthus fragrans auranticus

Hay algo difícil de explicar en la atracción que los olores almizclados ejercen y quizás sea porque en ellos subyacen tanto olores infantiles como efluvios lánguidos y rosados de connotaciones eróticas. Eso que es difícil de explicar en estos olores también es difícil de tratar en perfumería: pura cuestión de equilibrio y refinamiento porque, en el fondo, estamos hablando de una gama de olores frescos, afrutados y profundos que la piel de una mujer en ocasiones puede desprender con mayor o menor intensidad, conjurando esa sensación tan poderosa del cuerpo como fuente de olores placenteros.

Sí, son sin duda olores atrayentes. Terriblemente elusivos y a la vez muy expansivos que comparten aspectos con algunas frutas, flores y plantas de la naturaleza como es el caso del albaricoque, las violetas, las moras, las rosas más aterciopeladas y vinosas y la burbujeante semilla de ambreta. Un ramillete de olores que el osmanto aglutina con tanta gracia como provocación.

El osmanto ha sido durante décadas una de esas notas tapadas en la perfumería que -salvo excepciones como 1000 de Jean Patou- no tuvo protagonismo por sí mismo hasta que el mercado de perfumes nicho eclosionó y la hizo emerger porque podía ofrecer nuevos y específicos olores. A menudo los perfumes comerciales como el vintage Venezia de Laura Biagiotti, Eternity de Calvin Klein o Narciso Rodríguez for Her incluían esta nota en forma de base o acorde reconstruido como una forma de introducir un buen tono dulce-frutal-floral o una faceta vinosa-almizclada-rosada. Aclarar que por buen tono me refiero a algo que no es dulce y frutal y floral en superficie sino algo complejo y con profundidad.

Pero, como ocurre con el iris o la mimosa, también ante esta flor se obtienen respuestas polarizadas de fascinación y comodidad o de absoluto rechazo. Además, como nota protagonista tampoco es fácil de trabajar.

Si se opta por recrear el perfil de la flor en la naturaleza hay que lograr un olor penetrante como un sable pero ligero y etéreo como una gasa donde el dulzor meloso no opaque al frescor casi infantil del albaricoque. Si la idea es trabajar en torno a esa materia prima que es el opulento absoluto de osmanto, hay que decir que éste se niega a ser fácil de domar…hay que saber hacerlo brillar.

Al albor del nuevo milenio Osmanthus (2000, Jean Claude Ellena) de The Different Company puso la nota en el centro del panorama nicho y desde entonces no son tantos los perfumes que han seguido esta senda. El perfumista no optó por una pungencia animalística obvia sino que tomó el camino largo y tejió una urdimbre de tonalidades rosadas y almizcladas que permitieran jugar con los aspectos de cuero y fruta más característicos del osmanto.

Con esa factura esencialista y abstracta que caracteriza los trabajos de su autor, este es un perfume que toma algunas facetas claves de la flor y otras del absoluto para crear algo nuevo, fresco y perfumado. Exactamente así: fresco y perfumado, porque Osmanthus es uno de esos falsos perfumes frescos. Comienza con el delicioso brillo delicado de la mandarina y la naranja dulce, casi con aire de golosina infantil, ribeteadas por el frescor más verde y especiado de la bergamota y un pequeño guiño a la jugosidad de la manzana. Esta salida anaranjada deja ver poco a poco el tono afrutado de albaricoque y de grosella que acompañará durante gran parte de la evolución al cuerpo floral del perfume: un jazmín verde y una borboteante rosa húmeda, terriblemente almizclada, completada con pungentes acentos de geranio. Esa rosa domina la composición poniendo de relieve la faceta vinosa, sensual y afrutada que comparte con el osmanto. Esa rosa densifica el perfume dejando presentir la tan característica textura que aporta el osmanto, a medio camino entre el ante y el terciopelo, para enlazar al final con una auténtica y tersa nota de cuero negro a base de castóreo. Ese cuero algo dulce, floral y generosamente almizclado tiene ya un poco del tono vegetal que más tarde Jean Claude Ellena volverá a trabajar en Kelly Caléche y en Cuir d´Ange, ambos de Hermès. Ese cuero añade más intriga y dimensión a un perfume cuyo tono seguramente no sea fácil de llevar para tantas personas.

*Momento musical: Dark is the night for all de A-Ha.

Siguiendo el código: Honour Man de Amouage.

08 martes Abr 2014

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, cedro, elemí, geranio, haba tonka, incienso, patchoulí, perfume, pimienta negra, pimienta rosa, vetiver

Madame-Butterfly_Karajan
*Imagen de portada para la grabación de Madame Butterfly portagonizada por Mirella Freni y Plácido Domingo bajo la dirección de Karajan.

