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Olibanum: cuaderno de perfumes

Olibanum: cuaderno de perfumes

Archivos de etiqueta: pimienta

Érase una vez un perfume: Oro de Roberto Cavalli.

05 sábado Ago 2017

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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albaricoque, almizcle, canela, cedro, guayaco, iris, manzana, miel, perfume, pimienta, sándalo, Vainilla

Ya casi había olvidado que tenía aquel libro cuando, el otro día, dispuesta a cumplir con mi hábito de releer, mi atención se dirigió a él. Allí estaba, un pequeño tomo de tapas blandas con una hoja señalada.

Es curioso como cosas olvidadas pueden volver a tu vida inesperadamente y obligarte a pensar en cosas que normalmente obvias: cómo eras, cómo has cambiado y como algunas cosas siguen siendo igual que antes. Allí, olvidado entre las páginas del libro estaba un secante que ya sólo huele a libro antiguo pero que con verlo, evocó un perfume. Estaba allí señalando una página con una cita subrayada:

¿Qué son «La Tempestad», «Troilo y Cresida», «Los gentiles hombres de Verona», «Las alegres comadres de Windsor», «El sueño de una noche de verano», «El cuento de invierno»? Son la fantasía, son el arabesco. El arabesco en el arte es el mismo fenómeno que la vegetación en la Naturaleza. El arabesco nace, crece, se anuda, se exfolia, se multiplica, se vuelve verde, florece y atrapa en sus ramas todos los sueños. El arabesco es inconmensurable; tiene un inaudito poder de extensión y crecimiento; colma los horizontes y abre otros nuevos horizontes; intercepta los fondos luminosos por medio de innumerables cruces. Y, si mezcláis a este ramaje el rostro humano, obtendréis un conjunto vertiginoso; es una conmoción. Cita de Manifiesto romántico de Víctor Hugo.

Era el secante del primer perfume de Roberto Cavalli (2003), aquel de frasco estilizado y tonos plata coronado por una serpiente enrollada. Esta silueta estaba grabada en el papel y, aunque no conservaba nada de la fragancia, tampoco hacía falta. La impresión de aquel perfume aún la puedo evocar de memoria. Parecía al principio algo extraña e incluso disonante pero después era suave, afrutada y evolucionaba de un modo intrigante, con un sillage ligero y expansivo en el que se revelaban notas de cedro, almizcle y sándalo con un filo acuático. Aquel perfume era paradójico: seco pero jugoso, dulce y luminoso, con sutiles acentos de manzana fresca. Aún pienso que aquel perfume asumía ciertos riesgos y que, de alguna manera descendía de Feminité du Bois: cedro, frutas, canela…pero con un aire más juvenil.

Oro (2004) fue el capítulo siguiente, también firmado por Maurice Roucel; mismo frasco pero tonos dorados para una reinterpretación más lujosa y atemporal, pero también más caleidoscópica: puede leerse como un ámbar suave, cremoso y especiado; como un oriental amaderado con etéreo y afrutado sándalo o como un floriental en el que la glicina -esa flor que se debate entre miel, humo, pimienta y mandarina- y la freesia -apimentada y húmeda- son protagonistas, en clave delicada, sostenidas por suave vainilla, guayaco y un sutil toque meloso que redondea la base ámbar.

Sea como sea en conjunto Oro es un perfume deleitoso, con todo lo bueno y raro del primero pero más redondeado. Aquí se lee fácilmente esa nota de manzana crujiente y refrescante que a ratos juega con la faceta empolvada a traer recuerdos de la infancia, incluido un tímido recuerdo a manzana caramelizada. Esa faceta frutal está ahora más presente aún y se redondea con el dulzor voluptuoso del albaricoque y se contrasta con un frescor alimonado y floral de magnolia. Pero ninguna nota destaca encima de otra, todo está concatenado mediante matices y pequeños contrastes. Así que junto a la fruta, las especias: canela, pimienta y vainilla. El conjunto es sedoso, almizclado, cremoso, empolvado.

Ni Oro ni su antecesor siguen en producción. Sólo con paciencia pueden encontrarse en tiendas online pero catorce y trece años después siguen aportando un aura inconfundible.

Flip Flop review: Versace pour Femme Oud Oriental.

11 jueves May 2017

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, azafrán, ámbar, Heliotropo, patchoulí, perfume, pimienta, rosa, sándalo, Vainilla, violeta

Al más puro estilo perfume de diseñador Oud Oriental (2013) está hecho para gustar y ser llevado por el mayor número de gente posible. Como tal, no es un perfume de oud propiamente dicho, sólo algo reminiscente del acabado seco, amaderado y ligeramente ambarado que los perfumes occidentales inspirados en el oud suelen exhibir. Es la faceta más popular del oud en el mercado generalista lo que aquí se plasma con el singular efecto añadido de frutos secos que algunos acordes de oud muestran por intervención del patchoulí.

Unido a esa faceta oud por aproximación basada en el mínimo común denominador, encontramos lo esperable para completar el cuadro: rosa y sándalo, pero la rosa y el sándalo más etéreos que se puedan imaginar, junto a una vainilla blanca, translúcida incluso, y vagos recuerdos de almíbar. Oud Oriental se nutre más del glamour que evoca la palabra Versace y la moda por las maderas desestructuradas que de ese tradicional y precioso material que es el oud.

Este perfume es como un fragmento de perfume oriental más que una historia completa, pero lleno de pinceladas de distintos colores, agradables de por si pero que en global no termninan de formar un conjunto característico. Pinceladas que insinúan azafrán unido a un vago efluvio coriáceo, el toque refrescante de las violetas junto a sombras de verde acuoso y especiado que insinúan melón y pimienta, aportando el punto de contraste necesario para que el perfume tenga cierta sustancia.

Queda claro rápidamente que sin que aumente mucho la complejidad del perfume, lo que no van a faltar son las referencias a esto y aquello, pero todo está muy diluido. Y para completar la paleta de lo super agradable y fácil de llevar, una envoltura de heliotropo tímidamente anisado reforzando esa textura glaseada del perfume que ayuda aún más a difuminar notas y aumentar ese efecto de cosa inconcreta y lejana.

Las alusiones a las ricas especias, exóticas resinas y preciosas maderas que en las antiguas rutas comerciales se transportaban como tesoros, toda esa suntuosidad, Oud Oriental la concreta en su frasco dorado. El jugo, sin el repiquetear frutal ni el brillo ajazminado, es como un Lady Million a la oriental: etéreo, laxo e inmaterial mientras muestra un poco de todo aquello que gusta fácilmente, los matices afrutados, lo lechoso del sándalo y el almizcle, la vainilla, el contraste del frescor especiado y, acompañando ese fondo amaderado y radiante, algo ligeramente medicinal para que no se diga que no se intentó darle un toque de algo…

Si es que se le puede considerar un perfume de oud, es un oud muy fácil de llevar. Un jugo pop e incluso bonito para las chicas jóvenes que intentan distinguirse un poco de su grupo y dejar atrás la marea de florales frutales que se siguen ofreciendo sin piedad.

Una narrativa: Soir d´Orient de Sisley.

04 martes Abr 2017

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azafrán, bergamota, cuero, geranio, incienso, limón, patchoulí, perfume, pimienta, rosa, sándalo

Una narración es, a fin y al cabo, lo que un lector concreto entiende que es, porque leer significa implicarse con la mente. En este sentido la olfacción puede equipararse a la lectura y tendríamos que decir que un olor será lo que la persona entienda que es según su experiencia y conocimientos pero añadiendo algo más: el esfuerzo consciente de poner nombre a las cosas y de cultivar la objetividad para poder desarrollar un criterio más allá del «me gusta» o «no me gusta» .

Nunca es un ejercicio fácil intentar cultivar la objetividad y tampoco es baladí, de hecho es una ardua pero importante tarea que combate el embrutecimiento y tal como va la sociedad dominada por el impacto emocional y la búsqueda incesante de estímulos, esforzarse por ser más objetivo representa un gesto cívico. Curiosamente en el proceso de buscar la objetividad hay que alimentar la propia identidad, conocerse mejor, a la vez que querer conocer la alteridad.

Así que si hay algo realmente bueno que yo resaltaría en la disciplina de educar el olfato es precisamente la posibilidad de dejar de lado el mundo de las generalidades más superficiales para entrar en uno más personal en el que el olor reclama la atención consciente elicitando ideas que hay que intentar expresar con las palabras más adecuadas: buena gimnasia para la mente, especialmente para mejorar el control de impulsos. Igual que en una narrativa los elementos van surgiendo a lo largo del texto, sembrados aquí y allá, y nosotros al leer debemos ir encontrado la relación, especialmente en las historias de aire oriental donde las cosas son más indirectas, intrincadas, laberínticas y profusas en detalles, exigiendo una mayor participación durante la lectura.

Al probar un perfume el aspecto narrativo es muy importante, pero aclaremos que lo narrativo no es algo añadido -no es el marketing publicitario que rodea al perfume- sino la fragancia en si misma y su capacidad para despertar la imaginación. Y la imaginación se puede despertar porque todos tenemos una base de datos con la que jugar que incluye la memoria olfativa y también una capacidad de respuesta instintiva ante determinados olores. Tiene mucho que ver con la fantasía, sino todo, así que, al final, un perfume es lo que una persona concreta entiende que es.

Pongamos un ejemplo con el que es fácil comprobar la importancia de cultivar la objetividad. Soir d´Orient de Sisley brinda esta oportunidad por dos razones: por un lado se ha construido partiendo de otro perfume anterior, pero por otro lado al ser un jugo rico en matices y de perfil muy característico es mucho más fácil de comparar que si solo fuera otra insulsa fragancia más.

La primera impresión al oler Soir d´Orient fácilmente se puede resumir así: «Eau de Soir a la oriental» o afinando un poco más «como Eau de Soir y algo más». Esta segunda expresión es mucho más auténtica y fiel a la experiencia incial, mientras que la primera es un elaboración posterior pero algunas personas ya asumirían esta frase como la última palabra a decir, una especie de último juicio y también una clara declaración de que no van a poner más interés en seguir indagando en el olor.

El propio frasco ya indica por donde van las cosas: con Soir d´Orient la idea fue crear una variación a partir de ese clásico chipre floral basado en flor de naranjo y seringa que es Eau de Soir. Lo interesante es olerlos juntos y atender a las diferencias intentando concretar que es ese «algo más».

Ese algo más parece tener un sabor más oriental, se presenta más oscuro y sinuoso, pero no llega a ser totalmente oriental porque, en el fondo, conserva una estructura chypré. Es interesante pensar que entre la familia de perfumes chipre y la de perfumes orientales hay un espacio, una especie de tierra de nadie, que permite muchas posibilidades. Un área que siempre da pie a renovaciones en el campo de la perfumería, desde Shalimar hasta La Petit Robe Noir de Guerlain pasado por Aromatics Elixir de Clinique o Portrait of a Lady de Frederic Malle…todo girando en torno al ámbar y sus declinaciones.

Así pues, dejando la impresión rápida y fácil atrás y sumergiéndonos mejor en las propias sensaciones podemos apreciar que en Soir d´Orient la oscuridad rica y envolvente está saturada de acentos especiados y tonalidades amaderadas y balsámicas que fluctúan con serenidad alrededor de un corazón floral de rosa turca -esa rosa más especiada y angular- refrescada con geranio. Tiene el embrujo de una rosa negra.

Sin duda, la calidad de la faceta especiada destaca por su buena definición. Basada en el contraste del cálido azafrán y la más refrescante pimienta negra, esta faceta va más allá de lo que normalmente encontramos en un perfume especiado, es rica e intensa -al estilo de los perfume Amouage- y marca mucho el carácter del perfume. De hecho, sin esa prominencia de especias Soir d´Orient podría parecer como otro perfume occidental inspirado en la tradición árabe estilo Midnight Oud de Juliet Has a GUn o Aoud Queen Roses de Montale: propuestas con un sabor más neto y literal. Sí, todo hay que decirlo, Soir d´Orient juega con esa idea e incluso a veces parece surgir una nota de oudh en el perfume. Siempre esa sensación de «algo más»

Algo más como el incienso susurrante unido al azafrán creando juntos una sensación final de cuero y el patchoulí, con su característica profundidad húmeda y amaderada a la vez, que tanto puede reforzar el acorde oudh como rememorar la tradición de un chipre animalístico, aunque el perfume no llega a ese extremo en ocasiones se insinúa. Así, mientras por un lado tenemos una rosa a la árabe, por otro disfrutamos del refinamiento de una rosa chyprée pero, el cuero, en este caso seco y con ese punto oscuro y amargo, parece el tema último del perfume. Al menos determina una trayectoria que podríamos describir como de boomerang, porque tras todo ese trayecto por parajes exóticos de rosas, especias, incienso, y maderas preciosas volvemos al territorio más clásico y reservado de los perfumes chipre, donde el cuero jugaba un rol casi tan importante como el musgo. Así, aunque Soir d´Orient está construido evidenciando su época con un acabado más limpio y ligero, proyecta una sensación de gravitas de la que carecen un gran número de perfumes hoy en día que lleva a la mente a pensar continuamente y algo más.