Desde la cuna niños y niñas son diferenciados con signos externos. Existe un código cultural que la sociedad agudiza, lima o moldea a lo largo del ciclo evolutivo de cada persona. Lugares reservados, etiquetas, gestos… todo está codificado. Los perfumes también.

La división entre perfumes masculinos y femeninos quizás sea un fenómeno de mercado, pero es un fenómeno totalmente instaurado. El sector de la perfumería nicho ha crecido criticando esa separación pero en los catálogos de las marcas más selectivas podemos encontrar de todo.

La diferencia desde un punto de vista más estilístico radica en el mayor volumen de notas florales (dulces) que exhiben los perfumes femeninos, frente al carácter más seco y austero de los masculinos. Otro punto clave es el grado de concentración con el que se trabajan las materias primas: los perfumes masculinos suelen usar los materiales más concentrados, realzando la pungencia de ciertas materias como las resinas o las maderas.

Honour Man (Nathalie Feisthauer, 2011) de Amouage es, sin ninguna duda, muy masculino. Sigue el código al dedillo. Igual que Honour Woman es totalmente femenino. Flores blancas para las damas y maderas alcanforadas para los caballeros. No es la originalidad del tema lo que se realza en este dúo de perfumes sino el tratamiento que se hace de dos temas muy tradicionales.

Basándose en la narrativa operística, el dúo representa la oscuridad de un drama personal buscando casi una dimensión ontológica a través de la intensidad de cada faceta del perfume. Esta intensidad, acompañada de la sensación general de profundidad que exhala, elicita una respuesta inmediata de gusto o rechazo y, luego, va más allá, hasta corresponderse con sentimientos. Por eso es posible hacer que un perfume sea algo más que un simple olor, que sea algo memorable. En este caso, el perfume es una dramatización. Honour Woman representa a Madame Butterfly; Honour Man a su hijo que, habiendo crecido, debe comenzar a buscar su identidad como hombre.

La fuerte impronta del olíbano es lo que introduce un aspecto espiritual en esta composición masculina. Aunque exhibe la faceta más metálica del olíbano, es el aspecto terpénico el que predomina durante una gran parte de la evaporación. Aspecto este reforzado por una fuerte nota de pimienta negra.

Como en todos los perfumes de Amouage hay que destacar la riqueza de sensaciones olfativas que ofrecen. Incluso en el caso de Honour Man que -frente a otros perfumes de la firma- es más plano, aún ofrece esa evolución rica y prolongada de las facetas. Otro rasgo importante de los perfumes Amouage que quizás pase más desapercibido pero que conviene realzar es el tratamiento de las especias porque siempre es excepcional. No sólo por bueno sino también por singular. Pocas firmas van tan allá con este tipo de notas y las caracterizan con tanto detalle.

Es notable como los aspectos más ásperos y amaderados de la pimienta negra se ponen de relieve sin que esto desequilibre el resto de elementos. También hay pimienta rosa para añadir contraste y el toque más alimonado y balsámico del elemí. Estas notas especiadas refuerzan el carácter terpénico del olíbano, mientras que la nuez moscada añade algo de calidez con un matiz aromático.

La calidez se deja ver según avanza el perfume, pero con timidez. Honour Man es oscuro y fresco, como un bosque espeso rezumando resinas. Una nota de geranio late en el corazón, pero es un geranio un poco rudo, acompañado por el amargo recuerdo flotante a pomelo que deja el vetiver y asociado al primitivo olor de las maderas secas y alcanforadas.

Honour-for-men

El viento y el incienso: Kilian Incense Oud (Algo más sobre el oud)

09 domingo Mar 2014

Posted by Botanyuki in Notas de Perfumes, Revisiones de perfumes

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almizcle, canela, cardomomo, cedro, geranio, incienso, labdanum, musgo, oud, papiro, patchoulí, perfume, rosa, sándalo

Barbier
*Egipto, ilustración de The Romance of Perfume (1928) de Georges Barbier.

El oud ( oudh, madera de agar, agaloco) es usado como incienso en todo Oriente. En la India las mujeres más pudientes reciben una purificación tras el parto a través del humo perfumado con agar; en Japón, junto con el sándalo, forma parte de la receta tradicional del incienso; en Medio Oriente se emplea en baños de humo para que la ropa quede suavemente perfumada y desprenda una sensación limpia. El concepto de limpieza en todas las culturas tiene una dimensión espiritual pero el humo perfumado se asocia más fácilmente a los estados contemplativos, la belleza interior y la serenidad. Limpieza espiritual y dignidad van de la mano en este ámbito.