Momento musical: Lovely Spring interpretada por el maestro del duduk Djivan Gasparyan.

Girldom perfume: Miu Miu Eau de Parfum.

13 viernes May 2016

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almizcle, jazmin, lirio de los valles, patchoulí, perfume, pimienta, rosa

miumiu

«Hace falta mucho,mucho tiempo para ser joven». Pablo Picasso.

La misma presión por comportarse como adultas, por crecer y hacer las cosas que hace el resto del mundo como bajo un velo de aventura. La misma inflexibilidad con los propios errores. La misma angustia por no llegar. La intranquilidad por la incertidumbre del futuro. Y todos esos consejos recibidos pero no del todo entendidos y, por tanto, rechazados. Esto veo en muchas chicas jóvenes.

Una mujer cuando tiene pocos años tiene menos oportunidades de disfrutar de su juventud de lo que los adultos le echan en cara. Hay demasiadas presiones por crecer, demasiado miedo a ser ridícula y a diferenciarse tanto del resto que se genere rechazo.

En medio de tal contradicción, mientras todo se te da y todo se te comienza a negar, desarrollar de una forma palpable una sensibilidad propia parece una cuestión de supervivencia. ¡Y lo es!

El universo adolescente, un fenómeno sólo permitido en la cultura contemporánea urbana, durante décadas mantuvo una custodia adulta que marcaba los límites con claridad. Hoy los límites son más difusos, cosa no exactamente buena, incluso parece que se hayan fundido la adolescencia con la primera juventud en una especie de eternidad. Sin duda, el acceso a un smartphone y, por tanto, a Internet de forma inmediata ha cambiado el panorama de forma drástica. Hay otras formas nuevas de manejar la comunicación personal y un acceso a la información que antes no había. Per además de los nuevos peligros parece que también existe claramente el deseo de desarrollar una personalidad propia, aunque no se entienda bien que es eso y por tanto se haga por distintos medios. Tanteando. Uno de ellos es creando espacios propios. También espacios propios virtuales con fuerte carga visual. Por eso hoy podemos hablar de un universo girldom. Un pozo de deseos un poco feérico, algo silvestre y a la vez cultivado. Donde jugar a ser princesas dueñas de su propio destino.

Girldom -cuyos dominios se extienden por todas las redes sociales con especial arraigo en Tumblr- engloba cosas de lo más dispares: desde canciones de Lana del Rey a la repostería decorativa. Pero, en el fondo, comparte un rasgo importante con algo tan clásico como las manualidades de scrapbooking: la acumulación de imágenes y cosas preciadas (preciosas) que ayudan tanto o más a definir un espacio y una identidad como a preservar una identidad. En el fondo no es una paradoja.

Este universo girldom impregnado de romanticismo, cromos vintage o emperatrices góticas habla del empeño juvenil por elegir como principal via de crecimiento, frente a la forma tradicional de crecer asumiendo. Es un empeño bisoño de lo más dulce, quizás hasta saludable en ciertos aspectos ya que crecer solamente a la dura…Desde esta perspectiva se puede entender como algunos perfumes se han convertido en paradigma de este universo (Chloé y sus derivados) porque en ellos cristaliza el cumplimiento de varias expectativas, esto es: oler como brisa fresca y limpia, con un halo brillante y alegre, no con el olor floral tradicional sino con otro tipo de olor más crujiente que se pueda percibir como algo propio.

Los perfumes verdes despuntaban en los 60´s y eclosinaban en los 70´s dirigiendose ya a mujeres que preferían elegir su propio perfume y ese elegir era como un gesto de independencia, frente a algo que normalmente se regalaba. Sin embargo fue con Anais Anais de Cacharel, un perfume floral-floral, cuando comenzó a tomar forma una idea de perfume de juventud, aunque luego el perfume gustara tanto y fuera usado en un rango de edad muy amplio. El perfume de Cacharel aún retenía rasgos de sensualidad madura. Hasta entonces las chicas jóvenes tenían pocas opciones.

En el sector niche había alternativas pero limitadas por el acceso a estos productos: Dyptique, L´Artisan Parfumeur, Lubin y sobre todo Annick Goutal que se anticipó como en otras ocasiones a este triunfo de los florales frescos, bonitos y delicados con creaciones como Eau de Camille, Eau de Charlotte, Eau de Ciel y Petit Cherie. Perfumes creados para sus hijas -excepto Eau de Ciel – pero que no son infantiles sino etéreos, florales o afrutados y golosos con mesura en el dulzor. Es una tradición de esta casa que Vent de Folie y Rose Pompom continúan al hilo del nuevo auge que la rosa tiene en los últimos años.

Pero es un riesgo intentar representar la juventud en un perfume porque no es nada fácil: se puede vanalizar -y se vanaliza- con demasiada ligereza. Cierto es que hoy por hoy estamos masificados de perfumes que buscan llegar a más gente joven ya que la juventud -o la ilusión de la misma- es todo un mercado; pero el problema de estos perfumes es que con ese afán mercantil lo que se ofrecen son jugos que enmascaran con demasiado azúcar el carácter floral de una rosa, o que saturan de almizcles blancos cualquier tipo de flor (todas acaban oliendo igual) o que desmaterializan las notas amaderadas hasta que pierden su capacidad estructural y todos los perfumes acaban siendo de una ingravidez…En general, domina esa carencia total por un acabado chic: fresco, sencillo, natural.

Pero si crear un perfume de espíritu juvenil es difícil, crearlo en torno al muguet es ya toda una osadía, al menos si se persigue originalidad. Hay al menos tres hándicaps:

a) No referenciar a Diorissimo de Dior que es el paradigma de los perfumes de muguet.
b)No quedarse atrapado por la limitación de ciertos materiales con que se construye la nota porque es fácil que el jugo resultante sea muy dulce y sintético.
c)No caer en el cliché del carácter tradicional del muguet: el perfil floral jabonoso que tanto productos de higiene reproducen.

Miu Miu EdP (Daniela Andrier) pasa la prueba gracias a una trayectoria tangencial. Al contrario que el perfume de Dior donde el lirio de los valles se apoya en el jazmín y las lilas, el de Miu Miu ofrece un perfil más rosado. Aún hay jazmín, o mejor dicho, pétalos de jazmín de textura crujiente sobre un fondo cítrico anaranjado que muestra una punzada profundamente especiada. Pero en conjunto se lee como una rosa fresca y silvestre cuajada de notas verdes ligeramente anisadas con un acabado natural. Una rosa que a ratos ofrece tonos afrutados de manzana verde (como piel de bebé) y otras veces es más como un albaricoque (como piel de mujer joven).

Cuando el perfume evoluciona hacia un tono más cálido comienza a proyectar algo más sólido: una nota especiada, amaderada y algo terrosa que da aún más cuerpo a esa faceta cítrica. La faceta especiada puede llegar a percibirse con bastante intensidad. Es de pimienta con un filo húmedo y, en ciertos momentos, unida a la rosa y al jazmín crea un halo más compacto que recuerda un poco a Eternity de Calvin Klein. Sí, Eternity es jabonoso…Miu Miu salva este punto sustituyendo esta referencia tradicional a jabón caro por algo que recuerda a champú -cosa muy aceptable para las nuevas generaciones- Siendo justa, este no es un aspecto dominante sino algo vago que surge como una cita a algo familiar y doméstico.

Lo bonito de Miu Miu es que no es sólo un frasco goloso sino también un intento por traer al lenguaje actual algo tan clásico como el lirio de los valles. Y lo paradójico es que lo hace siguiendo la mejor tradición, la de los perfumes aldehídicos florales en cuyo núcleo respira el muguet insuflando ese aspecto fresco y húmedo de flores blancas llenas de rocío a la demás flores y conseguir ese efecto bloom tan característico de este tipo de perfumes al estilo Caléche de Hermès. Por otro lado, la base muestra algo totalmente moderno, incluso trendy. Y es que en lugar de maderas cálidas y almizcladas de acabado cremoso aquí tenemos un tipo de almizcle refinado y sensual pero de matices afrutados y lactónicos acompañando la fortaleza de una nota amaderada de nueva generación: la akigala, una creación de Givaudan.

Akigala o madera de akigala es un material creado a partir del patchoulí. Un buen aceite de patchoulí siempre ofrece una nota apimentada con cierto efecto húmedo, este aspecto se pronuncia bastante en la madera de akigala desde el principio, luego con la evaporación deja ver algo más seco y amaderado con reminiscencias de oud. Cierto que el patchoulí es, junto con el papiro, un material clave para componer las bases de oud que en la perfumería occidental tanto abundan desde hace unos años. He aquí el toque trendy; y es que Miuccua Prada es la reina del eclecticismo chic, incluso si va a crear algo de tono romántico no renuncia a esa diversión.

Por el universo Girldom bien defendido: Loin d´Ici por Zoë (representante de Austria en el ESC 2016)

Arraigo: Spiritus/Land L´Eau de Parfum #2 de Miller et Bertaux

15 martes Dic 2015

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canela, cardomomo, cedro, clavo, incienso, jengibre, nuez moscada, perfume, pimienta, rosa

land
* Via Tumblr.

El universo asoma a la vida junto con nosotros;
junto con nosotros, todas las cosas
son una sola.

Chuang-Tzu

Armonizar con el momento presente siempre es tendencia en Occidente. El desarrollo y popularización del Mindfullness, la práctica de actividades como el arte sumi-e, la caligrafía, el ikebana, la pintura de mandalas… en el núcleo de estas y otras disciplinas está la filosofía oriental de raíz zen, en la cual, más allá de cualquier conceptualización que alimente la rígida sistematización, se prioriza interiorizar el espíritu de la naturaleza para promover experiencias puras. Esencias que no apariencias.

Estas experiencias significan un reencuentro con la naturaleza que puede ir más allá de la relajación y algunos casos hay de gente que señala un punto de inflexión en su modo de vivir mientras se adentra en alguna de estas disciplinas; como una especie de insight que lleva a la persona a entender algo, ese algo que le ayudará a poner en orden otras cosas.

Este tipo de vivencia puede tenerse por distintas vías, pero en Olibanum hablamos del olfato. Los olores terrosos primitivos, olores reminiscentes del bosque con ricas notas de maderas y resinas como el oudh o el incienso son los que más fácilmente provocan este despertar. Hablamos de olores profundos y bastante estructurados, matizados, sombreados y no siempre fáciles de referenciar lo que puede ser importante porque cuando se huele algo natural que no conocemos bien se crea una distancia que engancha ya que deja espacio en blanco para lo más espontáneo y emocional. Si olemos un limón, conociendo como huelen los limones, aún siendo algo natural, llegaremos a decir que huele muy bien, que su olor es ligero y refrescante y que eso no hace sentir bien -da cierta alegría-, pero desde el principio sabemos que es un limón así que no es tan fácil perderse en su olor; para adentrarnos en su naturalidad, necesitamos hacer un esfuerzo de concentración, debemos ejercitarnos para dejar la mente en blanco y simplemente oler. Sólo oler. Y sólo así quizás encontremos sorpresas. Es un ejercio que requiere apartar las emociones inmediatas que distorsionan el momento de la olfacción y hacen brotar palabras de más. Oler puede ser una disciplina muy zen.

Sin embargo, con ciertas materias primas, te puedes quedar sin palabras a primer golpe de nariz, sin que hayas buscado esa concentración. Es un momento de claridad difícil de explicar pero ¿por qué esa experiencia para algunas personas puede tener un valor terapéutico? Algunas personas tienen mucha sensibilidad hacia los estímulos olfativos y por eso un olor puede despiertar con más facilidad algo en el cerebro, en el sentido más neuropsicológico que se pueda pensar y, cuando ese algo se enciende, la persona por un instante ve su pensamiento y comprende que está plenamente viva. Otras personas reaccionan así con otros estímulos.