Cada cultura oriental favorece un tono diferente del oud: más especiado, más amaderado, más dulce, etc pero en todas partes está extremadamente valorado no sólo como perfume sino también como materia preciosa. Es algo tan intrínseco a la vida diaria en estas culturas que puede resultar difícil de entender pero una pieza de alta calidad vale más que el oro. Entre las familias árabes una pieza puede ser atesorada y pasar como herencia de padres a hijos.

En la perfumería árabe el oud añade un tono de tradición a la rosa y el almizcle. Además tiene un comportamiento similar al del ámbar gris pues puede sostener el resto de notas y aligerarlas de forma indescriptible, más aún, su olor comparte algunas tonalidades con el ámbar gris que se despliegan en el sillage.

Un oud de calidad y bien madurado -más de treinta y cuarenta años son necesarios para comenzar a hablar de madurez- tiene un aroma suave y lleno de matices profundos. La mayoría de los perfumes occidentales que llevan la palabra «Oud» en su nombre o en la pirámide olfativa son, en realidad, composiciones inspiradas por el material en las que se reconstruye la nota mediante bases especiales, químicos aromáticos del grupo de las maderas ambaradas, cipriol, vetiver, labdanum y, sobre todo, patchoulí. Cuando se usa la esencia natural no se necesita mucha cantidad en la fórmula para que aporte esa profunda calidez seca tan característica pero, aún así, es un producto tan caro y escaso que se opta por la recreación; igual que se hace con el sándalo Mysore, la gardenia, el lirio de los valles y tantas otras cosas. No obstante, a la nota a veces se le da un acabado más pungente y áspero propio de las calidades más bajas del oud.

No nos engañemos. Comprar un perfume que contenga un aceite destilado de oud de buena calidad supone un desembolse de varios cientos de euros y el verdadero mercado para esto no está en Occidente, aunque ahora haya alguna marca de calidad disponible.

Sin embargo, el oud se ha convertido en un nuevo tema que permite renovar la temática oriental, dar otro tono a los perfumes de cuero, insuflar nueva vida a las composiciones de rosas negras o crear una nueva gama de matices amaderados. Cierto que para algunos sólo es la «tendencia» y la «novedad a desear», pero la nota puede ir más allá y enriquecer la paleta.

La colección Arabian Nights de Kilian es un mini catálogo de esas posibilidades que ofrece la nota. No contiene ni trazas del producto natural, se trata de algo reconstruído. Se puede experimentar desde el fuerte y amaderado Pure Oud, al animalístico Musk Oud, el redolente Amber Oud o el intrigante Rose Oud, pero yo elijo Incense Oud como el más cercano al auténtico sentido espiritual del material. También creo que dentro de la serie es el que mejor recrea la sensación cálida, limpia y profunda que imparte a los perfumes la madera de agar.

Incense Oud (2011, Sidonie Lancesseur), uniendo dos ingredientes míticos de la perfumería, imparte esa sensación de brisa cálida y perfumada que estremece el alma. Todos nos detenemos a prestar atención cuando encontramos esa experiencia, ya sea en un templo o en plena naturaleza. Nos detenemos y olemos. Es difícil reproducirla en un perfume y cuando se encuentra es difícil ignorarla.

Pero haciendo un esfuerzo por ser descriptiva y racional diré que Incense Oud es un perfume rico en frankincienso, pleno de frescor terpénico reminiscente de pimienta y cítricos amarillos, con su faceta fría casi mineral acompañando a una dulce rosa especiada -en parte esencia de rosa, en parte geranio- con cierto tono frutal por el cardomomo y la fina nota maderada del cedro de Virginia. Es un perfume amaderado, dulce y balsámico donde el oud expresa su calidez melosa y etérea a la vez.

Como el incienso, el oud tiene una cualidad suave en el aire, es como oler una brisa templada llena de presencias y presentimientos. Eso refleja este perfume de Kilian mediante un pulido estilo de fusión, como la múscica de Loreena Mckennitt: The Mystic´s Dream.

kilian-incense-oud

Iris de azúcar y madera: The Different Company Bois d´Iris.

17 lunes Jun 2013

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, cardomomo, cedro, geranio, iris, narciso, perfume, vetiver, ylang-ylang

bosquevioleta

Los criterios personales son …personales pero, realmente, existe un plus de calidad en ciertos perfumes. Algo que podemos llamar artisticidad porque recala en detalles y texturas, en la redondez de las notas y en el acabado global.

Además de la originalidad o del detallismo con que se explora un tema, hay un criterio de calidad muy importante a la hora de evaluar un perfume: la fluidez. Es decir, tener en cuenta si existen o no huecos dentro de la evolución, desde la salida a la base, que hagan perder identidad al perfume.