Hablamos de  un tema serio. A menudo frivolizado por distintos medios. La prudencia es norma tanto si queremos afirmar como si buscamos criticar, por todo aquello que aún está por demostrar y más aún por el modo en que se trata la información de lo teóricamente demostrado. En ciencia los paradigmas cambian, lo que sin duda no cambia es el dolor físico y psíquico que una personas puede experimentar. Ni tampoco cambia el valor del alivio. Así que de lo que hablamos al proclamar las bondades de practicar una disciplina que promueva el contacto con la naturaleza o de aprovechar los beneficios terapéuticos de los olores es, en el fondo, algo más que una afición o una búsqueda de ocio. Pero tampoco es un sutituto de la medicina tradicional, sino un modo de mejorar la calidad de vida en general, sentir los pies en la tierra y, a veces, tener la suerte de encontrar algo que nos haga cosquillas en la mente.

Vivimos en un tiempo saturado de estímulos visuales muy barrocos pero de poco o nulo contenido. Ese alimentar las emociones más inmediatas claro está que deteriora los valores artísticos y espirituales. Podríamos señalar unos cuantos anuncios de perfumes como ejemplo y es que la perfumería tal como se ofrece hoy -con su ingente cantidad de nuevos productos cada temporada, que no cada año- refleja a la perfección esta práctica totalmente asentada en la sociedad de «huida hacia adelante». No es de extrañar que ante semejante panorama de vacío algunas personas sientan la necesidad de frenar: si no te lo dice la cabeza acabará diciéndotelo el cuerpo. Llegado un punto todos necesitamos volver a experimentar el arraigo y la sensación de autenticidad que trae consigo.

La salud a través de la naturaleza es un clásico en la medicina. Lo es desde siempre, sólo que en algunas épocas parece olvidarse y en otras se llega a creer que es la panacea. Últimamente por todas partes se habla de la Terapia del Bosque o shirin-yoku : la naturaleza te da el terreno para caminar, el aire para respirar, los colores para ver y olores para saturar tu nariz porque el bosque está llenos de terpenos, pinenos y demás moléculas que ayudan a relajar la mente y fortalecer el sistema inmunitario. El aire puro que se decía antaño. He aquí el nexo entre la naturaleza y la aromaterapia: un conglomerado de moléculas. Los perfumes, en comparación, son una cosa más sofisticada que pueden incluir ingredientes aislados de la naturaleza o recreados mediante síntesis para poner el punto sobre la i creando efectos muy interesantes.

Sí, en general, los perfumes son abiertamente festivos, lúdicos y recreativos porque los usas y generan buen humor al instante. Ya sean más concretos o abstractos que la naturaleza, en general, tienen un componente emocional y emotivo vía familiaridad y crianza.

Pero existen algunos perfumes que, aún siendo perfumes, retienen ese algo sanador de la naturaleza o de las mezclas de aromaterapia. Suelen ser, de nuevo, composiciones ricas en matices primitivos o de resinas que gravitan sobre los grupos de familias orientales y amaderados retratando los olores del humo, del cuero, de la tierra, del incienso, del oudh, el jatamansi, el patchoulí…

Land /Spiritus de Miller et Bertaux bien puede ser es uno de esos perfumes. El incienso es el protagonista, enmarcado en una estructura amaderada-ambarada diáfana y con fuerte faceta especiada. Curiosamente ofrece diferentes aspectos del frankincienso como materia prima, más que recrear el olor de una mezcla de incienso como ocurre en Avignon de CDG, aunque dicha materia, de alguna manera, siempre parezca tener reminiscencias de olor a iglesia.

Como perfume tiene un aspecto matérico en tanto en cuanto hace brillar de forma singular aspectos naturales que tiene la resina de incienso. Casi puedes paladear el complejo frescor alimonado del sabor de la resina natural, algo muy cercano al jengibre fresco. Mientras que de la esencia de olíbano, el perfume trae la espléndida faceta especiada balsámica tan rica y duradera que impregna todas las capas del perfume.

Por un lado te llena con esa calidez ligeramente ambarada y plena tan única del incienso. Por otro lado te ofrece olores más terrenales de coníferas, de cedro y de tabaco amargo al fondo y, en su desarrollo, puedes encontrar recuerdos a antiguo jabón de clavel y a hoja de laurel, la fugaz sensación de una oscura rosa aterciopelada, la profunda pero a la vez etérea nota ahumada de un buen whisky escocés y el recuerdo de un pan de especias. Porque en este perfume hay especias: toques de canela y pimienta, pizca de nuez moscada, pungente clavo, fresco jengibre, efervescente cardomomo y una sutil cumarina que ayuda a reforzar esa impresión general amaderada especiada.

Es un perfume, sin duda. Con sus fases de evolución, sus giros recreativos dibujando piruetas olfativas y su espacio entre notas; pero es un perfume de espíritu zen: en su aparente sencillez radica toda su fuerza y encanto. No renuncia a la abstracción del perfume moderno, ni al embellecimiento de un acabado radiante y ambarado muy prolongado, pero esa combinación de lo natural y lo cultivado crea un espacio singular en el que domina la sensación de calma, tranquilidad y quietud. Algo así como el claro en el bosque.

Momento musical: Hawai´i 78 interpretado por Israel «Iz» Kamakawiwo´ole.

La punta del iceberg: Alaïa Paris Eau de Parfum de Azzedine Alaïa.

05 lunes Oct 2015

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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aldehídos, almizcle, cuero, jazmin, perfume, pimienta, rosa

inthenight

El otro día acabé escuchando Noches felices en Viena que, pese a los aires de opereta, es una canción algo melancólica interpretada por la brillante pero no menos melancólica Asmahan. Es curioso, pensaba yo, como Occidente se inspira en Oriente y como Oriente mira también hacia Occidente. Siempre ha habido un flujo de intercambio entre las culturas mediado por clichés -qué duda cabe- pero el intercambio es un hecho. Si para muestra basta un botón, baste la canción de la princesa drusa Asmahan como demostración.

El mundo se transforma con mayor rapidez de la que podemos asimilar los ciudadanos de a pie mientras el protocolo de las formas mantiene el statu quo. Así fue en tiempos de Asmahan, así lo es ahora.

Pero en días como hoy es difícil no pensar en estos cambios al intentar escribir algo sobre un perfume. No quiero usar la palabra frivolidad porque todos necesitamos evadirnos un poco. Al fin y al cabo, las ilusiones o deseos individuales pueden darse a favor de las propias circunstancias, en contra de las mismas o a pesar de ellas.

Aún así, en cada lugar -y más aún bajo el paraguas del «mínimo común» que impone la cultura globalizada de la que todos bebemos cada día incluso sin querer- construimos imágenes e ideas que perduran rayando en el cliché. Sólo algunos creativos se salen de ese círculo y añaden algo más, algo que refresca el panorama.

Esa es la dinámica pragmática de la cultura. Algo que se mueve de forma diferente, en dirección distinta y propone un foco nuevo. En los ochenta algo así podía convertirse en una oleada de frescor o un estilo de fuerte impronta. En estas fechas cualquier cosa un poco más especial acaba siendo nicho y, con mucha suerte creando su propio nicho dentro de esa pirámide que hoy en día es la cultura.

Azzedine Alaïa que siempre se ha distinguido por imprimir en sus colecciones un aire de avant-garde lanza un perfume -tras tantos años de carrera- y mucha gente se queda de piedra porque no es un tema oriental -quizás si lo fuera se criticaría eso mismo-. Pero un recuerdo concreto de la infancia, justamente piedra caliza caliente refrescaba con agua fue la referencia que el diseñador dio a Marie Salamagne para crear el perfume; eso y la clara indicación de que no fuera un oriental ni un perfume con notas destacadas. ¿Qué nos dice eso? Que intencionalidad de estilo en el perfume hay, el estilo Alaïa. Abstracto y estructural. Inquieto y purista.

No en vano, podríamos forzar un poco las cosas y hablar del misterio oriental expresado a través de la oscuridad del musk, porque el perfume de Alaïa tiene una parte almizclada generosamente cálida, empolvada y animal. Pero eso sería simplificar demasiado. Cierto que el perfume ofrece una estética aparentemente sencilla pero es sólo apariencia, como la punta del iceberg, porque en realidad está lleno de tersos matices ensamblados entre sí con gran armonía gracias a esa poderosa base de almizcle. Curiosamente esa combinación de estética abstracta pero estructura compleja, de acabado ligero pero con facetas saturadas y desarrollo difusivo en el que entran en juego facetas frescas-acuáticas-florales-frutales permite decir que Alaïa Paris sigue la línea de L´Eau d´Issey.

Igual que un traje a medida pensado con mucha sagacidad, construido y cosido al milímetro para que siente como un guante funciona este perfume embelleciendo el olor propio de la piel. Se despliega en un continuo de textura fría-acuática-aterciopelada-cálida que puede recordar la mezcla sensacional de austeridad y sensualidad de un chipre frutal, especialmente por el modo en que las notas frutales acompañan a la rosa y el jazmín (definitivamente yo siento un dulzor ajazminado): desde el tono lactónico del albaricoque a la más atrevida frambuesa pasando por el cremoso plátano e incluso grosella. También hay una faceta especiada, fresca y cremosa de pimienta rosa. Pero la envoltura empolvada animalística del almizcle con toques de cuero y la ligereza global que imprime la faceta acuática rompen ese esquema clásico. En un chypré puedes intuir desde el principio la riqueza que desvelará la evolución. En el perfume de Alaïa -he aquí la clave- todo está velado.

Dicho de otra manera: hay más de lo que parece. Y entiéndase esto como el toque chic del perfume porque, al final, tienes que entender un poco para comprender hasta qué punto Alaïa Paris es estructuralmente complejo y los materiales empeñados son ricos (y caros).

El filo incandescente: La Fille de Berlin de Serge Lutens.

21 miércoles Ene 2015

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, azafrán, cedro, ciruela, frambuesa, manzana, perfume, pimienta, rosa, sándalo, violeta

rosaroja

Esta rosa es tenaz. En medio del frío invernal que llena todo de silencio y quietud, ella se empeña en recordarnos el reverdecer en primavera, haciendo que el frío parezca menos gélido, más vivaz y prometedor. Esta antigua rosa rosa, tan intensa como compleja, se arrebata por el calor de la piel y, como el metal incandescente, enrojece.

Esta rosa cuya savia es como lava persiste en su promesa anunciando que llegarán las tardes de verano en las que la tierra caliente rezume perfume. Lo dice dejando que sus pétalos aterciopelados expandan generosamente su fragancia envolvente. Ahora es de un rojo rosado muy intenso, como carmín de garanza.

En el centro de esta rosa ya casi granate estambres como dagas de hierro bien templado rebanan el aire con su intenso olor almizclado. La flor se ha vuelto combustible. Si acercas la nariz te embriagas. Tal es su poder de narcosis y, en vano, intentarás mantener la distancia porque un ávido deseo te empujará a acercarte; así es de magnética.

Fille de Berlin

Esta es una rosa perfecta. Está llena de memoria, de tonalidad y de ritmo. Juntos estos elementos son capaces de crear una ilusión tridimensional. Por separado son sólo retazos o quizás jirones…

Su tonalidad en sí misma es ya memoria. Porque ¿cuántas personas tienen hoy la oportunidad de hundir su nariz en el cáliz de un rosa de estirpe antigua? Una de esas rosas de color rojo vivo y de olor intenso. Ahora las rosas de jardín tienen un olor más tímido, las flores de invernadero no tienen olor y los perfumes de rosas más modernos ofrecen esta realidad de rosas híbridas que apenas tienen fragancia. Con suerte las creaciones modernas más detallistas ofrecen rosas ligeras, brillantes, mecidas entre algodonosos almizcles blancos que perfilan un poco ciertos matices frescos o recrean un tono más redondo de bouquet de rosas mediante un acabado empolvado, vainillado y afrutado. Una rosa roja antigua es otra cosa, de hecho, puede que para algunas personas sea más una leyenda que una realidad.

Perfumes que se dicen de rosas hay miles. Algunos son sencillos pero deliciosos en su delicadeza, sin embargo,  la mayoría son simples y sin detalles. Eso de las rosas así intensamente florales y llenas de complejidades o son cosa del pasado o son cosa de un perfume niche. Y dejemos claro que no todas las firmas niche se atreven con el tema.