Mantener el carácter del perfume a lo largo de toda la evaporación es uno de los retos más complicados de salvar y que más determina el resultado final ya que es un factor dependiente de la complejidad estructural. Las creaciones vintage de calidad se formulaban con un número mayor de ingredientes, con mayor proporción de materiales naturales que aportan una riqueza de matices infinita mientras que los contemporáneos se formulan con otro grado de concentración, usando materiales más transparentes y basándose en bloques de olor más sencillos pero impactantes por lo que, en cierto modo, tienen menos riesgo y menos rotundidad. Son diferentes formas de crear, por tanto, diferentes acabados estéticos pero el problema de la fluidez permanece.

En un perfume monotemático -como es Bois d´Iris– esto puede ser más delicado. Por un lado hay que crear el perfume en torno al aroma del tema elegido , en este caso el iris . Por otro lado hay que hacerlo en grado tal que se mantenga cierta tensión, cierta visión especial que haga del perfume algo especial, no otro perfume más de iris.

El iris, que es una de las notas florales menos florales que hay, vivió cierta moda con la eclosión de la perfumería más independiente por la connotación de lujo y sofisticado refinamiento que hay tras su frescor penetrante y empolvado. Desde entonces muchas marcas tienen un perfume de iris, pero no siempre con iris sino como una ilusión de iris. En principio eso no es un problema pero, lo que es una virtud de la perfumería, esto es, crear ilusiones, también puede llegar a ser un pecado del mercado: explotar los lugares comunes.

Muchas recreaciones de iris se ciñen a lo empolvado y al recuerdo de violetas usando materiales dentro de la gama pero no necesariamente usando materias primas derivadas del rizoma de iris. Esto es saludable creatividad, siempre y cuando no se pretenda generar en la gente la expectativa de que el producto lleva una cantidad increíble de uno de los materiales más caros de la perfumería y más escasos. La paradoja viene cuando la gente prueba un perfume que realmente lleva iris y además explora sus facetas más austeras y crudas: ahí suele haber rechazo; más aún, difícilmente lo consideran un perfume de iris. Ocurre, ocurre de verdad. La magia de crear una ilusión de iris con otros materiales ha terminado por desplazar lo auténtico y conformar un estereotipo muy marcado.

Bois d´Iris en este contexto es un trabajo interesante porque es iris-iris sofisticado y, a la vez, asequible al gusto. Aún diría más, conjuga el carácter esencial del iris con una textura tersa y sedosa que transforma el iris en madera de fantasía.

Característico es en los perfumes de The Different Company que haya ese acabado terso y radiante tan atractivo y moderno envolviendo una idea clásica y a la vez singular. La casa apuesta más por la calidad del acabado que por las grandes innovaciones y, así, a fuerza de mantenerse fieles a sí mismos han terminado por ofrecer un catálogo de lo más jugoso para cualquier aficionado al perfume que de verdad quiera ese plus de calidad, de estética y fluidez que se supone debiera tener la perfumería nicho.

Bois d´Iris (2000) es un trabajo de Jean-Claude Ellena en torno a la variedad florentina de Iris pallida que es el iris más exquisito. El autor lo aborda desde una doble perspectiva: como materia y como evocación del aroma al que remite en la naturaleza: el sotobosque. Con frecuencia se describe el olor del iris como un aroma dulce y fino de violetas y, cierto que tiene ese aspecto, ambos pertenecen al mismo grupo de aromas de tierra húmeda y maderas, pero el iris también tiene otros aspectos más complejos relacionados con el musgo y el jengibre.

Usando ironas -que es un material muy caro- como ingrediente clave para asentar el perfil característico del iris florentino Bois d´Iris abre luminoso, especiado y con un recuerdo de caramelos de violetas escondido entre el efecto perlado de las notas húmedas y vegetales. Primero el perfume tiene cierta densidad envolvente y gourmand propia del cardomomo que complementa con una nota de bayas rojas azucaradas. Luego parece licuarse, volviéndose más floral y cremoso a la vez que empolvado gracias al ylang-ylang y, poco a poco, cobra protagonismo la combinación narciso-geranio que pone de relieve aspectos verdes, radiculares con una particular mezcla entre frescor y dulzor floral, hasta que finalmente el iris ya deja ver su típico perfil empolvado y amaderado, subrayado con cedro y almizcles blancos en la base.

Iris es lo que promete e iris es lo que obtienes. Frutal y terroso, azucarado y amaderado, vegetal y floral, especiado y sedoso. Por un lado suave y vaporoso, fluído y evanescente como una colonia; por otro, sólido y persistente. En definitiva, un retrato coherente con la propia naturaleza contradictoria del iris.

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