La Fille de Berlin es niche, se atreve y mira hacia el pasado. Atrae porque recuerda a algo conocido y apreciado. Notaréis que tiene ese aire ¿verdad?  Aunque no es antiguo, es más bien arcano… No pretende un efecto final retro sino atemporal que retenga cierto frescor. Para ello las capas del perfume son densas pero transparentes permitiendo que se despliegue una riqueza de matices profundos y, sobre todo, inesperados que emergen entre ellas con tersura y suavidad. Especial atención merecen los matices verdes, esenciales para construir un buen perfume de rosas -sobre todo de rosas damascenas-. Aquí lo verde es rico y variado; va desde el herbal té y lo vagamente alcanforado que recuerda al romero, pasando por un frescor húmedo y especiado que hace pensar en el anís hasta la pungencia de los matices más oscuros del geranio. Esta veta verde está presente durante la mayor parte de la evolución del perfume, entretejida con la faceta especiada y un filo metálico muy fino.

Las especias templan ese matiz metálico. El recuerdo a clavo es sobre todo eso, un recuerdo. Lo que domina es la pimienta negra que da un acabado finamente terroso y húmedo al cuerpo del perfume permitiendo crear esa sensación de flor viviente que en otros perfumes de rosa se busca con el patchoulí. Este es uno de esos legendarios giros de los perfumes de Serge Lutens. Pero si lo que domina es la pimienta, lo que le da más singularidad es la pungente, fresca y un poco fenólica nota de azafrán que sombrea la faceta verde del perfume.

Como Une Rose de Frederic Malle es una rosa roja con un filo animalísitco y su fondo tradicional de maderas preciosas y ámbar pero sin ese acabado chyprée . La Fille de Berlin es menos sobria. Tiene un sensual tono licoroso y también un toque dulce como de mermelada de frambuesa que la hacen más tierna y, sin duda, es más romántica porque se centra sobre todo en las facetas almizcladas de la flor, esas que se perciben cuando hueles de cerca una rosa madura. Además explora con detalle la textura aterciopelada y los matices afrutados que brindan los pétalos de las rosas rojas. El perfume se recrea en esos recuerdos a manzana, a frambuesa, a mora o a ciruela dejándolos surgir y transformarse paulatinamente uno en otro a lo largo de la evolución. Sin olvidar ese discreto toque de caramelo de violeta que sin duda despierta algo en la memoria de muchas personas.

Tonalidad, memoria…queda por decir algo sobre el ritmo. En mi opinión esa es una cualidad única que sólo poseen los mejores perfumes de rosa. Y La Fille de Berlin lo tiene.

El ritmo no es algo fácil de plasmar en un perfume pero la rosa lo posee en su naturaleza. Es por tanto un ritmo intrínseco, insondable, indefinido, como el de la música antigua: un ritmo que el perfumista tiene que cuadrar para lograr en el perfume un efecto natural. Y eso de nuevo surge de la riqueza y también de la coherencia de matices con que se construye -desde la base hasta el detalle más ligero- la tonalidad, y en cómo se crea el contraste entre esos matices para expresar un brillo delicado o saturado, un contraste brusco o un claroscuro refinado, etc. Es un poco como el efecto que tiene el contrapunto en la música barroca: da textura y movimiento a una frase sencilla gracias a la armonía que crean las distintas notas al unísono. Sí, música y perfumería convergen en algo que podríamos llamar capacidad para construir metáforas.

En el fondo ese es el secreto de un perfume de rosa, la capacidad de presentarse con sencillez y desplegar a la vez acordes más complejos que se mantienen en el aire con persistencia y ligereza. Es una cuestión de ritmo, de tonalidad y, en definitiva, de equilibrio y buen gusto para elegir las notas. Sólo así, con filos y con matices, se consigue dotar un perfume de rosa con la tenaz complejidad que la flor tiene al natural.

*En el período barroco el ritmo musical no estaba aún definido como ocurre con épocas posteriores, no era algo claramente binario o ternario. Las interpretaciones de música barroca pasan por un trabajo de estudio previo en el que se decide una cuadratura para darle ese aire «a la antigua». Obviamente la música actual que se recrea en el Barroco si que tiene un ritmo identificable y por eso nuestro cerebro distingue entre aquello que suena a antiguo y eso que crea la ilusión de un sonido antiguo. Igual que puede distinguir entre el olor natural de una rosa y el más perfecto perfume de rosa que podamos imaginar,siempre va a haber un eslabón perdido entre la realidad y la ilusión de realidad. Como ejemplo de música contemporánea inspirada en el Barroco el momento musical de esta ocasión: Song of Time de Abel Korzeniowski.

Fantasía y clasicismo en torno a la hora verde en Fou d´Absinthe de L´Artisan Parfumeur.

14 lunes Oct 2013

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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abeto, absenta, aguja de pino, angélica, badiana, clavo, cumarina, incienso, jengibre, nuez moscada, patchoulí, perfume, pimienta

pernod
*Poster de Pernod Fils

La cumarina es una de las notas de base más característica de L´Artisan Parfumeur, aportando esa faceta amaderada-avainillada-húmeda tan refinada por el tratamiento transparente y etéreo que la marca da a sus perfumes pero, a la vez, tan familiar por el recuerdo a viejos perfumes; perfumes de hoy y de siempre como son los fougére (helecho). Este tipo de fragancias asociadas tradicionalmente a las barberías iniciaron el curso de la perfumería moderna con su particular acabado de maderas limpias y empolvadas enfrentadas a una complejidad fresca y aromática muy audaz…la esencia del fougére es el contraste entre opuestos. Renovarlos con imaginación manteniendo todo su carácter puede resultar una ardua tarea. La opción elegida para Fou d´Absinthe fue avivar el verdor con un tinte diferente.

Las notas verdes son siempre importantes en un perfume: aportan un frescor penetrante más natural, sensación de dinamismo y cierta profundidad. Los matices del verde pueden ser muchos, desde lo más vivaz a lo más frondoso pero, algo común a estas notas es que comparten un carácter persistente que les brinda la capacidad de representar decisión. Y entre las gamas de verde que mejor encajan en este perfil de entereza y determinación está la complejidad de matices herbáceos y aromáticos de los clásicos perfumes fougére.

En Fou d´Absinthe (2006) Olivia Giacobetti deja a un lado la límpida nota clásica de lavanda y se ocupa de presentar sin más un acorde de absenta (ajenjo) que, con su intrincado carácter herbal y anisado -medio dulce, medio amargo-, ofrece de entrada lo que en composiciones tipo helecho más tradicionales forma parte del desarrollo de todo el perfume: el contraste entre dulzor y amargor. Luego, el tema de la famosa bebida bohemia continúa hasta cierto punto arrastrado por un acorde-fantasía llamado alcohol de especias a base de pimienta, clavo, jengibre para refrescar y nuez moscada. Pero se puede sentir de forma clara la canela que destaca junto al clavo y la cumarina de la base en un filo de dulzor muy característico y orientalizante. El incienso refuerza este aspecto.

Las especias ocupan gran parte de la evolución. Avivadas primero por la fresca y fuerte nota terpénica de la angélica, acaban enlazando con los sutiles matices especiados de la cumarina cuando ya están calmadas por la faceta balsámica afrutada del abeto y el toque algo musgoso del pino que representan, junto al patchoulí, los aspectos más boscosos del perfume.

Que las especias tengan más protagonismo que el geranio en el corazón ayuda a reforzar esa cualidad de perfume flotante. Cualidad que gana en atractivo cuando se comprueba que ese aspecto más etéreo no resta brío al perfume sino que refuerza su carácter dual. Todo en un fougére es juego de opuestos: frescor contra cálidez, dulzor frente amargor, naturalidad versus fantasía…lo que destaca en Fou d´Absinthe es no sólo esa tonalidad de verde más misteriosa de la nota de absenta o la fluidez del tema, sino también que realza en un plano más emocional esa personalidad contrastada: pausada como una voluta de incienso dulce y, a la vez, vivaz como la hierba tierna.

foud-absinthe

La ternura del dragón blanco: Poivre Piquant de L´Artisan Parfumeur

28 martes May 2013

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, leche, miel, perfume, pimienta, sándalo, Vainilla

falcor-3

La pimienta vibrante con su calidez especiada y tono amaderado es un perfil característico de perfumes envolventes y un clásico complemento de notas florales como el clavel (Garofano de Lorenzo Villoresi), la rosa (Rossy de Palma Eau de Protection de Étant Libre d´Orange) o el ylang-ylang ( Nuit de Noël de Caron). Poivre de Caron, conocido por su cualidad explosiva, lleva al extremo la capacidad de encender las facetas florales que tiene la pimienta unida al clavo. Es la interpretación tradicional de esta especia, la del fuego del dragón.

Este factor de calor y energía que en los orientales ambarados clásicos se tiñe con resinas y bálsamos pesados, con notas animales de almizcle, civeta y efectos empolvados en los noventa se sofisticó gracias al efecto suave y aterciopelado de especias infusionadas en leche caliente rodeando un núcleo ambarado. Le Feu d´Issey de Issey Miyake (badiana-coriandro-guaiac-sándalo-leche) fue uno de los precursores de esta renovación, después vendrían otros ejemplos como 21 Costume National (azafrán-sándalo-leche).

Pero hace una década la pimienta también comenzó a presentarse como un elemento capaz de introducir un brillo aromático y fresco en muchos perfumes amaderados de corte masculino. En ese contexto de bases ambaradas lechosas y un uso menos fiero de la pimienta podemos contextualizar Poivre Piquant. Esta interpretación deja ver la ternura del dragón…la de un dragón sabio y benevolente, un blanco dragón de la suerte como Fújur (Falkor) -el de La Historia Interminable– una criatura cálida por su dulzura, optimismo y sosiego.

Poivre Piquant formó parte de la colección Les Epices de la Passion (2002) junto con Safran Troublant y Piment Brulant. Compuesta por Bertrand Douchafour en el estilo transparente de L´Artisan Parfumeur, es un perfume realmente ténue, con el atractivo de contrastar una salida más oscura, aromática, fresca y un poco áspera con un fondo luminoso, aterciopelado y balsámico.

Las especias en esta serie de L´Artisan Parfumeur se convirtieron en una excusa para componer orientales modernos muy agradables y discretos. De un exotismo diverso, liviano. La idea en Poivre Piquant era hacer un perfume de pimienta blanca -que es más amaderada que la negra- y, en conjunto, puede leerse como un terso perfume de maderas preciosas (sándalo, cedro) bañadas en leche caliente. Pero luego se aprecian detalles que van revelando un espectro especiado más complejo, con recuerdos de esencia de mirra, con matices frescos y fenólicos de pimienta negra y con el toque cremoso de la pimienta rosa. Todo ello redondeado por el efecto meloso vagamente frutal de lo que yo diría es una nota de cera de abejas, más almizcles blancos y un toque de vainilla en la base.

PoivrePiquant

Las estaciones del año, los puntos cardinales, la tierra, los mares… Gypsy Water de Byredo

25 sábado May 2013

Posted by Botanyuki in Revisiones de perfumes

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almizcle, enebro, incienso, iris, limón, perfume, pimienta, Vainilla

aire

Gypsy Water es para cada persona como una cosa diferente. Un ámbar moderno infusionado en una estructura de agua aromática, un incienso fresco y balsámico, un oriental etéreo con aromas de pastel de limón y merengue, algo seco, algo balsámico y lechoso… que un perfume desenvuelva armonías así diversas siendo tan molecular y transparente es digno de atención.

Yo lo veo como niebla gris disipándose en medio de un bosque, con el vivificante aroma de la tierra humedecida por el frío de la noche; después es un almizcle transparente y el recuerdo del cashmere. Es sutil, está lleno de vaguedades y, quizás, porque en su nombre sugiere ideas de viaje, de bohemia, de aire libre y libertad la imaginación se despierta como con imágenes vagas de ensoñación. Suaves y a la vez inmanentes.

Pero lo cierto es que la figura del viajero nómada, del errante que de algún modo todos llegamos a sentir alguna vez dentro y dejamos aflorar de vez en cuando al leer un libro, al contemplar un cuadro, al visitar un nuevo lugar, al buscar un nuevo perfume es sólo la excusa para dedicar una entrada a George Moustaki de una forma diferente al obituario. Era un poeta, lo sentenció con Le Métèque, esa es la cuestión y poco se puede añadir a eso. Sólo escucharlo y escucharlo, por eso añado un enlace más, una interpretación entrañable de 1996 en la que cantaba En Méditerranée/ Mesogeios con Giorgos Dalaras.

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